Filosofía en español 
Filosofía en español

Asociación de Estudiantes Católicos de Filosofía y Letras
Asociación Universitaria de Estudiantes Católicos de Filosofía y Letras

1920-1936


La Facultad de Filosofía y Letras es institución establecida en España por Ley de Instrucción pública de 9 de septiembre de 1857, impulsada por Claudio Moyano, Ministro de Fomento, y sancionada por Isabel II, Reina de las Españas, resultado de la escisión de la Facultad de Filosofía (creada por decreto de 8 de junio de 1843), heredera de la antigua facultad de artes, en otras dos, la de Filosofía y Letras, y la Facultad de Ciencias exactas, físicas y naturales. En Cuba queda prevista la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de La Habana en 1863; la Facultad de Filosofía y Letras en la República Argentina fue creada por decreto de 1896; en México queda fundada en 1924, &c.

Unos meses después de la constitución de la Коминтерн - Internacional Comunista (en el congreso celebrado en Petrogrado del 2 al 6 de marzo de 1919), la Universidad Católica de Friburgo de Suiza proyecta “la fundación de una Unión internacional de estudiantes católicos”. En España asume inmediatamente ese plan la Asociación Católica Nacional de Propagandistas, y en los primeros meses de 1920 se inicia la creación de asociaciones católicas de estudiantes en centros de bachillerato y facultades universitarias, que se agrupan en federaciones provinciales o regionales y dan lugar, ya en el mes de abril de ese año, a la Confederación de Estudiantes Católicos de España.

Muy pronto se fueron creando asociaciones de estudiantes católicos de Ciencias, Medicina, Farmacia, Derecho… La Asociación de Estudiantes Católicos de Filosofía y Letras de Valencia da señales de vida en diciembre de 1920, la de Madrid en febrero de 1921, &c.

1920

1920 «Fides, Scientia, Libertas. Certamen científico-literario organizado por la Asociación Universitaria Católica de Derecho de Valencia. Temas y Premios. I. “Causas y remedios de las huelgas escolares”. Premio del excelentísimo señor Rector de la Universidad. II. “Concepto cristiano de la propiedad”. Premio del excelentísimo y reverendísimo señor Arzobispo de Valencia. III. “El servicio militar, más que una obligación, es un deber.” Premio del excelentísimo señor Capitán general de la tercera región. […] XVI. “A la mejor obra teatral.” Premio de la Asociación de Estudiantes Católicos de Filosofía y Letras.» (La Correspondencia de Valencia, Valencia, 27 diciembre 1920, pág. 3.)

1921

1921 «Asociación Universitaria Católica de Derecho. Certamen científico-literario. […] Reparto de premios. […] 15. Premio de la Asociación de Estudiantes Católicos de Filosofía y Letras, a don Manuel de Tudela Bonell. Accésit, a don Pedro Sanz Grau.» (Diario de Valencia, Valencia, 29 enero 1921, pág. 1.)

La Junta Permanente de la Sociedad de Estudios Vascos, reunida el 6 de febrero de 1921 en el Palacio de la Diputación de Guipúzcoa, con presencia del presbítero Juan Zaragüeta Bengoechea, que asistía por primera vez, decide: «De igual modo se acuerda acceder a la petición de las publicaciones de la Sociedad que hace para su Biblioteca la Asociación de Estudiantes Católicos de Filosofía y Letras de Madrid.» (“Eusko-Ikaskuntza – Sociedad de Estudios Vascos, Acta número catorce, 6 de Febrero de 1921”).

«Los estudiantes católicos. Brillante curso de conferencias. La Asociación de Estudiantes Católicos de Filosofía y Letras de Madrid, ha organizado un curso de conferencias, que se celebrarán todos los sábados, a las seis de la tarde, en el Paraninfo del Instituto de San Isidro, sobre “El movimiento político, religioso y artístico de España en la Edad Moderna”. Los nombres de los conferenciantes garantizan el interés de las conferencias. Don Luis de Llanos y Torriglia, don Severino Aznar, el señor conde de Cedillo, don Jerónimo Bécker, don Vicente Lampérez, don Antonio Ballesteros, don Juan Antonio Llorente, don Elías Tormo, don Manuel Gómez Moreno, don Santiago Fuentes Pila, don Álvaro María de las Casas y el presidente de la Asociación organizadora. Cerrará el curso el excelentísimo señor don Juan Vázquez de Mella.» (El Debate, Madrid, 10 febrero 1921, pág. 3.)

«Los estudiantes católicos de España. La Asociación Universitaria de Estudiantes Católicos de Filosofía y Letras, de Madrid, ha organizado un curso de conferencias de extensión universitaria acerca de “El movimiento político, artístico y religioso de España en la Edad Moderna”. Las conferencias tendrán lugar los sábados, a las seis de la tarde, en el salón de actos de la Asociación de Alumnos de Ingenieros y Arquitectos (Piamonte, 12). La primera se celebró ayer. Don Jerónimo Bécker, de la Real Academia de la Historia, desarrolló el tema “Problemas fundamentales de la política exterior española: el problema hispanoamericano”. El Sr. Bécker analizó nuestra situación política respecto de los países de la América latina, con certera visión y notable competencia. Fué muy aplaudido. La próxima conferencia tendrá efecto el sábado, 5 de marzo. El catedrático de la Universidad de Madrid, don Manuel Gómez Moreno, de la Real Academia de Bellas Artes, se ocupará de “El esmalte en el arte español”.» (El Sol, Madrid, 27 febrero 1921, pág. 8.)

«Conferencia. La segunda conferencia del curso organizado por la Asociación Universitaria de Estudiantes Católicos de Filosofía y Letras de Madrid se celebrará en el salón de actos de la Asociación de Estudiantes de Ingenieros y Arquitectos (Piamonte, 12), mañana sábado, a las seis de la tarde. Será el conferenciante don Santiago Fuentes Pila, quien disertará acerca de la “Significación política y social del levantamiento de las Comunidades castellanas”.» (El Debate, Madrid, 11 marzo 1921, pág. 3.)

«En la Academia de Jurisprudencia. El martes, 27 a las siete de la tarde, en la Real Academia de Jurisprudencia, dará su anunciada conferencia el ilustre escritor y académico don Félix de Llanos y Torriglia, desarrollando el tema “La infanta Isabel Clara Eugenia en el Museo del Prado” (con proyecciones), correspondiendo a la segunda del curso que ha organizado la Asociación Universitaria de Estudiantes Católicos de Filosofía y Letras.» (El Siglo Futuro, Madrid, lunes 25 abril 1921, pág. 3.)

«Asociación de Estudiantes Católicos. El señor Llanos y Torriglia, en la Academia de Jurisprudencia. En la Academia de Jurisprudencia se celebró ayer la cuarta conferencia de la serie organizada por la Asociación de Estudiantes Católicos de Filosofía y Letras. Correspondió el turno al exsubsecretario de la Presidencia, don Félix de Llanos y Torriglia, quien, accediendo a ruegos de muchas personas que no pudieron oírle en el Ateneo, leyó de nuevo el interesantísimo trabajo que sobre el tema “La Infanta Isabel Clara Eugenia en el Museo del Prado”, desarrolló recientemente en aquella docta cosa. El éxito que entonces obtuvo el brillante escritor se repitió ayer en los mismos términos. El ingenio del conferenciante y la galanura y amenidad de su estilo cautivaron, durante toda la lectura, al auditorio, que la premió con efusivos aplausos, muy prolongados al final. Entre la concurrencia, que era numerosísima y selecta, figuraban la duquesa de Lerma, marqueses de los Álamos, Castromonte, La Almunia y Heredia; condes da Polentinos, Cerragería, Cedillo, Cortina, Doña Marina y Andrade; barones de Andilla y de la Vega de Hoz; señoras y señoritas de Sánchez Guerra, Espinosa, Belmonte, Gil de León; Soler, Alberti, Leguina, Sánchez Erro y Ortiz; señores de Carrasco, Lampérez, Urigüen, Ortega Parra, Ortiz Bon, Ugalde Bahía, Ortiz, Pérez de Ayala, Las Casas, Semprún y otros. El conferenciante terminó pidiendo un aplauso para la postergada y delicadísima Infanta, sabia gobernadora de los Países Bajos, cuya memoria debía hacerse imborrable en el corazón da todos los españoles.» (La Época, Madrid, miércoles 27 abril 1921, pág. 1.)

«Extensión Universitaria. En el curso de conferencias de Extensión Universitaria, organizado por la Asociación de Estudiantes Católicos de Filosofía y Letras, que se está desarrollando con mucho éxito en la Real Academia de Jurisprudencia, le corresponde a don Elías Tormo, académico y decano de la Facultad, disertar acerca del tema: “El Arte Moderno en España”. La conferencia será hoy, a las siete de la tarde.» (El Debate, Madrid, 12 mayo 1921, pág. 3.)

«Los estudiantes católicos. Extensión Universitaria. Esta tarde, a las siete, en la Real Academia de Jurisprudencia disertará el académico y decano de la Facultad de Filosofía, sobre “El arte moderno en España”, en la conferencia correspondiente al curso organizado por la Asociación de Estudiantes Católicos de Filosofía y Letras.» (El Debate, Madrid, 19 mayo 1921, pág. 3.)

«Certamen científico-literario. Asociación de Estudiantes Católicos. He aquí el cartel del Certamen científico-literario, organizado por la A. de E. C. de Medicina y Ciencias. Temas: I. Excelentísimo señor rector de la Universidad: “Valor clínico de la viscosimetría”. II. Eminentísimo y excelentísimo señor cardenal-arzobispo de Burgos. “El médico y su actuación en la administración de Sacramentos.” III. Excelentísimo señor arzobispo de Valencia: “La medicina auxiliar de la Religión”. IV. Excelentísimo señor capitán general: “Biografía del médico valenciano Crisóstomo Martínez, autor del primer atlas anatómico” […] XVIII. Asociación de Estudiantes Católicos de Filosofía y Letras: “Composición festiva de asunto escolar o médico”.» (Las Provincias, Valencia, 5 julio 1921, pág. 3.)

1922

1922 «La Asociación de Estudiantes Católicos de Filosofía y Letras ha fundado un Círculo de Estudios Históricos, que, como su título indica, se ocupará de dar a conocer los hechos de nuestros antepasados. Al efecto, ha organizado una serie de conferencias quincenales en su casa social, Canalejas 2, en las que tomarán parte, además de los alumnos, un catedrático o persona docta, que se encargará de hacer el resumen.» (Las Provincias, Valencia, 22 febrero 1922, pág. 5.)

«Estudiantes católicos. Se ha reunido la junta general de la Asociación de Estudiantes Católicos de Filosofía y Letras de Madrid, eligiendo la Junta directiva para el curso que comienza, formada por los señores Tormo, Morcuendes, Inza, Carbonell, Rodríguez San Pedro, García Alonso, Martín Artajo, Martínez Naranjo y Pérez de la Osa.» (El Debate, Madrid, 1 noviembre 1922, pág. 3.)

«La Federación de Estudiantes Católicos de Madrid, integrada por las Asociaciones universitarias de Estudiantes Católicos de Filosofía, Ciencias, Derecho, Medicina y Farmacia; la de Maestros, Comercio y Bachillerato, se ha adherido al acto y asistirán agrupados.” (“Manifestación por las responsabilidades en África organizada por el Ateneo de Madrid el domingo 10 de diciembre de 1922”, El Sol, Madrid, 10 diciembre 1922.)

