Filosofía en español 
Filosofía en español

cubierta del libro Julio Cortázar

Fantomas contra los vampiros multinacionales

Excélsior, México 1975, 165×237 mm, cuaderno grapado, 4+80 páginas

[cubierta] “Fantomas contra los vampiros multinacionales | Una utopía realizable narrada por Julio Cortázar | Excélsior”. [3] “Vampiros multinacionales”. [5] “Julio Cortázar | Vampiros multinacionales”. [6] “Primera edición, junio de 1975 | Libros de Excélsior, Cía. Editorial, S. C. L. | Reforma 18, México 1, D. F. | Editado por PEPSA, Promotora y Editora de Publicaciones, S. A. | Diseño de la edición: Juan de Dios Campos E. | Portada: Oswaldo.” “Julio Cortázar cede los derechos de autor de esta historieta al Tribunal Russell.” [7-67] Texto e imágenes. [69-77] Apéndice. [79] “Impreso y hecho en México | en los talleres de Rotocolor de Excélsior | Donato Guerra Nº 12 | México 1, D. F. | Edición de 20.000 ejemplares”.

Del 11 al 18 de enero de 1975 se reúne en Bruselas la segunda sesión del Tribunal Russell II, en la que participa como miembro el escritor argentino, radicado en París, Julio Cortázar (Bruselas 1914-París 1984). [El Tribunal Russell II se había constituido en Bruselas el 6 de noviembre de 1973 –de acuerdo con la Bertrand Russell Peace Foundation y la colaboración de miembros del Primer Tribunal Internacional de los Pueblos– para estudiar la represión en Brasil, presidido por Lelio Basso, que había sido miembro del primer Tribunal Russell (1966-1967, sobre crímenes de guerra en Vietnam). La primera sesión del Tribunal Russell II se había celebrado en Roma, del 30 de marzo al 6 de abril de 1974, con denuncia de los derechos del hombre violados en Brasil, Chile y Uruguay. Había de disolverse en Roma, en la clausura de su tercera sesión, del 10 al 17 de enero de 1976.]

Con fecha 18 de febrero de 1975 la Organización Editorial Novaro publica, en México, el número 201 de su revista Fantomas, la amenaza elegante, una historieta titulada “La inteligencia en llamas”, argumento de Gonzalo Martré (pseudónimo de Mario Trejo, 1928) y dibujos de Víctor Cruz (1934): “Un episodio excepcional… arde la cultura del mundo. ¡Vea a Fantomas en apuros, entrevistándose con los más grandes escritores contemporáneos!” Sucede que han comenzado a desaparecer libros en bibliotecas de Londres, luego de París y Roma. Fantomas se entera en París, cuando sale del teatro acompañado por la bella y joven actriz italiana Ira von Furstenberg (1940), tras ver “La opera en tres actos” de Bertolt Brecht. Siguen incendios de bibliotecas, en Calcuta, Tokio, Moscú, Bogotá, Buenos Aires; y luego se desvanecen del mundo todas las Biblias, las Divinas Comedias y las novelas de Dostoyevski… Preocupados, los escritores comienzan a llamar por teléfono a Fantomas: Alberto Moravia (1907), desde Roma: “Creo que es una conjura fascista, pero imposible saber quién la dirige”; Julio Cortazar, desde Barcelona (“* Importante centro editorial de habla hispana. Novaro Editores tiene allí una casa filial”): “Al principio los editores bailaban de gusto: veían un gran negocio de millones de reediciones. El gozo se fue al pozo cuando recibieron anónimos amenazadores: morirían en caso de querer sustituir las ediciones quemadas”; Octavio Paz (1914), desde México: “Muy mal, Fantomas, este asunto mundial sobre los libros me tiene deprimido. Ya no se encuentra un solo ejemplar de Fuentes, Yáñez, Rulfo y Arreola (* escritores mexicanos contemporáneos). La gente llora en la calle. Hace unas horas trataron de incendiar mi casa unos desconocidos que huyeron en coches viejos sin placas. Por el amor que profesas al arte, ¡haz algo Fantomas!”; Susan Sontag (1933), desde un hospital de Los Ángeles: “Fui víctima de un atentado. No hice caso a unos anónimos y empecé a publicar reportajes condenando esta ola de terror cultural. No sé como salí con vida, Fantomas”…

«En ese momento me llegó de México un comic, me lo enviaba un amigo, diciéndome: mira, cuando un escritor entra como personaje en un comic, eso ya es la celebridad mundial. Me lo hacía como un chiste […] y me hizo mucha gracia verme como personaje de un comic. Pero en ese momento pensé un poco más, y dije, si esta gente me ha utilizado como personaje de un comic sin pedirme permiso, ¿por qué yo no voy a utilizar una parte de este comic sin pedirles permiso a ellos? Creo que tengo ganado el derecho moral.» (Julio Cortázar a Joaquín Soler Serrano, en Televisión Española, el 20 de marzo de 1977).

