Filosofía en español 
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El caso León Trotzky

Lo que se hace no es serio

Desde que se tuvo noticia de que nuestro correligionario León Trotzky había quedado en Cádiz hasta el día 30 del mes actual, y en espera de un buque que lo trasladase a Nueva York, el Comité nacional de nuestro partido se dirigió por tres veces al presidente del Consejo de ministros pidiéndole se rectificara la orden, arbitraria, injusta y deshonrosa para nuestro país, de expulsión de nuestro camarada.

Se solicitó del conde de Romanones respuesta a la reclamación, y hasta el día de hoy, víspera de la fecha en que Trotzky será embarcado y expulsado, no ha tenido nuestro Comité nacional contestación alguna.

En el Congreso, nuestro estimado amigo Roberto Castrovido formuló ya hace días un ruego, que nosotros reprodujimos integro, encaminado a evitar que Trotzky fuera expulsado. Quedó el ministro de la Gobernación en dar satisfactoria respuesta al diputado republicano y director de El País, y a esta fecha, y cuando faltan menos de veinticuatro horas para que nuestro correligionario sea arrojado injustamente de nuestra nación, nada ha dicho el Sr. Ruiz Jiménez en respuesta al Sr. Castrovido.

Como se ve, se ha guardado un silencio que reputamos de sospechoso. Nos hace deducir que burdamente se prohíbe desatender todas las reclamaciones formuladas, en espera de que llegue el día en que Trotzky sea expulsado.

Si es esto lo que se hace, no honra a quienes por ocupar el Poder están obligados a proceder con más seriedad y mayor consideración con las personas y entidades que reclaman actos de justicia.

Si el silencio es desprecio, nosotros hacemos constar nuestra protesta. Pero advertimos que a quien desprestigia y ofende gravemente el silencio guardado es a los que debieron hablar y callaron.

Y ahora, y para terminar por hoy, publicamos un telegrama que hemos recibido de Trotzky:

«Cádiz, 28. He telegrafiado al ministro de la Gobernación diciéndole que a causa de las irregularidades en la comunicación telegráfica entre Rusia, Francia y Cádiz no me ha sido posible reunir en ésta a mi familia, para partir con ella a Nueva York el día 30 de noviembre, a las diez de la mañana.

Solicito con todo interés autorización para continuar en Cádiz hasta el próximo buque, para poder partir con mi familia.

Temo que el Gobierno confirme el acuerdo de mi expulsión, motivada en un sentimiento de crueldad injustificado, y os pido intervengáis nuevamente para procurar evitarlo. —Trotzky

Nosotros insistimos en la reclamación formulada; pero la conducta pasada, la verdad, no nos hace tener esperanzas.

Y conste que lo sentimos por el país en que vivimos.