Filosofía en español 
Filosofía en español

cubierta del libro Karlos Ch. F. Krause

Lecciones sobre el sistema
de la filosofía analítica
por D. Julián Sanz del Río
Primera, segunda y tercera lección.

Imprenta de los Sres. Andrés y Díaz, Plazuela del Duque de Alba, núm. 4.
Madrid 1850, xii+78+6 páginas.

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Índice
Consideraciones preliminares, v-xi
Lección primera, 1-23
   Sumario, 24-28
   Adición a la primera lección, 29-33
Lección segunda, 35-48
   Sumario, 49-52
   Notas y adiciones, 53-54
Lección tercera, 55-69
   Sumario, 70-73
   Notas y adiciones, 74-76
Nota, 77.
Fe de erratas, 78.
Análisis preliminar del contenido de las tres lecciones siguientes.
   Lección cuarta, 1-2
   Lección quinta, 3-5
   Lección sexta, 5-6.

 

Consideraciones preliminares

Para la inteligencia de las lecciones que siguen y que se publicarán con cortos intervalos, nos permitimos aquí previamente algunas aclaraciones.

Todos nosotros, a la primera consideración del concepto de Ciencia, no podemos menos de representarnos desde luego ciertas ideas, según las cuales pensamos que la ciencia como tal antes y sobre todo particular contenido debe ser, y aun exigimos que lo sea. Así, por ejemplo, pensamos que ciencia y debajo de ciencia en general ciencia humana, debe ser en sí algo de unidad, y al mismo tiempo una variedad de su contenido. Pensamos que debe abrazar todo lo particular que contenga en forma de un organismo relacionado en todas sus partes; de suerte que cada parte, en medio de su peculiaridad y distinción; represente y sea como órgano de todas las demás partes y del todo. Pensamos todavía de la ciencia formalmente como tal, que debe ser algo constante sobre toda mudanza y alteración, siempre idéntica y conteste consigo en género de Saber. Por último, pensamos que debe ser alguna cosa de su género siempre anterior y superior a todo particularismo o exclusión; que a su manera, y hasta donde su concepto comprende, debe consistir en universalidad y suficiencia de lo mismo que supone, esto es, de conocer y saber y para el fin que su enunciado preindica, esto es, para la satisfacción de esta cuestión e investigación a que el hombre se siente interiormente movido respecto de todo lo que le rodea, y al tenor de estas o semejantes preguntas: ¿qué es? ¿cómo es ello en sí? ¿qué es, y cómo es para conmigo? ¿por qué es y sucede? ¿por qué medio es de mí sabido? Sobre todas estas eternas cuestiones y necesidades intelectuales esperamos hallar satisfacción en la ciencia y en cuanto nosotros intentamos entrar en ella desenvolviendo nuestra actividad para fin de alcanzar conocimiento científico.

Pero si ciencia, pensamos considerando más adelante, no puede menos de ser formalmente como tal algo en sí perfecto, en sus partes contenidas orgánico, y en su mismo desenvolvimiento, que es el saber, medido ordenado donde todo se suceda en su justo lugar, y solo de esta manera sea todo también medio legítimo para lo ulterior y para un último resultado: siendo así la ciencia, como todos suponemos, no puede menos de darse para el sujeto que aspira a educarse en conocimiento científico un orden regular y enteramente legítimo de proceder grado por grado y término por término en esta misma educación; de manera que si Yo me atengo fielmente a la ley de orden una vez reconocida, yo no sea engañado en mi esperanza, sino que el conocimiento y saber presentido sea en efecto alcanzado de mí, ya como un conocimiento particular, o ya como una totalidad de conocimientos, puesto que, según hemos supuesto, la ciencia es y consiste en unidad y organismo de lo que su concepto implica. Este orden en el proceder de mi educación científica, pienso yo desde luego, debe ser pues orden necesario, que no puede ser invertido ni alterado a arbitrio mío; pero que fielmente guardado, debe dar todos los resultados presentidos.