«El inefable Piazza, amigo y paisano de Cortázar remitió un ejemplar al célebre autor quien vivía en París desde hacía algunos años, exiliado. Al verse como personaje de historieta sin habérsele pedido permiso para ello, Cortázar halló el pretexto ideal para difundir sus ideas en una historieta, medio para hacerlas llegar a un lector distinto al habitual de su obra. Esto es, ampliar considerablemente el alcance de sus ideas. Piazza era colaborador en la página editorial del periódico Excélsior y le fue fácil convencer a Julio Sherer su director de que publicara un folletín de Cortázar. Por su parte, Scherer no lo pensó dos veces, aceptó en el acto la propuesta Cortázar-Piazza. Así nació en 1975 el folletín Fantomas contra los vampiros multinacionales con ilustraciones tomadas de “La inteligencia en llamas”, tiraje de 30 mil ejemplares que se agotó rápidamente.» (Gonzalo Martré, “La verdadera historia de Cortázar y Fantomas”, México, 18 septiembre 2014.)

En junio de 1975 el periódico Excélsior publica esta contra historieta, con la que busca Julio Cortázar difundir la sentencia del Tribunal Russell II de enero de 1975, pues “el bloqueo informativo en América Latina, perfectamente manipulado, como lo está, hizo que inmensas masas de población no tuvieran la menor noticia, no se enteraran de lo que el Tribunal Russell había hecho […] el Tribunal Russell no tiene medios, no puede luchar contra el Pentágono, no puede luchar contra los dólares”. En la página 6 especifica el editor que “Julio Cortázar cede los derechos de autor de esta historieta al Tribunal Russell,” y en nota a la primera frase del texto: “La reunión de Bruselas del Tribunal Russell II había terminado a mediodía”, aconseja el narrador: “El lector interesado en conocer detalles sobre este tribunal los encontrará en el Apéndice, pp. 71/77. Un consejo amistoso: lea el apéndice al final, para qué apurarse si aquí todo va de lo más bonito.”

“Eliminé todo lo que no me interesaba, guardé algunas de esas imágenes, y escribí una historia, que es una nueva versión de lo que realmente pasó, en donde Fantomas, en definitiva, al ir a liquidar a una sola persona, está cayendo en la trampa, porque ese genocidio cultural no es la obra de un loco, es la obra de todo un sistema, que yo llamo el imperialismo norteamericano, que en América latina hace todo lo que puede para asimilarnos a su estilo de vida, a su manera de pensar, y en última instancia, a su american way of life, a su manera de entender el mundo, que es un sistema capitalista, imperialista, que tú sabes muy bien que no es mi sistema ideal, ni la vía que yo pienso que tiene que ser la de América Latina. Entonces escribí ese texto, intercalando las aventuras de Fantomas, pero cambiándole el sentido, y en última instancia incluí la sentencia del Tribunal Russell. Y le pedí al editor que publicase eso imitando lo más posible una de esas pequeñas revistas de comics, y que, en vez de venderlo en las librerías, lo vendiera en los quioscos. El resultado fue que 60.000 mexicanos leyeron eso en dos meses, y que eso se distribuyó, hasta donde se podía distribuir, en América Latina.”

Décadas después son varias las copias y transcripciones del texto de Fantomas contra los vampiros multinacionales que circulan por internet, pero varios de sus transductores, seguramente por su propia imbecilidad más que por malevolencia, evitan copiar el Apéndice, la sentencia del Tribunal Russell II, que es parte inseparable del resto, aparte la consideración que pueda o deba merecer hoy tal institución.

 

Apéndice

El Tribunal Russell II, del que se habla en esta historieta, es la prolongación del Tribunal Russell I, creado a iniciativa del famoso pensador inglés Bertrand Russell para investigar los crímenes cometidos por las tropas norteamericanas en Vietnam. Reunido en dos ocasiones (Roma, abril de 1974, y Bruselas, enero de 1975), el Tribunal Russell II se dedicó a investigar la situación imperante en diversos países de América Latina, y habrá de reunirse nuevamente para completar sus trabajos referentes a las múltiples violaciones de los derechos humanos y de los derechos de los pueblos en Brasil, Chile, Uruguay, Bolivia, Paraguay y otros países del continente latinoamericano.

En la reunión de Bruselas, el Tribunal Russell estuvo constituido de la manera siguiente:

Presidente:

Lelio Basso. Senador de la Izquierda Independiente Italiana

Vice-Presidentes:

Vladimir Dedijer. Historiador yugoslavo

Gabriel García Márquez. Escritor colombiano

François Rigaux. Profesor de Derecho Internacional Universidad Católica de Louvain

Albert Soboul. Profesor de la Sorbona

Miembros:

Juan Bosch. Ex Presidente de la República de Santo Domingo

George Casalis. Teólogo protestante

Julio Cortázar. Escritor argentino

Giulio Girardi. Teólogo católico

Uwe Holtz. Miembro del Partido Social Demócrata Alemán. Miembro del Parlamento de la RFA

Alfred Kastler. Premio Nobel de Física

John Molgaard. Miembro del Partido Social Demócrata Danés, Dirigente Sindical

James Petras. Profesor de Sociología de la Universidad de Nueva York

Pham Van Bach. Presidente de la Comisión de Investigación de los Crímenes Norteamericanos de Guerra en Vietnam

