Filosofía en español 
Filosofía en español

Pseudo Aristóteles

Secreto de los secretos

Edición de Hugo Óscar Bizzarri


[Capítulo IX. De la castidad y la continencia del rey]39

O CLEMENTE ENPERADOR, non quieras abaxar los tus ensenoreamientos al allegamiento de las malas mujeres, por que el allegamiento es vna propiedat del cuerpo.40 ¡Que gloria sera a ty si exerçes el viçio de las bestias non rrazonables e los fazimientos de los brutos!41 Cree a mi sin dubda que el allegamiento es abreuiamiento de la uida, destryçion del cuerpo, corunpimiento de la vertud, traspasamiento de la ley.

[Capítulo X. Del modo del consuelo del rey]42

CONUIENE al rrey tener priuados fieles con los quales se deleyte con diuersos estrumentos e generaçiones de organos quando fuere enojado. En verdat, el anima humanal en tales se deleyta, los sentidos fuelgan, la soledat e el cuydado desuanesçen, e todo el cuerpo por tal deleytamiento asaz liçita e honesta [mente] se esfuerça. Pues que assi es, si en tales cosas quisieres ser deleytado a mas perseuera. En tal uida tres [fol. 37v] o quatro dias segu[n]d que es vido a ti expedir rrigendoteg sienpre mucho honesta mente quanto pudieres. E aquestas cosas sean fechas callada mente.43 Commo assi que fueres en tal solaz, esquiuate de mucho beuer e dexa a los otros al su talante beuer. E quitate del vino caliente, por que entonçes podrias muchos secretos mandar que te ensenaran a ti quitarte de algunas cosas por venir de peligros. Et deues tener acerca de ti de tu conpanna espeçiales que a ti rrecuenten aquellas cosas que son fechas e las que se dizen por el tu rreyno.44 Mas commo fueres entre los tus varones, honrra a qual se quiera segund el estado e el meresçimiento suyo.45 Ayunta oy vno e mananna otro. Veste oy a vno e mananna otro. Non sea ninguno de los tus nobles que non sienta de la tu libertat. Assi que plega a todos la clemençia de la tu majestad e la nobleza del anima liberal. Conuiene avn al rrey tener continençia e discreçion. E de mucho rreyr abstinerse, por que el espeso rriso quita la rreuerençia. Sobre todo deues de saber que mas es tenudo el rrey a los honbres en su corte honrrar e en su palaçio e en la su fabla que en otra manera, por que entonçe pertenesçe del rrey que, si alguno presumiere fazer enjuria, deuele ponir segun la calidat de su persona e de su culpa, por que en otra manera es de ponir el noble e el alto, e en otra manera el honbre del pueblo e el menospreçiado. Et aquesto sea fecho por que ayan miedo los otros e aprendan de las injurias quitarse. En verdat, en el Libro de los esculapios se leye que aquel rrey es alabable el qual es asemejado al aguila ensennoreante entre las aues e no aquel que es asemejado a vna de las aues subjectas. Pues que assi es, si alguno delante de ty en la tu corte presumiere injuria fazer [o] otra offensa [fol. 38r] es de pensar a ti con que coraçon aquello faze en verdat o lo faze judgando, por que a ti te faga plazer e a los coraçones de los presentes a gozos los llame o faze aquesto en escarneçimiento e de desonrra de la tu majestad. Si primero aquesto fiziere, liuiana mente sea corregido. Mas si en lo segundo, sea muerto. O Alexandre, torna al tu amor los coraçones de los tus subditos, quita las enjurias e las injustiçias déllos. No quieras dar a los honbres ensennança de fablar continua mente yrada mente, por que el pueblo menudo contra ty no pueda dezir. Sobre todo aquesto deues de saber que la discreçion de la madureza es gloria de dignidat, e por aquesto se mueuen los honbres a dar deuida rreuerençia al su rrey. En que manera la alta discreçion es por que tu rreuerençia more en los coraçones de los tus subditos mas que la deletaçion.

