Prosigue el Comercio

Los Franceses, Ingleses, y aun los Dinamarqueses, excitados por el ejemplo de este progreso en el Comercio, han hecho también algunos establecimientos en las Indias, y sobre las Costas de África; bien que menos considerables, aunque los Ingleses tienen allí un Comercio muy extenso. Finalmente la América, que descubrieron los Españoles, poco tiempo después que los Portugueses se hubieron asegurado un Comercio hacia el Oriente, por el cabo de Buena-Esperanza, se ha hecho después el objeto de un basto, e importante Comercio para todas las Naciones de la Europa. El Comercio en General, es una profesión, no menos honrosa, que útil, aun en Francia hay familias muy distinguidas, que trafican, y comercian, no obstante que no se permite a la Nobleza Francesa sino el Comercio de Mar, y Tierra, pero en grueso. No es menos sabia la ley, costumbre, o abuso, que se observa en Inglaterra con los segundos de las casas grandes, de dejar dormir (como se dice en la Bretaña Francesa) su distinguido nacimiento, y nobleza, y enriquecerse con toda suerte de Comercio lícito, para sostener un nombre, y lugar, que no podrían sin él: puédese también añadir al honor del Comercio, que algunos Príncipes de Italia, mirándose como los principales Negociantes de sus Estados, no le desdeñan en hacer servir sus Palacios de Almacenes, o Fabricas a las mas ricas manufacturas. Aún se ven muchos Reyes del Asia, así como la mayor parte de los que mandan sobre las Costas de Africa, y Guinea, ejercer el Comercio, y Negocio con los Europeos, por medio de comisionados, y no pocas veces por sí mismos. El Comercio, sobre el pié que se halla hoy, se divide en Comercio de Mar, y Tierra, de vecino a vecino, y en Comercio de viajes de largo curso, en Comercio interior, y exterior, y en Comercio, finalmente, grueso, y menudo. Comercio de Tierra, es aquel que se hace de Ciudad en Ciudad, de Provincia en Provincia, u de Reino en Reino, por medio de carros, carros-matos, u otra especie de ruedas, o a lomo en mulos, camellos, u otros animales semejantes: ejércese también por medio de barcas, lanchas, y otros pequeños, o menudos bastimentos por los ríos, lagos, estanques, y canales. En el País del Norte, cuando la tierra está cubierta de nieve, las Mercancías se transportan en trenes, llevados por caballos muchas veces (principalmente en las Provincias dependientes del Zar, Rey de Suecia, y de Dinamarca) se sirven de una especie de animales, semejantes a pequeños ciervos, que corren sobre la nieve con una ligereza inexplicable. La seguridad de los caminos reales, y comodidad para los Arrieros, que está establecida en la mayor parte de los Estados de la Europa, da a los Comerciantes una grande facilidad para el Comercio de Tierra. Estos establecimientos ventajosos, no están en uso en los Estados del Asia, y del África, y de ahí viene la dificultad de poder viajar por allí, sino en caravanas; estas salen de tiempo en tiempo de las principales Ciudades del Oriente, y se componen de los mismos Mercantes, y Viajeros, que juntos forman una especie de cuerpo de armada para atravesar los desiertos, y librarse de la violencia de los ladrones, principalmente de los Árabes. El Comercio de Mar se hace en todas las partes del mundo, en donde se puede abordar por Mar, sea sobre el Océano, o sobre el Mediterráneo, o sea sobre los Mares particulares, como el Mar Rojo, Mar Blanco, Mar Negro, Mar Báltico, &c., aunque estos no son sino parte de los dos principales. Los riesgos que ocurren en todo tiempo, sobre el Mar de la parte de los Piratas, y en el tiempo de Guerra del Corso de los Armadores, obligan a los Comerciantes a asegurar sus Mercancías, y muchas veces los Navíos, y bastimentos sobre que las cargan. Comercio de vecino a vecino, se dice algunas veces del Comercio de Tierra, cuando el negocio que se hace no obliga a largos viajes para el transporte de las Mercancías; pero con mayor propiedad, y mas ordinariamente se da este nombre al Comercio de Mar, que se hace sobre las Costas del mismo Reino, o en los Puertos de los Reinos Extranjeros más vecinos; y es así, que los Catalanes, con los Mallorquines, Valencianos, y aun con los Nisardos, Genoveses, y otros de esta especie, se dice hacen el Comercio de vecino a vecino; y en efecto, estos diferentes Lugares a que ellos destinan sus Mercancías, no se hallan muy distantes de sus Puertos.

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