Filosofía en español 
Filosofía en español

“Idioma nacional”

1726 «14. He dicho que por lo común hay este vicio en nuestra Nación; pero no sin excepciones, pues no faltan Españoles, que hablan, y escriben con suma naturalidad, y propiedad el idioma Nacional. Sirvan por todos, y para todos de ejemplares Don Luis de Salazar y Castro, Archivo grande, no menos de la lengua Castellana antigua, y moderna en toda su extensión, que de la Historia, la Genealogía, y la Crítica más sabia: y el Mariscal de Campo Vizconde del Puerto, que con sus excelentes libros de Reflexiones Militares dio tanto honor a la Nación Española entre las Extranjeras. No nacen, pues, del idioma Español la impropiedad, o afectación de algunos de nuestros Compatriotas; sí de falta de conocimiento del mismo idioma, o defecto de genio, o corrupción de gusto.» (Benito Jerónimo Feijoo, Teatro crítico universal, tomo primero, discurso XV: “Paralelo de las lenguas castellana y francesa”, Madrid 1726.)

1762 «En cuanto a las Leyes, la razón natural dicta, que éstas deben ser pocas, claras, y puestas en el Idioma corriente. Pocas, para que su multitud no embarace. Siendo conveniente, que cada uno sepa las Leyes en que vive, que tenga nociones de lo que puede hacer, y lo que se le prohíbe, para que así se haga más digno de protección, o pena. Claras, para que su sentido se presente desde luego natural, y sencillo, y todo el mundo pueda entender lo que dicen. Y puestas en el Idioma nacional, para que hasta el último hombre del Pueblo conozca sus derechos, sepa lo que es bueno, y es malo, y pueda reglar su conducta, y operaciones.» (José Clavijo Fajardo, El Pensador, Pensamiento XVI, 1762, págs. 74-75.)

1786 «Gramática Española. Siempre que los niños lleguen a saber escribir, leer y contar perfectamente, y que todavía no se hallen con la edad, robustez y fuerzas que se requieren para el Oficio, Arte o Profesión a que quieran dedicarse; y en atención a que para éstos se considera de poca o ninguna utilidad el estudio de la Gramática latina, como lo tiene acreditado la experiencia, pues además de olvidarla con gran facilidad por falta de ejercicio, pierden a lo menos tres o cuatro años lastimosamente; podría substituirse en su lugar la Gramática Española de la Real Academia: pero como no sirve solo el estudiarla, sino que es indispensable el explicar sus preceptos y reglas, no podrá tener efecto este útil pensamiento mientras no haya Maestros, que entendiéndola con perfección, sean capaces de explicarla y enseñarla como se requiere: y en tanto que pueda verificarse esta esencial parte de instrucción, que ciertamente haría honor a nuestro Idioma Nacional, convendrá que los niños se empleen en las Escuelas en perfeccionarse más y más en leer, escribir y contar, y aun ayudar a los Maestros en lo que alcancen sus conocimientos; todo con el honesto fin de que desde que salen de las Escuelas y hasta que se pongan a Oficio no anden vagantes y sin destino, adquiriendo los malos resabios, relajaciones y vicios, que son notorios y frecuentes en la inacción y falta de aplicación de la juventud, que por su ociosidad e inclinación a la diversión y disipación, necesita el más vigilante y eficaz freno y correctivo para contenerse en los justos límites de la razón.» (Nicolás Alonso de Miranda, “Plan para el gobierno y dirección de las Escuelas de Primeras Letras”, Actas y Memorias de la Real Sociedad Económica de los Amigos del País de la provincia de Segovia, Segovia, 1786, págs. 215-217.)

«El recién electo Protector del nuevo Colegio y Academia (antes Congregación de San Casiano) de profesores del noble arte de escribir de esta Corte, erigida bajo la inmediata protección del Consejo por Real provisión de 22 de Diciembre del año de 80, después de manifestar y recomendar en un elocuente discurso la necesidad que hay de promover la educación y enseñanza pública por los principios elementales y técnicos del arte de escribir, basa fundamental en que (según el mismo) estriba la felicidad del Estado, la tranquilidad interior de las familias, la gloria de la Religión, la pureza de las costumbres, y la fermentación general de todas las clases de que se compone el cuerpo político, hace unas breves investigaciones de este arte siguiendo su historia con las siglos más remotos, y continuando los progresos desde los primeros lineamentos, figuras y caracteres simbólicos, jeroglíficos, hierográficos, notas, y signos de aquellos tiempos hasta el estado de perfección a que ha llegado en nuestros días; mediante un establecimiento formado únicamente para purificar, limpiar, fijar y dar esplendor a nuestro idioma nacional, cuyos defectos y vicios contraídos se irán extinguiendo por la vigilancia de las personas encargadas de nuestra educación, y desaparecerán enteramente finalizado el nuevo método que el Consejo ha fiado a sus luces.» (“Discurso que en el acto de tomar posesión del encargo de Protector del Colegio Académico de profesores de primeras letras de Madrid en la Junta general de 29 de junio de 86 pronunció el Licenciado Don Joaquín Juan de Flores, Abogado de los Reales Consejos y del Colegio de esta Corte, &.”, Diario Curioso, del martes 19 de septiembre de 1786, pág. 333.)