[Capítulo XI. De la piedad del rey]46

O ALEXANDRE, busca a ti a las mendiguezas de los miserables e de las desflaqueçidas personas. Acorre a los pobres en el menester de la tu alteza. Escoge honbre piadoso e justo, sabiente la lengua déllos, bien fablante e discreto, el qual la tu vez sepa suplir e a ellos misericordiosa mente regirlos e amar e a los menesterosos déllos con grandes limosnas acorrerlos. En verdat, en aquesto es buen plazer alçador. O Alexandre, esquiua e esquiuate quanto podieres la sangre humanal derramar. En verdat, no quieras a ty tomar el diuinal ofiçio por que el doctor resplandeçiente, Hermogenes,47 escriuio assi diziendo: Quando la criatura rrazonable mata la criatura rrazonable a ssi semejable, si aquesto se faze injusta mente, estonçes las virtudes de los çielos claman o se querellan a la diuinal majestad dizientes: Sennor, sennor, el tu siervo quiere ser semejable a ty, [fol. 38v] por que, si injusta mente algun onbre a otro honbre mata, rresponde el criador: Matat a el, el qual mata por que sea muerto a mi la vengança e yo la dare. Et estonçes las virtudes de los çielos representaran en el acatamiento del criador la muerte del matado fasta que la vengança sea tomada del matante e sea sometida a la fondura del infierno.

[Capítulo XII. De la providencia del rey ante los tiempos de hambre]48

O ALEXANDRE, atesora a ti mucho de las miesses e de las legunbres en el tienpo abastado por que al tu rreyno puedas abastar en el tienpo de la fanbre e de menester; por que quando anno de fanbre e de menester viniere, assi commo suele natural mente venir, estonçes valga a los tus onbres la tu preueençia.49 Acorerlos e por que puedas en el tienpo de la neçesidat acorer a los tus çibdadanos e abondosos. Estonçe manda que sean abiertos los çilleros o las camaras tuyas e las legunbres por el tu rreyno e por las çibdades e lugares, por que tales cosas fazer es muy gran preueençia e guarneçimiento del rreyno, salud del pueblo e guarda de las çibdades. Estonçes todos se marauillaran por la tu preueençia e diran que los tus ojos veen alexos, e por aquesto mas preçiaran la tu clemençia e esquiuarse han de ofender a la tu majestat. Rretrae a la memoria los fazimientos de los tus parientes, por que los fechos passados daran a ty çiertos ensennamientos de las cosas por venir.50 Al menor non le menospreçiaras, por que tal podra, assi commo algunas vezes suele acontesçer, a los honores e a las rriquezas pertenesçer e venir, e estonçe sera mas mayor para enpeesçer. Esquiuate,h no enfingas dada la fe o las pleytesias confirmadas, por que aquesto conuiene fazerse a las malas mujeres del mundo. Guarda fiel mente la fe prometida, por que a toda infidelidat se consigue mal fin. Por ende, sepas que por la fe se faze allegamiento de honbres, moramiento de las çibdades, ayuntamiento de varones, ensenoreamiento de varones, por la fe los castillos [fol. 39r] son tenidos, las çibdades son guardadas, los rreyes son sennores. Si alguna cosa tira la fe, todos los onbres a estado pristino seran tornados, conuiene a saber, a poca cosa o a semejança de los animales brutos.

[Capítulo XIII. De qué modo el rey debe promover los estudios literarios]51

STABLESCE en las tus çibdades del tu rregno estudios mayor mente a los tus honbres, por que fagan a los sus fijos ser ensennados en las sçiençias liberales. Et conuiene a la tu prouidençia en las cosas neçessarias que faga alguna prerrogatiua a los buenos estudiantes e aprouechantes, por que por aquesto des a los otros materia a los escolares que mas continua mente aprendan. Oye las plegarias déllos, e benigna mente las cartas déllos acata. Alaba los que son de alabar, renunçia aquellos que lo meresçen. Por aquesto, en uerdat, despertaras a los sapientes letrados a los tus pregones dados e a los tus fazimientos en las escripturas perpetuas. Tal sabidoria de rrey es marauillosa mente de encomendar. Por aquesto, en verdat, es honrrado el inperio, enfermoseado todo el rreyno. ¿Quien, en verdat, ensalço el rreyno de los griegos? ¿Quien los hazimientos déllos por todo el mundo publico? Çierta mente aquesto fizo la diligençia de los estudiantes e la nobleza de los sabios. En tanto, en verdat, se esforçaua en Greçia el estudio, que la moça en casa de su padre sabia por mucho estudio el curso del anno, et los hazimientos por venir de los astrologos, e las solenidades de los meses, el curso de las planetas, las causas del abreuiamiento e del alongamiento del dia e de las noches, las sennales de las estrellas, las cosas demostradas por venir.

