Fantasía
(Del griego: “phantasia” representación). La fantasía es un reflejo original de la realidad objetiva en la conciencia humana, la representación de fenómenos reales o irreales, basada en la imaginación. Ninguna representación, ni la más embrollada y fantástica, es creación puramente subjetiva de la psiquis humana; en su cimiento, en última instancia, hay un reflejo de la realidad objetiva. La fantasía desempeña un enorme papel en todos los campos de la actividad mental del hombre, es la condición indispensable de la creación. “…en la síntesis más simple, dice Lenin, en la idea general más elemental (“ mesa” en general) hay algo de fantasía”. La fantasía es uno de los elementos más importantes de la creación artística, pero también se muestra necesaria en la actividad científica. “Es un absurdo negar el papel de fantasía, aún en la ciencia más estricta” (Lenin). “Hasta en matemáticas es necesaria: hasta el descubrimiento de los cálculos diferencial e integral hubiera sido imposible sin la fantasía” (Lenin). Es generalmente conocido el papel que la hipótesis desempeña en la ciencia. Pero cualquier hipótesis incluye en sí un considerable elemento de imaginación, de fantasía científica. En el terreno de la técnica, el valor creador de la fantasía es grande también. Muchas de las invenciones técnicas más importantes fueron predichas y descritas en sus rasgos generales por autores de novelas fantásticas mucho antes de que se lograran. La condición para la fecundidad de la fantasía es su vitalidad y su vínculo con la realidad. La fantasía que se aleja volando de la realidad da al hombre una representación deformada del mundo. Tal representación del mundo, fantástica, adulterada es, por ejemplo, la base de las ideas religiosas (Ver: Religión). La posibilidad de que la fantasía se aleje como en un vuelo de la vida es una de las raíces gnoseológicas del idealismo filosófico y de la religión. “El acceso de la inteligencia (del hombre) hacia la cosa, aislada, el sacar una copia (= concepto) de ella, no es un acto simple, directo, muerto como el reflejo en un espejo, sino un acto complejo, bipartito, zigzagueante, que lleva implícita la posibilidad de que la fantasía se aleje volando de la vida; más aún: la posibilidad de la conversión (y además, una conversión inadvertible, inconsciente para el hombre) del concepto, de la idea abstractos, en una fantasía (en última instancia = en dios)” (Lenin).
Diccionario filosófico marxista · 1946:111-112