Filosofía en español 
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Cultura

Cultura

La cultura es el conjunto de bienes materiales y espirituales creados por la humanidad en el proceso de su práctica histórico-social del trabajo. Los valores materiales, ante todo, las fuerzas productivas, pertenecen al campo de la cultura material. Todo lo que es creado por las superestructuras sociales (ver: Base y Superestructura) constituye el campo de la cultura espiritual: instituciones políticas, obras científicas, artísticas, condiciones de vida, moral, &c. La cultura material y la cultura espiritual están ligadas de la manera más íntima. La cultura espiritual y las fases de su desarrollo, dependen del nivel de la cultura material, ante todo de las fuerzas productivas de la sociedad. La cultura dentro de una sociedad dividida en clases tiene necesariamente un carácter de clase. La orientación de su desarrollo está determinado por los intereses de la clase dominante. El proletariado, al elaborar su cultura utiliza todo lo valioso que en este terreno fue creado por las generaciones anteriores, reelaborándolo críticamente y verificándolo a la luz de su práctica social histórico-universal. “La cultura proletaria debe ser el desarrollo legítimo de los conocimientos que la humanidad ha elaborado bajo el yugo de la sociedad capitalista, de la sociedad de los terratenientes, de la sociedad de los burócratas” (Lenin). Puesto que el proletariado, cumpliendo su misión histórica, suprime la división de la sociedad en clases, suprimiéndose al mismo tiempo como clase, la cultura proletaria de clase es, a la vez, la cultura humana general de la sociedad socialista sin clases. En este aspecto, la cultura proletaria se distingue radicalmente de la cultura de todas las demás clases sociales en que no es una cultura limitada desde el punto de vista de clase. También se diferencia de aquéllas por su carácter de masas, por su carácter popular. La cultura proletaria es el patrimonio de las más extensas masas del proletariado y de las demás capas trabajadoras que siguen al proletariado. El proceso de la posesión de la cultura por amplias masas trabajadoras constituye toda una revolución, la revolución cultural, cuyos resultados son grandiosos para la construcción del comunismo y de la cultura comunista. Los mencheviques afirmaban que la revolución cultural debe preceder necesariamente a la toma del Poder por el proletariado, puesto que de lo contrario el proletariado victorioso estaría incapacitado para dirigir el Estado. Lenin pulverizó esta teoría traidora. La práctica de la construcción socialista en la U.R.S.S. ha demostrado palpablemente la total inconsistencia de esta afirmación y su esencia reaccionaria de clase. Bajo las condiciones de la sociedad explotadora, dijo Lenin, donde con toda su fuerza actúa el poderoso mecanismo de la esclavización económica, política e ideológica, las masas no están en condiciones de posesionarse de la cultura. La revolución cultural puede efectuarse sólo cuando el proletariado triunfante, después de implantar su dictadura, crea las correspondientes condiciones para ello. Precisamente así ha ocurrido en la Unión Soviética. El dotar a los cuadros de una teoría y de una técnica; la liquidación del analfabetismo; la enseñanza general obligatoria; la incorporación de las capas más amplias de los trabajadores a la labor estatal y social, y el movimiento stajanovista, constituyen los elementos integrantes de la grandiosa revolución cultural en la U.R.S.S.; constituyen la creación de una nueva intelectualidad soviética, intelectualidad que no se produjo ni se pudo producir en toda la historia de la humanidad. Los éxitos de la construcción del socialismo en la U.R.S.S., los éxitos de la revolución cultural, abren el camino hacia la supresión completa de la contraposición entre el trabajo manual y el trabajo intelectual, hacia el desarrollo multilateral de todas las aptitudes físicas y espirituales del hombre.

Diccionario filosófico marxista · 1946:63-64

Cultura

Conjunto de los valores materiales y espirituales creados por la humanidad en el curso de su historia. La cultura es un fenómeno social que representa el nivel alcanzado por la sociedad en determinada etapa histórica: progreso, técnica, experiencia de producción y de trabajo, instrucción, educación, ciencia, literatura, arte e instituciones que les corresponden. En un sentido más restringido, se comprende bajo el término de cultura el conjunto de formas de la vida espiritual de la sociedad que nacen y se desarrollan sobre la base del modo de producción de los bienes materiales (ver) históricamente determinado. Así, se entiende por cultura el nivel de desarrollo alcanzado por la sociedad en la instrucción, la ciencia, la literatura, el arte, la filosofía, la moral, &c., y las instituciones correspondientes. Entre los índices más importantes del nivel cultural en determinada etapa histórica, hay que hacer notar el grado de utilización de los perfeccionamientos técnicos y de los descubrimientos científicos en la producción social, el nivel cultural y técnico de los productores de los bienes materiales, así como el grado de difusión de la instrucción, de la literatura y de las artes entre la población.

