Filosofía en español 
Filosofía en español


Orientación bibliográfica
Orientación bibliográfica · Ecclesia, 3 de enero de 1953

Novelas y revistas “rosa”

La Comisión Episcopal francesa de Prensa e Información publica la siguiente nota; aprobada por la Asamblea de Cardenales y Arzobispos:

Cierta prensa femenina semanal llamada “novela rosa” (presse du coeur) nació antes de la guerra del 1939. Pero a partir de 1946 ha alcanzado una expansión que no cesa de crecer, teniendo en cuenta el conjunto de revistas que pueden incluirse en esta categoría; en estos últimos meses el total pasa de 1.125.000 por semana. Como cada ejemplar se lee por unas tres personas, se puede calcular en más de tres millones el total de mujeres y muchachas de catorce a cuarenta y cinco años que en Francia se alimentan semanalmente de esta literatura.

Su éxito –sin hablar de su inmensa propaganda– es debido, ante todo, a que explota un sentimentalismo morboso e incluso los bajos instintos de manera solapada y con frecuencia desvergonzada; los dibujos refuerzan los textos, excitan las más bajas pasiones y las curiosidades malsanas.

Esta prensa ha encontrado para sostenerse, de tal forma se la estima negocio, desgraciados concursos financieros.

Ejerce su estrago en los talleres, las oficinas, las escuelas y, sobre todo, en los sanatorios, donde la inacción prolongada es a propósito para el ensueño o descorazonamiento y hace más difícil toda reacción saludable.

La inquietud nace al pensar en lo que guarda el corazón y el alma de las que son o serán mañana guardianas de los hogares y madres de las generaciones futuras, porque los temas que las “novelas rosas” tratan más frecuentemente, incluso camuflados hábilmente, son los siguientes.

La pureza de la joven es un mito, bueno para necias y atrasadas.

El matrimonio no es sino un buen final amoroso.

La fidelidad conyugal es un engaño.

El deber del trabajo ha caducado; para sustraerse a él poco importan los medios que pueden escogerse.

¡Para qué buscar la instrucción y cultura si lo único que cuenta en la vida es el amor carnal!..., &c.

En presencia de tal empresa de desmoralización, la Asamblea de Cardenales y Arzobispos no ha podido quedar insensible, y por tanto:

1.º Ponemos en guardia a los medios católicos, que no parecen darse cuenta de lo nocivo de estas publicaciones.

2.º Llamamos la atención de las mujeres, jóvenes y adolescentes, cuyo sentido crítico se embota cada vez más, sobre los procesos de fabricación de estas pseudohistorias que las intoxican.

Recordamos con insistencia a los padres, educadores, dirigentes de Acción Católica y, sobre todo, al clero parroquial su grave responsabilidad en estas materias.

Por último, añadimos que el bien común exige que los poderes públicos usen cada vez más los medios legales de que disponen contra la publicación y difusión de publicaciones periódicas. malsanas.

Pero como no se suprime verdaderamente si no lo que se reemplaza, es deseable que se llegue más allá de este fin puramente negativo y que se trabaje para conseguir una más amplia difusión de las revistas respetuosas con la moral cristiana.

Filosofía

1

Ángel González Álvarez: Filosofía de la educación. Universidad Nacional de Cuyo. Facultad de Filosofía y Letras. Instituto de Filosofía y Disciplinas Auxiliares. Escuela de Verano para Maestros. Mendoza, 1952. 250 páginas.

La presente obra está de tal forma penetrada de metafísica que creemos totalmente “convertible” su título con el de “metafísica de la educación”. En efecto, no puede sacarse más partido a los conceptos fundamentales de la metafísica aplicados al ente educacional y sus diversos accidentes, modos, categorías...

Arrancando el señor González Álvarez de la estructura entitativa de la educación, inscribible en el dominio de los accidentes, se adentra en la consideración de su doble vertiente esencial y existencial, haciendo un estudio exhaustivo de la interdependencia de ambos principios en el orden del ser educacional. Estudio tan denso en contenido y con tan claras referencias al error de partida del existencialismo filosófico en boga que hace de los dos primeros capítulos del libro todo un esquemático tratado sobre la batallona cuestión multisecular y modernización del binomio esencia-existencia. Dicho se está, además, que forzosamente había de seguir a aquel estudio la configuración estructural de materia y forma en la esencia de la educación, a cuyo propósito entran en juego –en el juego diestro y ordenado del metafísico– conceptos no siempre expuestos en tratados similares con claridad y precisión: alma, facultades, supuesto, persona, predicamentos... Bella, sobre todo, nos ha parecido la exposición sobre la esencia metafísica del hábito.