Laurent Schwartz. Matemático

Alberto Tridente. Secretario Nacional de la FLM (Italia)

Armando Uribe. Profesor de Derecho Internacional y ex Embajador de Chile en Pekín

En el curso de sus audiencias, el Tribunal escuchó numerosos informes y testigos, y consultó una abundante documentación escrita y audiovisual. Basándose en esos antecedentes, el Tribunal comprobó:

A. Violación de los derechos del hombre y de los derechos de los pueblos.

1. Que, lejos de disminuir, después de pronunciada su primera sentencia la represión no ha dejado de intensificarse en el Brasil, en Chile, en Bolivia y en Uruguay; que la parte resolutiva de esta primera decisión, a saber, que los gobiernos de estos cuatro Estados son culpables de violaciones graves, repetidas y sistemáticas de los derechos del hombre, ha sido confirmada por las informaciones complementarias presentadas ante el Tribunal;

2. Que se han aportado pruebas concordantes y concluyentes de que el Estado de derecho ha sido sistemáticamente destruido y que las libertades civiles y políticas, así como los derechos sociales y sindicales, han sido suprimidos en los siguientes países: Guatemala, Haití, Paraguay y República Dominicana; en consecuencia, hay mérito para extender a los gobiernos de estos cuatro países la condena ya formulada contra el Brasil, Chile, Bolivia y Uruguay;

3. Que se ha formulado una denuncia formal de violación de los derechos del hombre en Nicaragua y en la República Argentina; que atentados políticos que llegan hasta el asesinato son cometidos por o con la complicidad de las autoridades de la República Argentina y que el Tribunal se ha alarmado particularmente por la situación creada a los refugiados políticos en este último país;

4. Que el gobierno de los Estados Unidos, así como las autoridades puertorriqueñas que obedecen a sus órdenes, violan la Resolución 1514 (XV) de la Asamblea General de las Naciones Unidas del 14 de diciembre de 1960, según la cual debía efectuarse, sin condiciones ni reservas, el paso inmediato de todos los poderes a los pueblos que no han obtenido su independencia, y que también son violadas las resoluciones relativas a Puerto Rico, adoptadas en 1972 y 1973 por el Comité Especial de descolonización creado por esta misma Asamblea;

5. Que se ha verificado la contaminación de los recursos naturales, el deterioro ecológico y la esterilización de las mujeres en diversos países de América Latina, imputables a la persecución desenfrenada de beneficios por parte de las empresas multinacionales norteamericanas, todo lo cual es particularmente grave y sistemático en Puerto Rico;

6. Que en los últimos veinticinco años, e incluso recientemente, las fuerzas gubernamentales de Colombia han asesinado a dirigentes campesinos y a estudiantes, y que los campesinos son arrestados en gran número. Además, los prisioneros son detenidos en forma irregular y mantenidos en condiciones materiales deplorables.

Estos hechos, que atentan contra los derechos humanos son cometidos dentro del marco de mecanismos políticos tales como la militarización permanente de varias regiones de Colombia, utilizando el estado de sitio y otras medidas legales excepcionales.

La aplicación de esas medidas legales nace de la presión de los intereses privados norteamericanos, que buscan explotar las riquezas naturales del pueblo de Colombia, entre ellas el carbón, el níquel y el gas;

7. Que las comunidades indígenas de la América Latina, primeras víctimas de la agresión colonial, continúan sometidas a un régimen discriminatorio en el interior de pueblos globalmente reprimidos, bajo la presión y en el interés de las empresas privadas, multinacionales y locales; que el crimen de genocidio, en este punto, debe estimarse imputable al gobierno brasileño, en vista de pruebas precisas y circunstanciadas puestas a disposición de este tribunal; que la integridad de algunas comunidades indígenas de Colombia se encuentran en peligro por atentados que el gobierno no castiga.

B. Las causas económicas de la violación de los derechos del hombre y del derecho de los pueblos.

El tribunal ha comprobado que los Estados Unidos de América y las empresas extranjeras que ejercen actividades en América Latina, por intermedio de filiales o de sociedades sobre cuyo capital y operaciones ejercen un control dominante –y entre las cuales las más fuertes y más numerosas son norteamericanas– han tenido y tienen, con la complicidad de las clases opresoras de América Latina, una intervención permanente a fin de asegurarse los más altos beneficios económicos y la dominación estratégica. Tal intervención se traduce:

— en la presencia masiva de sociedades multinacionales en la mayoría de los países de América Latina; sociedades cuyos centros de decisión se hallan fuera de esos países y cuya sola presencia, teniendo en cuenta su importancia, constituye un atentado a la autonomía del país receptor;

— en el saqueo de las riquezas naturales de estos países, de su suelo, de su medio ambiente, de sus materias primas, de su mano de obra, de sus recursos intelectuales y también de los capitales creados por el proceso de acumulación interna;

— en el hecho de que estas empresas obtienen de los gobiernos locales que éstos paguen los gastos de infraestructura necesarios a su actividad;

— en la importación forzada de la tecnología, que impide la existencia de una investigación y de un desarrollo nacionales y grava fuertemente la balanza de pagos, con la remisión de derechos de patentes y regalías;

