Filosofía en español 
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[ Benito Amado Salazar ]

El viernes 19 del pasado hemos sido llamados a juicio de conciliación por los señores D. Joaquín Hysern y D. Bartolomé Obrador ante el alcalde Constitucional…

El viernes 19 del pasado hemos sido llamados a juicio de conciliación por los señores D. Joaquín Hysern y D. Bartolomé Obrador ante el alcalde Constitucional Sr. D. Francisco Sánchez Ocaña. Los demandantes exigían que rectificásemos las alusiones que hemos hecho a sus personas en los artículos de que ya tienen conocimiento nuestros lectores, presentando para inclinarnos a dar este paso un testimonio expedido por el secretario de la facultad, del que resulta, 1.° que el grado conferido al Sr. Núñez lo ha sido a consecuencia de una real orden expedida por el Sr. Pidal, entonces ministro de la Gobernación: 2.° que los jueces del Tribunal fueron los Sres. Hysern, Mata y Obrador; 3.° que el Sr. Núñez ha sido aprobado por los tres censores; 4.° que ni entonces, ni antes hubo en la facultad de medicina orden ni costumbre que obligase ni autorizase a los jueces a inquirir la procedencia y legitimidad de los documentos presentados por el graduando, y 5.° que los señores que han conferido el grado de Bachiller al Sr. Núñez han cumplido en este acto con los reglamentos y reales ordenes vigentes. Los señores Hysern y Obrador nos han puesto también de manifiesto una copia simple de la famosa protesta, que no es más que una proposición firmada por aquellos catedráticos y el Sr. Mata que en nada ataca ni defiende el hecho ya consumado. Nosotros, consecuentes con nuestros principios y con lo que antes de ahora hemos escrito sobre este triste asunto, no hemos creído suficientes las razones alegadas por los demandantes para fundar en ellas una rectificación. En el juicio, así como en el periódico, hemos separado la responsabilidad legal del acto, de la moral que creíamos alcanzaba a los señores Hysern y Obrador por sus relaciones anteriores y de público notorias con el Sr. Núñez. Nosotros que atacábamos más bien que a los jueces del examen, a los favorecedores del homeópata, que le habían abierto sin reparo una senda legal que autorizase sus pretensiones, hemos pedido a los señores demandantes que nos dirigiesen una carta en la que contestasen satisfactoriamente a las preguntas que en nuestro número de 8 del pasado les hemos dirigido. Los Sres. Hysern y Obrador deseosos como nosotros de cortar por este medio un negocio que podía proporcionarnos mutuamente disgustos, y que sobre todo afectaba directamente a la ciencia por cuyo honor estamos todos tan interesados, han convenido al fin en remitirnos la citada carta y una copia testimoniada de los documentos exhibidos en el juicio y de que ya queda hecho referencia.

Hemos recibido pues la carta convenida y en ella los señores Hysern y Obrador consecuentes con la promesa hecha ante la autoridad nos aseguran bajo su palabra:

“1.° Que aun cuando conocían ambos a Núñez, ignoraban completamente si había hecho los estudios necesarios para recibir el grado, hasta que han visto la real orden en que se expresa haberlo justificado.”

“2.° Que no recuerdan si se puso o no en lista de examen, pero sí que era muy común en todos los tribunales recibir a uno o más sin estar anotados y solo por la condescendencia de los jueces.”

“3.° Que no les puede caber duda de que el Decano tuvo conocimiento de la real orden, porque a este se dirigen todas en pliego cerrado; porque consta su rúbrica al pie del “Admítase” y finalmente porque no recuerdan que, ni ahora ni antes se haya negado a dar cumplimiento a ningún mandato superior de varios que por este mismo estilo u otros análogos se le han comunicado.”

“4.° Que no hubo la protesta que se supone y si tan solo una consulta a la facultad reunida en la que se pedía, que se declarase la conducta que debía seguirse en el asunto consumado de Núñez o en cualquier otro que en lo sucesivo se ofreciese.”