De la consideración estática de la educación (sus elementos constitutivos en el orden de la entidad y en el plano de la esencia) pasa el autor al estudio dinámico, es decir, al examen de los principios extrínsecos de la educación (causalidad eficiente y ordenadora o final), exponiendo el proceso educacional con una descripción previa del fenómeno educativo para continuar por unas magníficas consideraciones sobre la realización del acto educacional como resultado del ejercicio de las facultades educables y de los agentes educacionales (causalidad eficiente). Sigue un bello estudio sobre la “ejemplaridad” causativa (Cristo en la cumbre como sumo ejemplo) para desembocar en el problema del fin de la educación a través de una visión certera de las posibilidades perfectivas del hombre, atraído y ordenado a un fin supremo.

En resumen, un excelente estudio del problema educativo, proyectando sobre él los más depurados conceptos metafísicos, que el señor González Alvarez domina con maestría nada corriente en estos tiempos. Sabido es que todavía arrastramos –y pervive aún en algunas de nuestras universidades– la postura kantiana oclusiva del camino metafísico y, por tanto, de la vía de trascendencia hacia las supremas verdades en brazos de la razón. De ahí que el profundo conocimiento que muestra el autor de la metafísica tradicional, la “castellanización” de sus más agudos términos y la búsqueda de su contenido, hoy como ha siglos válidos y operantes, haga no ya del libro que nos ocupa, sino de la obra dada a luz por este joven catedrático, un itinerario seguro para la mente que quiera adentrarse en el campo de la “filosofía primera”. La claridad, concisión y metodología de este su último libro son otros tantos méritos.

Tan sólo una cosa echamos de menos: esquemas a modo de conclusiones o resumen en cada uno de los capítulos. Cuando éstos son tan densos de contenido quizá no baste el índice analítico. Con censura eclesiástica.

2

Víctor García Hoz, Cuestiones de Filosofía de la educación. Consejo Superior de Investigaciones Científicas. Instituto de Pedagogía San José de Calasanz. Madrid, 1952, 144 páginas.

El catedrático de Pedagogía de la Universidad de Madrid, señor García Hoz, no ha pretendido en esta obra elaborar un tratado de filosofía de la educación, sino hacer aplicación al problema educacional de unas elementales nociones filosóficas. De hecho la obra se reduce a llevar al hecho educativo la clásica doctrina aristotélico-escolástica sobre la partición de las diferentes causalidades (material, formal, eficiente y final), investigando cómo se manifiesta cada una de ellas en lo educativo.

El primer mérito que resalta en la obra es la claridad de exposición y su fácil lectura, contra lo que de la simple enunciación del libro pudiera creerse. Lo que denota precisamente que estamos ante un magnífico pedagogo. Esa sencilla y a la vez densa exposición hace que el libro no sea exclusivo de los versados en filosofía. El maestro de la más humilde aldea podría encontrar en él gran provecho.

Lo que no quiere decir que se esté totalmente de acuerdo con la aplicación que hace el autor de los distintos tipos de causalidad a la función educadora. Incluso creemos que aquél viene a reconocer implícita e inadvertidamente algún fallo en su teoría cuando, tras de habernos dicho que la causa eficiente de la educación es la voluntad, al hacer referencia a la causa “ejemplar” pone la definición de ésta en colisión con la eficiente, que si, como se sostiene, no es el maestro o educador, tampoco éste podrá ser la “ejemplar”, por cuanto ésta dice relación necesaria a aquélla. Y, sin embargo, las consideraciones que se hacen sobre la “ejemplaridad” son hasta bellas.

El reparo apuntado –cuestión, al fin, discutible– no resta méritos a la obra, que resulta interesante y didáctica en alto grado. Con censura eclesiástica.

3

José María Diez Alegría S. I.: El desarrollo de la doctrina de la ley natural en Luis de Molina y en los maestros de la Universidad de Evora de 1565 a 1591. Consejo Superior de Investigaciones Científicas. Instituto Luis Vives de Filosofía. Sección de Historia de la Filosofía Española. Barcelona. 285 páginas.