1923

1923 «Los estudiantes católicos de Filosofía y Letras. Ayer se celebró la Junta general de la Asociación de Estudiantes Católicos de Filosofía y Letras con objeto de nombrar la nueva Junta directiva. Después de dar el presidente saliente, señor Tormo, cuenta del estado floreciente de la Asociación, quedó por numerosa votación constituida la Junta por los señores Tormo, Eguía, Inza, Dávila, Villamil, Paz, Almuderas, Lodares, Cabrer, Ocaña, y las señoritas Rodríguez Troncoso, Ariño, Saavedra y Barrera.» (El Debate, Madrid, 17 noviembre 1923, pág. 3.)

1924

1924 «Han quedado definitivamente constituídas las siguientes asociaciones adheridas a la Federación Catalana de Estudiantes Católicos: Asociación Universitaria de Estudiantes Católicos de Filosofía y Letras de Barcelona; Asociación Universitaria de Estudiantes Católicos de Derecho de Barcelona, y Asociación Universitaria de Estudiantes Católicos de Medicina de Barcelona.» (La Cruz, diario católico, Tarragona, viernes 28 de marzo de 1924, pág. 2.)

1925

1925 «Una conferencia de Millán Astray. En la Asociación de Estudiantes Católicos de Filosofía y Letras ha dado esta tarde una conferencia, con el tema “El espíritu de sacrificio”, el teniente coronel Millán Astray. Comenzó definiendo la guerra como el daño más grande que pueden sufrir los pueblos, y nadie la desea. Es una calamidad que la realidad impone. […] El disertante fue muy aplaudido.» (Las Provincias, Valencia, 14 marzo 1925, pág. 7.)

«Asociación de Estudiantes Católicos de Filosofía y Letras. Mañana domingo se celebrará en el lindo teatrito de la plaza de Canalejas una velada teatral con un selecto programa, organizada por esta Asociación. Las localiades podrán adquirirse, mediante donativo de una peseta, en la Casa del Estudiante, Nave 7, de seis a ocho de la tarde.» (Diario de Valencia, Valencia, 14 marzo 1925, pág. 7.)

«Granada. Ayer, en la Casa del Estudiante. Ayer tarde, a las siete, se celebró una reunión en la Casa del Estudiante, dedicada al estudio de Ganivet, organizada por la Academia de Literatura y Arte de la Asociación de Estudiantes Católicos de Filosofía y Letras. Don Evelio Calatayud se ocupó de la vida de Ganivet, y los señores Alfaro y De Yuza lo estudiaron en sus aspectos de poeta y pensador, y don Antonio Sirvent disertó sobre las ideas políticas del ilustre granadino. Presidió el acto el catedrático don Eduardo Ibarra, quien pronunció un discurso resumen.» (La Opinión, Madrid, 28 marzo 1925, pág. 2.)

«Nuestros compañeros de Madrid. Estudiantes Católicos del preparatorio de Letras y Derecho. Una Comisión de la Asociación de Estudiantes Católicos de Filosofía y Letras se entrevistó ayer mañana, en ausencia del decano, con el señor secretario de la Facultad, haciéndose eco del descontento que existe entre los alumnos del preparatorio por las pésimas condiciones que reúnen los locales en que se dan las clase de dicho curso, locales que ni siquiera están en el edificio de la Universidad, lo que les irroga perjuicios y molestias. El señor Amat se mostró conforme en todo con los alumnos, alentándoles a continuar sus gestiones, ya que él no podía resolver. Dicha Asociación se propone continuar esta campaña hasta obtener resultados satisfactorios.» (La Independencia, diario católico, Almería, 15 noviembre 1925, pág. 3.)

1926

1926 «La Federación de Madrid. Estudiantes de Filosofía y Letras. Organizada por la Asociación de Estudiantes Católicos de Filosofía y Letras, ha dado días pasados una interesante conferencia en la Casa del Estudiante el notable publicista señor González Ruiz. Hizo la presentación del conferenciante el ilustre Presidente de la Academia Española, don Ramón Menéndez Pidal, que presidía el acto. Al encomiar los méritos del señor González Ruiz, refirióse especialmente a su interesante labor al frente de la cátedra de español en Liverpool y a la divulgación y crítica literaria, en la que tanto se ha distinguido. […] Toda la conferencia del notable crítico fue aplaudidísima y aceptada con una gran ovación.» (La Independencia, diario católico, Almería, 20 marzo 1926, pág. 3.)

1927

1927 «De Barcelona. Una conferencia de Ossorio y Gallardo. Derechas de ideas y derechas de intereses y egoismos. En el local social de estudiantes católicos de Filosofía y Letras ha dado esta noche una conferencia el señor Ossorio y Gallardo. Disertó acerca del problema social y las orientaciones sociales de los grupos democrático cristisnos. […] El orador fue ocacionadísimo.» (El Cantábrico, Santander, sábado 12 febrero 1927, pág. 3.)

«Anuncios. Asociación de Estudiantes Católicos de Filosofía y Letras. Mañana, a las seis y media, dará una conferencia en la Casa del Estudiante D. José Alemany, decano de la Facultad de Filosofía y Letras, sobre “La importancia del latín para el conocimiento del castellano”. Asociación Profesional de Estudiantes de Medicina. El doctor Sanchís Banús disertará, sobre el tema “Enfermedad y muerte del Príncipe D. Carlos, hijo de Felipe II”, en el anfiteatro grande de San Carlos, el día 14 del actual, a las siete de la tarde. Federación Universitaria Escolar. Mañana, a las seis, en el salón de actos de la Escuela Normal de Maestros, disertará el Sr. Gómez de Baquero acerca de “La lectura de la Historia y la crítica del testimonio”.» (La Nación, Madrid, 11 marzo 1927, pág. 5.)

«Vida cultural. Asociación de Estudiantes Católicos de Filosofía y Letras. Hoy, a las diez de la mañana, comenzará el círculo de estudios de esta Asociación, disertando el señor presidente don José Olcina y chaver, sobre “Invasión musulmana”.» (Las Provincias, Valencia, 4 diciembre 1927, pág. 2.)

1928

1928 «Función benéfica. Para el sábado día 14 de los corrientes ha sido fijada la celebración en el teatro del Patronato, la función organizada por la Asociación de Estudiantes Católicos de Filosofía y Letras a beneficio de la Beca fundada por dicha Asociación. Bajo la dirección de don José Olcina, se representará la preciosa comedia en tres actos de don Pedro Muñoz Seca, titulada “El conflicto de Mercedes”, tomando parte las bellas señoritas de Lázaro, Górriz y Ruiz (A.), y los jóvenes señores Arlandis, Espí, Fuentes y Domingo.» (Las Provincias, Valencia, 12 enero 1928, p. 1.)

«Cuando apareció este estudio mío por primera vez en 1928, escribí al final las siguientes palabras: “Para terminar, vamos a hacer público un deseo que no es nuestro solamente, sino muy general. Cervantes, cuyos restos se conservan en la iglesia de las Trinitarias de esta villa, de modo muy parecido a como están los de Lope, tiene dedicada una lápida –gracias al esfuerzo personal de la Real Academia Española– indicando que allí reposan sus cenizas. Hora es ya de colocar otra análoga en la iglesia de San Sebastián, tan llena de recuerdos para nosotros los madrileños, que nos diga igualmente dónde yacen los restos del creador de nuestro teatro incomparable, del único genio capaz de competir con el autor del Quijote en la gloriosa historia de la literatura española.” (1) Como dato curioso consignaré que, intentando lo propuesto, a poco de publicado, se celebró, bajo la dirección del malogrado Felipe Lluch Garín y mía, una representación de La hermosa fea, interpretada por miembros de la Asociación de Estudiantes Católicos de Filosofía y Letras, el 2 de marzo de 1928, en el teatro del Círculo de Bellas Artes, de Madrid, con el fin de allegar recursos para costear la aludida lápida conmemorativa del Fénix; pero, a pesar del carácter de la función, los donativos fueron tan escasos –aunque se acudió a personas, por razones diversas, obligadas a comportarse generosamente en tal ocasión– que apenas cubrieron los reducidos gastos de la fiesta y fracasó la empresa. Posteriormente no tengo noticias de que se haya repetido el intento.» (Joaquín de Entrambasaguas, “Localización de la sepultura de Lope de Vega”, en Estudios sobre Lope de Vega, CSIC, Madrid 1967, tomo primero, págs. 52-53.)

«Mañana se celebrará en la Casa del Estudiante la conferencia inaugural del Círculo de Estudios de la Asociación de Estudiantes Católicos de Filosofía y Letras. Estará a cargo del doctor don Luis Morales Oliver, quien disertará acerca de “La leyenda del hombre que perdió su sombra”. El acto comenzará a las siete de la tarde.» (La Época, Madrid, 27 noviembre 1928, pág. 3.)

1929

Guillermo Guastavino, Tomás Gómez Infante y Augusto Fernández de Avilés dimiten como dirigentes

El momento de mayor presencia pública de la Asociación de Estudiantes Católicos de Filosofía y Letras se produce en febrero de 1929, cuando trasciende la dimisión, a principios de enero, de los dirigentes de la asociación madrileña, al prohibir el cardenal primado, Pedro Segura, unas conferencias sobre teatro contemporáneo. La prensa liberal, socialista, republicana y anticlerical jalea con gozo lo sucedido, pero también los católicos ortodoxos, como Manuel Sánchez Cuesta (1884, alias Mirabal) y el presbítero Antonio Sanz Cerrada (1870, alias Fray Junípero), desde El Siglo Futuro, aprovechan para meter el dedo en el ojo de tanto inquieto tolerante e ingenuo dialogante moderno, olvidadizo de Colosenses 2:8. Por cierto, los tres estudiantes católicos de filosofía y letras dimisionarios –Guillermo Guastavino Gallent (1904-1977), Tomás Gómez Infante (1905-1962) y Augusto Fernández de Avilés (1908-1968)– reaparecen juntos, dos años después, entre los cuarenta y tres opositores que ingresaron a la vez en el Cuerpo facultativo de Archiveros, Bibliotecarios y Arqueólogos (Gaceta de Madrid, 12 agosto 1931, nº 224, pág. 1177). Guastavino dirigió la Biblioteca Nacional de España (1967-1974).

31 de enero de 1929

«Acerca de un cursillo teatral nonnato. Dimiten el presidente de la Asociación de Estudiantes Católicos Universitarios y otros miembros directivos» (Heraldo de Madrid, jueves 31 de enero de 1929, pág. 16.)

1 de febrero de 1929

«De un cursillo teatral nonnato. Dimiten el presidente de la Asociación de Estudiantes Católicos Universitarios y otros miembros directivos. Leemos en Heraldo de Madrid de anoche: “Solicitado a dar […]”.» (El Sol, Madrid, viernes 1 de febrero de 1929, pág. 1.)

