Filosofía en español 
Filosofía en español


Eduardo Navarro Salvador

La raza hispana y el Congreso de Sevilla

En el presente año de 1924 se ha celebrado el Día de la Raza, que en rigor es el Día de España, con las acostumbradas solemnidades oratorias y veladas literarias. Además de tales fiestas ha habido especialísima labor de orden eminentemente práctico y positivo, al celebrarse un Congreso de Ciencias médicas hispano-americanas y luso-brasileñas.

El Congreso Médico y la Exposición de Higiene han tenido lugar en Sevilla, por lo cual uno de nuestros reputados periodistas y escritores, don José Medina y Togores, ha recordado que la grandiosa urbe del Betis se titula ya la Ciudad de los Congresos, puesto que en esa bellísima población se han reunido en estos últimos años diversas asambleas no ya de carácter español, sino hasta internacional.

Hasta el momento de escribir estas líneas no ha recibido todavía el firmante ninguna de las publicaciones repartidas en el Congreso, pero por los relatos de la Prensa de toda España, y sobre todo del prestigioso y simpático diario sevillano El Correo de Andalucía, que es uno de los que mayor espacio e importancia han concedido a las reseñas, todos hemos podido comprobar la asistencia de numerosas delegaciones corporativas, así como de significadas personalidades científicas españolas, ultramarinas y portuguesas. El bello sexo también figura debidamente.

El Congreso ha tenido éxito indiscutible. La labor realizada es tan grande y de tal importancia que no ha de pasar mucho tiempo sin que las publicaciones médicas y de higiene del mundo hispano-americano y de lengua portuguesa, que seguramente suman centenares, dediquen amplísimas reseñas a la obra científica y patriótica de la docta Asamblea, mientras la Secretaría general del Congreso puede reunir y ordenar adecuadamente los numerosos materiales informativos que está recogiendo, para sacarlos a luz dentro de unos meses, tiempo que necesita forzosamente esa recopilación y estudio de la misma.

Así como se han elogiado, con toda justicia, los éxitos del Congreso, también se han señalado algunas deficiencias observadas, para que no vuelvan a presentarse. De un importante tema nadie ha tratado y queremos dedicarle algún espacio.

Años ha los comerciantes de libros españoles comprendieron que había urgentísima necesidad de agruparse, y tras de continuadas gestiones, legaron a constituir una titulada «Asociación de la librería», cuya corporación profesional creó un órgano propio de índole bibliográfica preferentemente.

No es larga la fecha en que esa entidad amplió su esfera de acción, y en una nueva «Federación» asoció, no únicamente a los libreros, sino a los editores, a los impresores y a otras más personas que colaboran a la creación y difusión del libro, como son, por ejemplo, los bibliófilos. El organismo y su antigua revista adquirieron mayor importancia y fueron creciendo de tal modo que el Gobierno de España se decidió a otorgarles su protección, creando la Cámara oficial y encargando a la de Madrid que la revista bibliográfica ampliara su campo de acción y que tomara también el carácter de americana, para recoger toda la obra central de nuestra raza.

Resulta, pues, que la Bibliografía de la entidad mencionada ha recogido en sus columnas la descripción de gran parte de nuestra producción, aunque habría convenido a todos que no se excluyera nada, porque realmente no hay serios motivos para ninguna eliminación, desde los puntos de vista bibliográficos, cultural y mercantil. Merced al acuerdo gubernamental, en los meses últimos también se ha comenzado a recoger la bibliografía hispano-americana y filipina, es decir, la que afecta a nuestra raza y lenguaje.

Entendemos que habría sido empresa patriótica, y aún de gran provecho económico, que la Cámara Librera de Madrid hubiera recopilado, en uno o más tomos, las materias siguientes:

1.° Toda la producción bibliográfica española de medicina, higiene y materias similares, no olvidando la inclusión de memorias, discursos, «tesis», &c., &c. se hayan o no publicado, se hayan o no puesto a la venta, porque las labores académicas universitarias y otras más merecen ser recopiladas, de modo científico. Tendríamos, pues, cuando menos un estudio bibliográfico completo de los años de este siglo, que aún puede ser ampliado a lo más notable de cuanto insertó la Prensa profesional.

2.° Idéntica labor debió recogerse por lo que afecta a América y a Filipinas como a las similares informaciones de Portugal y del Brasil.

De esa manera, la Cámara habría podido ofrecer a los congresistas, a los restantes hombres de ciencia, a los centros culturales y a los gobernantes un verdadero monumento de índole bibliográfica.

Tal es la deficiencia de importancia que el firmante ha observado y que expone para que no vuelva a presentarse en las próximas Asambleas de resonancia mundial, por si la Cámara quiere organizar ese nuevo servicio en una sección que podría titularse de investigaciones especiales, propaganda, comercio y estadística, llevando a ella persona o personas de iniciativas, de grandes alientos y de probada competencia.

La entidad obtendría con esa nueva organización pingües beneficios, que se traducirían en mejoras generales, incluso de la revista, para que si ésta no puede aparecer a diario, como acontece a la de Alemania, se publique dos o tres veces al mes, con materiales que interesen a todos los españoles, a los americanos y, en general, a todas las personas cultas del orbe.

Es indudable que a mejor organización y labor más perfecta y útil de los componentes, se obtienen mayores ingresos, y ejemplos numerosos se observan en el exterior.

Los congresistas de Sevilla han debido ahora convertirse en voceros de toda la producción científica de toda nuestra raza, incluso la de nuestros hermanos y vecinos occidentales, y ya que la Cámara y la Bibliografía oficial olvidaron esa docta Asamblea, de esperar es que inmediatamente piensen en poner remedio, para que tal omisión no ocurra en lo sucesivo, cuando los beneficios serán universales.

Si actualmente debemos todos felicitarnos del Congreso sevillano, mayores motivos de plácemes tendremos cuando se lleven a las próximas Asambleas otros perfeccionamientos, incluso el que dejamos antes expuesto.

Eduardo Navarro Salvador