1790 «En lo más fuerte de su servidumbre y en medio de su mayor opresión, dice, los vasallos del Imperio Bizantino poseían siempre una llave de oro, con la que podían abrir los tesoros de la antigüedad, y una lengua armoniosa y fecunda, que daba alma a los objetos de los sentidos, y cuerpo a las abstracciones metafísicas. Desde que se derribaron los baluartes de la Monarquía y aun de la Capital, una multitud de bárbaros había corrompido la forma y la substancia del idioma nacional. Por esta razón se compusieron voluminosos glosarios para interpretar un sin número de voces árabes, turcas, italianas, latinas, o francesas en su origen; pero el idioma de la Corte era puro y se enseñaba en los Colegios.» (“The hisory of the decline and fall of the Roman Empire, &c. por Mr. Eduardo Gibbon”, Espíritu de los mejores diarios literarios que se publican en Europa, de hoy lunes 3 de mayo de 1790, pág. 6.)

1804 «La fuerza del vencedor, me dirán, el comercio con naciones extranjeras, puede hacer formar a un pueblo un idioma distinto del que tenía. Es verdad, la fuerza del vencedor puede introducir su lenguaje en la nación vencida; ¿pero sería esto formar un idioma por pura invención &c.? No, sería formarla por imitación con la lengua del vencedor, y reliquias que necesariamente quedarían del idioma nacional, o sería trocar un idioma por otro; pero de ninguna manera tuvo lugar en el vascuence esta alteración; pues esta lengua ni es céltica, ni es fenicia, ni es hebrea, ni es griega, ni es latina, ni es goda, ni es árabe, ni de otra nación alguna, a quien pueda llamarse vencedora de España, como lo llevamos ya probado con toda claridad.» (“Apología de la lengua Vascongada, o ensayo crítico-filosófico de su perfección y antigüedad sobre todas las que se conocen, por D. Pablo Pedro de Astarloa”, Mercurio de España, Madrid 1804, tomo I, pág. 70.)

1806 «Reglas de los cinco órdenes de Arquitectura de Vignola, con 66 láminas, y un apéndice, donde se enseña por principios naturales y generales el método para que cada uno por sí mismo sepa determinar las sombras, tanto en los dibujos de los cinco órdenes, como en los de cualquiera otro cuerpo de Arquitectura. La necesidad que de este libro se experimentaba en España, con la suficiente explicación en el idioma nacional, nos ha movido a imprimirle y grabarle, sin embargo de su mucho coste, con la mira de servir al Público, y complacer a varios sujetos inteligentes que lo deseaban.» (Diario de Madrid, del jueves 24 de julio de 1806, pág. 106.)<(p>)

«No bastaba con esto, pues dando a la Alemania un idioma nacional, y a este idioma la libertad poética, necesitaba dar también al poeta la lira y la harmonía de sus cantos.» (“Biografía. Noticia histórica sobre la vida y las obras de Klopstock”, Minerva o El Revisor General, Madrid 1806, tomo II, pág. 140-141.)

1807 «Una persona de regular educación, solicita su colocación en una casa decente y encargo que pueda desempeñar; sabe leer, escribir y contar medianamente, y puede dirigir una correspondencia de cualquiera especie que sea en el idioma nacional; es de edad de 37 años; tiene personas de carácter que lo abonen; y darán razón de su Posada en la tienda de sombreros de los Sres. Bonanzi Hermanos, esquina de la calle de san Francisco frente de San Agustín.» (“Noticia suelta”, Diario Mercantil de Cádiz, del lunes 16 de noviembre de 1807, nº 319, pág. 2179.)

1814 «Este oficio bajo simple cubierta se ha dirigido a los jefes de los cuerpos militares, impreso en Vinaroz por D. Ramón Puchol, impresor del segundo ejército, con una nota adicional que al pie de la letra es como sigue:“Ved militares españoles, ved a vuestros generales, a los hombres a quienes la nación fía su suerte, vedlos reconvenidos por una junta censoria, este es el premio de vuestros sacrificios y de vuestros merecimientos.” Como esta sediciosa nota se halla escrita en Idioma GODOYANO y en el nuestro, es decir en idioma NACIONAL, tiene un sentido distinto; para facilitar a todos su mejor inteligencia, me ha parecido del caso hacer una explicación de sus dos significados. En Godoyano quiere decir: […] En nacional quiere decir…» (“Artículo comunicado al diario mercantil de la villa de Reus del 17 de febrero último”, Diario de Mallorca, del viernes 11 de marzo 1814, año VII, nº 70, pág. 278.)

gbs