Todo esto sentado, la primera cuestión que al Sujeto racional en su intención general a educarse en conocimiento científico se presenta, y cuestión que entra ya desde luego bajo el concepto de orden o método de proceder, es la de hallar un punto de partida para el mismo progreso del conocer; y una vez este punto de partida hallado, proceder lo primero de todo con la mira atenta a hallar un Principio de ciencia y de conocimiento; porque si ciencia cae enteramente bajo la idea y ley de unidad orgánica en su género, y bajo esta unidad formal es comprensiva de todo lo vario particular, debe lo primero conocerse un Principio de unidad, para que debajo de él e inclusive en él, se reconozca luego en forma de demostración todo conocimiento y toda ciencia particular.

Más aún para hallar el Principio de la ciencia y de la demostración científica, me es necesario a mi el Sujeto que aspira a ello un momento fijo desde donde proceder, y luego todavía un camino y procedimiento sostenido derecho al fin; porque el reconocimiento del principio suficiente en género de saber, no puede ser cosa que se alcance sin previa preparación, o que pueda quedar pendiente de arbitrio individual; esto desde luego parece absurdo, y racionalmente hablando imposible.

Queda pues determinada como la primera de todas las Cuestiones, a que el Sujeto racional en tanto que aspira a educarse en ciencia, debe aplicar su atención investigando de propósito sobre ella, la de ponerse él mismo, cuanto el saberse puede, en estado de contestación científica; es decir, en tal momento y voz de saber que para él sea el primero, el inmediato al que ningún otro acto ni voz preceda, y tal acto además que él mismo no pueda enajenarlo de sí, del que no pueda apartarse con voz de duda o de denegación. Porque una vez este momento de saber reconocido con tales caracteres por el sujeto racional, corresponderá él a no dudar al fin primero que en la educación y procedimiento científico nos proponemos, el de ponernos de una vez en la vista y posesión de un punto fijo de partida para todo ulterior acto y desenvolvimiento. Que sea pues acto de ciencia, puesto que en género y camino de ciencia nos proponemos entrar; que sea un acto inmediato, indesasible e inajenable de nosotros mismos, cada cual de su parte; que no consista ni se resuelva en transición y pura relación de una cosa a otra, puesto que esto envolvería necesariamente parcial negación y concepto de relación mediata. Y si tal acto y momento podemos verificarlo en nosotros, queda con esto satisfecho el primer determinado fin que ahora intentamos, dejando luego para la investigación ulterior cual deba ser el derecho camino y progreso que desde este primer punto, desde este idéntico inmediato acto, debamos tomar en el procedimiento preliminar a hallar un principio suficiente de la ciencia.

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En la Lección inmediata se contiene la explanación de esta primera investigación y el resultado que ofrece al Sujeto racional que se observa en la percepción y voz inmediata con que él a sí mismo se invoca ante todo ulterior acto de la reflexión científica. En lo que acabamos de decir nos hemos propuesto solamente preparar el espíritu para esta primera consideración, indicando cómo el sujeto racional que intenciona una legítima educación científica, se halla naturalmente ocasionado a fijar como la primera de todas esta preliminar investigación. El sumario que añadimos al final, puede ayudar la atención de aquellos que deseen precisar y al mismo tiempo considerar a una ojeada los caracteres distintivos de este primer acto del procedimiento.