«Lamentable hasta cierto punto, pues si es de sentir y de censurar el paso dado por los que hasta aquí han sido presidente de la Asociación de Estudiantes Católicos de Filosofía y Letras, presidente de su Círculo de Estudio y bibliotecario, respectivamente, señores Guastavino, Avilés y Gómez Infante, conveniente es también la claridad en las ideas y en las actitudes, para que de una vez, y mejor cuanto antes, se determine con qué espíritu y con qué disciplina, propósitos y orientaciones pretenden actuar en la acción social católica elementos como los firmantes de la carta que anoche publicó el Heraldo y hoy El Sol, y los que, según ellos, les acompañan.» «Unos señores, que se hacían pasar por estudiantes católicos, dicen, refiriéndose a una disposición del Eminentísimo Señor Cardenal Primado: “Ante este criterio, que respetamos, pero que no compartimos…” Con que criterio, ¿eh?, que respetamos, pero no compartimos. Vaya, hombre, vaya; desde ahora ya saben los Obispos de todo el mundo, éstos no podrán ordenar nada sin consultar previamente a los fieles, especialmente si son estudiantes, porque si no comparten, su criterio… Y éstos se llamaban y seguirán llamándose católicos, frente al criterio de los Obispos. Muy bonito.» (Mirabal - Fray Junípero, “Acerca de un cursillo teatral nonnato - Con motivo de unas conferencias en la Asociación de Estudiantes Católicos - Mesa revuelta”, El Siglo Futuro, Madrid, viernes 1 de febrero de 1929, pág. 1.)

«Los estudiantes llamados católicos y el cardenal Segura. Heraldo de Madrid publicó anoche la siguiente carta, recibida por un crítico teatral, colaborador del colega: “Distinguido señor nuestro: Cuando habíamos organizado completamente el cursillo de conferencias acerca de Teatro contemporáneo, en el que teníamos el honor de que figurase usted, hemos recibido la decisión del eminentísimo y reverendísimo cardenal primado prohibiendo desfilen por nuestra tribuna los autores dramáticos y los escritores alejados de nuestro campo. En esa prohibición entran, por lo tanto, casi todos los conferenciantes, que eran, aparte de usted, los Sres. Benavente, Sassone, Marquina, Millán Astray (Pilar), Arniches, Ardavín, Maura, Suárez de Deza, Rivas Cherif, González Ruiz y Sainz Rodríguez. Ante este criterio, que respetamos, pero no compartimos, nos hemos visto en el trance de darnos de baja de la Asociación de EE. CC. de Filosofía y Letras, determinación en la cual nos han seguido numerosos compañeros. No obstante este contratiempo, si hallásemos forma de realizar el proyectado cursillo seguimos contando con la valiosa cooperación de usted. Aprovechamos la ocasión para ofrecernos suyos atentos amigos y seguros servidores, q. e. s. m., Guillermo Guastavino (ex presidente de la Asociación de Estudiantes Católicos de Filosofía y Letras), Augusto A. de Avilés (ex presidente del Círculo de Estudios de dicha Asociación), Tomás Gómez Infante (ex bibliotecario general).” * La actividad pública desplegada desde su nuevo cargo por el cardenal Segura nos sugiere algunas reflexiones, que oportunamente expondremos a la opinión. De momento, la lectura de la carta que antecede nos incita a preguntar: ¿Qué autores dramáticos preferirá el cardenal primado para ilustrar literariamente sobre el teatro contemporáneo a los alumnos de Filosofía y Letras?» (La Libertad, Madrid, 1 febrero 1929, pág. 5.)

«La intransigencia clerical. El ultramontanismo en la Universidad. Un hecho aparentemente nimio, la dimisión de los directivos de la Asociación de estudiantes católicos, viene a evidenciar nuevamente el recrudecimiento de la intransigencia del clericalismo español, una de cuyas manifestaciones –la condenación del rotarismo, el Lyceum Club y las Ligas de bondad por el cardenal primado– glosábamos en nuestro editorial de ayer. Hemos escrito recrudecimiento de la intransigencia clerical, y ello podría interpretarse en el sentido de que esta actitud es cosa desusada en los conductores de nuestro catolicismo. No lo es, en efecto, sino norma habitual, rara vez interrumpida. Pero precisamente hace algún tiempo que el ultramontanismo se preocupaba de afectar una tolerancia y una amplitud de criterio, incomprensibles en él, con la finalidad de llevar a sus filas a quienes siempre vivieron lejos de sus tiendas. Parte de la Prensa ultraderechista se había asimilado una modernidad relativa, que le permitía acoger en sus páginas temas que le estaban vedados y usar de cierta benevolencia para con gentes indiferentes y aun adversarias. El coto clerical, que en los tiempos todavía cercanos en que no abandonaba su “ritornello” de “el liberalismo es pecado”, terminaba allí donde empezaba el conservatismo más riguroso, había extendido sus límites hasta abarcar a políticos regalistas y escritores que vivían fuera de su confesión. Todo lo supeditaba este sector de la ultraderecha española a captar adeptos nominalmente católicos, a intensificar su influencia en todos los aspectos de la actividad nacional. Un ejemplo gráfico de esta táctica nos lo proporcionan las Asociaciones de estudiantes católicos. Durante muchos años el clericalismo no pudo asomarse a la Universidad. Los muchachos, que en su periodo de internado jesuítico eran luises o kostkas, se manumitían rápidamente al abandonar el colegio de una tutela, que no había dejado en ellos otra huella que la del rencor contra unos educadores incapaces de modelar en ellos al ciudadano y de darles una sólida preparación para los estudios superiores. La juventud universitaria seguía siendo, con raras excepciones, tan liberal, romántica y batalladora como la que protestó en la noche de San Daniel contra la destitución de Castelar, y más tarde, en la famosa jornada de Santa Isabel, contra la destitución de Morayta y otros profesores librepensadores. Ya entonces existían algunos estudiantes sedicentes católicos. Pero constituían una minoría ínfima y mal conceptuada entre sus compañeros. La vigilancia de sus directores espirituales les acompañaba dentro y fuera de la Universidad, ahogando en ellos toda iniciativa propia. Presidía sus horas de estudio y sus esparcimientos, entre los que el más frecuente consistía en las representaciones de obras teatrales a las que se les amputaban los personajes femeninos o se les daba apariencia masculina, o caso de conservarlos como el autor los concibió, se encomendaban a muchachos especializados en ello. Pronto comprendió el clericalismo que la regla estrecha a que sometían estas asociaciones les quitaba toda eficacia, condenándolas a la insignificancia en cantidad y en calidad. De esta lección surgió la modificación de tales sociedades, en las que se aminoró considerablemente la tutela clerical, supeditándolo todo al número. Lo importante era robustecer las asociaciones de estudiantes católicos para esgrimirlas como una fuerza en favor de sus fines políticos y particularistas, tales como la campaña en pro de lo que sus inspiradores llaman la libertad de enseñanza. Gracias a esta táctica oportunista, hecha de concesiones a la libertad individual de los estudiantes católicos y de promesas –casi siempre incumplidas, hay que reconocerlo– respecto a su porvenir material, las asociaciones de estudiantes católicos se habían multiplicado, engrosando sus efectivos numéricos, y habían llegado a servir cumplidamente los designios para que fueron fundadas. Pero habituadas a cierta libertad de movimientos, no era fácil que se avinieran a soportar la férula reaccionaria con todos sus sectarismos y limitaciones. Por eso al reaparecer, tras un periodo de inhibición la característica intransigencia clerical, la Asociación de estudiantes católicos se ha tambaleado, sufriendo la separación de la mayor parte de su Directiva. Es que el ultramontanismo ha recobrado su fisonomía peculiar, restringiendo de nuevo los límites de su coto y declarando la guerra a quienes no acatan servilmente sus normas.» «Los estudiantes católicos. La Asociación de estudiante católicos de Filosofía y Letras está en riesgo de disolverse. Su Directiva había organizado un ciclo de conferencias sobre el teatro contemporáneo, en el que habían de participar ilustres dramaturgos y críticos, como Benavente, Sassone, Marquina, Pilar Millán Astray, Arniches, Ardavín, Honorio Maura, Suárez de Deza, Rivas Cherif, González Remi y Sáinz Rodríguez. Pero el cardenal primado prohibió que la mayoría de los designados como conferenciantes ocuparan la tribuna de la Asociación de estudiantes católicos por considerarlos ajenos a su comunión, y por lo tanto, indeseables. Esta decisión ha motivado, además de la suspensión de las conferencias, la dimisión del presidente de la Asociación y del presidente y bibliotecario de su círculo de estudios, que con otros muchos estudiantes se han dado de baja en la Agrupación.» (El Liberal, Madrid, viernes 1 de febrero de 1929, págs. 1 y 3.)

«Separación de la Asociación de Estudiantes Católicos. Madrid. La Asociación de Estudiantes Católicos de Filosofía y Letras, había organizado un curso de conferencias. Hoy, el presidente de la Asociación y el presidente del Círculo, que habían enviado al cardenal primado de España, doctor Segura, una carta dando cuenta de las conferencias, organizando un cursillo sobre el teatro contemporáneo, han recibido una decisión del doctor Segura, prohibiendo que desfilen por la tribuna de la Asociación de estudiantes católicos, los autores y artistas que están alejados del campo católico. Entre estos autores dramáticos, figuran Benavente, Sassone, Marquina, Arniches, Ardavín, Honorio Maura y otros. Ante este criterio –dicen en la carta que publican del presidente de la Asociación Católica de Filosofía y Letras y el presidente del Círculo– que no compartimos, pero que respetamos, nos encontramos en el trance de darnos de baja en la Asociación de Estudiantes Católicos de Filosofía y Letras. Esta determinación han seguido también muchos compañeros de la Asociación.» (El Adelanto, Salamanca, 1 febrero 1929, pág. 5.)

«Por no autorizar una conferencia. Madrid. Heraldo publica una carta dirigida por una personalidad científica, diciendo que la conferencia que pensaba dar, no pudo explanarla, porque el cardenal primado se opuso a que desfilaran por la cátedra de la asociación de estudiantes católicos aquellos que no comulguen con sus ideas. Firman la carta varios directivos de la asociación que dicen que han dimitido por no compartir el criterio del cardenal primado en este asunto.» (El Orzán, La Coruña, 1 febrero 1929, pág. 3.)

«Dimiten el presidente y varios miembros de la Asociación de Estudiantes Católicos. El presidente de la Asociación de Estudiantes Católicos universitarios y otros miembros de la directiva han presentado la dimisión de sus cargos por haber recibido una carta del cardenal Primado prohibiendo que desfilaran por la tribuna del mismo para dar un cursillo de conferencias acerca del teatro contemporáneo y autores dramáticos y escritores alejados del campo católico. No obstante los dimisionarios buscan el medio para poder realizar dicho curso.» (El Pueblo, diario republicano de Valencia, 1 febrero 1929, pág. 5.)

«Una determinación rigurosa. Se ha producido escisión en la Asociación de Estudiantes católicos. Una determinación del Cardenal Primado. La Asociación de Estudiantes Católicos de Filosofía y Letras preparaba un curso de conferencias, acerca del teatro contemporáneo. El presidente de la Asociación y el del Círculo en donde las conferencias iban a desarrollarse, han dirigido una carta diciendo que tenían el propósito de organizar un cursillo de conferencias acerca del teatro contemporáneo, pero que en vista de la decisión del Cardenal Primado excluyendo a los autores dramáticos que estuvieran alejados del campo católico y entre los que figuran Benavente, Sassone, Arniches, Maura, Ardavín y otros, ante este criterio que respetan, pero que no comparten habían tomado la decisión de darse de baja en la Asociación.» (La Voz de Aragón, Zaragoza, 1 febrero 1929, pág. 9.)

