Filosofía en español 
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apunte

“Nada más que un hombre”, de Unamuno

Siguen en el candelero figuras filosóficamente o literariamente y siempre ortodoxamente tan poco admisibles como Unamuno, Ortega Gasset, &c., sin contar desde Nietzsche para allá a muchas, por otra parte, no mediocres figuras, si no estuvieran envueltas en las nieblas de una filosofía kantista o en sistemas políticos que tienen su base en el utilitarismo y en el positivismo comptista más descarnado.

Pero es el caso que ahora, una vez más, se propaga a Unamuno, por su novela y película: “Nada más que un hombre”.

Y “Nada más que un hombre” lleva el marchamo anticatólico y antipatriótico de la filosofía existencial y tragicista, de que Unamuno es representante en España. Bien lo demuestra el desenlace de esa novela y ya película americana: “Nada más que un hombre”.

Un poco de culpa tenemos todos en el oropel de la fama de Unamuno.

Las católicos porque contentos coa dedicarle voces fuertes ante sus conclusiones modernistas, debiéramos haber hecho también una disección detallada y filosófica de sus teorías, pulverizando así el pedestal que todavía levanta a este mediano importador de Schopenhauer y de Nietzsche.

Nos ha pasado con Unamuno algo así como tratamos a los krausistas. Con demasiada literatura cubrimos su cadáver, pero resulta un montículo, aunque sea de hojarasca, en el que todavía se alzan cimbreados por nuestra beligerancia.

La misma incomprensión hay que anotar también en todas las izquierdas españolas de todos los calibres. Aplaudían a Unamuno por motivos extrafilosóficos, por sus ideas político-religiosas, liberales o revolucionarias.

Pero, ¿estudio filosófico?, ¿visión de conjunto? De esto, nada. Pensamientos desgajados. Actitudes unilaterales. Retazos de las ideas y de la vida de un hombre.

Y así han querido algunos hallar en la filosofía de Unamuno un fundamento sólido para levantar el edificio espiritual de la nueva España! Cuando precisamente Unamuno es lo más extranjerizante en su racionalismo; y de lo menos espiritualmente ortodoxo, pese a ese “espiritualismo americano” con el que a  veces reacciona y a no pocos despista...

A la vez que la novela “Nada más que un hombre”, llega a las librerías el juicio más completo que conocemos sobre la obra unamunesca, y se debe a un franciscano español del Pontificio Ateneo Antoniano de Roma, Miguel Oromí.

Ni Oromí ni nosotros podemos negar el ruido que a Unamuno se ha dado en el extranjero y en España, a poder de cierta prestancia estilística, que es lo que más se pondera, y lo que menos vale. Pero se calla lo fundamental y lo que más daño está haciendo.

Acebedo