Filosofía en español 
Filosofía en español


Diario Noticioso Universal

Diario Noticioso

El martes 17 de enero de 1758 firma el rey Fernando VI, en el madrileño palacio del Buen-Retiro, el “Privilegio” por el que “Don Manuel Ruiz de Uribe, y Compañía” podía imprimir y vender “un Diario con las noticias de cuanto ocurra”. La “Suma de la Licencia”, el viernes 20 de enero de 1758, confirma que “tiene Licencia del Real, y supremo Consejo de Castilla Don Manuel Ruiz de Uribe, y Compañía, para poder imprimir, y vender el diario nuevo, curioso-erudito, y comercial-económico, con las Noticias de cuanto ocurra importante al Comercio, tanto Literario, como Civil, y Económico”. Sus impulsores difunden ese mes de enero el prospecto correspondiente: en su “Introducción” explican las razones por las que han reducido a dos sus artículos, detallando en el “Plan del Diario” lo que será su “Artículo primero: Asuntos curiosos y eruditos” (en seis puntos) y su “Artículo segundo: Comercial y Económico” (en diez puntos, siete de ellos acompañados de interesantes reflexiones), y en una “Advertencia” defienden las razones por las que el nuevo “medio” se publicará todos los días “exceptuando los de precepto riguroso”.

El miércoles primero de febrero de 1758 recibe el público de Madrid la primera entrega, cuatro páginas tamaño cuarto, con el texto compuesto a dos columnas, del diario noticioso, curioso-erudito, y comercial público, y económico, con un artículo primero dirigido “A los Sabios, Doctos, y Erudiditos, bien intencionados de España”, y un artículo segundo de “Noticias de Comercio”. Dos días después el artículo primero del segundo número se dirige “Al Público, o a todos en común, y a ninguno en particular”.

Con la tercera entrega, el sábado 4 de febrero, el “público” se encuentra con la novedad de un nombre más escueto: diario noticioso, que se mantiene durante 1758. Desde la primera entrega de 1759 añaden los editores otro adjetivo al nombre del periódico: diario noticioso universal, rótulo que perdura hasta diciembre de 1781 (aunque el diario no se publica entre julio de 1776 y diciembre de 1777). La hemeroteca digital de la Biblioteca Nacional de España ofrece libremente 5.434 entregas de este diario (1758-1781).

Los criterios de numeración y paginación de las entregas fueron también variando: durante 1758 el diario noticioso renumera sus entregas cada mes, y en febrero no pagina el medio pliego de cada número; los de marzo –numerados del 1 al 24– van paginados 1 a 96, y así hasta la página 596 (última del nº 23, 30 de diciembre de 1758); en 1759 las entregas del diario noticioso universal se numeran correlativamente, pero en cada una de ellas se paginan por separado los dos artículos del diario: así, por ejemplo, la octava entrega del año (en 1759 han decidido numerar a la romana: “Num. VIII”) está formada por las páginas 15-16 del primer artículo y por las páginas 15-16 de las “Noticias del Comercio”. El número CXVII, del lunes 28 de mayo de 1759 (páginas 233-234 y 233-234) es seguido, al día siguiente, por un nuevo número I (páginas 1-2 y 1-2), con novedoso grabado en la cabecera, pues se ha producido un reajuste de socios en la empresa (Juan Antonio Lozano compra por 14.000 reales la parte que tenía Francisco Mariano Nifo, quien abandona el diario), &c.

El Diario Noticioso es el primer periódico que adopta en Madrid el ritmo diario: la Gaceta de Madrid, que ya había cumplido sesenta años (desde su aparición en 1697), salía en 1758 una vez a la semana, los martes, con entregas de 6 páginas; y el Mercurio histórico y político era mensual, ofreciendo más páginas al mes que el emergente diario (frente a las 96 páginas que, decíamos, suman las 24 entregas del Diario Noticioso durante marzo de 1758, el Mercurio histórico y político de ese mes, tomo CLIX, ofrecía 107 páginas). Con cierta confusión y anacronismo (había de pasar todavía un siglo para que se propagase en 1857 el famoso artículo de Concepción Arenal: “El periodista”), el gremio periodístico y quienes glosan sus historias y cuentos gustan situar sus orígenes en el Diario Noticioso, más que en la Gaceta

