Filosofía en español 
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Asociación General de Maestros

El II Congreso Internacional de la Enseñanza (Bruselas 1924)

Como ya expusimos oportunamente a nuestros lectores, en el pasado mes de agosto se celebró en Bruselas el segundo Congreso Internacional de la Enseñanza. Estuvo muy concurrido y en él tomaron parte los siguientes delegados: Geisenberg y el doctor Auslander, por Alemania; Jansen, Van de Moortel y la señorita Kestemont, por Bélgica; Orellana, por España; Bernard, Boubou, Bouet, Boutreux, Boyer, Reynier y Eugenia Boudault-Beaumont, por Francia; Cetón y Posthumus, por Holanda; Capper, por Inglaterra; Freinet, por Italia; Hubert, por el Gran Ducado de Luxemburgo; Viana Lemos, por Portugal; Apletine y Dolinko, por la Federación panrusa. Asistieron, además, en calidad de oyentes e informadores otros varios maestros y maestras de la Central belga. y de diversos países no representados.

La Asociación General de Maestros de España, que no pudo hacerse representar el primer Congreso, aprovechó ahora la estancia en Bélgica del asociado señor Orellana para encomendarle su representación en el segundo.

Por dificultades de momento y premura de tiempo no pudo reunirse la Asociación para redactar trabajos ni discutir el programa con que había de presentarse a las deliberaciones. Nuestro delegado suplió estas faltas interpretando fielmente las aspiraciones de la Asociación. Recabó una intervención máxima en el Congreso, a modo de compensación por la anterior ausencia, consiguiendo formar parte de varias Comisiones, entre ellas la de redacción de conclusiones y la de designación del Comité Ejecutivo, en el que se adjudicó un puesto a nuestro compañero Dionisio Correas.

Las sesiones duraron cuatro días, de trabajo casi permanente, no interrumpiéndose mas que para comer. En la preparatoria se organizaron los trabajos y se eligió un “Presidium” que había de asumir la dirección de los debates, compuesto por Van de Moortel, Bernard y Bouet.

La sesión primera comenzó por la discusión del “Rapport moral”. Fue ponente Bouet, quien presentó un trabajo muy interesante, unánimemente aplaudido. A continuación se discutió la reforma de los estatutos, cuya Ponencia estuvo a cargo de Geisenberg. La discusión fue muy animada, llevando el peso de ella los maestros alemanes, holandeses y rusos. Cada artículo, cada palabra, fue objeto de seria discusión. A propuesta de los delegados rusos se acordó variar el título de la Internacional, que en lo sucesivo se llamara “Internacional de los trabajadores de la Enseñanza”, que habrá de transformarse progresivamente en una Internacional de industria y no en un Sindicato profesional. Obedece el cambio de nombre a que la Federación panrusa ha asociado no solamente a los maestros, sino a cuantos funcionarios y obreros viven de la enseñanza o tienen relación con ella, habiendo llegado a reunir en sus filas 520.218 miembros y 10.000 Comités locales, que defienden con tesón la cultura, interesándose por la vida de los maestros, por sus remuneraciones, vacaciones, casas de reposo, clubs, &c.

Posthumus, de Holanda, se pronunció por una Internacional compuesta solamente de maestros. No es partidario de la afiliación a Moscú ni a Amsterdam, sino del mantenimiento de la unidad por la autonomía. Cree que los estatutos no deben impedir la colaboración con los organismos burgueses, puesto que en diversos países no han podido obtenerse las mejoras sin la colaboración de los partidos. Teme una dirección muy revolucionaria y quisiera oír hablar más de evolución y de los intereses directos de la enseñanza y de su personal.

Interviene Apletine, de Rusia. Se acuerda la variación de nombre y se encarga a los delegados que exploren en sus países respectivos la voluntad de todos los organismos que se relacionen con la enseñanza, invitándoles a formar en sus filas, constituyendo organizaciones poderosas, como la de Rusia, que tanto podían influir en favor de la cultura.