El marxismo-leninismo ha sido el primero en resolver científicamente el problema de la cultura y de su contenido histórico y social; y ha mostrado que la actividad espiritual del hombre está en función de las condiciones de la vida material de la sociedad, del carácter del régimen social y político. Los idealistas estiman que el desarrollo de la cultura se funda no en la producción material, sino en la conciencia, el espíritu, la actividad de personalidades de genio, &c. Afirman que la cultura no tiene nada que ver con la lucha de clases, la política, la historia de las masas trabajadoras. El marxismo-leninismo combate implacablemente todas las teorías idealistas que tratan de probar que la cultura burguesa es inmutable, que intentan disimular su carácter de clase y justificar la política imperialista practicada por la burguesía para oprimir a los pueblos débiles, para ahogar y reducir a la nada su cultura; combate las tentativas de disimular esta política bajo las frases hechas del cosmopolitismo (ver), de las “Kulturraeger”, &c.

Al establecer que la cultura es un fenómeno social, el marxismo-leninismo parte de la tesis fundamental del materialismo histórico según la cual, el modo de producción de los bienes materiales condiciona toda la vida social, política y espiritual. La evolución del modo de producción de los bienes materiales condiciona la transición de un orden social dado y de su cultura, a otro orden social superior y a la cultura que éste engendra. Así, la cultura es un fenómeno histórico que se desarrolla. En la base del devenir de la cultura material y espiritual de la sociedad, se hallan las leyes del desarrollo de los modos de producción, de las fuerzas productivas y de las relaciones de producción. Son pues, leyes objetivas las que gobiernan el desarrollo de la cultura o sea, que ésta no depende del buen deseo, de la voluntad de los hombres. Una nueva cultura sólo aparece cuando las condiciones objetivas de la vida material de la sociedad están maduras. Por otra parte, toda nueva cultura está históricamente ligada a la cultura del pasado. La filiación histórica en el desarrollo de la producción material, está en la base de la filiación en el desarrollo de la cultura material y espiritual. Lenin enseñaba que “la cultura proletaria tiene que ser el desarrollo regular del acervo de conocimientos conquistados por la humanidad bajo el yugo de la sociedad capitalista, de la sociedad de terratenientes, de la sociedad de burócratas” (Lenin, Obras escogidas, t. II, p. 835, Ed. esp., Moscú, 1948).

En una sociedad antagónica, la cultura espiritual es una cultura de clase. La cultura dominante es la cultura de la clase dominante. Al desarrollarse como consecuencia de las contradicciones sociales, es un instrumento de lucha de clases. En esta lucha, las diversas clases utilizan medios culturales tales como la escuela, la ciencia, la prensa, las artes, &c., para lograr sus objetivos.

A medida que las naciones aparecen y evolucionan, la cultura adquiere un carácter nacional y se desarrolla bajo formas nacionales. Estas formas son: el lenguaje nacional, la especificidad psíquica o carácter nacional, las tradiciones nacionales, el modo de existencia, &c. En el régimen capitalista se distinguen dos culturas en cada cultura nacional. Al lado de la cultura dominante, burguesa por su contenido, cada cultura nacional incluye elementos democráticos y socialistas, pues en el seno de cada nación, las condiciones de existencia de las masas trabajadoras y explotadas engendran necesariamente una ideología democrática y socialista. La lucha de los elementos democráticos y socialistas contra la cultura burguesa, refleja la lucha que sostienen los trabajadores y los explotados bajo la dirección de la clase obrera y de su partido internacionalista contra la burguesía, contra el nacionalismo burgués. En la cultura socialista creada por la clase obrera y las masas trabajadoras una vez conquistada la dictadura del proletariado, las tradiciones progresistas, democráticas, revolucionarias y nacionales se armonizan con los intereses vitales, comunes a todos los trabajadores de todas las naciones.

