Filosofía en español 
Filosofía en español

Espíritu

no figura

Diccionario filosófico marxista · 1946

no figura

Diccionario filosófico abreviado · 1959

Espíritu

(Del latín “spiritus”, literalmente: soplo, aire finísimo, hálito, aliento, olor.) Concepto que, en el amplio sentido de la palabra, es idéntico a los conceptos de lo ideal, de la conciencia como forma suprema de la actividad psíquíca; en el sentido estricto del término, es equivalente al concepto de pensamiento. En la historia de la filosofía se diferencian el espíritu subjetivo (sujeto, personalidad, individuo) –cuya absolutización lleva al idealismo, subjetivo– y el espíritu objetivo (conciencia social, objetivación de las facultades humanas) que conduce –si se sostiene su carácter primario– al idealismo objetivo. La filosofía grecorromana de la Antigüedad concebía el espíritu como activídad teórica (para Aristóteles, por ejemplo, la forma superior de la actividad del espíritu es el pensar sobre el pensamiento, el placer de teorizar). Sin embargo, también se entiende el espíritu como principio suprarracional cognoscible inmediata e intuitivamente (Plotino). Este punto de vista entronca con la religión, según la cual el espíritu es Dios, una esencia sobrenatural, susceptible de ser únicamente objeto de la fe. La filosofía clásica alemana subrayaba el carácter activo del espíritu, lo veía como actividad de la autoconciencia. Así, Hegel concebía el espíritu como unidad de la autoconciencia y de la conciencia, unidad que se realizaba en la razón; como unidad entre la actividad práctica y la teórica del espíritu sobre la base de la práctica: el ser del espíritu es su hacer aunque este hacer es interpretado sólo como conocimiento. El espíritu, según Hegel, supera lo natural y se eleva hasta sí mismo en el proceso del autoconocimiento. La filosofía materialista considera al espíritu como lo secundario respecto a la naturaleza. Para los materialistas de la antigüedad, el espíritu es la parte más racional del alma, derramada por todo el cuerpo. Los materialistas de los siglos XVII-XVIII (Hobbes, Locke, La Mettrie) concebían el espíritu sólo como una variedad del conocimiento sensorial. El materialismo dialéctico no reduce lo espiritual a la simple suma de sensaciones y rechaza la representación del espíritu como de algo que existe con independencia de la materia. Lo espiritual es función de la materia altamente organizada, es resultado de la actividad práctica material, histórico-social de los hombres. La vida espiritual de la sociedad –conciencia social– aparece como reflejo del ser social. Al mismo tiempo, influye de manera activa sobre éste, sobre la actividad práctica de la humanidad. El concepto de espíritu también se emplea en sentido metafórico como sinónimo de esencia: espíritu de la época, espíritu del tiempo (cfr. alma, pensamiento, conciencia, psique).

Diccionario filosófico · 1965:149-150

Espíritu

(latín spiritus.) En la acepción amplia del término, concepto idéntico a lo ideal, a la conciencia, al principio inmaterial, a diferencia del principio material; en el sentido estricto, equivale al concepto de pensamiento. Los representantes de las diversas corrientes de la filosofía premarxista destacan el espíritu subjetivo (sujeto, personalidad, individuo), cuya absolutización conduce al idealismo subjetivo, y el espíritu objetivo (conciencia separada del hombre y mistificada como fuerza independiente); el reconocimiento de su primacía lleva al idealismo objetivo. La filosofía de la Antigüedad consideraba el espíritu como actividad teórica (por ejemplo, para Aristóteles, la forma superior de actividad del espíritu es el pensamiento sobre el pensamiento, el deleite con la teoría). Sin embargo, el espíritu se entendía también como principio suprarracional, que se conoce de modo inmediato, intuitivo (Plotino). Tal punto de vista es exteriormente próximo a la ideología religiosa, según la cual el espíritu es Dios, ente supranatural que sólo puede ser objeto de la fe. Los representantes del idealismo clásico alemán subrayaban la actividad del espíritu, enfocándolo, ante todo, desde el punto de vista de la autoconciencia. Así, Hegel entendía el espíritu como unidad de la autoconciencia y la conciencia, que se realiza en la razón; como unidad de la actuación práctica y teórica: el ser del espíritu es su actuación, aunque esta última sólo se concibe como conocimiento. Según Hegel, el espíritu supera lo natural, lo sensorial y se eleva a sí mismo en el proceso de autoconocimiento. La filosofía materialista considera el espíritu como lo secundario respecto a la naturaleza. Para los materialistas de la Antigüedad, el espíritu es la parte más racional del alma, extendida por todo el cuerpo. Los materialistas de los siglos 17-18 (Hobbes, Locke, La Mettrie) entendían por espíritu tan sólo la combinación de sensaciones, una variedad del conocimiento sensorial. El materialismo dialéctico no reduce lo espiritual a la simple suma de sensaciones y rechaza la representación del mismo como algo que existe independientemente de la materia. Lo espiritual es una función de la materia altamente organizada, resultado de la práctica material, socio-histórica de los hombres. La vida espiritual de la sociedad –conciencia social– es un reflejo del ser social y, a la vez, influye notablemente sobre el ser social, sobre la actividad práctica del género humano.

Diccionario de filosofía · 1984:144