Por lo demás, hemos debido excluir de la presente aclaración todo aquello que no condujera directamente al fin ahora propuesto. Al lector no podrán menos de ocurrirse después de leídas las primeras lecciones muchas consideraciones, ya sea acerca del contenido de las mismas, ya también acerca de otros caminos y procedimientos emprendidos en todos tiempos para desenvolver el hombre en sí una educación científica, y aun sobre el procedimiento mismo mas o menos completo con que todos en el estado común del conocimiento llegamos a atribuirnos ciencia o saber a ciencia cierta de las cosas. Ciertamente, cualquiera de estos tres capítulos ofrece vasto campo de consideración; pero para nosotros, en este primer momento en que nos hallamos y en que debemos suponer al lector, miramos tales como juicios anticipados y más a propósito para prevenir y distraer el que debe formarse naturalmente en vista del curso de la investigación misma, que para auxiliarlo o ilustrarlo. El primer paso en la investigación científica debe ser sencillo llano por sí mismo, abierto a todo sujeto racional que sinceramente se proponga el fin, y que quiera observar con atención sobre sus actos inmediatos: y ciertamente no está la dificultad para ponernos de una vez, en cuanto podemos saber, en este primer paso y momento en que la cosa en sí sea difícil u oscura, sino en el esfuerzo que debemos hacer sobre nosotros mismos para vencer la suposición tacita que nos acompaña, tanto en la ciencia como en el uso de la vida, de que nos hallamos ya en estado de saber, y que no necesitamos ponernos de nuevo en principio de camino. Pero este primer esfuerzo sobre las propias suposiciones, lo hará sin grande trabajo aquel que una vez se propone sinceramente el fin.

A la verdad, acostumbrado a una forma de conocimiento en relación, y a hacer consistir desde luego la ciencia misma en esta forma de relación de él, como el Sujeto que sabe con el Objeto como lo sabido, no podrá menos de extrañarse por un momento cuando se le hace volver y reparar más de propio acto en un conocimiento inmediato, idéntico, que no se resuelve en puras relaciones de un término a otro y otro en adelante, sino que es vista y conocimiento de pura identidad que se contesta de inmediato consigo, no por pura relación y remisión a otro, ni concebirá cómo sea posible al sujeto racional salir de este círculo cerrado de su percepción inmediata, para volver a enlazar el conocimiento en forma de relación con el mundo y los objetos exteriores. Mas esta primera extrañeza, que es inevitable cuando pasamos del estado de la reflexión común en el conocimiento al estado de una reflexión rigorosa y sistemática, cesará en parte con el progreso ulterior de esta misma educación; en parte también considerando que al sujeto racional en la intención con que comienza a rehacer en cierta manera sus conocimientos, no es lo que primero le importa llegar desde luego a un resultado de conocer en voz de absoluta afirmación acerca del mundo y de los objetos exteriores, lo cual es nada menos que el último resultado de su trabajo; sino que lo que ahora le interesa y de lo que trata es de hallar un principio de realidad y un principio de demostración que baste a todo ulterior conocimiento y que virtualmente encierre en sí todo lo vario, y lo diferente en género de conocer, y sobre el cual pueda luego fundar los conocimientos y juicios categóricos que en el uso de la vida hace sobre todo objeto que se ofrece a su representación. Pero hasta que una vez sea hallado un Principio suficiente de conocimiento científico, el Sujeto racional debe abstenerse en su investigación de todo juicio y decisión absoluta acerca del conocer de otros objetos, de un mundo exterior. Tal es el espíritu y la ley de la circunspección científica.

Concluyendo, solo nos resta una advertencia que hacer por lo tocante a la ocasión exterior del trabajo que comenzamos. Contando con las propias fuerzas, nunca pudiéramos haber emprendido este ensayo, y si no la forma de exposición a lo menos la dirección de la investigación gradual y el espíritu que predomina en ella, todo lo debemos a trabajos ya completamente realizados en esta esfera, y que han dado sus principales resultados en las aplicaciones científicas. Principalmente el método que nos sirve de guía es el de K. Chr. F. Krause. Habiendo recibido hace algunos años del Gobierno de S. M. el encargo de visitar las Universidades alemanas, con el fin de reconocer el estado de los estudios filosóficos en ellas, tuvimos ocasión de comparar algunos de los métodos de investigación en ellas empleados para cultivar la ciencia general o filosófica bajo una base más sólida y más comprensiva que lo había sido en sistemas y ensayos anteriores. La preferencia que hemos dado al método de K. Chr. F. Krause es un resultado de nuestra convicción según mejor hemos podido formarla, pero si en adelante se lograse algún útil resultado del ensayo que ahora emprendemos, la primera ocasión de todo ello es debida al interés con que nuestro Gobierno desea en general atender al desenvolvimiento de la ciencia y de la educación científica entre nosotros.

