Obras de Aristóteles La gran moral 1 2 Patricio de Azcárate

[ Aristóteles· La gran moral· libro primero· I· II· III· IV· V· VI· VII· VIII· IX· X· XI· XII
XIII· XIV· XV· XVI· XVII· XVIII· XIX· XX· XXI· XXII· XXIII· XXIV
XXV· XXVI· XXVII· XXVIII· XXIX· XXX· XXXI· XXXII ]

La gran moral · libro primero, capítulo XV

Del acto voluntario

No pudiendo consistir el acto voluntario en un impulso ciego, es preciso que proceda siempre del pensamiento; porque si el acto involuntario es el que se verifica por necesidad y por fuerza, es justo que añadamos, como tercera condición, que tiene también lugar cuando no han mediado la reflexión y el pensamiento. Los hechos demuestran esta verdad. Cuando un hombre hiere, y si se quiere, mata a otro o comete un acto semejante sin ninguna premeditación, se dice que lo ha hecho contra su voluntad, y esto prueba que se coloca siempre la voluntad en un pensamiento previo. Así es como se cuenta de una mujer, que habiendo dado a beber a su amante un filtro, y habiéndose muerto este de sus resultas, fue ella absuelta por el Areópago ante el cual se la obligó a comparecer; y si el tribunal la absolvió [30] fue por el motivo sencillo de que no había obrado con premeditación. Esta mujer dio el brebaje por cariño, sólo que se equivocó completamente. El acto no pareció voluntario, porque no dio el filtro con intención de matar a su amante. Aquí se ve que lo voluntario se da en lo que se hace con intención.

<< >>

www.filosofia.org Proyecto Filosofía en español
© 2005 www.filosofia.org
  Patricio de Azcárate · Obras de Aristóteles
Madrid 1873, tomo 2, páginas 29-30