«Varios estudiantes católicos se dan de baja en la Federación. Madrid. Heraldo publica el siguiente suelto: “Solicitada […] ex presidente de la Asociación de Estudiantes Católicos de Filosofía y Letras […]”.» (El Cantábrico, Santander, 1 febrero 1929, pág. 3.)

«De un cursillo teatral nonnato. Dimiten el presidente de la Asociación de Estudiantes Católicos Universitarios y otros miembros directivos. Del Heraldo de Madrid de anoche: “Solicitado […]”.» (La Voz. Diario independiente de la noche, Madrid, 1 febrero 1929, pág. 3.)

2 de febrero de 1929

«Editoriales. Síntomas. Los católicos españoles se encuentran hoy con un problema que parecía ya resuelto hace tiempo y que ha de interesar y afectar a todos los españoles, cualquiera que sea su matiz en política y religión. Habíamos quedado –e incluso lo han asegurado hace poco periódicos que se titulan católicos– en que el problema religioso planteado a “la antigua” no existía ya. Mucho menos, el problema clerical. Se había llegado en España a unas normas de tolerancia que, dejando a un lado la división por motivos religiosos, permitía a los españoles unirse en otros anhelos y afanes, y obtener de esta unión resultados beneficiosos para la patria común. Los católicos militantes lo habían entendido así, y su actividad se filtraba en los más diversos campos, en plena colaboración con otros menos militantes o completamente indiferentes. Pero desde no hace mucho los católicos se encuentran metidos por sus directores en multitud de cuestiones de conciencia, en multitud de dilemas. Si han ido, por virtud de su modernización, adoptando un criterio de mayor tolerancia, sus directores parecen interesados en volverlos a la primitiva intransigencia, en apartarlos nuevamente, convirtiéndoles en una especie de partido cerrado, que no puede convivir más que consigo mismo. Si pertenecen a Asociaciones benéficas o culturales, éstas han de llevar el título de católicas, ser dirigidas directamente por la Iglesia, y sus representados mismos, por otro lado, no se les impide en modo alguno pertenecer a Casinos y Círculos de diversiones completamente profanas. Es la beneficencia o la cultura lo que se les prohíbe practicar cuando no se advierte la advocación católica. De todo esto tenemos muestras recientes. La admonición del cardenal primado sobre varios Clubes y Asociaciones, la prohibición de que en la Asociación de Estudiantes Católicos den conferencias sobre el teatro los primeros ingenios dramáticos por el simple hecho de no ser éstos católicos a machamartillo. Se quiere nuevamente un deslinde de campos, es decir, una división. Si ésta es conveniente para los mismos católicos y para la Iglesia, sus directores lo sabrán, y a ellos debe dejarse la responsabilidad. Nosotros nos limitamos a consignar, a modo de información, estos hechos que tienen toda la significación de un síntoma. Los lectores saben que varios elementos de la Directiva de los estudiantes católicos han dejado la Asociación por “no compartir” el criterio del cardenal primado. El comentario de El Siglo Futuro es el natural en estos casos; la opinión de otro sector de la Prensa católica la ignoramos, porque hasta ahora no ha comentado la decisión del primado.» (El Sol, Madrid, sábado 2 de febrero de 1929, pág. 1.)

«Apostillas. Cambio de actitud. Varios periódicos han comentado estos días lo ocurrido en la Asociación de Estudiantes Católicos, y que ya conocen nuestros lectores. Y coinciden en ver en tal hecho –y en otros recientes relacionados con los rotarios– una prueba de que las potencias eclesiásticas en España se inclinan más cada día del lado de la actitud que viene aconsejando, con terca insistencia, El Siglo Futuro. Se quiere que los católicos no puedan formar parte de ninguna Sociedad de cultura y de beneficencia que no esté dirigida o vigilada por dichas potencias eclesiásticas. Toda Asociación no confesionalista, aunque sus fines sean de una moralidad absoluta, es considerada sospechosa y hasta vitanda. En el Extranjero, la Iglesia católica es más tolerante, oportunista y ecléctica. Los católicos pueden vivir su vida de relación social sin verse amenazados y coaccionados. Y aunque en España siempre se hiló más delgado en la materia, porque la fuerza tradicional del catolicismo en nuestra patria permitía a sus elementos directores y definidores rigorismos que eran imposibles en otros países también oficialmente católicos, es lo cierto que jamás se había visto lo que ahora se está viendo. Como otros estimados colegas, recogemos el hecho, que consideramos sintomático y altamente revelador y significativo. Es una nueva señal de los tiempos. A la tolerancia impuesta por las corrientes modernas, y que era como una temperatura moral de la sociedad, sucede la intransigencia. “Quien no está conmigo está contra mí”, se dice. Pero hay muchos, muchísimos, que no creían estar contra nadie, y menos contra sus creencias, uniéndose para fines lícitos, morales, benéficos y honrados en sociedades legales, constituidas al amparo de las leyes. Y todos ellos sentirán honda y dolorosa perplejidad y se explicarán difícilmente la causa del cambio que levemente comentamos.» (La Voz. Diario independiente de la noche, Madrid, sábado 2 de febrero de 1929, pág. 3.)

«Dogmatismo retardatario. Los estudiantes católicos. Más de una vez hemos combatido las asociaciones confesionales de estudiantes, informadas sustancialmente por la más fundamental intolerancia y la más significada reducción mental. Jamás nos parecieron consistentes esas entidades de estudiantes católicos con raíces profundas en las sacristías y posibilidades espirituales mediatizadas por una censura eclesiástica. Los hechos van dándonos la razón; y el espectáculo absurdo de la juventud contenida por los temores de una excomunión y el valladar de una amenaza infernal, va difuminando sus contornos hasta llegar al más profundo de los olvidos. Motiva este comentario el suelto publicado por nuestro colega Heraldo de Madrid, y que reproducimos a continuación: “Acerca de un cursillo… […]”. El contenido de lo transcrito es más elocuente que cuanto nosotros podamos decir. La intranquilidad espiritual, la crítica racional, la expansión cultural de una juventud que ansía renovar sus conocimientos, se ve aplastada, obstaculizada, por la prohibición eclesiástica, por la censura episcopal. Los nombres de Benavente, Maura y Ardavín, se consideran símbolos pecaminosos y acaso como focos generadores de posibles influencias antidogmáticas. ¡Mezquino concepto este de los propios convencimientos, cuando tanto se teme el contrastarlos con la fluyente realidad ideológica de la vida! Aplaudamos sin reservas el gesto de esos estudiantes que se han considerado incompatibles con una asociación confesional. Impedían su permanencia en ella el ansia de cultura, el deseo inefable de goces estéticos, y lo impedía sobre todo el ansia de libertad aneja a la juventud y la rebelde gallardía de los primeros años. Una vez más en la lucha apocalíptica entre la razón y la fe, triunfó aquella. Por esta vez los estudiantes que fueron católicos han tenido un gesto airoso de rebeldía emancipadora, haciendo flamear victoriosa la enseña de la razón, aun cuando haya perecido la fe; la fe de la que con frase cáustica dijo el filósofo Guyau que era una enfermedad sagrada.» (El Luchador. Diario republicano, Alicante, sábado 2 de febrero de 1929, pág. 1.)

3 de febrero de 1929

«El pleito de los estudiantes católicos. La última palabra sobre un cursillo teatral nonato. No entraba en nuestro ánimo tomar parte en las discusiones suscitadas estos días alrededor de nuestra dimisión como directivos de la Asociación de estudiantes católicos de Filosofía y Letras; pero las interpretaciones dadas a nuestro proceder nos obligan a fijar claramente nuestra posición. Si grande fue nuestro sentimiento al ver que la carta dirigida al crítico teatral de Heraldo de Madrid servía de motivo para una campaña de las izquierdas, mayor fue nuestra contrariedad al leer en El Siglo Futuro los comentarios apasionados y erróneos de un “Mirabal” y las agudezas (!) de un “Fray Junípero”, a quien nos lo imaginamos crepuscular y rubicundo. Sí, señor “Mirabal”; es “conveniente la claridad en las ideas y en las actitudes”, y eso precisamente nos mueve a coger la pluma. En primer lugar hemos de aclarar que si organizamos ese cursillo de conferencias no fue asumiendo atribuciones ajenas a nosotros (directivos de la Asociación), sino que, al contrario, a los altos cargos de los estudiantes católicos les pareció magnífico nuestro programa y contábamos con su adhesión y con la de los socios. Así nos lo manifestaron al notificarles nuestros propósitos y la lista de conferencias. Por lo tanto, respetable “Mirabal”, no “faroleamos”. No merece casi la pena comentar sus frases al decir que invitamos “para que tomaran parte en él, dando conferencias, a varios de los autores de malas comedias y de comedias malas de nuestros días”. Si en el programa figuraban Benavente, Sassone, Marquina, Arniches, señora Millán Astray, Ardavín, Maura, Suárez de Deza, &c., ¿qué autores quedan de “buenas comedias” y de “comedias buenas”? Por lo visto querría el señor “Mirabal” que una vez muerto Valentín Gómez nos diesen las conferencias Calderón, Lope de Vega, Moreto, Tirso, &c., ¡si es que entran estos últimos en el credo estético del cronista! Respecto a las manifestaciones del tantas veces citado, y por citar, “Mirabal” acerca del criterio católico en la tribuna de la Casa del Estudiante, también hay que puntualizar. Ha sido norma de los estudiantes católicos (así lo hemos visto siempre) llamar a su tribuna a todas las primeras figuras de la Ciencia y de las Letras, siempre que traten temas científicos o literarios y respeten nuestras ideas. Por la Casa del Estudiante han pasado personas de todos los campos y nunca ha surgido el menor contratiempo. Informados de este “criterio” (perdón, “Fray Junípero”) organizamos el curso, y si aceptamos “la libertad de pensamiento” de que habla el crítico del Heraldo fue porque no dudamos que respetaría nuestra ideología franca y sinceramente católica, aunque no lo crean ni “Mirabal” ni “Fray Junípero”, cuya opinión nos es indiferente. Y si el citado crítico del Heraldo no habla de su respeto a nuestras ideas es porque, entre personas educadas, esa aclaración es innecesaria. En cuanto a la opinión de “Mirabal” acerca del Sr. Rivas Cherif nos parece muy respetable; pero como dicho comediógrafo nos iba a hablar de un tema literario y no sobre moral, sus opiniones literarias no podían perjudicarnos. Respecto al Sr. Sáinz Rodríguez hemos de manifestar que no seguimos la opinión de “Mirabal”, pues la personalidad del Sr. Sáinz es para considerada más serenamente, y es demasiado compleja para juzgarla de un modo parcial. ¿Cree el cronista de El Siglo Futuro que al autor de la mejor obra sobre la mística española se le puede tratar así? Por nuestra parte, hemos de hacer constar que nuestro mayor honor es ser discípulos suyos. El Siglo Futuro interpreta torcidamente nuestra actitud de darnos de baja de la Asociación mencionada. No, “Fray Junípero”; no. Nosotros no somos “perros rabiosos”. No nos rebelamos contra el episcopado, señor “Mirabal”; lo que ocurre es que, al suprimirse el cursillo, nosotros nos “retiramos de la vida activa” de la Asociación; pero sin rebelarnos ni desacatar las órdenes superiores. Nos vamos y volvemos nuestra mirada a los estudios, que aunque usted piense lo contrario, no teníamos tan olvidados como cree, según rezan nuestros expedientes universitarios. Por fin, señor “Mirabal”, esa “insensata rebeldía” no existe más que en la ardorosa imaginación de usted y en la del humorístico (!) “Fray Junípero”. Sinceramente hablando, nunca hemos pretendido abandonar las normas de la Iglesia por retirarnos de la Asociación de estudiantes católicos, y sentimos que una carta (cuya publicación nunca pretendimos ni rehuíamos) haya dado margen a tantos comentarios de derechas e izquierdas y que nos presentan con fisonomía distinta de la verdadera. Y hemos de terminar manifestando que no volveremos a tratar este asunto aunque se hagan más comentarios acerca de él por las “donosas” plumas de “Mirabal” y “Fray Junípero”. Guillermo Guastavino, Tomás Gómez Infante. Madrid, 2 de febrero de 1929.» (El Liberal, Madrid, domingo 3 de febrero de 1929, pág. 3.)