[Capítulo XIV. De la guarda del rey contra los peligros de la muerte]52

ALEXANDRE, non confies en las obras e seruiçios de las mujeres. Non te acomiendes o aconpanes a ellas. Et, si es neçessidat, te aconpanna aquella que sea creydo ser buena e fiel a ti e amada, por que demientra que la mujer trata la tu persona [fol. 39v] sepaste ser vn disponimiento açerca délla. Et sepas que la tu vida es estonçes en sus manos.53 Esquiuate o guardate de los veninos mortales. En uerdat, no de nueuo enpieçan las mujeres a honrrar los honbres. Cognosçida cosa es, en verdat, que muchos sennores e prinçipes e rreyes anteçiparon el dia de la su muerte por hebrajos de veninos o ponçonas. O Alexandre, rrecognosçe el fecho de la rreyna de los indios que a ti, so encobrimiento de amistança enfingida, te enbio la moça que de la su ninnez fue criada con venino de sierpes. Por ende, assi que la su naturaleza era tornada en naturaleza de serpientes. Et si yo non la acatara diligente mente e demostrasse ella ser venenosa por aquesto que assi a usuadas e sin verguença e sin çesar lo ponia el su acatamiento en la cara de los honbres, entendi çierta mente que mataria los honbres solo en mordimiento, lo qual tu despues tu prouaste. Et si yo non te lo ouierai mostrado muy çierta mente la tu muerte, ouiesse sido conseguida en el ardor de aquella moça e en la cobdiçia del allegamiento.54

[Capítulo XV.] De los fisicos j

Alexandre, non te confies en vn fisico, por que vn solo fisico poderoso es para enpeesçer e de ligero piensa trayçion e maldat traer al acabamiento.55 Mas si neçesaria cosa fuere a ty tomar medeçina, si podiere ser fecho, sean diez fisicos e non menos, e faz a todos ellos en vno conuenir, e a las de uegadas traerlos e fablarlos e a lo postrimero determinar en que manera sea a ty de tomar la mediçina. Por ende, que en ninguna manera tomes mediçina si non de consejo e de juyzio de muchos sabios fisicos. Et commo el rrey sabia mente a la melezina deua buscar, deues de tener vn honbre especial e fiel a ti cognosçiente las generaçiones, las calidades e las virtudes de las yeruas e de las espeçias, el qual deue todas las cosas que neçessarias son a la melezina tuya cogerlas [fol. 40r] e mezclarlas assi commo conuiene ser çierto pesso meresçimiento çierto e medida,56 segun el consejo de los mas sabios fisigos.57