— en la exportación de una gran parte de los sobrebeneficios realizados, o en la inversión interna, gracias a exenciones fiscales muy favorables, que les permite expandir su dominación sobre nuevos sectores económicos;

— en la utilización, necesaria a este proceso de explotación, de una oligarquía local y de un gobierno controlado por ella para mantener los salarios a un nivel bajo, imponer condiciones de trabajo inhumanas y coartar por todos los medios el ejercicio de los derechos sindicales, de asociación y de huelga, por parte de los trabajadores, utilizando para impedirlo la represión e inclusive el asesinato;

— en el deterioro constante de la distribución de la renta y la reducción del poder de compra de los salarios, que permiten acrecentar la acumulación incontrolada del capital, de tal forma que, contrariamente a los que la propaganda de tales gobiernos y de esas empresas pretende, las condiciones de vida de los pueblos, lejos de mejorar, sufren un proceso de pauperización constante y, en algunas regiones, de pauperización absoluta, al mismo tiempo que aumentan las utilidades de las empresas;

— en la utilización de los países y de los pueblos de América Latina en función de las necesidades de los Estados Unidos de América y el establecimiento, en esta perspectiva, de producciones orientadas hacia el mercado exterior, o al consumo de las clases privilegiadas, o de producciones destructoras del medio ambiente;

— en la constante oposición a toda tentativa de los pueblos para apropiarse de los instrumentos de su desarrollo, oposición que se ejerce por medio de la utilización abusiva del poder económico, a través de la reducción de los aportes financieros internacionales, la obstrucción de los suministros, el bloqueo, el entorpecimiento de las exportaciones el embargo y otros procedimientos judiciales en el extranjero, el autosabotaje de grupos extranjeros presentes en el país, el financiamiento de “huelgas” patronales, la obstrucción de la actividad legislativa, el financiamiento de grupos reaccionarios (prensa, partidos políticos, ejército) y aun la intervención directa. Es con esta intervención directa, incluso militar, que la “Ley sobre el Comercio”, firmada el 3 de enero de 1975 por el Presidente de los Estados Unidos, amenaza a los pueblos que intenten usar de su derecho a disponer de sus riquezas naturales y de su derecho a la soberanía económica.

De lo recién expuesto se concluye:

— que las empresas norteamericanas organizan en su provecho el saqueo de los recursos de toda índole de la América Latina y las violaciones de los derechos fundamentales del hombre que acompañan este saqueo;

— que es su voluntad y su estrategia impedir el desarrollo económico de los países latinoamericanos y su control por los pueblos, cuya dominación total procuran obtener;

— que el gobierno norteamericano y las oligarquías locales son coautores de ese pillaje, de esas violaciones de los derechos y de esta estrategia, así como de sus consecuencias.

Todos estos hechos constituyen violaciones específicas:

Del derecho de los pueblos a la autodeterminación;

Del derecho de los pueblos a disponer de sus riquezas naturales;

Del derecho de los pueblos a la no-intervención en sus asuntos internos;

Del derecho de los pueblos al progreso económico, social y cultural;

Del derecho de los pueblos a la plena participación en el proceso y en las ventajas del desarrollo;

Del derecho de los pueblos a escoger libremente su sistema económico y social;

Del derecho de los pueblos a un precio justo y equitativo de las materias primas;

Del derecho de cada pueblo a recuperar su soberanía permanente sobre sus recursos naturales;

Del derecho y del deber de todo Estado de eliminar el neocolonialismo y cualquier otra forma de ocupación y de dominación, así como sus consecuencias económicas y sociales;

derechos todos proclamados por las Naciones Unidas, que constituyen en su conjunto un sistema coherente de derecho internacional.

Por todos estos motivos
EL TRIBUNAL

Sobre los derechos del hombre:

Recuerda que en su sesión de Roma declaró culpables de violaciones graves, repetidas y sistemáticas de los derechos del hombre a las autoridades de facto que ejercen el poder en Brasil, Chile, Uruguay y Bolivia y confirma esta condena;

Además, teniendo en cuenta la magnitud de las referidas violaciones, declara que constituyen, tomadas en conjunto, un crimen contra la humanidad, perpetrado en cada uno de esos cuatro países por las mismas autoridades de hecho;

Declara hoy día culpables, en las mismas condiciones, a las autoridades de hecho que ejercen el poder en Guatemala, Haití, Paraguay y la República Dominicana;

Declara culpable al gobierno del Brasil del crimen de genocidio;

Los elementos complementarios de información presentados al Tribunal, le permiten sostener, además, que los derechos sociales y sindicales, las libertades de asociación y de sindicación han sido sistemáticamente destruidos en los citados países.

En lo que concierne a la República Argentina, el Tribunal expresa su profunda inquietud por los arrestos, persecuciones, torturas y asesinatos de militantes, de obreros y profesionales, como también de refugiados políticos sudamericanos, y decide abrir inmediatamente una encuesta para establecer la amplitud de la responsabilidad del gobierno argentino a este respecto.