«Para terminar. La última palabra sobre un cursillo teatral nonato. Los Sres. Guastavino, ex presidente de la Asociación de Estudiantes Católicos de Filosofía y Letras, y Gómez Infante, ex bibliotecario general, dimitidos a causa de que el cardenal primado les prohibiera la celebración de un curso de conferencias, según recogimos en nuestro número del jueves, nos remiten la siguiente carta, con el título que encabeza estas líneas: “No entraba […] Guillermo Guastavino, Tomás Gómez Infante. Madrid, 2 de febrero de 1929”.» (El Sol, Madrid, domingo 3 de febrero de 1929, pág. 3.)

«Comentarios de la prensa. Un problema que parecía resuelto. Madrid 2. El periódico El Sol, en uno de sus editoriales titulado “Síntoma”, dice que los católicos españoles se encuentran hoy con un problema que parecía resuelto: el problema clerical. Señala la reciente admonición del Cardenal Primado sobre varios clubs y asociaciones, y la retirada de la directiva de los estudiantes católicos, de varios elementos, por no compartir el criterio del Cardenal Primado. Nos limitamos a consignar –agrega– a modo de información, que estos hechos tienen toda la significación de un síntoma.» (El Telegrama del Rif, Melilla, domingo 3 de febrero de 1929, pág. 2.)

4 de febrero de 1929

«La última palabra sobre un cursillo teatral nonato. Se nos suplica la inserción de la siguiente carta: “No entraba en nuestro ánimo tomar parte en las discusiones suscitadas estos días alrededor de nuestra dimisión como directivos de la Asociación de Estudiantes Católicos de Filosofía y Letras; pero las interpretaciones dadas a nuestro proceder nos obligan a fijar claramente nuestra posición. Si grande fue nuestro sentimiento al ver que la carta dirigida al crítico teatral de HERALDO DE MADRID servía de motivo para una campaña de las izquierdas, mayor fue nuestra contrariedad al leer en El Siglo Futuro los comentarios apasionados y erróneos de un ‘Mirabal’ y las agudezas (¡!) de un ‘Fray Junípero’, a quien nos lo imaginamos crepuscular y rubicundo. Sí, señor ‘Mirabal’: es ‘conveniente la claridad en las ideas y en las actitudes’, y eso precisamente nos mueve a coger la pluma. En primer lugar hemos de aclarar que si organizamos ese cursillo de conferencias no fue asumiendo atribuciones ajenas a nosotros (directivos de la Asociación), sino que, al contrario, a los altos cargos de los Estudiantes Católicos les pareció magnífico nuestro programa, y contábamos con su adhesión y con la de los socios. Así nos lo manifestaron al notificarles nuestros propósitos y la lista de conferencias. Por lo tanto, respetable ‘Mirabal’, no ‘faroleamos’. No merece casi la pena comentar sus frases al decir que invitamos ‘para que tomaran parte en él, dando conferencias, a varios de los autores de malas comedias y de comedias malas de nuestros días’. Si en el programa figuraban Benavente, Sassone, Marquina, Arniches, señora Millán Astray, Ardavín, Maura, Suárez de Deza, &c., ¿qué autores quedan de ‘buenas comedias y de comedias buenas’? Por lo visto querría el señor ‘Mirabal’ que una vez muerto Valentín Gómez nos diesen las conferencias Calderón, Lope de Vega, Moreto, Tirso, etcétera, ¡si es que entran estos últimos en el credo estético del cronista! Respecto a las manifestaciones del tantas veces citado, y por citar, ‘Mirabal’ acerca del criterio católico en la tribuna de la Casa del Estudiante también hay que puntualizar. Ha sido norma de los estudiantes católicos (así lo hemos visto siempre) llamar a su tribuna a todas las primeras figuras de la Ciencia y de las Letras, siempre que traten temas científicos o literarios y respeten nuestras ideas. Por la Casa del Estudiante han pasado personas de todos los campos y nunca ha surgido el menor contratiempo. Informados de este ‘criterio’ (perdón, ‘Fray Junípero’) organizamos el cursillo, y si aceptamos ‘la libertad de pensamiento’ de que habla el crítico del HERALDO fue porque no dudamos que respetaría nuestra ideología franca y sinceramente católica, aunque no crean esto ni ‘Mirabal’ ni ‘Fray Junípero’, cuya opinión nos es indiferente. Y si el citado crítico del HERALDO no habla de su respeto a nuestras ideas es porque, entre personas educadas, esa aclaración es innecesaria. En cuanto a la opinión de ‘Mirabal’ acerca del Sr. Rivas Cherif nos parece muy respetable; pero como dicho comediógrafo nos iba a hablar de un tema literario, y no sobre Moral, sus opiniones literarias no podían perjudicarnos. Respecto al Sr. Sainz Rodríguez, hemos de manifestar que no seguimos la opinión de ‘Mirabal’, pues la personalidad del Sr. Sainz es para considerada más serenamente, y es demasiado compleja para juzgarla de un modo parcial. ¿Cree el cronista de El Siglo Futuro que al autor de la mejor obra sobre la Mística española se le puede tratar así? Por nuestra parte, hemos de hacer constar que nuestro mayor honor es ser discípulos suyos. El Siglo Futuro interpreta torcidamente nuestra actitud de darnos de baja de la Asociación mencionada. No, ‘Fray Junípero’; no. Nosotros no somos ‘perros rabiosos’. No nos rebelamos contra el episcopado, señor ‘Mirabal’; lo que ocurre es que, al suprimirse el cursillo, nosotros nos ‘retiramos de la vida activa’ de la Asociación, pero sin rebelarnos ni desacatar las órdenes superiores. Nos vamos y volvemos nuestra mirada a los estudios, que, aunque usted piense lo contrario, no teníamos tan olvidados como cree, según rezan nuestros expedientes universitarios. Por fin, señor ‘Mirabal’, esa ‘insensata rebeldía’ no existe más que en la ardorosa imaginación de usted y en la del humorístico (¡¡!!) ‘Fray Junípero’. Sinceramente hablando, nunca hemos pretendido abandonar las normas de la Iglesia por retirarnos de la Asociación de Estudiantes Católicos, y sentimos que una carta (cuya publicación nunca pretendimos ni hubiésemos rehuido tampoco) haya dado margen a tantos comentarios de derechas o izquierdas, los cuales nos presentan con distinta fisonomía de la verdadera. Y hemos de terminar manifestando que no volveremos a tratar este asunto, aunque se hagan más comentarios acerca de él (por las ‘donosas’ plumas de ‘Mirabal’ y ‘Fray Junípero’. Guillermo Guastavino, Tomás Gómez Infante y Augusto F. de Avilés. Madrid, 4 de febrero de 1929. P. S. En los periódicos del día 3 aparece firmada esta carta por dos estudiantes solamente por no hallarse en Madrid el tercero. Hoy, regresado éste, van las tres firmas”.» (Heraldo de Madrid, Madrid, lunes 4 de febrero de 1929, pág. 5.)

«Justo es reconocer que en esto el mundo camina hacia atrás. Hoy, por lo visto, se puedo ser católico, sin perjuicio de simpatizar con kantianos, hegelianos, krausistas o prudonianos; ni sentir escrúpulos de ir del brazo con Lamennais, con Döllinger o Frohschammer; ni dársele a uno un ardite en repetir errores galicanistas, socialistas o teosóficos, con tal de gallear y aparecer más doctor que la Iglesia Católica. Y lo peor del caso es que no se sienten liberales únicamente en el terreno de la metafísica o de la pura disquisición, sino que se ha descendido a la práctica, en el peligroso terreno de la moralidad, tomando lo inaceptable con la mayor naturalidad del mundo, hasta el punto de creerse algunos en ciertas materias enteramente «curados de espanto».» (Julio Briga - Fray Junípero, “La doctrina ante todo - Mesa revuelta - Con motivo de unas conferencias “non natas” en la Asociación de Estudiantes Católicos”, El Siglo Futuro, Madrid, lunes 4 de febrero de 1929, pág. 1.)

«Los estudiantes católicos. La última palabra sobre un cursillo teatral nonato. Contestando a El Siglo Futuro. Los Sres. Guastavino, ex presidente de la Asociación de Estudiantes Católicos de Filosofía y Letras; Gómez Infante, bibliotecario general, y Avilés, dimitidos a causa de que el cardenal primado les prohibiera la celebración de un curso de conferencias, según recogimos en nuestro número del jueves, nos remiten la siguiente carta, con el título que encabeza estas líneas: No entraba en nuestro ánimo […] Guillermo Guastavino, Tomás Gómez Infante, Augusto F. de Avilés. Madrid, 2 de febrero de 1929.» (La Voz, Madrid, lunes 4 de febrero de 1929, pág. 5.)