Illescas 13 de octubre de 1849.

Julián Sanz del Río.

(páginas v-xi.)

Lección Primera

Contenido

I. Condiciones de aquel saber y conocimiento que haya de formar primer acto de Ciencia e ingreso en la Ciencia humana.

II. Aquel saber bajo que nos contestamos de un universo exterior sensible, no forma primer acto de Ciencia ni ingreso en la Ciencia humana.

III. El saber bajo que nos contestamos de Sujetos racionales nuestros semejantes al exterior, no forma primer acto ni ingreso en la Ciencia.

IV. El saber bajo que nos contestamos a esta voz inmediata: Yo se demuestra como el primer saber y el ingreso en la Ciencia.

V. El saber en contestación y vista inmediata: Yo no es, como tal, el Fundamento o Principio suficiente de la Ciencia, no es el Principio.

(página 1.)

Lección Segunda

Contenido

I. El conocimiento y contestación en voz inmediata: Yo basta para ser Principio de la ciencia subjetiva.– Pero bajo el entendido de no ser esta ciencia sino una ciencia y construcción científica parcial, condicional.

II. Consideraciones preliminares para determinar la Cuestión de desenvolver en la vista inmediata: Yo la ciencia subjetiva.

III. Naturaleza del procedimiento en la ciencia subjetiva del Yo. Criterio formal inmediato bajo la fórmula: como que yo lo se, o: que yo sepa.

IV. Camino derecho que se presenta abierto y conforme a la naturaleza de la cosa en la investigación analítica.– Condiciones: Objeciones.– La Ciencia idéntica del Yo debe ser de un conocer más inmediato y preciso que la ciencia matemática.

(página 35.)

Lección Tercera

Contenido

I. Contestaciones fundamentales bajo cuya voz subentendida me hallo yo debajo de la voz y contestación inmediata: Yo.– Primera contestación y subentendido de Propiedad: Yo me hallo un Ser.– Yo soy el que soy.

II. Segunda contestación en voz de Propiedad fundamental: Yo me hallo uno, como uno; o me hallo como la unidad del que soy.

III. Tercera contestación inmediata en sentido de Propiedad fundamental. Yo me hallo el mismo Yo; o mismamente Yo; o Yo: la Identidad de yo-ser.

IV. Cuarta contestación y percepción inmediata en voz de propiedad fundamental: Yo me hallo como del todo el que soy, o como todo-Yo como una entera cosa.– Declaraciones tocante al uso y varias formas de expresión para las extremas reflexiones expuestas.

V. Consideración general tocante a la legitimidad del procedimiento analítico bajo que hemos hallado las mencionadas propiedades del Yo.– Según determina la ley del procedimiento ulterior analítico.

(página 55.)

Nota

Las tres lecciones siguientes, cuyo análisis acompaña por suplemento, se publicarán para setiembre próximo. Sucesivamente se comprenderá mayor número de Lecciones en cada publicación hasta el total de 24 que comprenderán aproximadamente el todo.

(página 77.)

Análisis preliminar del contenido de las tres lecciones siguientes

Lección Cuarta

I. Segunda parte y principal investigación de la Ciencia subjetiva. Hallar y reconocer en la percepción inmediata como qué se halla el Yo en su relación interior, bajo esta formula: Yo = el Contenido.– Exposición resumida del resultado.

II. Primera Cuestión: estado de la investigación. El Yo en voz inmediata: Yo como el Constituido de Espíritu y Cuerpo y entrambos bajo reunión como Hombre; o bajo la forma común de contestación: Yo, me constituyo en Espíritu y Cuerpo como Hombre.– Primer punto en esta particular investigación. Fuerza del sentido, y Voz: Yo me constituyo. Qué halla bajo este concepto el Observador en la percepción inmediata.

