Las Dominicales. Semanario librepensador
Madrid, viernes 31 de Enero de 1908
 
año IX, número 362
página 3

Universidad Católica en Madrid

Se dice que está acordado fundar una Universidad católica en Madrid.

Para sostenerla, una dama aristocrática, ayudada de otras dos, pondrá cinco millones de pesetas.

Un potentado que vive en París facilitará su palacio de la calle de Alcalá, frente a San José, para que sirva de local.

El Estado dará 700.000 pesetas.

Entre los profesores figurarán Mella, Barrio y Mier, Menéndez Pelayo, Pidal y Sánchez Toca.

El fin de esa Universidad será hacer propaganda contra la enseñanza herética que da el Estado.

Como se ve, la base del capital para la fundación es el dinero que dan las mujeres. La mujer española, que es lo más ignorante del mundo, será la inspiradora de la ciencia católica. Sobre la ignorancia más supina se levantará el edificio de esa Universidad.

Cuantos cultivan la ciencia a fondo, saben que toda la ciencia es herética. La concepción científica del mundo es absolutamente opuesta a la de la Biblia.

La ignorancia fue elevada a santidad en los primeros siglos cristianos, y España presenció en el primer tercio del siglo XIX la clausura de todas las Universidades, realizada bajo el gobierno de los curas, representado por Fernando VII, mientras los claustros reaccionarios, aplaudiendo, decían que era preciso acabar con la «funesta manía de pensar».

Ahora, aquellos que cerraban las Universidades oficiales quieren abrir una más.

¿Qué conciencia tendrán semejantes seres?

¡Y esas gentes ignorantes y sin conciencia poseen millonadas para tirarlas en parodias de Universidad, mientras la ciencia verdadera se ve despreciada!

Claro es que esa obra católica con la cual las aristócratas paganas creen que van a poner una pica en Flandes y anonadar la herejía, es tan mísera y pequeña al lado de la obra laica que se realiza en el mundo, como es raquítico el catolicismo al lado de la herejía.

Sin ir más lejos, una ciudad herética como Nueva York va a gastar este año en enseñanza laica primaria más de doscientos cincuenta millones de pesetas. Váyase a calcular los millones y millones que valdrán los edificios escolares y el material de enseñanza de aquella ciudad.

Es, por consiguiente, misero y ruin lo que aquí van a hacer esas gentes, creídas realmente en que van a detener la herejía y parar el sol.

Cierto; siempre un Centro así contribuirá a extender la ignorancia por España, acrecentando los factores que cierran el camino a nuestros progresos.

Digamos, para terminar, que aunque creemos capaz a Rodríguez San Pedro de proponer que se regalen esas 700.000 pesetas para una obra imbécil, no pasará la cosa sin grande escándalo.

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