Sobre los derechos de los pueblos:

Declara atentatorio a la soberanía y a los derechos de los pueblos las actividades de las sociedades multinacionales;

Declara que las actividades de las sociedades multinacionales y de otros inversionistas extranjeros en países de América Latina, justifican su nacionalización, ya sea sin indemnización, a título de sanción, o bien deduciendo de ella los beneficios excesivos;

Declara igualmente que los pagos de indemnizaciones efectuados a las sociedades multinacionales por los gobiernos ilegítimos y represivos en contradicción con la ley que norma el acto de nacionalización y el derecho de los pueblos, carecen de toda validez y generan una responsabilidad imprescriptible para quienes han recibido tales pagos y para quienes los han efectuado.

Denuncia las tentativas hechas por las sociedades multinacionales para hacerse reconocer la calidad de sujetos del derecho internacional; declara que éstas deben estar sometidas exclusivamente a las jurisdicciones nacionales y que el establecimiento de jurisdicciones especiales y comunes a los Estados y a las empresas multinacionales es contrario al derecho internacional;

Declara que algunas entre ellas han llegado a ser coautoras de golpes de Estado fascistas, como es el caso de la I.T.T. en Chile;

Condena a las personas y autoridades que se han apropiado del poder por la fuerza y que lo ejercen despreciando los derechos de sus pueblos;

Condena por estos cargos a las personas que ejercen actualmente el poder en el Brasil, Chile, Bolivia, Uruguay, Guatemala, Haití, Paraguay y la República Dominicana;

El Tribunal declara que, en el caso de la Junta Militar presidida por el general Pinochet en Chile, ésta se encuentra en una situación de total violación del derecho internacional nacional y no merece ser considerada como parte integrante de la comunidad organizada de Naciones;

Condena al gobierno de los Estados Unidos que alienta o favorece tales hechos: condena por tanto al presidente Nixon, que los ordenó, y al presidente Ford, que los justifica y continúa, y a los gobernantes de los Estados Unidos y, más particularmente, al señor Henry Kissinger cuya responsabilidad en el golpe de Estado fascista en Chile es evidente para el Tribunal, en vista de los documentos publicados en los Estados Unidos mismos.

EL TRIBUNAL

Exige la liberación inmediata de todas las personas detenidas por sus actividades y por sus opiniones políticas.

Manifiesta su viva preocupación frente a las violaciones del derecho internacional y de los derechos de los pueblos en Colombia; subraya el papel de los intereses extranjeros en estas violaciones y declara su intención de proceder a una investigación completa por todos los medios apropiados y posibles, incluso el envío de una comisión ad-hoc, a fin de pronunciarse definitivamente en su tercera sesión sobre la situación de ese país y la responsabilidad de su gobierno.

Declara, igualmente, en el caso de Nicaragua, que procederá a efectuar investigaciones suplementarias en el curso de la próxima sesión.

En el curso de esa sesión habrá también que determinar con mayor precisión:

— la naturaleza y el alcance de las intervenciones militares y policiales de los Estados Unidos de Norteamérica en América Latina, así como las del Brasil;

— la influencia de la formación militar adquirida por miembros de los ejércitos latinoamericanos en las escuelas de guerra de los Estados Unidos;

— el papel de las sociedades multinacionales en el proceso de desculturización de los pueblos latinoamericanos;

— la naturaleza de los lazos de interdependencia entre las autoridades políticas y los poderes económicos privados, para determinar el centro de gravedad de las responsabilidades.

EL TRIBUNAL

Acuerda que una copia de esta decisión sea remitida a las autoridades nacionales e internacionales incluidas en la sentencia.

[Julio Cortázar, Fantomas contra los vampiros multinacionales, México 1975, páginas 69-77.]

1976 «—Entre otros, Dorfman y Mattelart ya han dicho lo suyo con respecto a la historieta. Tu texto más reciente, Fantomas, puede caer, obviamente bajo el rótulo de “historieta”, de “comic book”. Al margen de todo eso, ¿qué función tiene Fantomas?, ¿es simplemente informar explícitamente sobre el Tribunal Russell y lo que ocurre en Chile, o lo estás viendo en varios planos?
—Mira, Fantomas nació con una intención muy concreta. En México, como en cualquier país del mundo en general, los comics tienen un prestigio, una fuerza en la imaginación popular enorme, la gente los devora. Entonces es evidente que si a través de un comic, modificándolo como traté yo de hacerlo en Fantomas, se consigue hacer pasar otro tipo de mensaje, que nada tiene de “comic”, en el sentido literal del término, evidentemente eso puede convertirse en un vehículo sumamente útil de difusión de ideas. Te diré que esta idea de Fantomas me vino cuando, después de haber visitado Venezuela, descubrí hasta qué punto en América Latina se ignoraba prácticamente la labor del Tribunal Russell; eso lo confirmé después en México, todavía más, pero ya llevaba en el bolsillo el manuscrito de Fantomas. Entretanto se me había ocurrido que si se podía hacer una edición muy popular, que no sólo se vendiera en librerías sino en quioscos, con la sentencia del Tribunal Russell, un resumen de sus trabajos, de sus ideales, y un ataque a fondo en el cuerpo del relato sobre lo que constituye el tema del trabajo del Tribunal, eso podía llegar a tocar capas de la población que en general son impermeables hasta este momento por ese trabajo, por un lado, de lavado de cerebro, y por otro lado, de barrera de información controlado por las agencias de noticias norteamericanas en América Latina.» (Saúl Sosnowski [Buenos Aires 1945], “Entrevista a Julio Cortázar”, Hispamérica, Maryland, abril 1976, nº 13, págs. 53-54.)

