Filosofía en español 
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La cuestión del cinematógrafo y la de la moral de la calle

Matilde García del Real

Contestación al cuestionario sobre la moral del Cinematógrafo

A. I. Creo que ningún invento científico puede ser virtualmente malo o perjudicial. El Cinematógrafo es una conquista de la Ciencia que debemos aprovechar para la educación de los niños, y más aún de los adultos. Para eso debe haber (como ya hay en algunos), días destinados a los alumnos de las escuelas. Los asuntos en esos días serían cuidadosamente elegidos. Asuntos de viajes; vistas de monumentos; costumbres de otros pueblos (las que no ofrezcan inconvenientes desde el punto de vista moral); Historia natural; paisajes; escenas infantiles; &c. Mejor aún fuera, que estos cinematógrafos funcionasen en las mismas escuelas un día por semana no más, para evitar la excitación y el cansancio del órgano visual. No veo inoportuno el que se forme una comisión encargada de elegir las películas y confeccionar los programas.

II. En vista de lo anteriormente expuesto, no veo la necesidad de alejar de ellos a los niños: evítese solamente el abuso.

III. La diversión más sana para los niños es el campo; pero no siempre es posible llevarlos a él.

B. IV. Completamente de acuerdo en lo que dice; pero ¿sería eso fácil ó siquiera posible? Por ahora el único remedio sería hacer la escuela tan atractiva, que los niños la prefiriesen a la calle. Crear además campos de juegos escolares, aislados del ambiente del arroyo. O por lo menos reservar en los jardines públicos un espacio para los niños, como se hace en Alemania y otras naciones.

V. Conferencias, conversaciones, el mismo cinematógrafo, o proyecciones luminosas públicas, alejarían a los niños de la calle en días de lluvia. En los de sol campo y juegos escolares al aire libre.

Matilde García del Real.

Madrid, Octubre, 26-911.