Mercurio Peruano
Revista mensual de ciencias sociales y letras

 
Lima, septiembre de 1919 · número 15
año II, vol. III, página 251

[Cristóbal de Losada y Puga]

Notas

Ernesto Haeckel

Acaba de morir el sabio alemán Ernesto Haeckel, a quien podía considerarse como el primer zoólogo de su tiempo.

Nació en Postdam en 1834. A los veintitrés años de edad se graduó de doctor en medicina, y la falta de clientela lo indujo a dedicarse a la enseñanza en Jena, en 1861. Cuatro años más tarde fue fundada especialmente para él una cátedra de Zoología en la universidad de aquella ciudad, en la cual transcurrió la mayor parte de su fuerte y fecunda existencia.

La labor sistematizadora y descriptiva de Haeckel se refiere principalmente a los animales inferiores: esponjas, radiolarios, sifonóforos, y fue él quien creó el reino intermediario de los protistas.

En cuestiones de alta biología, Ernesto Haeckel ha sido el apóstol del darwinismo en la Europa Central, y puede afirmarse que él y Herbert Spencer han sido los que más han contribuido al éxito de la concepción darwiniana. Haeckel estudió la cuestión de la evolución con un criterio casi exclusivamente zoológico, sin el debido control de la Paleontología, y llevado del ardor con que abrazó la nueva doctrina, sentó afirmaciones que no siempre pudieron resistir la continua elaboración de las investigaciones científicas. Haeckel fue quien elevó a la categoría de ley biológica y de criterio inductivo el descubrimiento que otros investigadores habían ya entrevisto, y que él enunció diciendo: el desarrollo ontogénico de un animal, es una recapitulación breve del desarrollo filogénico de la especie de que forma parte. Así creó el método embriogénico en los estudios de la evolución, método cuya aplicación exageró más de lo debido.

El gran zoólogo trazó, partiendo de este criterio nuevo, el árbol genealógico del reino animal, que es la primera filogenia general que registra la historia de la ciencia, pues el ensayo de Lamarck en este sentido, fue demasiado prematuro y basado sólo en analogías exteriores. Haeckel, siempre aplicando los métodos que tan fervorosamente preconizó, estableció una genealogía de la especie humana, partiendo de la monera, simple masa informe de protoplasma, y pasando por el mono y el pitecántropo.

En filosofía fue materialista y sostuvo la doctrina de la continuidad de las formas inorganizadas y organizadas. Su gran mérito en el terreno filosófico consistió en haberse dado cuenta de la significación y los alcances de la hipótesis de Darwin.

La obra de Haeckel es enorme: pocas ramas de la ciencia zoológica habrá que no hayan recibido el impulso de su laboriosidad y de su genio.

C. L. P.

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