Julio Cortazar sobre Fantomas en marzo de 1977

Fragmento de la entrevista a Julio Cortázar por Joaquín Soler Serrano
(A fondo, Televisión Española, 20 de marzo de 1977, segunda parte 22:30-28:18)

JSS. A todo esto nos hemos saltado un libro, del que en España hay muy pocas noticias, que se llama Fantomas

JC. ¿que eso es un libro…? no sé si es un libro, en realidad es un comic, ¿cómo dicen en España a las historietas?…

JSS. …un comic

JC. ¿…dicen un comic?, ¡qué lástima, que en América latina y en España tengamos que utilizar palabras inglesas, cuando hay tan bellas palabras españolas!

JSS. Aquí le llamábamos siempre historietas, lo que pasa es que el comic, la palabra comic, nos ha invadido también, con posterioridad que a vuestros países…

JC. En todo caso, sirve como signo, uno se entiende. La historia de Fantomas es la siguiente, y te la voy a contar un poquito en detalle, porque creo que tiene sentido. Es un libro que, por circunstancias obvias, no entró en España en la época en que se publicó, supongo que entrará ahora, y la verdad es que me gustaría que mis amigos lo leyeran. La historia es la siguiente:

Yo había estado trabajando con el Tribunal Bertrand Russell, que hizo tres reuniones, dos en Roma y una en Bruselas, donde se cuestionó y se puso sobre el tapete el propio problema de la violencia, de la tortura, de los regímenes de extrema derecha en el Cono Sur. Y sabes muy bien como funciona el Tribunal Russell, que había hecho ya su trabajo sobre la Guerra del Vietnam. Consiste en la audición de testigos y el control de esas audiciones por juristas imparciales y, en definitiva, una sentencia, que no tiene, desgraciadamente, ningún valor práctico, pero sí un valor moral. Es decir, condenar ciertos gobiernos, condenar ciertos sistemas, condenar determinadas fuerzas negativas, en este caso en América Latina.

Puesto que me conoces, sabes muy bien que acepte ser miembro de ese jurado, y que trabajé todo lo que pude en el Tribunal. Pero luego, a la hora de la sentencia, pasó que el bloqueo informativo en América Latina, perfectamente manipulado, como lo está, hizo que inmensas masas de población no tuvieran la menor noticia, no se enteraran de lo que el Tribunal Russell había hecho en ese plano. Lo cual, naturalmente, el Tribunal no podía impedirlo, porque no tiene medios. El Tribunal Russell no puede luchar contra el Pentágono, no puede luchar contra los dólares. Se tenía que limitar a la distribución más eficaz posible, pero muy limitada.

En ese momento me llegó de México un comic, me lo enviaba un amigo, diciéndome: mira, cuando un escritor entra como personaje en un comic, eso ya es la celebridad mundial. Me lo hacía como un chiste. Yo empecé a mirar ese comic, es un comic que se publica en México, que son las aventuras de Fantomas, que originalmente es un personaje de Francia, pero lo han aztequizado, si se puede decirlo, lo han vuelto mexicano. Y este Fantomas, en esa historieta, se enfrenta con un loco, que armado de una especie de rayo laser, ha decidido destruir la cultura: quema bibliotecas, incendia las bibliotecas. Entonces los escritores, desesperados ante ese genocidio cultural, se dirigen a Fantomas, porque es el único superhombre que puede luchar contra un superasesino, un supercriminal. Y en el comic se veía a Octavio Paz telefoneándole a Fantomas, diciéndole tienes que hacer algo, tienes que salvarnos. Se le veía a Alberto Moravia, se la veía a Susan Sontag, y se me veía a mí, que le telefoneaba diciéndole, Fantomas, confiamos en tí, tienes que hacer alguna cosa. Y Fantomas sacaba pecho, se lanzaba volando, porque vuela Fantomas, y finalmente descubría a este maniático y lo liquidaba, como en todo buen comic.

Me llegó eso, y me hizo mucha gracia verme como personaje de un comic. Pero en ese momento pensé un poco más, y dije, si esta gente me ha utilizado como personaje de un comic sin pedirme permiso, ¿por qué yo no voy a utilizar una parte de este comic sin pedirles permiso a ellos? Creo que tengo ganado el derecho moral.

Eliminé todo lo que no me interesaba, guardé algunas de esas imágenes, y escribí una historia, que es una nueva versión de lo que realmente pasó, en donde Fantomas, en definitiva, al ir a liquidar a una sola persona, está cayendo en la trampa, porque ese genocidio cultural no es la obra de un loco, es la obra de todo un sistema, que yo llamo el imperialismo norteamericano, que en América latina hace todo lo que puede para asimilarnos a su estilo de vida, a su manera de pensar, y en última instancia, a su american way of life, a su manera de entender el mundo, que es un sistema capitalista, imperialista, que tú sabes muy bien que no es mi sistema ideal, ni la vía que yo pienso que tiene que ser la de América Latina.