Con gran aparato científico, bibliográfico, copia de textos y todo lo que hoy requiere la investigación histórica, el padre Diez-Alegría estudia el desarrollo de la idea en Molina y en sus compañeros de Universidad de Evora, que luego fueron recogidas en su gran y última obra, De iustitia. Las tres cuestiones que fundamentalmente trata son el fundamento de la obligación moral, el conocimiento de ésta por parte del hombre y, la más interesante, la incompatibilidad o inderrogabilidad de las normas del derecho natural. Con censura eclesiástica.

4

Luis Creus Vidal: Interrogantes sobre el continuo y el infinito matemático. Ediciones Ariel, S. L. Barcelona, 1951. 87 páginas. 15 pesetas.

Se echa de ver desde las primeras páginas de este librito que su autor, ingeniero industrial, ha sentido verdadera preocupación por la interferencia de las matemáticas con la filosofía en cuestiones tan interesantes como las nociones del espacio, tiempo, extensión, continuo real y movimiento, sobre todo a la luz de la física moderna.

Los interrogantes propuestos son las ya tradicionales aporías que surgen de los conceptos metafísicos de continuo, divisibilidad “in infinitum” de éste y sus consecuencia, en orden al movimiento real. Las dificultades que desde Zenón de Elea atormentaron a los enamorados de la ontología o filosofía natural.

El señor Creus demuestra conocer –y estimar– la filosofía escolástica en lo concerniente al tema tratado. Hay claridad de exposición, y el libro resultará interesante, sobre todo, a quienes jamás penetraron en la profundidad de las aparentes antinomias entre razón y realidad.

5

Hans Barth: Verdad e ideología. Trad. J. Bazant. Editorial Fondo de Cultura Económica. Méjico, 1951. 292 páginas. 63 pesetas.

La ininteligibilidad, tras laboriosos esfuerzos por comprenderse mutuamente, tiene su origen en la diversa significación que a los términos hemos dado y que, como fruto de una evolución, se nos presentan con carácter de naturalidad dentro de nuestro léxico. Si, como se va haciendo en el campo de las ciencias experimentales, se procediera de una manera uniforme en las ciencias del pensamiento, seguramente otro fuera el alcance y la facilidad para aprender la filosofía. ¡Y seguramente muchos ídolos dejarían de serlo! Hans Barth hace en su libro Verdad e ideología un estudio de la variación o, por mejor decir, de la evolución que estos vocablos han tenido a través de la historia y en boca o en la pluma de ilustres representantes de la cultura filosófica de la época moderna del siglo pasado. Su lectura requiere una sólida formación que pueda hacer notar los errores acá y allá esparcidos y que no conducirían al lector poco maduro sino a torcer un poco más las ideas, aumentando la confusión que se trata de evitar. C. L. S. S.

6

Fray Alberto de la Virgen del Carmen: Estética de Platón. Edit. El Monte Carmelo. Burgos, 1951. 146 páginas. 20 pesetas.

El autor, actual provincial de los carmelitas descalzos de Castilla, con sus cuarenta años escasos, ha experimentado la seducción que emana de los diálogos platónicos, y libando en ellos ha compuesto este breve tratado de estética siguiendo el pensamiento del divino Aristóteles. Después de una exposición sintética del mundo de las ideas platónicas, estudia fray Alberto el tema de la belleza, la belleza y el amor, la belleza y el placer, la belleza y las bellas artes en otros tantos capítulos.

7

Wilhelm Dilthey: Historia de la filosofía. Trad. Eugenio Imaz. Editorial Breviarios del Fondo de Cultura Económica. Méjico, 1951. 271 páginas. 40 pesetas.

Apretada y densa Historia de la filosofía. Comienza por los pueblos orientales, lejanos más que por espacio por el tiempo. Y la síntesis que Dilthey nos ofrece nos va recordando, entre jirones de historia y retazos de tiempo, la vida de aquella antigüedad. Dedica amplio espacio –si amplio se puede decir dedicar 100 páginas de un total de 230– a la filosofía grecolatina. Luego pasa, como gato sobre ascuas, sobre la filosofía cristiana. A la escolástica clásica dedica 15 páginas y a Santo Tomás 24 líneas. Spinoza, Hobbes, Descartes..., cualquiera merece mayor consideración que el angélico doctor. La obra está bien presentada. Estudia mejor la parte antigua y la moderna. La visión es siempre la suya característica. Y por eso la obra sólo puede ser puesta en manos de personas formadas. C. L. S. S.