III. Ulterior investigación al tenor de la Cuestión: ¿Cómo llego yo, en cuanto yo saber puedo, a un saber de mi Cuerpo; que Yo, como el que soy, soy también mi Cuerpo? –Contestación inmediata del sentido común.– Reflexión sobre lo que ésta contestación en su mero enunciado envuelve y supone. Nueva cuestión a que la contestación y reflexión anterior da lugar: El conocimiento y saber determinado que yo adquiero de mi Cuerpo, los sentidos y la sensación mediante, ¿es un conocimiento puro-sensible, nudo-sensible? –Percepción analítica y discernimiento del acto del conocimiento sensible de mi Cuerpo. Primer momento del acto o del procedimiento cognoscitivo; lo que este primer momento trae consigo; lo que falta para el completo del acto en cuestión.

IV. Cuestión ulterior y estado más determinado de la Investigación. ¿De los Sentidos del Cuerpo, ellos mismos, cómo o qué cosa mediante llegamos a hacernos sabidos; cómo tenemos un saber de nuestros sentidos? –Varias respuestas dilatorias.– Qué hallamos sobre esto en la inmediata percepción, nosotros-que-sepamos.– Cómo la observación histórica de nuestra sensación va de acuerdo en este punto con la inmediata percepción.– Cuestión e Investigación conjunta en el estado presente del procedimiento nos apercibimos inmediatamente así mismo de un nuestro Cuerpo como Todo y como totalidad de estados corporales, mediante un sentido llamado sentido común.– Cuestiones y consideraciones sobre este punto análogas a las anteriores.

V. Nuevo punto de vista bajo la misma relación de Mí con mi Cuerpo en mí. Otra inmediata relación de que yo me apercibo distintamente no bajo el carácter predominante de conocer y de Ciencia sino de sentir y de Simpatía; la del placer y del dolor del cuerpo al opuesto con el placer y dolor del Espíritu.– Descripción del hecho inmediato. La observación anterior nos permite formar en este lugar de la investigación dos inducciones anticipadas.– La observación de los hechos comunes tocante a la relación del placer y del dolor motiva naturalmente la cuestión siguiente: ¿Cómo o mediante qué llegamos nosotros a hacer una constante y precisa distinción (y no solo distinción en simple sino en doble y segundo grado) sobre toda experimentación de placer o de dolor de dos esferas y al mismo tiempo asuntos del placer y del dolor y esto de manera que ni la unidad del acto ni la identidad de la ocasión exterior puedan hacer algo contra esta distinción? –Consideración de orden.– Conclusión resumida al tenor de la cuestión total: Cómo llegamos a efectuar un Conocimiento preciso, un Saber de nuestro Cuerpo en nosotros.

VI. Cuestión coordenada en este lugar de la Investigación y bajo el mismo concepto de la relación entre el Espíritu y el Cuerpo. ¿Qué sabemos o qué podemos decir del Espíritu sin el Cuerpo; o más en particular: qué es del Espíritu, el Cuerpo faltando? –Sentidos en que se toma comúnmente esta cuestión en el estado precientífico del conocimiento: primer medio que ocurre para contestar a ella.– Sentido más propio de la cuestión. Cómo la percepción inmediata y la actual experimentación, de caso acaso, no dan ningún medio bastante de contestación.– Reflexión sobre el estado presente del procedimiento analítico y cómo no obsta para su progreso la imposibilidad en que nos vemos por ahora de contestar la Cuestión propuesta.– El hecho de la reunión del Cuerpo con el Espíritu en mí como constituidos en un Todo se da en nuestra inmediata percepción de una vez y desde luego y lo damos por constante sobre toda relación ulterior particular, expresándolo con la más simple expresión que sabemos en nuestros discursos.

VII. Tomando el punto de vista contrario. ¿Cómo se halla para la percepción inmediata esta relación del Cuerpo conmigo, tomado principio y partida desde el Cuerpo? –El Cuerpo desde sí inmediatamente se refiere a la naturaleza, según nosotros sabemos y admitimos.– Habida cuenta de esta relación inmediata del Cuerpo por su propio supuesto con la naturaleza en que termino y ¿hasta qué punto se halla la relación e inmediatividad de mi Cuerpo conmigo, Yo el Espíritu?