Entonces escribí ese texto, intercalando las aventuras de Fantomas, pero cambiándole el sentido, y en última instancia incluí la sentencia del Tribunal Russell. Y le pedí al editor que publicase eso imitando lo más posible una de esas pequeñas revistas de comics, y que, en vez de venderlo en las librerías, lo vendiera en los quioscos. El resultado fue que 60.000 mexicanos leyeron eso en dos meses, y que eso se distribuyó, hasta donde se podía distribuir, en América Latina.

2011 «El episodio Cortázar. Cardona Peña era un hombre muy culto, un fino poeta, un excelente cuentista de ciencia ficción y del género fantástico. Por eso estuvo inmediatamente de acuerdo cuando le propuse la incursión de algunos personajes de la vida literaria en la historieta. De tal suerte que me dejó manos libres para ese tipo de apariciones, llamémosle, “cultas”. Además, en ninguna historieta mexicana se tenía esa costumbre. En algún momento se me ocurrió un argumento que tuviera cierto paralelismo a Fahrenheit 451 de Ray Bradbury. Con sus variantes, claro, pero ahí estaba la quema de libros. En la historieta los culpables de la quema pertenecían a un grupo de “pelafustanes”, no era el sistema, sino una banda misteriosa que los incineraba indiscriminadamente sin hacer distinción alguna de temas. Además, como ya tenía avanzada la idea de meter personajes de la vida real y estaban de moda Cortázar y Octavio Paz, los metí en Fantomas junto con otros escritores en un número que se llamó, en honor a Gorostiza: La inteligencia en llamas.
En Editorial Novaro había una división de libros que estaba a cargo de Luis Guillermo Piazza. Por cierto, René Avilés Fabila en su libro Recordanzas lo definió como un intelectual de quinta en Argentina convertido en intelectual de primera aquí. El hecho es que alguien le llevó a Piazza el ejemplar de La inteligencia en llamas, y él, a su vez, se lo envió a Cortázar con quien tenía amistad. Entonces Cortázar dijo bueno, a mí nunca me pidieron permiso para aparecer, por lo tanto se me ocurrió la idea de hacer un folletín con el personaje Fantomas.
Piazza colaboraba en la página editorial de Excélsior y le propuso a Julio Scherer hacer el folletín. Scherer dijo: hágase la luz y por supuesto que se hizo. Fue un éxito. Se titulaba Fantomas contra los vampiros multinacionales, aunque en él había otros asuntos aparte de la quema de libros, porque se mezcló el asunto del Tribunal Russell que por aquellos años ocupaba el tiempo de Cortázar.» (Gonzalo Martré, “Recuerdo de Fantomas y Fantomas en las peluquerías”, sábado 15 octubre 2011: http://elcentenariodefantomas.blogspot.com.es)

