Filosofía en español 
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Crónica cinematográfica

Hacia un Congreso Hispanoamericano de Cinematografía

por Fernando G. Mantilla

Sevilla. II Congreso del Comercio Español en Ultramar

El II Congreso Comercial Hispanoamericano reunió en la Exposición de Sevilla a negociantes de aquende y allende el Atlántico. Hubo en él una auténtica aproximación de los países de cultura ibérica. No sabemos si fraternal. Ni nos interesa ahora. Pero la aproximación fue auténtica, porque entre la atmosfera pesada –oficial y espesa– de banquetes, discursos y consabidos lazos, sonó repetidamente una palabra, capaz de unir o enemistar a los hombres, de llevar a la Humanidad al amor o a la guerra. Esa palabra fue: dinero. La vibración metálica de las tres sílabas dotó de verdadero interés a todo lo allí tratado. Los discursos retóricos y con alusiones marineras de carabelas, plus ultras y vínculos filiales y fraternales tuvieron un sugestivo fondo sonoro de ventanilla de Banco y rasgar de talonario de cheques. De lo hablado tenía que surgir, necesariamente, algo práctico.

No sabemos lo que pasó dentro de las fronteras del reino de Mercurio. Pero en el exterior se inició una idea de positiva eficacia cordial. Una voz –la de Fernando Viola– transmitió la generosa iniciativa de celebrar un Congreso Hispanoamericano de Cinematografía. Al conjuro del cinema se despertó la atención de los comerciantes asambleístas, y todos –de especial manera los americanos– ofrecieron su apoyo.

Intervención de Francos Rodríguez

El Sr. Viola recorrió con su proyecto las antesalas de los ministerios. El Gobierno de la Dictadura, que de tan amplios poderes ha usado, nada hizo en su apoyo. El porvenir reservado al proyecto era el de agonía y muerte en el fondo de un cajón. Le salvo de tan oscuro final un artículo publicado en ABC con la firma de Francos Rodríguez, en el que se aplaudía sin reservas la iniciativa y se reclamaba en su favor un auxilio que inmediatamente le fue prestado. El micrófono de Unión Radio –periódico de enorme difusión– sirvió para inyectar en toda España, en el aire, el entusiasmo que animaba al inventor del Congreso. Se recogieron opiniones, favorables sin excepción, de todos los embajadores y ministros plenipotenciarios de las Repúblicas de habla española, de personalidades oficiales, como la del marqués de Guad-el-Jelu –actual ministro de Trabajo–, de escritores ilustres y técnicos. Dice Cambó en su libro Las Dictaduras: “El cinema ejerce hoy, no solo en las ciudades, sino también en los pueblecitos más humildes, una influencia ya beneficiosa, ya funesta, y crea problemas de inmensa magnitud que los Poderes públicos habrán de afrontar; un invento que parecía un juguete para divertir a los niños, se está convirtiendo en un instrumento de propaganda de ideas, de costumbres, de modas, que supera a cuanto se hubiese podido imaginar. El predominio que en la producción del film tienen los Estados Unidos, Rusia y Alemania, proporciona a estos tres países un arma de invasión espiritual que puede ser más eficaz y más terrible que todas las armas de guerra.” Un criterio análogo es el que ha tonificado las opiniones en pro de la celebración del Congreso Hispanoamericano de Cinematografía, condensadas en un folleto de cuya exposición trasladamos unos párrafos:

“…La producción norteamericana ha conquistado los mercados del planeta. En especial los países de cultura española, que son los únicos penetrados sin resistencia por su parte. (Todos los pueblos civilizados oponen a la invasión yanqui una producción nacional considerable. Todos menos España y América.) La influencia del cine mudo americano era ya muy importante. Los usos y costumbres registrados en los films influían en alto grado sobre los países de Hispanoamérica. En cualquier pueblo de España o de las Repúblicas americanas se ha hecho popular el Broadway, los ranchos del Far West y las bodas protestantes. Se desconoce, en cambio, la Castellana madrileña o la Avenida de Mayo bonaerense, el cortijo andaluz o el rito matrimonial respectivo. La fama de Tom Mix ha eclipsado a la de Hernán Cortés, y Douglas Fairbanks es más popular que el Cid Campeador.”

“Pero la influencia del cine mudo ha sido decisivamente subrayada por la innovación del film parlante. No bastaba la norteamericanización en lo que respecta al modo de ver y sentir la vida actual. Se pretende que la lengua inglesa sea hablada por todos: la sajonización de los pueblos. Convertirnos en colonias feudatarias. Hispanoamérica, la raza del Cid, Cervantes, Bolívar y San Martín, tiene imprescindible necesidad de resistir a esa fuerza arrolladora, de no dejarse morir invadida por el protestantismo, el desenfreno imperialista y las teorías puritanas del país de los rascacielos. De no ver impasible la desaparición de nuestra hermosa lengua, que resonó un día en todos los ámbitos de la Tierra, como un clarín de triunfo, avasallada por el inglés gangoso del pueblo de Monroe. Y la única resistencia que cabe ha de ser desarrollada con armas iguales: oponiendo al cine el cine…”

Suspendemos la transcripción. Estas últimas palabras nos parecen las más importantes: “Oponiendo al cine el cine.” La intención del texto íntegro –debido a nuestra pluma– de esa exposición y nuestro apoyo personal, prestado gustosa y activamente, dependía de la aceptación de ese concepto. No somos partidarios de atacar al cinema con palabrerías ni Congresos si de ellos no ha de surgir la esperanza de una producción cinematográfica. Al celuloide no se le puede combatir más que con celuloide. Armas iguales. Tal es, afortunadamente, el criterio del Congreso proyectado.

