Filosofía en español 
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Identidad

Identidad

La identidad es la categoría que expresa la igualdad, lo idéntico del objeto, del fenómeno a sí mismo. La lógica formal entiende la identidad de una manera abstracta, según el principio: A = A. Pero en la Naturaleza no existe tal identidad muerta e inmóvil. “El vegetal, el animal, cada célula, en cada instante de su vida son idénticos a sí mismos y al mismo tiempo difieren de sí mismos debido a la asimilación y desasimilación de materias, debido a la respiración, formación y extinción de las células...” (Engels). El materialismo dialéctico reconoce la identidad concreta, es decir, una identidad del objeto consigo mismo que no excluye los cambios del objeto, las contradicciones que en él existen. Cada cosa se halla en diversas relaciones, a veces contradictorias, con las otras cosas y, por consiguiente, no es una identidad muerta, igual siempre a sí misma, sino que es lo que es y es otra cosa. No obstante los cambios parciales imperceptibles que constantemente experimenta cualquier fenómeno de la Naturaleza, dicho fenómeno, durante cierto tiempo sigue siendo lo que es, sin sufrir cambios básicos, esenciales, sin transformarse en una nueva cualidad. Así, por ejemplo, la roca sigue siendo roca, no obstante el proceso de erosión y desmoronamiento al que constantemente está sujeta. Pues, esta propiedad objetiva de las cosas de ser idénticas y al mismo tiempo diferentes de sí mismas, de contener en sí una contradicción interna, de hallarse en proceso de desarrollo, de mutación, expresa también la categoría de la identidad concreta, dialéctica. Toda identidad del objeto es temporal, relativa, pasajera; sólo el movimiento, la mutación de los objetos es lo absoluto y permanente.

Identidad abstracta

Ver: Identidad.

Identidad concreta

Ver: Identidad.

Diccionario filosófico marxista · 1946:151

Identidad

Categoría que expresa el estado de un objeto igual a sí mismo. La fórmula metafísica de la identidad es esencialmente abstracta: A = A. Ahora bien, la naturaleza ignora las identidades rígidas e inmutables de ese tipo. “La planta, el animal, cada célula en cada instante de su vida, son idénticos a sí mismos, y sin embargo, se diferencian de sí mismos, por el hecho de la asimilación y de la eliminación de substancias, de la respiración, de la formación y muerte de las células..., en una palabra, como resultado de una suma de modificaciones moleculares incesantes” (Engels, Dialéctica de la naturaleza, Ed. rusa). El materialismo dialéctico reconoce una identidad concreta en la cual el objeto es idéntico a sí mismo, sin que queden excluidas las contradicciones internas. En cada momento dado, toda cosa es una cosa determinada, pero al mismo tiempo sufre cambios, sus relaciones con las demás cosas son diferentes y a menudo contradictorias, en una palabra, lejos de ser una identidad fija, siempre igual a sí misma, la cosa es lo que es y, al mismo tiempo, es otra cosa. La categoría de la identidad dialéctica, concreta, expresa precisamente esa propiedad objetiva de las cosas de implicar contradicciones internas, de cambiar, de desarrollarse. La identidad de un objeto es temporal, relativa, pasajera; sólo el movimiento, el cambio es absoluto, constante.

Diccionario filosófico abreviado · 1959:249-250

Identidad

Categoría que expresa la igualdad de un objeto, de un fenómeno consigo mismo o la igualdad de varios objetos. De los objetos A y B se dice que son idénticos en el caso y sólo en el caso de que todas las propiedades (y relaciones) que caracterizan a A caractericen también a B, y viceversa (ley de Leibniz), Ahora bien, como quiera que la realidad material cambia sin cesar, no suele haber objetos absolutamente idénticos a sí mismos, ni siquiera en sus propiedades esenciales, básicas. La identidad no es abstracta, sino concreta, o sea, contiene diferencias, contradicciones internas que se “superan” constantemente en el proceso de desarrollo y que dependen de las condiciones dadas. La identificación misma de los objetos exige su previa diferenciación; por otra parte, a menudo hay que identificar objetos distintos (por ejemplo, con el fin de establecer su clasificación). Esto significa que la identidad se halla indisolublemente vinculada a la diferencia, y es relativa. Toda identidad de las cosas es temporal, transitoria, mientras que su desarrollo, su cambio, es absoluto. En las ciencias exactas, sin embargo, se utiliza la identidad abstracta, es decir, abstraída del desarrollo de las cosas, en consonancia con la ley de Leibniz que acabamos de citar, dado que en el proceso de la cognición idealizar y simplificar la realidad, en ciertas condiciones, no sólo resulta posible, sino incluso necesario. Es con semejantes limitaciones como se formula también la ley lógica de la identidad, Mas, al hacerla extensiva a la realidad, como es propio de la metafísica, conduce a conclusiones en las que se afirma que las cosas son inmutables, constantes.

Diccionario filosófico · 1965:232

Identidad

Categoría que expresa la igualdad, la uniformidad del objeto o fenómeno consigo mismo o la igualdad de varios objetos. De los objetos A y B se dice que son idénticos, los mismos, únicamente en el caso de que todas las propiedades (y relaciones), que caracterizan a A, también caracterizan a B, y viceversa (ley de Leibniz). Ahora bien, por cuanto la realidad material no deja de cambiar, no existen objetos que sean absolutamente idénticos, incluso en sus propiedades esenciales, fundamentales. La identidad no es abstracta sino concreta, es decir, contiene diferencias y contradicciones internas que siempre se destruyen y renacen en el proceso de desarrollo. La identificación misma de algunos objetos recaba diferenciarlos previamente de otros objetos; por otra parte, a menudo se tienen que identificar objetos diferentes (por ejemplo, para clasificarlos). Esto significa que la identidad está enlazada inseparablemente con la diferencia y es relativa. Toda identidad de las cosas es temporal, pasajera, y su desarrollo y cambio son absolutos. Sin embargo, en las ciencias exactas, la identidad abstracta, es decir, disociada del desarrollo de las cosas, se utiliza, en conformidad con la ley de Leibniz, porque en el proceso del conocimiento son posibles y necesarias en ciertas condiciones la idealización y la simplificación de la realidad. La ley de la identidad en lógica también se formula con semejantes limitaciones.

Diccionario de filosofía · 1984:222