2014 «En 1911 apareció en París un folleto novelado con un personaje novedoso de nombre Fantomas, asesino y ladrón cruel que sobrevivía gracias a su conocimiento del sistema de alcantarillado de París. Fantomas usaba antifaz con el que conservaba celosamente el anonimato y robaba a los ricos, mas no para regalar a los pobres sino para atesorar una fortuna personal. Era siniestro y despiadado. El folletín fue creación de dos escritores franceses Marcel Allain (1885-1970) y Pierre Souvestre (1874-1914), tuvo gran éxito y sus tirajes fueron inusuales para la época. Ingresó a la literatura universal. La guerra de 1914 y luego el tiempo se encargaron de la declinación de las aventuras del personaje, pero la saga completa fue recogida en una edición francesa y luego traducida en España.
En México, allá por 1968, se le ocurrió a Guillermo Mendizábal, quien después sería el dueño de Editorial Posada, revivir a Fantomas en forma de historieta pero despojándolo de su carácter de criminal empedernido para dotarlo de características propias de un Robin Hood modernizado. Fantomas seguía actuando en París, pero ahora utilizando la tecnología propia de la posguerra; Mendizábal creó a su equipo compuesto fundamentalmente por el profesor Semo, su robot C-19 y sus bellas ayudantes con nombres del Zodiaco. El diseño gráfico de toda su parafernalia estuvo a cargo del excelente dibujante Rubén Lara.
Lo llevó a la Editorial Novaro, por aquel entonces la principal maquiladora de historietas gringas que cubría México, Centroamérica y parte de Suramérica. Novaro estaba dividida en dos secciones, la primera, la que dejaba mayor ingreso, a cargo de Alfredo Cardona Peña, fino poeta y cuentista; la segunda, la que se comía parte de los ingresos de la primera, la sección de libros, literatura, poesía, arte, etcétera a cargo del argentino Luis Guillermo Piazza, sedicente intelectual perteneciente a la mafia de Fernando Benítez.
La historieta Fantomas, la Amenaza elegante fue un éxito; a la altura del sexto número Mendizábal creyó llegado el momento de tratar el nada deleznable asuntillo de sus regalías, pero encontró una sorpresa sumamente desagradable, Novaro no pagaba regalías, sino que hacía pago una sola vez por el argumento y sus derechos así como de la realización gráfica. No pagaba mal, pero nada comparable a las regalías que debería cobrar el autor y su dibujante cuando la historieta llegó a ser de tiraje masivo de hasta 750.000 ejemplares por número. Mendizábal se enteró asimismo de que Novaro había registrado al personaje y su parafernalia como propios. Esto es, despojó a Mendizábal y Lara, quienes optaron por no entregar más números.
Alfredo Cardona Peña buscó quienes los sustituyeran, pues Fantomas crecía desmesuradamente. Los encontró en el bar Salón Palacio, donde los sábados sesionaba la Liga de Escritores y Artistas Borrachos (LEAB) cuya mayoría colaboraba en el suplemento cultural de El Nacional dirigido por el poeta español Juan Rejano. Cardona Peña era el patriarca de la LEAB y un buen día ofreció a los contertulios la oportunidad de mejorar sus ingresos escribiendo argumentos para Fantomas. Aceptamos unos cinco miembros distinguidos de la LEAB, dos no dieron el ancho y quedamos Xorge del Campo, Gerardo de la Torre y yo, Gonzalo Martré. Junto con Rosa María Philips quien ya trabajaba para Novaro, durante un año hicimos argumentos para Fantomas; durante ese año la Philips se retiró por enfermedad grave, Xorge por parecerle ese trabajo indigno de su talento como ensayista literario y Gerardo porque encontró mayores ingresos en la TV educativa. Me quedé como único argumentista durante los siguientes 8 años; aporté nuevos personajes y modalidades para hacer a Fantomas más atractivo para los lectores. Entre esas invenciones mías introduje la modalidad de que Fantomas tuviese amigos famosos en el mundo del arte y el intelecto, y para resolver ciertos problemas que se le presentaban, Fantomas consultaba o platicaba con gente como Sartre, Fellini y otros figurones similares. Decididamente, Fantomas era una historieta sui géneris y yo la mantenía viva conservando y mejorando sus características de bandido generoso sin llegar a los extremos del asesinato.
En 1975 entregué a Cardona Peña el argumento titulado “La inteligencia en llamas” (título sacado de un verso del poema Muerte sin fin de José Gorostiza), cuya trama trata de una secta de fanáticos que andan quemando libros por todo el mundo y amenazando a sus autores. En ese número, Fantomas se comunica telefónicamente con varios altos personajes de la literatura e intelectualidad, entre ellos Julio Cortázar (con todos se habla de tú) y cambian impresiones sobre la amenaza mundial que se cierne sobre la cultura universal. El dibujante --Víctor Cruz-- se esmeró en retratar bien a Cortázar y su nombre apareció exactamente igual a como era.
El inefable Piazza, amigo y paisano de Cortázar remitió un ejemplar al célebre autor quien vivía en París desde hacía algunos años, exiliado. Al verse como personaje de historieta sin habérsele pedido permiso para ello, Cortázar halló el pretexto ideal para difundir sus ideas en una historieta, medio para hacerlas llegar a un lector distinto al habitual de su obra. Esto es, ampliar considerablemente el alcance de sus ideas. Piazza era colaborador en la página editorial del periódico Excélsior y le fue fácil convencer a Julio Sherer su director de que publicara un folletín de Cortázar. Por su parte, Scherer no lo pensó dos veces, aceptó en el acto la propuesta Cortázar-Piazza. Así nació en 1975 el folletín Fantomas contra los vampiros multinacionales con ilustraciones tomadas de “La inteligencia en llamas”, tiraje de 30 mil ejemplares que se agotó rápidamente.
En 1975 yo enfrentaba serios problemas para publicar mi novela Los símbolos transparentes cuya temática es del 68 mexicano, Cortázar vino a México para la presentación de su folletín pero no pude contactarlo, sin embargo conseguí su dirección en París y le escribí posteriormente identificándome como el autor del argumento de la historieta “La inteligencia en llamas” , contándole mis problemas con mi novela y solicitando su apoyo para publicarla en Argentina; me contestó luego explicándome que por el momento no estaba en buenas relaciones con los editores argentinos lo cual le impedía ayudarme. Conservé esa carta muchos años hasta que hace unos tres la doné al Museo del Escritor y ahí está. En la actualidad, la historieta Fantomas es de culto; en el Internet se ofrecen colecciones de la misma a precios estratosféricos, algunos números son muy buscados y codiciados como aquel de “La inteligencia en llamas” y la primera edición de “Fantomas contra los vampiros multinacionales” (existe una segunda, publicada en Argentina).
Caso notable, lo que en 1975 yo buscaba infructuosamente, ver mi novela LST publicada en una editorial internacional, finalmente lo conseguí a través de Cortázar 39 años después, en el 2014, pues es indudable que, la incursión de Cortázar en la historieta debida a mí, pesó mucho en la decisión de Alfaguara.» (Gonzalo Martré, “La verdadera historia de Cortázar y Fantomas”, México, 18 septiembre 2014, milenio.com.)