Filosofía en español 
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Cinematografía

[ Anthonius ]

Las grandes películas

Intolerancia, Griffith y García Sanchiz

«Conforme ceder exclusiva a esa Empresa estreno Intolerancia.
Precio fijado, 14.000 dólares. Envío copias primer vapor.
Griffith

La lectura del anterior telegrama, que la Empresa Sagarra ha facilitado a los periódicos, nos recordó una conversación sostenida hace algún tiempo con nuestro entrañable amigo Federico García Sanchiz. No hemos de presentar ahora a García Sanchiz, el cultísimo literato, que tiene el don de la amenidad, que imprime en sus artículos un sello característico de elegancia, de “savoir faire”; que ha logrado adueñarse del público femenino con las notas pintorescas nacidas al calor de un espíritu ágil, ligero, amable...

Acababa de regresar García Sanchiz de una peregrinación literaria a América: Cuba, Buenos Aires, Montevideo, Chile; más tarde, San Francisco, Washington, Nueva York.

Hablar con García Sanchiz es olvidar el transcurso del tiempo. Pasan las horas con una brevedad enorme. Su charla levantina, plástica, llena de colores como paleta de pintor, entretiene, distrae de tal modo, que le habéis oído durante una tarde, entera, y parece que han transcurrido simplemente unos minutos...

* * *

Y en nuestra conversación, de varios días, brotó el tema cinematográfico Intolerancia, Griffith.

—Es una cinta grandiosa –nos decía García Sanchiz–. Viendo Intolerancia, se comprende perfectamente la admiración que produce el cinematógrafo. No hay una cosa semejante. Con razón califican en América a Griffith como el “mago de la cinematografía”.

”Intolerancia” no es la película que el público burgués acostumbra a ver “mecánicamente” desde su butaca, a través de un argumento más o menos complicado, pero cuyo epílogo se vislumbra. No. La obra magna de Griffith es la “revolución cinematográfica”.

En Intolerancia desfilan con absoluta coincidencia cuatro épocas: Babilonia, Jesucristo, la Corte de Carlos IX de Francia y los tiempos modernos.

La acción de las cuatro épocas aparece ante el espectador con tal perfección, con tal maestría, tan admirablemente ensamblada, que sólo un genio creador como Griffith pudo ver la coincidencia de cuatro tiempos tan distintos.

Y se ve muy bien... Se ve, si el espectador no abandona la acción, si no se distrae, si prende en la pantalla sus sentidos para recoger la bella emoción de unas escenas cuyo verismo encanta y cuya realidad asombra.

Yo –agregaba García Sanchiz– no he sentido una impresión tan pura y tan sincera como la que experimenté durante la noche del estreno de Intolerancia en Nueva York.

* * *

—Español, levantino y cronista viajero... Comprenderás fácilmente que Griffith constituyó obsesión en mí y que busqué ocasión de conversar con este hombre genial.

Hablé con Griffith varias veces, y quedé encantado. En nuestra última conversación me dijo:

—Cuando se estrene en España esta obra mía, en la que puse todos mis amores, sea usted el fiel intérprete de mis sentimientos hacia ese bello país, que tengo propósito de visitar, y haga usted comprender al público español todo el alcance de esta cinta, que es mi hija predilecta.

Y aquí estoy. No sé cuándo se estrenará Intolerancia en Madrid; pero ten la seguridad de que cuando me entere trataré de cumplir el encargo que me hizo Griffith. Lo exigen así mi promesa y mi admiración hacia ese hombre formidable.

* * *

Envíos

Para la Empresa Sagarra

Seguramente, la Empresa Sagarra no conoce esta pequeña historia que acabo de relatar. Creo que es útil conocerla, y muy conveniente, y muy nuevo sobre todo, intercalar en el espectáculo cinematográfico una conversación amena, distraída, agradable, presentando las grandes cintas y a los grandes autores.

El Sr. Sagarra, hombre moderno, acometedor, gran innovador en las costumbres del “cine”, que ha ennoblecido el espectáculo, abrillantándolo con ideas geniales, hará suya seguramente esta idea, que sorprenderá al público.

Para García Sanchiz

Ahora se presenta una ocasión de cumplir la promesa que hiciste a Griffith en Nueva York.

El estreno de Intolerancia se ha de celebrar muy pronto en Real Cinema y Príncipe Alfonso.

¿No podrías contar al público, desde el escenario de uno de dichos cinematógrafos, tus impresiones directas sobre Griffith y respecto de Intolerancia?

Bastaría que hablases a los espectadores con esa amenidad característica en ti, que te hace dueño de las voluntades...

Anthonius