Filosofía en español 
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José María González García

Respuesta a una Carta Abierta
El origen de la Fiesta de la Raza

Sr. D. Hilario Crespo, ex concejal del Ayuntamiento de Madrid.

Muy señor mío: Veo en EL CARBAYÓN la carta abierta que me dirige, y gustosa y cumplidamente le contesto en el mismo día de su publicación. Comprendo que el asunto sea enojoso y desagradable para usted, pero yo no tengo la culpa, señor mío, y no pretendo mortificarle ni emplearé ironías ni malevolencias, pues no es mi norma el zaherir, y nunca hago más que defender dignamente mis derechos y rendir culto a la verdad.

Contesto en primer lugar, y siguiendo el orden de su carta, que la iniciativa de la creación de la Fiesta de la Raza, pues es un título que me ha dado mi derecho y que me tienen oficialmente reconocido España y América, y que no he pedido ni ahora ni nunca ningún premio por esto, pues lo he hecho por mi amor a una gran causa y yo no me atribuyo infundadamente, me basta como recompensa el haber aportado al triunfo de la misma una idea eficaz para nuestra unión en bien de la independencia y el porvenir de los pueblos hispanoamericanos y del mundo. Pero, francamente, Sr. Crespo, en eso de la recompensa, a juzgar por los honores que usted nos cuenta en su carta que le fueron concedidos y tributados por secundar mi iniciativa, ha tenido usted mejores «padrinos» que los que tuve yo…

¿Cuál fue mi iniciativa como creador de la Fiesta de la Raza? –me pregunta usted.

Dice usted en su carta abierta, y lo subraya, que usted propuso la Fiesta al Ayuntamiento de Madrid el 12 de Octubre de 1916.

Mi iniciativa, señor, la formulé como periodista español y americanista, representando al diario «El Comercio», de la Habana, en el Centenario de las Cortes de Cádiz, celebrado por los Gobiernos de España y nuestra América, que envió a Cádiz sus Misiones, en 1912, y la dirigí en el artículo «Honremos todos a Colón», publicado en su primer editorial por el «Diario de Cádiz» el 6 de Octubre, al Gobierno de Su Majestad y a las Misiones de Hispano-América. La iniciativa fue telegrafiada por los corresponsales que asistieron a las trascendentales fiestas de Cádiz a la Prensa de Madrid y de América, que la propagó gloriosamente. El primer Congreso periodístico hispano-americano, entonces celebrado, me hizo un honor en Cádiz el 12 de Octubre de 1912. D. Segismundo Moret, ex presidente del Consejo de ministros, que delegado por el Jefe del Gobierno, D. José Canalejas, asistió al Centenario para hablar en nombre de España a las Misiones de América, nos felicitó por nuestro patriotismo. La Real Academia Hispano-Americana de Cádiz y la Real Sociedad Colombina de Huelva nos llevaron a su seno, y la primera otorgó por esa idea un honor al pueblo donde nací, a nuestro glorioso Oviedo. El entonces ministro de Estado Sr. García Prieto, marqués de Alhucemas, que asistió al Centenario, me honró con sus felicitaciones y su amistad por esa idea. El embajador de Cuba, Dr. Justo García Vélez, hijo del libertador Calixto García y jefe de la Misión de su país en el Centenario, alabó en honrosísimas cartas esa iniciativa y nos ofreció la ayuda de Cuba en la institución de la Fiesta. La República Dominicana la dictó entonces, en 1912. Guatemala y Puerto Rico en 1913. El presidente del Congreso de los Diputados de Puerto Rico nos escribió en 1915 que esa idea adelantó un siglo –dicho sea con la debida humildad mía– la grandeza de España y el restablecimiento de la hermandad ibero-americana, y en 1916 me llevó a su patria a celebrar el Día de Colón y nos honró nombrándonos presidente de honor del Instituto Universitario y haciéndonos las señoritas alumnas del Instituto, en el 12 de octubre de 1916, una ofrenda de flores como creador del Día de Colón. La Prensa de Madrid, los inmortales maestros D. Miguel Moya y D. Alfredo Vicenti, y la Prensa de América nos honraron desde 1912, Sr. Crespo, por esa iniciativa, y los Centros españoles de América, insignes estadistas o gobernantes hispanoamericanos, eminentes americanistas como Labra y Altamira, y hasta el inmortal Presidente de los Estados Unidos mister Wilson, reconocieron y honraron mi iniciativa. Y al instituirse la Fiesta de la Raza en España, en 1918, se pidió en las Cortes una recompensa para nosotros, como puede ver en el Diario de Sesiones del Congreso de los Diputados, del 19 de julio de dicho año –«Concesión de una recompensa a D. José María González, iniciador de la idea de declarar fiesta nacional el día 12 de Octubre de cada año»–. Lo que entonces se dijo de mi iniciativa en las Cortes puede verlo el Sr. Crespo en las páginas 66, 67 y 68 de mi libro El Día de Colón y de la Paz, así como lo que escribió la Prensa de Madrid y de América de esa propuesta de recompensa al creador de la Fiesta de la Raza.