“Y 5.° Que la facultad no negó ni acordó negar al Sr. Núñez el título de Bachiller, antes al contrario se le ha expedido firmado por el Sr. Decano, los tres jueces que le habían graduado y el secretario Sr. Soler.”

En vista pues del documento que acabamos de extractar, damos, por terminado este asunto por lo que respecta a los Sres. D. Joaquín Hysern y D. Bartolomé Obrador. Después de asegurarnos estos señores bajo su palabra de honor; que aun cuando conocían y trataban al señor Núñez, ignoraban completamente los estudios que hubiese hecho, sería faltar por nuestra parte a la buena fe de caballeros si dudásemos de las aserciones de dos personas tan respetables como caracterizadas. Nosotros deseamos de corazón que el público participe de la convicción que nos inspira la lectura de la carta de los dos catedráticos de la Facultad de esta corte, cuyo nombre y posición son una garantía de la sinceridad de sus aserciones. Séanos empero lícito dirigir una queja amistosa a los que han sido nuestros adversarios. Nosotros hubiéramos deseado, que la complacencia que han manifestado en el juicio la hubiesen tenido tres semanas antes en la Redacción de la VERDAD, o en sus casas, a las que con gusto hubiéramos pasado a zanjar en tiempo este ruidoso negocio. Así nos hubiéramos evitado por ambas partes algunos malos ratos y una publicidad, que si no nos ha perjudicado, pudo sin embargo ser de funestas y lamentables consecuencias. Pero esto ya pasó; todas las edades tienen sus momentos de arrebato y no están libres de cometer una ligera precipitación los hombres más graves y de mayor sensatez.

Los Redactores de la VERDAD creemos haber cumplido en este asunto con lo que de nosotros exigía la delicada misión de que nos hemos encargado. Cual lo hemos prometido en el número 7.°, nos ponemos hoy al lado de los Sres. Hysern y Obrador, puesto que nos han probado que no son ellos los culpables del desacato cometido al graduar al curandero Núñez. Hemos dicho que no teníamos prevención contra determinadas personas: buscábamos la verdad, y nada más. La defensa de los señores que nos han demandado nos ha puesto en camino para hallarla. Hay fraude, hay superchería, se cometió un atentado y en el número próximo atacaremos de frente a los que hoy tenemos fundados motivos para creer autores de esta memorable hazaña.

Necesitamos dar una satisfacción de nuestra conducta. Al leer en la carta de los Sres. Hysern y Obrador que el Decano vio y mandó dar cumplimiento a la real orden y que no es exacto que se haya negado el título de bachiller al Sr. Núñez, podrá creerse, que al asegurar nosotros lo contrario, hemos faltado a la verdad, o partido de ligero en afirmar estos particulares. Nosotros pues, deseando probar al público, que los redactores de la VERDAD jamás hacen traición al título de su periódico, afirmamos como caballeros, que el mismo Sr. Decano ha asegurado a uno de nosotros lo primero y que la segunda noticia la debemos al Sr. D. Pedro Mata, que nos lo ha dicho más de una vez cuando se acercó a nuestra redacción para que rectificáramos respecto a su persona. Nuestros lectores, juzgarán si debíamos dudar en presentar como ciertos, hechos que sabíamos por personas cuya posición les obliga a estar bien enterados de cuanto pasó en este fatal negocio.

La gratitud nos obliga a hacer un justo elogio de la benevolencia y conciliatoria persuasión que ha empleado en el juicio el Sr. Sánchez Ocaña, quien cumpliendo dignamente con su autoridad mediadora, solo tuvo para ambas partes palabras de paz y de convicción, sin demostrar preferencia hacia ninguna de las dos. Damos también las gracias al hombre bueno de los demandantes Sr. D. Juan Pou y Camps, y al que lo ha sido nuestro Sr. D. Juan Magaz, a quienes se debe casi en totalidad, la feliz terminación del juicio, de un modo ventajoso así para los Sres. Hysern y Obrador como para nosotros y en provecho de la ciencia interesada en que no recaiga jamás una mancha sobre las personas que la ejercen.