El lenguaje representa un elemento importante de la forma nacional de la cultura. Pero existe una distinción notable entre la cultura en su conjunto y el lenguaje: en una sociedad de clases, la cultura reviste un carácter de clase, mientras que el lenguaje no tiene un carácter de clase sino que es común a la nación entera. El lenguaje puede servir indiferentemente a la cultura burguesa y a la cultura socialista. Por otra parte, cuando aparece un nuevo orden social, la cultura cambia, mientras que el lenguaje no varía prácticamente en el transcurso de varios períodos sociales. (ver Lenguaje).

La especificidad psíquica de una nación, las particularidades espirituales de los hombres constituidos en naciones, hallan su expresión en las particularidades de las culturas nacionales. Siendo uno de los rasgos esenciales de la nación, la especificidad constituye también una de las formas de la cultura nacional. Ella expresa la comunidad de las condiciones de vida de los hombres pertenecientes a esa nación. Pero en la sociedad de clases, la diferencia de situación y de condiciones de existencia de las clases se refleja en la diferencia de su psicología social. Las particularidades de la cultura nacional se manifiestan igualmente en el modo de vida de los hombres. Este modo de vida, como una de las formas de la cultura nacional, es la expresión de las costumbres que se han ido formando históricamente en un pueblo dado, sobre la base de las relaciones sociales y familiares propias de ese pueblo, hábitos, costumbres, tradiciones, ritos, modos de creación de condiciones de vida (habitación, vestimenta, &c.) heredados del pasado o nuevos. A medida que el orden social evoluciona y cambia, se operan transformaciones en el modo de vida social e individual del hombre.

La lucha de clases, que tiene como consecuencia la destrucción del antiguo régimen social y la instauración de uno nuevo, provoca necesariamente el reemplazo de una cultura caduca por una nueva, más avanzada y progresista. La cultura socialista asume la defensa de todas las magníficas realizaciones culturales de las épocas anteriores y de la fecunda experiencia de la lucha por una transformación revolucionaria de la sociedad, por el comunismo.

Diccionario filosófico abreviado · 1959:104-106

Cultura

(del latín “cultura”: cultivo, elaboración.) Conjunto de valores materiales y espirituales, así como de los procedimientos para crearlos, aplicarlos y transmitirlos, obtenidos por el hombre en el proceso de la práctica histórico-social. En un sentido más estricto de la palabra, suele hablarse de cultura material (técnica, experiencia de producción y otros valores materiales) y de cultura espiritual (resultados en el campo de la ciencia, del arte y la literatura, de la filosofía, de la moral, de la instrucción, etc.). La cultura es un fenómeno histórico que se desarrolla en dependencia del cambio de las formaciones económico-sociales. Frente a las teorías idealistas de la cultura, que la separan de su base material y la explican como un producto espiritual de la “élite”, el marxismo-leninismo ve el proceso de producción de bienes materiales como la base y la fuente del progreso de la cultura espiritual; ello explica, precisamente, que la cultura sea fruto de la actividad de las amplias masas de trabajadores. Dependiente, en lo decisivo, de las condiciones materiales, la cultura espiritual no cambia automáticamente tras el cambio de la cultura material, sino que se caracteriza por poseer una independencia y sucesividad relativas en su desarrollo, por una recíproca influencia con las culturas de los distintos pueblos, &c. En la sociedad capitalista, de clases, la cultura adquiere un sentido de clase tanto por su contenido ideológico como por su orientación práctica, lo cual se traduce en la presencia de dos culturas dentro de cada cultura nacional: la burguesa, dominante, y la de las masas oprimidas, existente bajó el aspecto de elementos más o menos desarrollados de cultura democrática y socialista. Resulta necesario, por tanto, delimitar los conceptos de “cultura de la sociedad burguesa” y “cultura burguesa” (o sea, cultura de la clase dominante). La cultura socialista, que hereda todos los resultados progresivos del pasado, se diferencia de manera radical de la cultura burguesa de nuestro tiempo, tanto por su esencia ideológica como por su función social, hecho que refleja la superioridad general del modo socialista de produccion sobre el capitalista. No es posible crear y afirmar la cultura socialista sin realizar la revolución socialista, de la que forma una parte componente e inseparable la revolución cultural. Los rasgos distintivos de la cultura socialista son: carácter popular, ideales comunistas, concepcipón científica del mundo, humanismo socialista, colectivismo, patriotismo e internacionalismo socialistas. El papel rector en la creación y en el desarrollo de la cultura socialista lo desempeña el Partido Comunista, cuya acción influye sobre toda la actividad cultural y educativa del Estado socialista. Gracias a esta actividad, la Unión Soviética se ha convertido en un país de una elevada cultura de masas. Bajo el socialismo florecen las culturas nacionales por su forma, socialistas por su contenido; cada día se hace más intensivo el intercambio de valores materiales y espirituales entre las naciones, el tesoro, cultural de cada una de ellas se enriquece cada vez más con creaciones que adquieren carácter internacional; se desarrollan los rasgos comunistas generales de la cultura, lo cual facilitará la formación de la cultura del mañana, única para toda la humanidad, la cultura de la sociedad comunista. “La cultura del comunismo –se dice en el programa del P.C.U.S.– al incorporar y desarrollar lo mejor que ha creado la cultura mundial, constituirá un peldaño nuevo, más alto, en el desarrollo cultural de la humanidad. Será la encarnación de toda la variedad y riqueza de la vida espiritual de la sociedad, de los elevados ideales y el humanismo del mundo nuevo. Será la cultura de la sociedad sin clases, de todo el pueblo, de toda la humanidad”.