(suplemento, páginas 1-2.)

Lección Quinta

I. Cuestión e investigación inmediata a la última precedente. El procedimiento analítico ha quedado en su último estado abierto y en parte pendiente cuando hemos hallado: El Cuerpo se nos manifiesta en primer conocimiento como un Contenido de naturaleza, o como una enteramente particular Naturaleza.– La investigación está aquí indicada a la Cuestión siguiente: Como qué pues hallamos que sea esta supuesta Naturaleza bajo cuyo concepto como el Todo hemos puesto nuestro Cuerpo y el concepto de nuestro Cuerpo como la Parte? –Contestación primera que hallamos en el estado precientífico del conocimiento.– Consideración más atenta de aquel concepto de Cualidad bajo el que presumimos reconocer la naturaleza como una Existencia y Subsistencia propia en sí y para nosotros exterior. Se toma para el fin como término de relación y para el discernimiento el mundo corpóreo-ideal de la Fantasía.– Nuevo giro del procedimiento que parece más inmediato con el termino constante (la percepción inmediata: Yo) que rige por todo el sistema analítico: ¿Cómo llegamos nosotros, según podemos saber, a los precisos y determinados conocimientos que formamos bajo referencia a la Naturaleza? o más breve; ¿cómo formamos un conocimiento y conocimientos precisos de la naturaleza?

II. Continuación de la Investigación. Cómo hallamos que se da en primer estado en nosotros lo que positivamente afirmamos del exterior objeto.– Contestación general: Lo que en la dicha razón hallamos por nuestra percepción inmediata es: enteramente particulares y actuales estados en la inmediata comunicación de los sentidos de mi cuerpo conmigo, Yo mismo: fuera de estos límites nada alcanzamos ni sabemos de inmediato.– Explanación de la contestación precedente; y en particular sobre las comunicaciones en el sentido de la vista. Observaciones y experimentos más precisos que convencen de precipitada la pretendida experiencia en el estado precientífico del conocimiento.– Conclusión de la investigación precedente. Qué es propiamente con lo que contamos en lo hasta aquí hallado en comunicación con la Naturaleza para efectuar el conocimiento en cuestión; qué falta todavía y de qué género.

III. Nueva consideración del estado de la cuestión y ojeada general sobre el último resultado. La inmediata última comunicación del sentido no ofrece más que una pura singularidad particularidad un aislado caso por primera y última vez. Enteramente del mismo género es el discurso y construcción de discurso a que aquella da inmediato asunto; lleva a saber, bajo esta relación la forma de deducción singular al caso y sobre el caso.– Consecuencia. Los sentidos particulares en su inmediata actividad e inmediata comunicación no nos dan percepción más allá del último histórico hecho; pero nada comunican que trascienda de caso a caso, nada común, nada necesario. Así no nos dan la inmediata representación del Espacio como tal ni del Tiempo ni de la Materialidad; en resolución nada de Lo Comprensivo, Lo Total, Lo Necesario.– Cómo pues verificamos las representaciones del Espacio, del Tiempo y demás formas comunes sensibles de que nos sabemos.– Ampliación de este resultado general del Análisis a la cuestión en que nos hallamos. No hallamos en su inmediata comunicación de los sentidos, ni en todo lo ulterior consiguiente a que este hecho da motivo ningún conocimiento de la naturaleza como tal como la común naturaleza, la naturalidad de las cosas, y menos como la objetiva, la necesaria naturaleza.– Hay pues cuestión y cuestión inexcusable para la Investigación analítica; la siguiente: Como pues llego Yo franqueando este encerramiento del inmediato sentido, este aislamiento de sus comunicaciones, a formar la conclusión general de que continuamente me se y que me acompaña cuando anudando con cualquiera comunicación exterior concluyo en estos términos: ¿Se da del lado allá a la parte opuesta una naturaleza? –Tocante a esta Cuestión se encuentran ordenadamente desde nuestro punto de partida (la voz o término constante: Yo) tres puntos de previa investigación. ¿Cómo llegamos a fijar y a traducir como hacia lo exterior el último estado sensible? ¿Cómo hacemos para acercar cada aislado estado e impresión con otros y otros en diferentes lugares y senos del cuerpo? ¿Cómo llegamos a formar de todas las parciales reuniones una total reunión de estos elementos sensibles que siempre nos acompaña a manera de un cuadro de composición de la naturaleza?