[Capítulo XVI.] Guarda del anima l

O ALEXANDRE, guarda continua mente la tu muy noble anima e spiritu angelical a ti deputado a la tu guarda. Castigo Hermogines: ¿Por que la tu anima entellectiua o rrazonable es encomendada a ty? Non por que en ty de pecado e de cobdiçias sea denostada o ensuziada, mas muchas vegadas porque en ti de virtudes e de sçiençias sea acabada. Et si fuere acabada en ti ante del apartamiento délla del cuerpo, sera lleuada al acatamiento de aquel entendimiento a quien conplazio. Mas si fuere no acabada, sera abaxada a lo baxo de los infiernos sin esperança de ser conplazida de paz. Por ende, por çierto que ninguna cosa fizo Dios en la gloria vazio e oççioso en las naturalezas, mas todas las cosas son fechas de causa prouada e muy çierta rrazon. E ninguna cosa grande fagas sin consejo del algun sabio en sçiençia.58 Non des fe a los dichos de los insipientes que dizen la sçiençia de los astrologos ser assi desfaleçida que ninguno puede al cognosçimiento délla llegar.59 Aquestos non saben lo que se dizen por que açerca la potençia del entendimiennto ninguna cosa es deffallesçida. Et todas las cosas son sabidas segund la carrera de la rrazon. Son otros non menos locos que dizen Dios todas las cosas aver proueydo, e ante auer ordenado desde el comienço todas las cosas por uenir de neçessidat venir. Donde dizen que ninguna cosa por venir ante conosçerla, de lo qual deuen de neçessario venir. Pues que assi es, ¿que vale la sçiençia de las estrellas o el astrologia que ensenna las cosas por venir ante cognosçerlas? Estos tanbien mal yerran e torpe mente son engannados por que, avnque algunas cosas sean de neçesario, en verdat si sean ante sabidas, [fol. 40v] de ligero son quitadas e sabia mente son inclinadas. Et en algun tienpo son quitadas. ¡Graçia de la palabra! Quando el inuierno es ante cognosçido los frios muchas vezes frios, los onbres aparejan sus posadas calientes e los vestidos e buscan carbon e lenna, e de las otras cosas muchas se esguaneçen. E por aquesto, venido el inuierno del frio non son engannados. Otras cosas semejables fazen avn si ante cognosçen el estio la calor por venir mucho ençendido e aquejosa mente comiendo, en verdat, los manjares frios e en morando, vanse a los lugares frios en el feruor del estio sin lijamiento. Semejable mente quando los honbres ante cognosçen el anno de la fanbre e de menester por uenir por el guardamiento de los manjares e de las otras cosas neçessarias, la preuinençia mucho atenplada mente sostiene el tienpo de la fanbre. Date mucho avn mucho a saber las cosas por venir, por que los honbres mucho mas pueden los males por venir dexarlos quando ante cognosçen las cosas por venir. Estonçes, en verdat, al alto Dios poderoso deuen de rrogar, por que por la su clemençia déllos las cosas malas por venir quisiesse quitar e por que en otra manera lo ordenasse. En verdat, non assi lo predestino que en otra manera ordenandolo en alguna cosa de su potençia lo quite. Por que si alguna cosa los honbres a la clemençia diuinal quieren rrogar por oraçiones deuotas, ayunos, seruiçios, sacrifiçios, limosnas, e otros bienes demadantes perdon de los acometimientos e fazientes penitençia de los sus males, e estonçes es muy gran verdat que Dios todo poderoso quitara déllos lo que temen e tremen.60


g. «te» interlineado.

h. Ms. dupl. Esquiuate.

i. «Ouiera» interlineado.

j. «De los fisicos» anotado en margen izquierdo.

l. «Guarda del anima» anotado en el margen derecho.

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39. Ms. lat.: «De castitate et continencia regis».

40. «Mio fijo, por amor de Dios te ruego que te castigues e te guardes de non fazer pesar a Dios en pecados de forniçios» Castigos (cap. xix, p. 189).

41. Un tópico de la literatura sentenciosa es el de asimilar el hombre lujurioso a las bestias: «Non fagas cuenta que eres de los omes mientras siguieres la tu voluntad» Bocados (p. 171); «Por conplir omnes todas sus uoluntades uiene omne en natura bestial que es cobdiciosa, sin razón» Poridat (cap. 1); «Unde Aristoteles scripsit Alexandro: nollite sequi fornicationem que est natura porcorum» De preconiis (vii, 4c, p. 188); «Tal es el omne que biue a voluntad de su carrne commo el puerco que se enbuelue en el lodo e non toma ende verguença nin vsgo, e avnquel pasan los omnes desuso e lo pisan non da nada por ello» Castigos (cap. vi, p. 102); «El omne que se vençe a sabores de maldat tal como este torrna de estado de omne a seer bestia» Castigos (cap. xlvii, p. 315).

42. Ms. lat.: «De modo regalis solacii».

43. En Castigos (cap. xi, p. 147) hay una actitud menos complaciente con las actividades del rey: «Non cae al rey despender su tienpo en vanidades nin en cosas que le non son buenas nin prouechosas». Lo mismo se observa en la Partida ii (Tít. iv, Ley, v, p. 337). Don Juan Manuel en el Lib. est. (i, cap. lii, p. 291) no condena a los instrumentos y al arte de juglaría de por sí, sino a aquellos que no guardan lo que es ordenado y con razón.