5 de febrero de 1929

«A correo vuelto. (Para alusiones). El Sol y El Liberal, La Voz y Heraldo –estos anoche– han publicado una extensa carta que firman los señores Guastavino, F. de Avilés y Gómez Infante –ex directivos de la Asociación de Estudiantes Católicos de Filosofía y Letras–, en respuesta a nuestro artículo del día 1 del actual, que ya conocen nuestros lectores. No se quejarán los firmantes de la no difusión de sus escritos. Lo mismo esta carta que la primera, transcrita por los mismos periódicos, son del dominio público. Y nosotros nos encontramos una vez más ante cuatro adversarios que nos enfilan. Es una batería servida por artilleros de cuota, en este ataque que los periódicos citados propulsan, porque sirve a esa campaña anticlerical que espera el día de plantearse en regla. Acudamos a la escaramuza. Contra lo que dicen los comunicantes de El Sol, El Liberal, La Voz y el Heraldo, ni error ni apasionamiento hubo en nuestro mesurado y correcto artículo del viernes pasado. No hay error, porque el hecho comentado está taxativamente expreso en la carta dirigida al crítico teatral del Heraldo, que inspiró nuestro comentario. Se organizó un cursillo teatral, por una agrupación católica consciente de los deberes que su significación impone; lo prohibió la autoridad eclesiástica; y como la prohibición tenía que subsistir, los organizadores, que no quisieron acatarla, se declararon en rebeldía, y, naturalmente, dejaron de pertenecer a esa agrupación, que como católica debe vivir sometida a la autoridad eclesiástica y a las normas y dirección de la Iglesia. Si este es el hecho, en el que no cabe error, no puede haber pasión en el comentario, porque se cae de su peso. Quien advertido del error persiste en él, y rechazando la autoridad que se lo advierte abandona las filas en que milita, es un rebelde. ¿Necesitan prueba más tangible los señores Guastavino, Infante y Avilés? Dicen ellos que para el cursillo teatral que se les ocurrió organizar contaban con la adhesión de TODOS los socios de la Asociación de Estudiantes Católicos de Filosofía y Letras. Pues bien, ahí tienen el ejemplo de disciplina y de convicción que les ofrecen aquellos de sus ex compañeros que no les han seguido por la senda rebelde y que hoy constituyen la Asociación, fieles a la dirección marcada por la autoridad legítima. ¿Queda demostrado que en nuestro artículo no hubo error ni pasión? ¿Queda demostrado que la actitud de los comunicantes de El Sol, El Liberal, La Voz y Heraldo constituye un caso de “insensata rebeldía”? Al no ser insensata sería consciente, que es mucho peor. De lo que se deduce que si es sincero, como afirman los señores Guastavino, Gómez Infante y F. de Avilés, su sentimiento por lo ocurrido, a tiempo están de retractarse, y con la misma intrepidez que han declarado que dejan la Asociación Católica por no doblegarse a las determinaciones de la autoridad eclesiástica, declarar su ofuscación y destacar sobre el fondo de una confesión paladina del error esa fisonomía verdadera a que aluden y que nosotros no tenemos el menor interés en deformarles. Y ahora, permítannos decirles que si era norma, según aseguran, de los estudiantes católicos llevar a su tribuna personas de todos los campos, hora era ya de que la norma desapareciera. Si esa convivencia pública, si ese trasiego de ideas –por cuya libertad velaba y obtenía garantías el crítico teatral del Heraldo– hubiera de existir, sobran las denominaciones. Pero reconocerán que es estúpido proporcionar al adversario elementos de difusión en el propio campo. Es como si las columnas de nuestra prensa se abrieran a los escritores de enfrente para que disertaran y expusieran sus ideas libremente en ellas. ¡Si que es una táctica! En vez de procurar que tengan una tribuna menos, ofrecerles una tribuna más. ¡Y para tratar del teatro contemporáneo! ¡Que es un teatro! ¡No hay más que repasar títulos de obras! ¿Es que esperaban esos señores que sus autores mismos fueran a impugnarlas? Sería cosa de creerlos tontos. Y de no ser así, habría que esperar la defensa del teatro naturalista, o de las corrientes de los vanguardistas, de “Caracol”, como el señor Rivas Cherif –conferenciante que figuraba en la lista–, autor de la comedia que al propio crítico de El Liberal repugnó, y a la que aludíamos, el intérprete de la que se anuncia para mañana en el salón Rex, con el calificativo de “erótica” impreso en el cartel. Son estudiantes de literatura quienes nos dicen que los conferenciantes no iban a disertar sobre moral, sino sobre literatura. Pero ¿es que se puede hablar de arte teatral prescindiendo de la moral? Nos llevaría muy lejos esta proposición. Reflexiónenlo los señores Guastavino y amigos. Y ahora dos palabras para una observación. Una alusión nuestra al señor Sáiz Rodríguez –otro de los conferenciantes solicitados–, hace decir a sus alumnos: “¿Cree el cronista de EL SIGLO FUTURO que al autor de la mejor obra sobre la mística española se le puede tratar asi?” Ni de la mística, ni de la mástica, hablábamos al aludir al señor Sáinz Rodríguez. Dijimos que es krausista, porque lo ha proclamado él. ¿Es que cuando fue invitado para ocupar la tribuna católica no lo era? Pues entonces es que posee la condición del camaleón… Mirabal.» (El Siglo Futuro. Diario católico, Madrid, martes 5 de febrero de 1929, pág. 1.)

«Serpentinas. Con Dios o con el diablo. ¿Qué mala ventolera ha podido turbar el sosiego espiritual de los estudiantes católicos de Filosofía, para que se decidan de repente a poner en cuarentena la autoridad del cardenal primado? Por fuerza, anda metido en la aventura el liberalismo. De otro modo, no podríamos explicarnos esa rebeldía que viene a subrayar precisamente –¡oh paradoja!– lo que el catolicismo niega: la libertad de conciencia. Estos jóvenes estudiantes no han medido bien la gravedad de su paso. No se puede jugar con las creencias. Cierto que en el jardín de las humanidades la flor más preciada es la de la Tolerancia, pero esa flor, ¡ay!, no se cultiva en el jardín de la Iglesia. El dogma católico es unilateral, impenetrable, rígido. Exige fieles, pero no admite críticos. Renán, que tenía tanto de cristiano escéptico como de escéptico cristiano, quiso hacer de la religión una doctrina amable y sufrió las iras de todos los Concilios. No, jóvenes amigos, no se puede jugar con las creencias. En buena profesión católica, la fe que se razona deja de ser fe automáticamente. Verdad que los conferenciantes requeridos por los estudiantes católicos de Filosofía no figuran todavía en el Índice, pero no son tampoco creyentes por entero. Algunos, hasta tienen cierto tufillo volteriano. ¿Cómo admitir, por ejemplo, las sutilezas de Benavente, que ha hecho aparecer en escena, con intención malévola, a un señor obispo? De un hombre así no pueden esperarse consejos edificantes. La maldad, además, se filtra solapadamente aprovechando toda coyuntura; las bellas palabras, el poema lírico, el tema de ciencia. No es la tolerancia, confesémoslo, el camino mejor para combatirla. Hay que impugnarla a pecho descubierto y sin titubeos, a la manera primitiva de El Siglo Futuro y del señor Senante, que allá por el año 1910, desde el escenario del Tívoli de Barcelona, decía que había que cerrar todas las escuelas laicas, algunos Institutos y muchas Universidades. Una voz exclamó entonces: “¡Quemarlos!” A lo que el orador repuso con unción apostólica: “Eso está muy bien. Hay que quemarlos y esparcir sus cenizas.“ Pienso que los jóvenes disidentes volverán a la gracia y a la pía obediencia. Será conveniente, de todos modos, que expurguen su conciencia para lo sucesivo. Ser o no ser. Con Dios o con el diablo. Lo que no puede hacerse es sonreírle al diablo y adorar a Dios. M. A.» (El Socialista. Órgano central del Partido Obrero, Madrid, martes 5 febrero 1929, p. 4.)

7 de febrero de 1929

«Aire libre. De la nueva generación. Se ha manifestado en estos últimos días una vez más la terca intransigencia de los seudodirectores de la religión española. Se viene queriendo demostrar que el clericalismo es en nuestra Península algo ya pasado, estantigua con que los liberalotes queremos combatir una espiritualidad por nosotros no compartida. Las últimas actuaciones atestiguan como los conductores religiosos de nuestro pueblo no admiten para sus dirigidos relación espiritual, cultural ni social que no se afiance en identidad religiosa. Vese pues, cómo son ellos los que intolerantemente quieren supeditar todas las actividades de la vida a lo religioso. Queda así patente que no quieren dejar esto en su natural esfera, sino que quieren invadir con ello todas las demás esferas del vivir. Subsisten así todas las motivaciones que para su indignación contra el clericalismo han tenido siempre los liberales. Subsiste la tenaz opresión, el terco inmiscuimiento, contra el que vienen luchando una tras otra las generaciones que no se han resignado. Subsiste el deforme problema del clericalismo, en fin. Y si alguna modificación se puede pedir a los que le combatimos, es ésta –cualitativa– que se ha operado ya: la incorporación a nuestro frente de los católicos militantes, que tranquilamente ha comenzado.» [“diremos que Aire libre está redactado por María Zambrano, José López Rey, Domingo Díaz Ambrona, Fe Sanz, Pablo de la Fuente, Antolín A. Casares y Ricardo Alba, recientemente incorporado”, El Liberal, 11 octubre 1928.] (El Liberal, Madrid, jueves 7 de febrero de 1929, pág. 3.)

«Universitarias. A propósito de una dimisión. Se ha comentado ampliamente la dimisión de una Directiva de estudiantes católicos. La Prensa sensata y ecuánime ha visto inmediatamente en este acto un recrudecimiento de la intransigencia clerical española. Hemos de tratar esto desde otro punto de vista, pues como jóvenes –muchos de nosotros estudiantes–, vemos otras causas de lo acaecido. Con lo ocurrido se ha visto el grave inconveniente que hay para que las Asociaciones confesionales de estudiantes hagan labor profesional. Sinceramente, creemos que esta labor debe ser exclusiva de aquellas Asociaciones que llevan el apellido de tales, o de aquellas otras que, por ser únicas, no necesitan ponerse sobrenombres ni apellidos, llevando intrínseco su profesionalismo. Si, en cambio, las Asociaciones confesionales se dedican a actuar de una manera exclusivamente profesional, llevando la confesionalidad como divisa o bandera que las distinga, no pueden pretender otra cosa que crear divisiones y diferencias entre los estudiantes. Y con esto, ¿se gana algo? Únicamente la lucha, la polémica, por efecto de la cual unas Asociaciones se ponen enfrente de otras, con lo que se consigue que estudiantes que tengan interés en hacer una labor profesional seria duden en acudir a las Asociaciones hechas para ello, por querer ver en éstas una aparente confesionalidad, a causa de su oposición a las verdaderamente confesionales. Entendemos que el estudiante, considerado como estudiante, dentro de la Universidad, de las Facultades o Escuelas especiales…, debe tener un carácter exclusivamente estudiantil. Ahora bien: ¿debe limitarse la actividad del estudiante a su labor profesional? No, ni mucho menos. Tampoco creemos que deba desprenderse de su condición de estudiante para actuar en otras esferas. Es decir, que no vemos mal la existencia de Asociaciones confesionales de estudiantes, digamos de estudiantes católicos, pues que no hay otras. Pero no aprobamos su conducta hasta el momento actual. A nuestro entender, Asociaciones tales deberían ser para propagar y cultivar su confesionalidad política o religiosa; en este caso, la doctrina católica, siempre que por fuera de los Centros de enseñanza. Dicho de otra manera: en vez de ser Asociaciones de estudiantes católicos, debieran ser Asociaciones de católicos estudiantes, entendiendo lo que este pequeño cambio encierra. Honradamente, sin que queramos molestar a nadie, hemos de decir que hasta ahora estas Asociaciones no han hecho otra cosa que obstaculizar a las profesionales, haciendo para ello una labor profesional, por medios que no se alcanzaban a éstas y que aquéllas podían mantener. Así, hemos oído con frecuencia hablar a jóvenes estudiantes: –Me paso a los católicos, porque allí por un real más me dan un cursillo que vosotros no hacéis, y tengo éstas y éstas ventajas más… El espíritu materialista de los estudiantes, si es que a eso puede llamársele espíritu, estaba siempre bien dispuesto para apreciar unas ventajas materiales insignificantes y generalmente dudosas. Con el desarrollo de las Asociaciones profesionales puras, las Asociaciones católicas plantearon la lucha en términos tales que necesitaron intensificar su otora profesional. Llegó un momento en que ésta no agradó a las autoridades eclesiásticas, y se vieron en la necesidad de prohibirla. ¿Intransigencia clerical? Sí. Porque lo que prohíben son algunas actuaciones profesionales, por su carácter determinado; pero no prohíben, como entendemos se debiera hacer, toda la actuación misma con carácter profesional. El choque entre los estudiantes y sus superiores religiosos tenía que venir, y vino, por culpa de los mismos estudiantes.» (La Libertad, Madrid, jueves 7 de febrero de 1929, pág. 2.)