Diccionario filosófico · 1965:98-99

Cultura

(latín.) Conjunto de valores materiales y espirituales creados y que se crean por la humanidad en el proceso de la práctica socio-histórica y caracterizan la etapa históricamente alcanzada en el desarrollo de la sociedad. En el sentido más estrecho se suele hablar de la cultura material (técnica, experiencia de producción, valores materiales) y espiritual (ciencia, arte, filosofía, moral, educación, &c.). La cultura es un fenómeno histórico, que se desarrolla en dependencia de la sustitución de las formaciones socioeconómicas. En oposición a las teorías idealistas que separan la cultura espiritual de su base material y la interpretan como producto espiritual de la “élite”, el marxismo-leninismo enfoca el proceso de producción de bienes materiales como base y fuente del desarrollo de la cultura espiritual; de ahí se desprende que en su forma directa o indirecta la cultura se crea por la actividad de las grandes masas trabajadoras. Dependiendo de las condiciones materiales, la cultura espiritual no se modifica de modo automático en pos de su base material, sino que se caracteriza por una relativa independencia (sucesión en el desarrollo, influencia mutua de las culturas de distintos pueblos, &c.). En la sociedad dividida en clases, la cultura adquiere un carácter clasista tanto por su contenido ideológico como por su orientación práctica, lo cual se expresa bajo el capitalismo en la existencia de dos culturas en cada cultura nacional: la cultura burguesa dominante, y los elementos más o menos desarrollados de la cultura democrática y socialista de las masas trabajadoras. La cultura socialista, heredando todas las realizaciones progresistas del pasado, se diferencia de raíz de la cultura burguesa contemporánea, tanto por su esencia ideológica como por su función social, lo cual demuestra la superioridad del régimen socialista frente al capitalista. La creación y el afianzamiento de la cultura socialista son imposibles sin la revolución socialista, que asegura todas las condiciones necesarias para la revolución cultural. Los rasgos distintivos de la cultura socialista son: carácter popular, ideología y partidismo comunistas, concepción científica del mundo, humanismo socialista, colectivismo, patriotismo socialista e internacionalismo. En la creación y desarrollo de la cultura socialista desempeña un papel dirigente el Partido Comunista, bajo cuya influencia transcurre toda la actividad educativo-cultual del Estado socialista. En el contexto del socialismo, la cultura es múltiple por sus formas nacionales, socialista por el contenido e internacionalista por su espíritu y carácter; se intensifica el intercambio de valores materiales y espirituales entre las naciones; el acervo cultural de cada nación se va enriqueciendo cada vez más con obras que adquieren carácter internacional, lo que contribuye a la formación de la futura cultura única, de toda la humanidad, en la sociedad comunista.

Diccionario de filosofía · 1984:98-99