44. «Non cae al rey beuer mucho por que aya de perder el sentido, ca el deue reprehender e castigar a los otros que lo fazen» Castigos (cap. xi, p. 147).

45. «E porende onrrad los omes segunt su voluntad, e sabed los lleuar segunt sus maneras» Flores (cap. xxii, p. 51). El tema del conocimiento de los súbditos aparece también en Bocados (pp. 10 y 82), Doze sabios (cap. xxxiii, p. 105), Buenos proverbios (p. 37), Consejo (cap. xiv, p. 56) y en Partida ii (Tít. v, Ley xvii, p. 348). En Castigos es tema de todo el capítulo xvi, donde se identifica este concepto a la imagen del buen lapidario que conoce las propiedades de cada una de las piedras preciosas.

46. Ms. lat.: «Pietate regis». Partes de este capítulo se hallan en la Glosa (Part. i, secc. ii, cap. 34) y en los Castigos e documentos del rey don Sancho iv, cap. 59 (vid. nota 33).

47. Este pasaje está tomado de la Tabula smaragdina, aunque las sentencias en esa obra estaban atribuidas a Hermes. La confusión entre ambos sabios era común y por eso R. Bacon no creyó necesario aclararla en su comentario (vid. Grignaschi [1982:10]).

48. Ms. lat.: «De prouidencia regis ante tempora famis».

49. Si bien en la corriente del adâb, que tanto influyó en las colecciones sapienciales castellanas del siglo xiii, se entremezclaban consejos prácticos para la conducción del reino, no es frecuente encontrarlos en las obras traducidas y compiladas en la Península. En este sentido, Doze sabios se destaca de sus congéneres con capítulos como el Nº xxviii, que trata del abastecimiento de víveres en épocas de guerra, o el liii, que aconseja administrar con cuidado durante el año lo que la tierra generosamente ha ofrecido.

50. «E por esto dixo Aristoteles a Alexandre como en manera de castigo, que se aconsejase con omes que amassen buena andanza del, e que fuessen entendidos, e de buen seso natural. E puso semejanza de los Consejeros al ojo […]» Partida ii (Tít. ix, L. 6, p. 362b).

51. Ms. lat.: «Qualiter rex debet prouocare studia literarum». Este capítulo, aunque presente ya en la fuente, se aviene muy bien con el espíritu que reinaba en la época alfonsí. La veneración que por entonces despertaba la cultura griega se refleja en obras como Bocados o Buenos proverbios, también de procedencia árabe, cuyas sentencias están puestas en boca de antiguos sabios. Pero, además de esto, en el Libro de las cruzes (cap. 1, p. 5) se halla un pasaje de alabanza a los griegos como grandes conocedores del saber astronómico: «Mas los persios et los griegos auian muchas sotilezas en esta scientia, et en departir las razones della, et en sosacar los sus significationes, et de que gujsa llegan et pareçen sus fechos et sus accidentes en los cuerpos del mundo de generation et corruption, et auian significationes por sosacar los tiempos en que compeçauan aquellos accidentes […] segund que todo esto es departido en los libros de los sabios orientales, et de los de Babilonia, et de los griegos». Este capítulo pasó a la Glosa (Part. i, secc. ii, cap. 34) y a los Castigos del rey don Sancho iv, cap. 59 (vid. nota 33).

52. Ms. lat.: «De conseruatione regis contra pericula mortis». Este capítulo se halla en la Glosa (Part. i, secc. ii, cap. 34) y en los Castigos del rey don Sancho iv, cap. 59 (vid. nota 33).