IV. Continuación de la directa investigación, y determinación de los Fundamentos de posibilidad que nos permiten formar sobre la última impresión y estado sensible un de discurso en conclusión a un exterior objeto completando así el acto del conocimiento.– El Espíritu pensador e investigador se acerca a la última ocasionada impresión prevenido ya con conceptos anticipados en forma a la verdad de puras presunciones y anticipaciones, pero las aplica libremente y como de su propia parte a la precisa actualidad y cada vez de nuevo.– Distinción que se presenta desde luego entre estas anticipaciones; y relación general.– Segundo Fundamento común de la posibilidad de efectuar el conocimiento del exterior objeto; la fuerza inmediata de la Fantasía y la aplicación continua del activo Espíritu a crear según idea engendros enteramente individuales bajo las formas del Espacio del tiempo y demás cualidades sensibles.– Reconocimiento de esta fuerza y actividad. Descripción de su manera de obrar sobre la ocasión de la actual impresión y estado del sentido que da lugar a ello. Qué pone aquí el sentido en su último estado en que lo considera la investigación; qué pone la activa Fantasía en su concurso a la total representación sensible. Reflexión sobre el resultado precedente. Hasta aquí nada más allá nos hemos explicado que lo que observamos entre sueños, o de nuestra libre invención sin ocasión exterior obramos en nuestro mundo interior sin pretender concluir a una objetiva exterioridad.– Cuestión que queda pendiente para ulterior investigación y por otros nuevos Fundamentos que podamos reconocer: Observación general retrospectiva.

V. Consideración general sobre el conocimiento que efectuamos de la naturaleza y bajo su nombre los conocimientos precisos de tales y determinados naturales objetos. Por todos los momentos sucesivos en que efectuamos estos sensibles conocimientos y desde el momento más inmediato, la imbuición en la fantasía de las últimas impresiones que se causan en los sentidos nos acompañan anticipaciones o voces afirmativas anticipadas y nos dirigen en nuestra obra interior y por todos los términos del discurso hasta concluir al presunto exterior objeto.– Ampliación. Como suponemos el valor positivo de estas anticipaciones (p. e., la que se envuelve en primer término en el concepto: Ley Legalidad) de la presunta objetiva naturaleza de lo particular como en ella conocido. Reflexión comparativa con lo que en semejante razón hemos ya observado al comenzar la investigación en la percepción y vista inmediata: Yo Diferencia importante y para nuestra presente intención decisiva entre dichas anticipaciones respecto del inmediato Yo y respecto a la hasta aquí solo presuntivamente conocida naturaleza. Cuestión y ley de proceder que para la ulterior investigación analítica residía de esta consideración.

(suplemento, páginas 3-5.)

Lección Sexta

I. Sumaria recapitulación de los términos del conocimiento que llevamos hasta ahora considerados desde el inmediato, absoluto-inmediato conocimiento en voz, que decimos: Yo.– Nuevo punto de vista en nuestro conocimiento sensible histórico; a saber aquél determinado conocimiento bajo que nos contestamos de otros sujetos racionales a nosotros semejantes: Otros tales Yo.– Razón de orden.– De dónde toma motivo y juntamente su primer estado este procedimiento de conocer otros Sujetos racionales como Sujetos racionales. Hasta qué punto nos es permitida la comunicación precisa con nuestros iguales. En esta comunicación lo único inmediato es la manifestación de particulares accidentes corporales dados en los sentidos de nuestro cuerpo y como dados en estos sentidos. Qué debemos pensar en este lugar de la investigación y supuesta nuestra Ley de proceder de lo que se dice por otros sobre comunicaciones interiores en puro Espíritu.– Cinco momentos y grados de consideración por los cuales partiendo del inmediato Yo y acompañado de las anticipaciones ya observadas llego a concluir por analogía a otros exteriores Sujetos racionaos. Ampliación respecto a una principal de estas manifestaciones corporales y base de nuestras conclusiones: el uso de hablar. Reflexión general; el conocimiento y conocimientos precisos que efectuamos en razón de este principal término y esfera del conocer es en parte presuntivo y supositicio; es mediato.