Antes que usted, señor Crespo, está la benemérita Sociedad «Unión Ibero-Americana», de Madrid, que empezó a propagar mi idea en España y América en 1913, después del Centenario de las Cortes de Cádiz, al que ella asistió, y cuyo inolvidable patriota presidente, mi paisano el ex ministro D. Faustino Rodríguez San Pedro, fue –sobre mi iniciativa– el autor de la denominación de «Fiesta de la Raza», seguida en 1918 oficialmente en España. Cuando nosotros publicamos el 12 de Octubre de 1914 en El Liberal y El País, de Madrid, la carta «El Día de Colón obra de la Prensa. En defensa de una iniciativa», dijo en la fiesta de ese día en la «Unión» el entonces ministro de Estado, señor marqués de Lema –el mismo que le condecoró a usted años después–: «El Gobierno y yo, personalmente, entendemos que fue gran idea la de celebrar el aniversario del descubrimiento de América, y a la Unión Ibero-Americana le corresponderá siempre la gloria de haber sido propulsora de esta idea, que ha encontrado un eco tan grande en los países americanos.» Ya ve usted, señor Crespo, que está en un error cuando dice que no se había elevado ninguna propuesta al Gobierno de S. M. antes que la de usted de 1916. Y por eso la «Unión Ibero-Americana» se dirigió, ante las pretensiones de usted, al ilustre Ayuntamiento de Madrid en 1927, recabando su honor de propulsora de la Fiesta y estableciendo que el Ayuntamiento empezó a celebrar la Fiesta de la Raza en 1917.

Desconoce usted, por lo visto, el proceso o la génesis de la Fiesta Colombina. No empezó ésta a celebrarse en el Mundo Hispano desde 1493. En 1892, en el IV Centenario del Descubrimiento, el gran Cánovas del Castillo, quiso establecer la Fiesta Nacional del 12 de Octubre en España y en América, y en aquel año, en 1892, fue efectivamente festivo en España y se dictó la Fiesta en algún país de América y la iban decretando los Estados Unidos con el nombre de «Día de Colón»; pero murió Cánovas sin llegar a proponerla a las Cortes y fracasó su noble intento. Pasan 20 años y se nos ocurre a nosotros la Fiesta del Día de Colón, en 1912, en el trascendental Centenario de las Cortes de Cádiz, y entonces resurge la Fiesta, se dicta en todos los países hispanoamericanos y en la totalidad de los 48 Estados Unidos y en España e Italia, en la propia Patria del Gran Descubridor, y el Día de Colón, que se hace así una Fiesta Universal, y desde 1918 es el Día de la Paz. Cuando nosotros la propusimos, fue con la finalidad de honrar universalmente al Descubridor y de unir espiritual y definitivamente a España y nuestra América, perdidos nuestros dominios materiales en el Nuevo Mundo. Se le ocurre sobre nuestra Fiesta a la Unión Ibero-Americana, de Madrid, en 1913, nombrar Fiesta de la Raza a la del 12 de Octubre por nosotros creada, y es en ese año cuando por primera vez suena esa denominación y empieza a celebrar aquella patriótica Sociedad el 12 de Octubre. ¿Quién es, por tanto, el creador de esta Fiesta, señor Crespo? Vuestra señoría es y aparecerá únicamente como un patriota concejal secundador y organizador de la Fiesta de la Raza en el Ayuntamiento de Madrid desde el 1916. A cada uno lo suyo, señor Crespo, han dicho sobre esto, después del 12 de Octubre del año pasado, los Embajadores del Uruguay y de la República Dominicana en Madrid y mi admirado maestro y paisano el Presidente de la Asociación de la Prensa y ex ministro excelentísimo señor don José Francos Rodríguez, digno sucesor en su alto puesto en el periodismo español del gran Moya.