53. El capítulo 87 del Lucidario, «Por que rrazon el omne que vsa mucho con las mugeres enflaquesce mas en el çelebro que en otro mienbro», señala el daño físico a que lleva el amar desmesuradamente a las mujeres: «Por ende, el omne que vsa mucho en fecho de mugeres, la su simiente que anda derramada en ellas, la mayor parada se tira del çelebro de la cabeça muy menguado e muy vazio; e por el vazimiento e por la mengua que y acaesçe, a de venir luego en pos ello a desuanesçimiento» (p. 20). También en Teodor (p. 116): «Preguntaronle mas: ¿qual es la cosa que más enuegesce el hombre ante de tienpo? Respondio la donzella: El dormir mucho con mugeres. Ca dize Aristotiles, fablando de los luxuriosos, que toda su obra era ponçoñosa, porque los hombres dauan la mejor sangre de su cuerpo, e que las mugeres dauan la peor que tenian».

54. Este ejemplo también aparece en Poridat, aunque no como una advertencia contra las mujeres, sino contra todo intento de envenenamiento del rey: «E guardat uos de las cosas ueninosas ca muchas uezes mataron los omnes buenos con ellas. E uenga uos emiente del presente que uos enuio el rrey de Yndia […]» (cap. 2). Engelbert de Admont en su particular versión del Secretum (Ed. G. B. Fowler [1977]) colocó este ejemplo como ilustración de nuestro capítulo 15: «Recole facta regine Indorum, quando tibi misit causa amicicie multa exenia et dona venusta inter que missa fuit illa puella venustissima, que ab infantia inbuta et nutrita fuit veneno serpentum. Itaque sua natura versa fuit in natura serpentum, et nisi ego illa hora sagaciter inspexissem in ipsam et arte magica iudicassem eo quod ita audacter, horribiliter, incessabiliter et inveracunde suum figebat visum in facies hominum, perpendi siquidem quod solo morsu interficeret homines quod experimento postea scivisti, et nisi hec certissime ostendissem mors tua fuisset in ardore coitus consecuta» (pp. 215-216). Pasó, además, a la tradición occiental al ser incorporado a la Gesta romanorum (cap. 11, p. 288, «De veneno peccati, ouo quotidie nutrimur»), en donde se realiza una interpretación alegórica: Alejandro representa al buen cristiano que lucha contra el diablo, el mundo y la carne; la mujer, la gula y la lujuria; Aristóteles, la conciencia o la razón.

55. Cf. Celestina (x, p. 154): «Cumple al medico, como al confessor, se hable toda verdad abiertamente», donde también se recuerda la leyenda de Alejandro, quien en sueños vio en boca del dragón la raíz con que sanó a su criado Tolomeo.

56. Ms. lat.: «colligere et conficere sicut decet certo pondere nummo et mensura» (fol. 82r).

57. Don Juan Manuel en dos oportunidades se ocupa de los físicos (Lib. est., i, cap. xcvi, pp. 404-406 y Lib. enf., cap. ii, pp. 153-156), en la segunda ofreciendo inclusive un arte medicinal. Pero don Juan Manuel es de opinión contraria a lo que aquí se dice, ya que más que el consenso de muchos físicos prefiere uno de extrema confianza, como confiesa que lo fue don Çag (Lib. enf., cap. II, p. 155).

58. «Fijo, toma consejo de los omnes buenos e sabios, ca bien asi commo el diluuio da abondamiento de agua, asi la lengua del sabio da abondamiento de saber e los sus consejos son estables e durables commo fuente perenal que nunca se seca» Consejo (cap. v, p. 34). Hay otra versión de esta sentencia en Bocados (p. 149): «E fijo, aprende el bien e demuestralo, ca las palabras de los maestros son como las fuentes, que se sirven los omes dellas, uno un dia e otro otro dia».

59. Se inicia aquí una defensa del saber de astrología presente también en el texto latino (fol. 87v). En el Libro de las cruzes (p. 1) se deja constancia del interés de Alfonso x por esta ciencia: «Et por que el [Alfonso x] leyera, et cada un sabio lo affirma, el dicho de Aristotil que dize que los cuerpos de yuso, que son los terrenales, se mantienen et se gouiernan por los mouementos de los corpos de suso, que son los celestiales, por uoluntat de Dios entendio et conocio que la sciencia et el saber connocer las significaciones destos corpos celestiales sobredichos sobre los corpos terrenales era muy necessaria a los homnes».

60. Ms. lat.: «trepidant et formidant» (fol. 83r).


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