En la noche del domingo 13 de abril el micrófono volvió a propagar la necesidad de la Unión Cinematográfica Iberoamericana. La onda radiofónica fue el vehículo de una brillantísima conferencia del Sr. Francos Rodríguez en defensa del idioma y del cinema español. Conferencia que ha producido gran expectación en favor del futuro Congreso y que ha sido acogida con votos cordiales. Suscitado un homenaje. Despertado la atención nacional, exceptuando la de los españoles que viven del cine, que parecen no haberse enterado.

Integra la campaña un magnífico y vibrante artículo de Manuel Ugarte, titulado El idioma conquistador, y publicado en la nueva y brillante revista hispanoamericana Bolívar, regida por Pablo Abril de Vivero.

Organización. Adhesiones

El Comité organizador del Congreso Hispanoamericano de Cinematografía, cuya fecha de celebración será el día de la Fiesta de la Raza del corriente año, ha quedado constituido por los siguientes señores: Presidente, Excmo. Sr. D. José Francos Rodríguez; secretario, D. Fernando Viola, iniciador del proyecto; vocales: Sección de Prensa: D. Fernando G. Mantilla; D. Antonio Barbero, redactor de ABC, y D. Francisco Burgos Lecea. Sección hispanoamericana; D. Pablo Abril de Vivero, diplomático peruano y director de la revista Bolívar, y don Manuel Viola. Sección financiera: D. Jose L. Benito, catedrático de Derecho Mercantil, y el señor marqués de Navarrés, abogado. Ponencias: don Rodolfo Gil Torre (Gil Benumeya) (mundo sefardí e hispanomusulmán) y D. José Val del Omar (noticiario iberoamericano).

La Asociación del Cinema Español, representada por su ilustre presidente, D. Rafael Marquina, cooperará al triunfo de los ideales del Congreso. Y existe la posibilidad de que el Círculo de Bellas Artes, representado por un miembro de su Junta directiva, colabore en la organización y realización del proyecto.

Hagamos constar, sin reservas, nuestras esperanzas en la eficacia del Congreso Hispanoamericano de Cinematografía. Son éstos los momentos de actuar, y el mundo entero espera el advenimiento del cinema español, repleto de posibilidades. Cabe apelar –en nombre de un patriotismo de buena cepa– a todos los recursos para el desenvolvimiento de una iniciativa de vital importancia para la Raza. Muy pocas veces puede aplicarse el patriotismo a un empeño de tan altos vuelos y positivos resultados espirituales y materiales.

“La canción del día”

Por primera vez, en la pantalla cinematográfica, los héroes de dos dimensiones han hablado en español. En un castellano correcto, impecable. No en el español de circo ni macarrónico de las películas gringas que exporta Hollywood. Se ha oído la voz prodigiosa del tenor Tino Folgar; la flexible y bien timbrada de la intérprete Consuelo Valencia; el castizo acento achulado de Faustino Bretaño, y la serena y grave del gran artista Carlos del Pozo. Todos, absolutamente todos, han cumplido con discreción, a veces con brillantez, su papel, a pesar de que los novicios ante la cámara estaban en mayoría.

Argumento y diálogo de Pedro Muñoz Seca y Pedro Pérez Fernández. Música de Jacinto Guerrero. Capital: en gran mayoría, si no del todo, español.

¿Completamente producción nacional? No. Los capitalistas españoles, que han buscado argumentistas y músico españoles y artistas españoles, han creído que no debían confiar la dirección del film a un director español. Criterio que nos habría parecido excelente si la elección hubiera recaído en Murnau, Dupont, Lubitsa, Borsage, Stemberg o cualquier otro gran director. Pero ha caído en manos de un metteur en scénne que hace bueno al peor de los nacionales. Y de un operador que colabora dignamente con su jefe.

Resumen. Los intérpretes, bien; los argumentistas, regular; la música, mediana. La dirección y fotografía, detestables. El público…, deseando aplaudir y apoyar con generosidad todo ensayo de película parlante en español.

Lamentamos el error de los capitalistas españoles, por la excesiva desconfianza que han sentido hacia los realizadores nacionales; error que, afortunadamente, no ha de repercutir en el éxito económico de la producción, salvada por muchos conceptos, y alabamos su intención de crear un cine en español, digno de aplauso y aliento.

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Noticiario

El Cineclub presentó en su última sesión el film documental Historia de la brujería, realizado por la Svenska, de Suecia, y precedido de una erudita disertación a cargo del ilustre doctor Lafora. Documental y conferencia análogamente interesantes. Se proyectó a continuación una historia del cinema con dos graciosas películas retrospectivas. Lo mejor –cinematográficamente– de la sesión fue un Noticiario divertidísimo, realizado en gran parte por Giménez Caballero.

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Juan Piqueras se traslada a París. Deseamos que un éxito internacional justifique su decisión, lamentable, porque su desplazamiento significa la pérdida de uno de los valores –tres o cuatro– más calificados de nuestro paupérrimo periodismo cinematográfico.

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Ha terminado la filmación de la versión española de la comedia francesa Le trou dans le mur, confiada a Benito Perojo, y que ha tenido como intérpretes principales a Roberto Rey, Amelia Muñoz, María Luz Callejo, la Pino y Valentín Parera. Será la segunda película hablada en castellano, y está patrocinada por la Empresa norteamericana Paramount Films.

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El director español Florián Rey pronunció ante el micrófono de la estación radio-telefónica madrileña Unión Radio, EAJ 7, invitado por su redactor cinematográfico, una interesante conferencia titulada Defensa de la película española, que ha merecido los honores de la reproducción en importantes diarios de España y América.

La canción del día
Una escena de “La canción del día”, primer film parlante en español, en el que figura Carlos del Pozo, Faustino Bretaño y Tino Folgar, con otros estacados elementos artísticos.