Boubou, de Francia, dio lectura a su informe sobre “La situación material y moral del maestro en el mundo”. No obstante su extensión considerable y los interesantísimos datos que contiene, el informe resulta incompleto y no exento de errores, que habrán de subsanarse para el próximo congreso. Boubou habló de la formación pedagógica de los maestros en los diferentes países, de los sueldos, de las pensiones de retiro, del derecho de opinión y de asociación, de los grados, sueldos diferenciales, &c., exponiendo algunas orientaciones que habrán de ser examinadas por el Comité Ejecutivo.

Orellana amplió y rectificó los datos referentes a nuestro país, haciendo constar la reciente mejora obtenida en los sueldos de ingreso por nuestros maestros y la aspiración de éstos de que no haya más que una sola escala, equitativamente distribuida, de modo que permita a todos, cualquiera que haya sido su procedimiento de ingreso, llegar a las categorías superiores dentro del período medio de vida oficial (treinta y cinco años de servicios), sin abandonar por ello su mejora cultural, a la que el maestro español se halla siempre favorablemente dispuesto. Sostiene la necesidad de que las remuneraciones se ajusten en todos los países a las que disfrutan los Cuerpos más favorecidos de la Administración, dada la importancia de la función social del maestro, y que al propio tiempo se establezcan las indemnizaciones eventuales de vida cara en relación con el aumento de precio de las subsistencias y de la habitación en cada país y con el número de hijos que tenga el maestro, estableciendo tablas reguladoras que puedan aplicarse sin género alguno de complicaciones.

La maestra francesa Eugènie Boudault-Beaumont dio lectura, y amplió en un hermoso discurso, a su informe “La educación racional y humana”. Sin discusión fueron aprobadas las conclusiones, que hemos publicado en las “Páginas pedagógicas” correspondientes al número 4.875, de 22 del mes anterior.

Sobre “La enseñanza de la Historia” y el “Manual de Historia supranacional” versó el informe de Reynier, profesor en la Escuela Normal francesa de Privas (Ardàche). Este informe está inspirado en la nueva orientación que los maestros franceses han acordado dar a la enseñanza de la Historia en los Congresos últimamente celebrados, a saber: inspirarla en un sentido absolutamente pacifista, prescindiendo de la descripción de guerras y episodios que puedan despertar los sentimientos bélicos en los niños, ocupándose solamente de la evolución de la Humanidad en cuanto supone progreso, cultura, desarrollo de las ciencias, de las artes, del comercio, de la industria, con el fin de formar generaciones de ciudadanos pacíficas, unidos por los vínculos del amor y el trabajo.

El informe de Reynier fue adoptado por unanimidad.

La Central del personal docente de Bélgica, aprovechando el Congreso, organizó un mitin internacional en la sala de conferencias de la Casa del Pueblo de Bruselas.

No obstante el período de vacaciones, no obstante el mitin de Unamuno, que se celebró el mismo día y a la misma hora, dice un periódico belga acudió a esta reunión un público numerosísimo, interesado, curioso, simpático.

El ciudadano Demblon, diputado socialista por Lieja en el Parlamento, presidió la sesión. Presentó con amables y elocuentes frases para cada uno a los diferentes oradores: Boutreux (Francia), Van de Moortel (Bélgica), Orellana (España), Viana de Lemos (Portugal), Cetón (Holanda), Bernard (Francia). Todos se expresaron en francés, a excepción del compañero Cetón, que habló en neerlandés. Todos expusieron la situación de sus Secciones nacionales y dieron datos muy interesantes sobre la organización de la enseñanza en sus países; juraron solemnemente emprender una lucha sin tregua contra la guerra, agrupar a todos los maestros del mundo para realizar la obra de fraternidad universal. A este efecto, el primer acto de la Internacional de la Enseñanza ha sido tender la mano a Alemania.

Los oradores dijeron que muy poco podrían adelantar en este empeño si no contasen con la colaboración activa del proletariado, que debe formar con los educadores ese bloque irresistible contra el cual nada podrá la reacción ni la incultura.

La sala, materialmente llena de maestros y obreros, premió con grandes aplausos y aclamaciones a todos los oradores.

Estos son los datos que hemos recogido de la prensa y del informe de nuestro delegado, señor Orellana, portador de una documentación interesante y completa, de la cual ya nos ocuparemos oportunamente.

La Junta directiva.