«Católicos que se dan de baja. Madrid 31. La Asociación de Estudiantes Católicos de Filosofía y Letras organizó un cursillo de conferencias. Hoy el presidente de la Asociación, el presidente del Círculo de Estudiantes y el bibliotecario han enviado a un conferenciante la siguiente carta: “Distinguido señor nuestro: […]”.» (La Voz de Menorca. Diario republicano, Mahón, jueves 7 de febrero de 1929, pág. 1.)

9 de febrero de 1929

«Los Estudiantes Católicos. “Señor director de LAS PROVINCIAS. Muy distinguido señor: En vista de las noticias propaladas insistentemente por algunos periódicos de Madrid y recogidas por otros de provincias, me permito rogarle la inserción, en su periódico, de las siguientes aclaraciones, ya que en nuestra ciudad también se ha comentado el asunto y no, ciertamente, según el criterio que se desprende, de su planteamiento en los verdaderos términos. El presidente de la Confederación ha dirigido a El Debate y a El Siglo Futuro, los puntos que siguen, en los que se condena el alcance de lo ocurrido: Primero. A comienzos del pasado mes de Enero dimitieron algunos miembros de la Junta de la Asociación de Estudiantes Católicos de Filosofía y Letras de Madrid, que es una de las 84 Asociaciones que componen la Confederación de Estudiantes Católicos de España. Y se dieron de baja en dicha Asociación 17 socios, de los 14.000 en números redondos, que forman en las filas de los estudiantes católicos españoles. Segundo. Un periódico sectario, bien conocido, en sus deseos de hacer campañas en contra de la Iglesia, y dañar y dividir a los católicos, ha dado a la publicidad, ahora, al creerlo oportuno, para sus intentos, una carta privada escrita por personas que no figuran en las listas de los Estudiantes Católicos. Un hecho ya viejo y olvidado y de ninguna importancia en el continuo batallar de nuestras Asociaciones, ha querido interpretarlo malévolamente y considerarlo como la dimisión de la junta directiva de los estudiantes católicos universitarios; y casi como la desaparición total de nuestra obra. Tercero. Tan pasado está este pequeño incidente, que la Asociación de Estudiantes Católicos de Filosofía y Letras de Madrid, prosigue su vida normal en el desarrollo del programa que para este curso se señaló. En los días 20 al 23 de Enero, ha colaborado en la Cuarta Asamblea Regional de la Federación de Estudiantes Católicos de Madrid, a la cual pertenece. Asamblea que ha registrado de manera indudable la prosperidad de esta Federación y que ha descollado por el espíritu y acierto que presidió sus sesiones. A dicha Asamblea envió su adhesión el excelentísimo señor Cardenal Primado, bendiciendo sus trabajos y alentando a los estudiantes católicos a proseguir en su labor. Hasta aquí las declaraciones del compañero Martín Sánchez, inspiradas en la mayor consideración y tacto: Sólo me resta añadir que el excelentísimo señor Cardenal Primado, durante su recientísima estancia entre nosotros, reiteradamente, nos manifestó, no ya su simpatía por la obra que estamos llamados a realizar, sino su apoyo decidido y paternal, reconociendo nuestro espíritu de trabajo y de adhesión ciega a los dictados de la Santa Iglesia, de los que son prenda las exhortaciones del Sumo Pontífice, del eminentísimo señor Cardenal Primado y de los demás Obispos españoles. Pedro Ruiz y Tomás. Presidente de la Federación Valenciana de los Estudiantes Calólicos”.» (Las Provincias, Valencia, 9 febrero 1929, pág. 4.)

«Reunión de estudiantes. Madrid, 27. Ayer se celebró, en la Casa del Estudiante, la Junta general extraordinaria de la Asociación de Estudiantes Católicos de Filosofía y Letras, para elegir nueva directiva. El señor La Cerda dio lectura a la memoria correspondiente al finalizado curso, en la que hizo resaltar la labor profesional y cultural que la Asociación realizó en año pasado. A continuación se eligió la directiva, siendo nombrado presidente don Antonio Sánchez Carpintero, y secretario, don José Lema. Por último, el nuevo presidente dirigió la palabra, recordando los fines de la Asociación, esencialmente profesionales.» (Hoja oficial de la provincia de Barcelona, lunes, 28 octubre 1929, pág. 8.)

«Vida escolar. Una interesante disertación del doctor Galindo. Ayer tarde, a las cinco, se celebró la conferencia organizada por la Asociación de Estudiantes Católicos de Filosofía y Letras, en la que el docto catedrático de dicha Facultad, don Pascual Galindo, disertó sobre el tema “Programas, textos, clases, profesores y exámenes”. […] El conferenciante fue muy aplaudido por la numerosa concurrencia de estudiantes.» (La Voz de Aragón, Zaragoza, 22 noviembre 1929, pág. 16.)

«Excursión artística a El Escorial. El domingo se celebró una excursión artística a El Escorial, organizada por la Asociación de Estudiantes Católicos de Filosofía y Letras, a la que asistieron más de 50 alumnos, entre los que figuraban mucha señoritas de la dicha Facultad. Dirigió la excursión el auxiliar de la Central, señor Bellido. Visitaron el Monasterio y la Casita del Príncipe. —En el Colegio de los Hermanos Maristas (San José) se celebró un acto de propaganda organizado por la Asociación de Estudiantes Católicos de Bachillerato. Habló primeramente el vicesecretario de la Confederación, Sr. Gómez Espuñes, y a continuación el Reverendo Hermano Domingo Andrés. —Hoy, a las siete de la tarde, se reunirá en la Casa del Estudiante (Mayor, 1, segundo) el Ateneo Científico de la Asociación de Estudiantes Católicos de Ciencias, en el que D. Ángel Luengo tratará el tema “El sistema periódico y los complejos”.» (El Siglo Futuro, Madrid, 3 diciembre 1929, pág. 3.)

1930

1930 «Vida social. […] Excursión a Guadalajara. El próximo domingo, día 16 de febrero, la Asociación de Estudiantes Católicos de Filosofía y Letras organiza una excursión a esta interesante ciudad, bajo la dirección artística del Sr. Láinez. Salida de Madrid, nueve y media. Llegada, ocho noche. Precio del billete, ida y vuelta, 5,60 pesetas. Se admiten inscripciones en la Casa del Estudiante (Mayor, 1, segundo).» (La Nación, Madrid, viernes 14 febrero 1930, pág. 9.)

«Vida escolar. […] El lunes, día 3, se realizará una excursión universitaria a Alcalá de Henares, organizada por la Asociación de Estudiantes Católicos de Filosofía y Letras. La salida será a las nueve y tres cuartos de la estación de Atocha.» (El Imparcial, Madrid, 1 marzo 1930, pág. 6.)

«Estudiantes y estudiantinas. Excursión universitaria a Alcalá de Henares. Se ha celebrado una excursión universitaria a Alcalá de Henares, organizada por la Asociación de Estudiantes Católicos de Filosofía y Letras, siendo este uno de los actos del programa de la Semana del Estudiante. Asistieron estudiantes de las Facultades de Farmacia, Medicina, Filosofía y Letras y Derecho y algunos alumnos de Bachillerato. Fueron recibidos en la estación de Alcalá por el padre Lecanda y el director del Eco de Alcalá, señor Corral. Visitaron la Magistral, el Cristo de los Doctrinarios y la Universidad, en cuyo paraninfo, hoy en restauración, pronunció el vicesecretario de la Confederación, Sr. Gómez Espuñes, un discurso, en el que, recordando a los maestros Arias Montano, Nebrija, Alcalá Zamora y otros, mostró a sus compañeros la gloria y la honra que dieron a la Universidad española aquellos que justamente con la fe y con la ciencia hacían brillar a España en todas sus esferas. A continuación indicó el Sr. Espuñes la valía y el saber del insigne cardenal Cisneros, y acabó sus palabras invocando sus deseos de que a la futura Ciudad Universitaria se la infunda en alma el espíritu de aquellos sabios maestros.» (La Nación, Madrid, 5 marzo 1930, pág. 9.)

«Certamen entre los estudiantes de la antigua Corona de Aragón. La Federación Aragonesa de Estudiantes Católicos, guiada por sus buenos deseos de honrar la gloriosa memoria del Patrono de Aragón el señor San Jorge, ha acordado organizar un Certamen literario con los siguientes temas y premios: Universidad de Zaragoza: “Las Asociaciones de Estudiantes en la Universidad”. Real Maestranza de Caballería de Zaragoza: “El señor San Jorge, protector de la nobleza de Aragón; breve reseña histórica de las Cofradías de Caballeros nobles que a raíz de la reconquista se erigieron en Aragón”. Excelentísimo señor alcalde de Zaragoza: “El tumulto de Broqueleros”. Sindicato de Iniciativa y Propaganda de Aragón: “El señor San Jorge y el Día de Aragón”. Ateneo de Zaragoza: “Viaje sentimental a través de Aragón”. Federación Aragonesa de Estudiantes Católicos: “La Universidad como directora de la vida regional”. Asociación de Estudiantes Católicos de Filosofía y Letras: “Estudio sobre alguna figura ejemplar de la Corona de Aragón”. […] El plazo de admisión de trabajos quedará cerrado el día 19 de Abril. Pueden presentarse todos los estudiantes de la antigua Corona de Aragón. […]» (Las Provincias, Valencia, 23 marzo 1930, pág. 3.)

«Certamen regional estudiantil. Organizado por Federación Aragonesa de Estudiantes Católicos, para solemnizar la fiesta de San Jorge, patrón de Aragón. Temas. Universidad de Zaragoza: “Las Asociaciones de Estudiantes en la Universidad”. Diputación de Zaragoza: “Cronistas de Aragón”. […] Asociación de Estudiantes Católicos de Filosofía y Letras: “Estudio sobre literatura regional aragonesa”. […] Los trabajos, con lema y plica cerrada conteniendo el nombre, en la forma acostumbrada en esta clase de concursos, podrán dirigirse al secretario del Certamen en la Universidad o en la Casa del Estudiante, Ossáu, número 8.» (La Voz de Aragón, Zaragoza, 26 marzo 1930, pág. 11.)