Antes que el Ayuntamiento de Madrid, está también el ex presidente de la República Argentina señor Irigoyen, a quien como muy bien señala mi insigne maestro el señor Francos Rodríguez, en la carta con que en días pasados me honró reconociendo mi iniciativa, no se le puede regatear la gloria que corresponde a su famoso decreto sobre el 12 de octubre en 1917, un año antes de instituirse la Fiesta Nacional por España. ¿Sabe usted, señor Crespo, lo que ha dicho el ilustrísimo señor director de la Real Academia Hispano-Americana de Cádiz en presencia de mi libro El Día de Colón y de la Paz, y que usted puede hallar publicado ahora, en 1930, en las principales librerías de Madrid? Escribía textualmente, que la publicación del libro del 12 de Octubre es muy oportuna, pues el señor Crespo y otros por el estilo se creían los padres de la criatura…

La iniciativa que creó la Fiesta de la Raza se debe, por tanto, señor, a un periodista español, mi mayor título de gloria el de periodista o escritor, como me han enseñado mis admirados e inolvidables maestros, Moya, Vicenti y Francos Rodríguez, grandes por la virtud, por su rectitud y patriotismo y excelso espíritu de justicia y por sus preclaros talentos. ¿Le parece a usted poco poder el de la Prensa? Ella es en la presente civilización una de las más grandes fuerzas del mundo, que esos grandes hombres emplearon y nosotros los patriotas periodistas del día queremos seguir en el engrandecimiento de España y en el bien universal.

Termino. Sin el mal gusto de molestar a nadie, digamos, en términos generales, que en el Centenario de Colón, escribió un sabio portugués, refiriéndose al despojo que el sublime Grande Hombre sufrió robándole el nombre del Nuevo Continente, que no hay en la historia universal un solo individuo a quien la humanidad deba un descubrimiento, que no tenga junto a sí a quien pretenda investirse con la gloria que al grande hombre pertenece. Pequeños somos, pero si nos descuidamos se repite la historia, le ocurre a nuestro 12 de Octubre lo que al gran Colón…

Y por no alargar más esta carta desisto de incluir, terminando, lo que en las páginas 16 y 17 de El Día de Colón y de la Paz escribimos tratando del caso de usted y del honor pedido para nosotros al Gobierno de España cuando propuso a éste la Fiesta Nacional del 12 de Octubre el Ayuntamiento de Madrid.

Esclarecida más definitiva y cumplidamente la intervención de cada uno de este nobilísimo asunto, réstame alabar su patriotismo, señor Crespo, secundando la Fiesta de Colón y de la Raza, y su noble amor a América que mucho le honra y le da derecho a tomar con nosotros parte en la Fiesta fraternalmente, y aplaudimos la bienhechora intervención del Excmo. Ayuntamiento de Madrid, que tanto brillo le da anualmente a la gloriosísima Fiesta del 12 de Octubre, que está instituida para motivos de unión para amarnos y sumarnos todos, no para dividirnos y fraccionarnos, para así alcanzar una gran cooperación de los patriotas de España y de América, el magno ideal de unión que todos llevamos, en bien de nuestra insigne raza y del mundo.

Así soy cordialmente suyo y afectísimo compatriota y s. s. q. c. s. m.

José María González (Columbia)

S/c Santa Ana, 6.
Oviedo, 5 de noviembre de 1930.


 

respuesta de Hilario Crespo