Diccionario Enciclopédico Hispano-Americano
Montaner y Simón Editores, Barcelona 1887
tomo 2
página 330

Antítesis

Filosofía. Es la idea o proposición, que, opuesta a otra idea o proposición, indicando diferencia de ella, más o menos acentuada, constituye el segundo término o miembro de una antinomia (V. Antinomia). La tesis es el primer término (idea) o miembro (proposición); la antítesis el segundo, que se opone a aquél, distinguiéndose o diferenciándose en algún aspecto y con mayor o menor intensidad, y la síntesis es la idea superior o proposición más comprensiva, que concilia los extremos opuestos de la tesis y la antítesis, concebidas en forma de antinomia. Tesis, la libertad que atestiguamos inmediatamente en nuestra conciencia, siendo y sintiéndonos libres; antítesis, la necesidad que por todas partes nos rodea y que engrana unos actos con otros en un determinismo inflexible al menos en las apariencias, y síntesis la libertad motivada (no arbitraria) o racional, con sus precedentes y consiguientes propios. Este tecnicismo, usado la primera vez por Kant, ha sido después empleado por Hegel y por toda la filosofía contemporánea hasta llegar al abuso. Verdad es que, como dice Lange, todas las condiciones y cualidades propias del filósofo y del científico se resumen en «el espíritu de libre síntesis» y que el anhelo de reducir a síntesis todo lo antitético o de unificar lo múltiple y lo vario, es señal evidente de un sentido científico, cuyo valor, al menos en la intención, es innegable; cierto es que la función primordial de la inteligencia (V. Inteligencia), consiste en asemejar lo homogéneo, sin engendrar confusiones, y en distinguir lo diferente, sin producir dualismos o separaciones; pero también es verdad que las síntesis prematuras, las hipótesis atrevidas y las teorías infundadas dan de sí un formalismo lógico y escolástico, contrario al conocimiento de la realidad, quizá por no tener en cuenta la índole de la comparación que establece la antítesis, identificando lógica y realmente (e incurriendo en sofismas sin cuento) la diferencia, la oposición, la repugnancia, el antagonismo y la contradicción, y también es cierto que la semejanza y diferencia que inquiere el entendimiento, en toda relación real e inteligible, exige ante todo, un principio de unidad, bajo el cual puedan ser comparados los objetos para asemejarlos en lo que tienen de homogéneo y para distinguirlos en sus diferencias. De forma que se infiere ya qué es lo que separa el uso del abuso en la aplicación lógica y real del tecnicismo de la tesis, antítesis y síntesis, al conocimiento de la realidad y por tanto, a la constitución de la ciencia y de la filosofía. Requiere el uso legítimo (y no el abuso de que hace gala Hegel, mostrando la identidad de los contrarios y la universalidad de la contradicción) de la síntesis, fijar taxativamente el alcance, en sentido positivo o negativo, de la comparación que establece la antítesis, sin lo cual las síntesis prematuras llegan al nihilismo intelectualista, gráficamente expresado por Hegel, cuando dice: «el ser es la nada». Al tratar de la extensión y comprensión lógicas y de la oposición de las proposiciones y sus diversos modos, se presentará ocasión oportuna para fijar discretamente el alcance de la antítesis en las comparaciones que establece y con él las reglas para resolver las antinomias o declarar mal formuladas las insolubles. Exige además el uso de la síntesis que, precaviendo al pensamiento de la tendencia a personificar lo abstracto, por la confusión del poder plástico de la imaginación con el especulativo de la razón, no se precipite el juicio, tomando apariencias por realidades, o la cáscara por la nuez, vicio de que adolecen todas aquellas teorías o hipótesis que olvidan el cálculo de probabilidades y suman, en falsa identificación, cantidades cualitativamente heterogéneas o separan, en dualismos insolubles, elementos cualitativamente semejantes. Como la antítesis es expresión formal (lógica y gramatical) del principio interno de la variedad o de la ley del contraste, su aplicación es universal a la ciencia, al arte y a la vida misma. Las enseñanzas de la Lógica, las más duras y a veces sangrientas de la experiencia y la proximidad en el arte de lo sublime y lo ridículo, advierten de una manera clara, cuándo el pensamiento, la imaginación y el genio pasan injustificadamente del uso al abuso de la antítesis.


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