II. Continuación de la misma investigación sobre la manera como llevamos a efecto el formal reconocimiento de Sujetos racionales nuestros semejantes. Circunstancia característica y decisiva para toda esta esfera de nuestro conocimiento histórico; la de necesitar comenzar como en primer término nuestro discurso por el inmediato reconocimiento y ratificación de Mí en primera contestación.– Manera de ver de Fichte sobre la correspondiente Cuestión en su sistema. Qué juicio debemos formar de ella en vista de las observaciones de hecho inmediato que quedan hechas. Manera común de mirar la manifestación de otros Sujetos racionales mediante sus cuerpos delante de nosotros. Rectificación de la pretendida experiencia de la presencia inmediata real de otros Sujetos racionales. Consecuencias prácticas en el comercio de la vida humana que resultan de la precipitada afirmación que comúnmente hacemos en el caso.

III. Reflexión y consideración general retrospectiva.– Sobre la convicción que sin duda todos nosotros, por nuestra Ciencia, poseemos de que se dan a la opuesta parte otros Sujetos racionales nuestros semejantes cabe todavía la cuestión real para la Ciencia: ¿se dan pues real y verdaderamente tales exteriores Sujetos que nosotros desde nuestro lugar pensamos que se dan? Ampliación; motivo de la cuestión y cómo ella para la investigación analítica resulta de la naturaleza misma de la cosa.– Reflexión más general sobre las investigaciones particulares anteriores. Esta misma cuestión que se nos presenta como la decisiva la hemos dejado por satisfacer cuando hemos observado cómo efectuamos un conocimiento de la naturaleza y del natural objeto; y la misma ha quedado pendiente cuando investigamos sobre el conocimiento que formarnos de nuestro Cuerpo como presunto propio Supuesto.– Cómo estas cuestiones penden entre sí con tal necesidad que dejada por contestar esta última mencionada el conocimiento que efectuamos y presumimos sobre las otras dos esferas principales falta por su base. Consideración acerca de varias hipótesis en las que dando por supuesto algún término general se ha pretendido deducir de él esta convicción que nos asiste de la realidad del universo que nos representamos.

IV. Segundo término principal de la total investigación analítica y cómo el que forma la segunda parte de la percepción inmediata: Yo hacia mí, en contenido, me halló constituido de Cuerpo y de Espíritu como Hombre. Oportunidad de la investigación en que vamos a entrar.– Reflexión preliminar tocante al uso de hablar. En qué sentido constante y bajo cual precisa distinción tomamos aquí el supuesto y la expresión en la voz: Espíritu, Alma. Discusión; razón de sentido.– Segunda reflexión preliminar con el fin de precisar el concepto y los límites de la investigación presente: Ciertamente la cuestión propia presente se envuelve bajo el concepto genérico de Ciencia del Espíritu o del Alma, pero aquí en nuestra Ciencia analítica ni pretendemos por una parte investigar de lleno la interior y anterior naturaleza del Espíritu; ni por otra parte pretendemos efectuar la ciencia experimental del mismo según sus particulares observables manifestaciones. Sino puramente queremos saber en términos más precisos y de sentido más inmediato qué es lo propio que se dice cuando desde luego y sin más, después de expresar: Yo me consto de Cuerpo, añadimos seguidamente y como de sabido... y de Espíritu. La investigación queda pues en límites de analítica. Transición.

(suplemento, páginas 5-6.)

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