1931

1931 «La vida escolar. Ciclo de conferencias de divulgación universitaria social. Recibimos esta nota: “En la tarde del sábado tuvo lugar la anunciada conferencia cultural, con cuyo concurso tiende a darse el cauce a la Universidad tal como debe ser, esto es, dando un carácter extensivo a la labor que en ella se realiza, que ha de ser de Universidad. […] Asistieron al acto el general jefe de la quinta división, don Agustín Gómez Morato; en representación del señor alcalde, el señor Sáinz de Medrano; el presidente de la Asociación de estudiantes católicos de Filosofía y Letras, don José María Gavín, y numerosos catedráticos de las distintas Facultades”.» (La Voz de Aragón, Zaragoza, 25 noviembre 1931, pág. 2.)

1932

Hilario José Solas García presidía en 1932 la Asociación de Estudiantes Católicos de Filosofía y Letras de la Universidad de Zaragoza (aparece como tal, con domicilio en Arte 6, Zaragoza, en la convocatoria de un concurso de artículos humorísticos que fue apadrinado por Gracia y Justicia, órgano extremista del humorismo nacional, Madrid, 13 de febrero de 1932, nº 24, pág. 8).

1932 «Estudiantes católicos. Para el primer concurso del cursillo de formación periodística organizado por la Asociación de Estudiantes Católicos de Filosofía y Letras ha concedido el semanario humorístico “Gracia y Justicia” un premio de 150 pesetas, que será otorgado al artículo humorístico que lo merezca, el cual será publicado en dicho semanario.» (La Voz de Aragón, Zaragoza, 16 febrero 1932, pág. 8.)

«El estudiante en acción. Visita gratuita a los museos. En virtud de gestiones llevadas a cabo por la Asociación de Estudiantes Católicos de Filosofía y Letras, que procura que en el disfrute de beneficios no haya privilegios para ningún sector escolar, la Junta de Patronato del Museo de Arte Moderno, con fecha 4 de los corrientes, ha tomado el acuerdo siguiente: “Que puedan tener entrada en el mismo todos los estudiantes, con la sola presentación del ‘carnet’ escolar, dejando, por tanto, sin efecto las autorizaciones concedidas a las agrupaciones escolares.” Igual concesión existe para el Museo del Prado, de la que no puede hacerse uso, sin embargo, los lunes.» (El Sol, Madrid, 9 junio 1932, pág. 6.)

«Visita gratuita a los Museos. En virtud de gestiones llevadas a cabo por la Asociación de Estudiantes Católicos de Filosofía y Letras, que procura que en el disfrute de beneficios no haya privilegios para ningún sector escolar, la Junta de patronato del Museo de Arte Moderno, con fecha 4 de los corrientes ha tomado el acuerdo de que puedan tener entrada en el mismo todos los estudiantes con la sola presentación del carnet escolar, dejando por tanto sin efecto las autorizaciones concedidas a las agrupaciones escolares. Igual concesión existe para el Museo del Prado, de la que no puede hacerse uso, sin embargo, los lunes.» (La Nación, Madrid, 9 junio 1932, pág. 10.)

«Cursos Organizados por los Estudiantes Católicos. La Asociación de Estudiantes Católicos de Filosofía y Letras ha organizado los siguientes cursos: Primero. Latín para principiantes, principalmente para alumnos procedentes de las Normales. Segundo. Latín para alumnos de Preparatorio y procedentes del Bachillerato. Tercero. Un curso de diez lecciones acerca de “El genio español en la literatura y en el arte”. La primera lección se desarrolló el sábado pasado en la Residencia de Estudiantes, Cardenal Cisneros. Para la matrícula de estos cursos se facilitan informes en la Secretaría de la Asociación, Mayor, 1.» (La Época, Madrid, 22 noviembre 1932, pág. 3.)

1933

1933 «Federación Regional de Estudiantes Católicos. La Asociación de Estudiantes Católicos de Filosofía y Letras, nos manda para su publicación este escrito que ha elevado al señor decano de su Facultad: “El que suscribe, presidente de la Asociación de Estudiantes Católicos de Filosofía y Letras, a V. I. respetuosamente expone: Que estudiado por la Asociación de mi presidencia el proyecto de Reforma universitaria leído recientemente en Cortes por el señor ministro de Instrucción pública, estima esta Asociación exiguo el número de las enseñanzas asignadas a la Facultad de Filosofía y Letras de Valencia, en la distribución general hecha entre las distintas Universidades de España, dada la tradición cultural de esta sede universitaria y el contingente de escolares que puede dar a los estudios históricos, entendemos por el contrario que en la Facultad de Ciencias Históricas de Valencia, deben tener cabida las secciones de Historia de la Edad Antigua, de Historia de la Edad Media, además de la ya fijada en el citado proyecto o sea la de Historia de la Edad Moderna. Esto, por lo que a los estudios históricos se refiere, porque entendemos y hemos sostenido siempre que deben organizarse las disciplinas enseñadas en cada Universidad en amplia autonomía pareja a la que se concedió a las Facultades de Filosofía y Letras de Madrid y Barcelona, y que tan excelente resultado ha dado como ensayo autonómico, que el mismo señor ministro de Instrucción pública, argumenta en favor de la proyectada reforma, con la riquísima experiencia recogida en esas Facultades. Por eso estimamos ser apropiado al florecimiento de nuestra Universidad que el señor ministro de Instrucción pública conceda a la Facultad de Filosofía y Letras de Valencia autonomía para organizarse según su vitalidad y medios propios, llegando incluso a la creación de Secciones de Filosofía y Lenguas, ya que, dado el carácter de nuestra cultura mediterránea, sería oportunísima, verbi gracia, la implantación de una Licenciatura en Filología Clásica. Todo lo que exponemos a la Junta de esta Facultad para que se digne estudiarlo y refrendarlo en su caso con su aprobación y elevarlo después por el conducto reglamentario al excelentísimo señor ministro de Instrucción pública y Bellas Artes. Dios guarde a V. I. muchos años. Valencia 28 de Marzo de 1933. José Pascual Guerri Núñez”.» (Las Provincias, Valencia, 29 marzo 1933, pág. 3.)

«Una petición de los estudiantes católicos de Filosofía y Letras. Ilustrísimo señor decano de la Facultad de Filosofía y Letras de Valencia. El que suscribe, presidente de la Asociación de Estudiantes Católicos de Filosofía y Letras, a V. I. respetuosamente expone: […] Todo lo que exponemos a la junta de esta Facultad, para que se digne estudiarlo, refrendarlo, en su caso, con su aprobación, y elevarlo por conducto reglamentario al excelentísimo señor ministro de Instrucción pública. Dios guarde a V. I. muchos años. Valencia a 28 de Marzo de 1933. José Pascual Guerri.» (La Correspondencia de Valencia, 29 marzo 1933, pág. 8.)

«Vida teatral. Los aficionados. Organizada por la Asociación de Estudiantes Católicos de Filosofía y Letras, se celebrará el martes, 25 del corriente, a las seis y cuarto de la tarde, en el Teatro Cervantes, una gran velada teatral, representando la comedia en tres actos, original de Serafín y Joaquín Álvarez Quintero, titulada el “Genio alegre”, y varios fines de fiesta. Las localidades pueden recogerse todos los días laborables, de seis y media a ocho y media, en la Casa del Estudiante, calle Mayor, 1-2. Los fondos se destinarán a la ampliación de la Sección de Círculos de Estudios.» (La Nación, Madrid, 7 abril 1933, pág. 11.)

Estudiantes

«Organizado por la Asociación de Estudiantes Católicos de Filosofía y Letras, se celebró anoche, en el teatro Cervantes, un gran festival para recaudar fondos para la ampliación de la sección Círculos de Estudios. Un bonito cuadro de la brillante fiesta. (Fot. Santos Yubero.)» (La Nación, Madrid, miércoles 26 abril 1933, pág. 1.)

«Nueva junta directiva. Reunidos en Junta general los estudiantes católicos de Filosofía y Letras, han elegido la siguiente Junta directiva: Presidente, Julián Gómez y Fernández; vicepresidente, José María Mañá de Ángulo; secretario, Francisco Galiana; vocales: Carmen Lodeiro Arrojo, María de la Concepción Pérez-Mínguez, José Casanova, Ángel Durán y Conrado Morterero.» (La Nación, Madrid, 9 noviembre 1933, pág. 12.)

1934

1934 «Estudiantes Católicos de Filosofía y Letras. La Asociación de Estudiantes Católicos de Filosofía y Letras ha organizado un ciclo de conferencias culturales, que dará comienzo mañana, sábado, a las siete de la tarde, en la Casa del Estudiante, Mayor 1, segundo, versando la primera sobre “Los sistemas líricos arabigoandaluces”, y estará a cargo del profesor de dicha Facultad, don Ángel González Palencia.» (El Siglo Futuro, Madrid, 23 febrero 1934, pág. 5.)

1935

1935 «Los estudiantes católicos de Filosofía y Letras. Reunida en Junta general la Asociación de Estudiantes Católicos de Filosofía y Letras, entre otros puntos tratados ha elegido la siguiente Junta directiva: Presidente, Joaquín Ruiz Jiménez. Vicepresidente, Víctor García de la Hoz. Secretario, Antonio Cano de Santayana. Tesorero, Conrado Morterero. Vocales, Conchita Pérez Mínguez, Emilia Cotarelo de los Ríos, María Francisca Sarasqueta, Francisco Cabanillas y José Casanova.» (El Siglo Futuro, Madrid, sábado 9 noviembre 1935, pág. 23.)

1936

1936 «Certamen literario. La Asociación de Estudiantes Católicos de Filosofía y Letras de Madrid organiza en el XIII centenario de San Isidoro y en su honor un concurso literario, con arreglo a las presentes bases: Primera. Podrán tomar parte en este Certamen todos los estudiantes de España, sin limitación de ningún género, siempre que presenten el oportuno comprobante acreditativo de que lo son, mediante el carnet estudiantil o la firma del director del Centro docente en que cursen sus estudios. Segunda. Los trabajos versarán sobre el tema “San Isidoro de Sevilla, lazo de unión de dos culturas y príncipe de la unidad religiosa en España”. Tercera. Los trabajos originales e inéditos, han de presentarse escritos a máquina, a dos espacios por un solo lado y con un límite máximo de cincuenta cuartillas corrientes. Irán firmados con un lema. Dentro del sobre de envío irá otro cerrado, en el que se consignará el nombre, domicilio, edad, estudios y Centro donde los cursa el autor. Cuarta. El trabajo premiado lo será con un vale, para hacerlo efectivo en una librería de Madrid. Dicho trabajo pasará a ser propiedad de la Federación de Estudiantes Católicos de Madrid, que gestionará su publicación inmediata, y podrá utilizarlo en la forma que estime conveniente, sin dar lugar a ninguna reclamación por parte de su autor. Quinta. Los autores de los trabajos que no hubiesen resultado premiados, podrán solicitarlos a esta Federación, en un plazo de quince días, a partir de la publicación del fallo del Jurado, pasados los cuales perderán todos sus derechos. Sexta. El plazo de admisión de los trabajos caduca el 15 de mayo próximo, quedando abierto desde la publicación de estas bases. Séptima. Los trabajos serán remitidos a la Asociación de Estudiantes Católicos de Filosofía y Letras, Casa del Estudiante, Mayor, 1. Madrid. Octava. Un Jurado, cuyos componentes se darán a conocer a su debido tiempo, hará la adjudicación del premio.» (El Siglo Futuro, Madrid, sábado 11 abril 1936, pág. 14.)

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