Los apasionados de Francisco Mariano Nifo (1719-1803) gustan también reducir el Diario Noticioso al nervio inquieto de este aragonés precursor de periodistas (término que se incorpora a la lengua hacia 1787, un siglo antes de que se diesen por enterados los académicos del ramo), quien mantuvo su vínculo con el diario durante su primer año y medio de vida. En su ardor hasta niegan la existencia a don Manuel Ruiz de Uribe, a quien suponen mero alias del polifacético Nifo, aceptando sorprendentemente que la meticulosa maquinaria administrativa española del momento concediese autorizaciones a un pseudónimo. Otra cosa es que Nifo fuese en efecto el inductor de la sociedad promotora del diario, incluso su principal ideólogo y más entregado trabajador durante los primeros meses (el “Plan del Diario” va firmado con la sumisa protesta “O. S. C. S. R. C. A. E.” [Omnia Sub Correctione Sanctae Romanae Catholicae Apostolicae Ecclesiae] en variante no frecuente que Nifo ya había utilizado tres años antes, en 1755, al final de su Explicación physica y moral... de los terremotos, página 54).

Dos años y medio después de la salida de Nifo del Diario Noticioso, el “agente de negocios” don Pedro Angel de Tarazona difunde el prospecto de un Diario curioso, histórico, erudito, y comercial, público, y económico que anuncia para Barcelona, tras haber logrado un nuevo privilegio específico de Carlos III, dado en Madrid el 12 de diciembre de 1761, una vez que el Consejo hubo discutido si el “Privilegio” de 1758 afectaba a todas las partes del Reino privativamente, beneficiando “en fuerza de su Privilegio a D. Manuel de Uribe, y por él a D. Juan Antonio Lozano…”: el Consejo decidió por la negativa, el privilegio de Uribe y Lozano se circunscribía a Madrid. Por cierto, el prospecto de esta hijuela copia sin rubor del diario de Uribe-Lozano y del plan escrito por Nifo, como puede advertirse por esta muestra que sirve de ejemplo:

reflexión

Con el socorro de los Carteles, que se ponen a las esquinas, y puestos públicos acostumbrados, se hacen saber las pérdidas de algunas alhajas, papeles, u otras cosas; pero estos avisos sólo han sido para aquellas gentes desocupadas, que tienen hecho domicilio de las esquinas; pues es muy cierto, y evidente, que los sujetos de alguna distinción, y calidad, saben muy poco de estas novedades engrudadas; fuera de que, este modo de reclamar los Dueños por sus cosas perdidas, ni es barato, ni el más pronto, y oportuno: no es barato, porque, como quiera que sean los Carteles, han de ser, o impresos, o manuscritos, y para esto es necesario algún gasto, y tiempo: el fijarlos, además de no ser de balde, ha de ser bastante engorroso: no es lo más pronto, ni oportuno; porque el imprimirlos, o escribirlos, y fijarlos, ha de ocupar algún tiempo, y después de todas estas molestias, es una noticia tan escasa, que apenas se aleja dos varas afuera de la esquina. Aún hay más, y es, que algún muchacho por juguete los arranca; o por malicia, a horas silenciosas, quita los Carteles el mismo que se halló la alhaja, acaso para que se quede ahogada la noticia, y pueda facilitarse mejor su venta. No sucederá este tan posible contratiempo con el diario de Noticias de comercio, que se ha establecido, pues sin tantas molestias, ni el riesgo expresado, se dará aviso a todos; porque aún cuando no se repartieran más que cien ejemplares, bastaban estos no mas para hacer públicas las perdidas a la mayor parte del Pueblo. Considérese asimismo el beneficio que hallarán por este medio los que tuvieren necesidad de hacer saber algo que les importe.

(Madrid 1758: “Plan del Diario, artículo segundo, punto quinto”, págs. 16-17.)

reflexiones

Con el socorro de los Carteles, que se ponen a las esquinas, y puestos públicos acostumbrados, se hacen saber las pérdidas de algunas alhajas, papeles, u otras cosas; pero estos avisos sólo han sido, para aquellas gentes desocupadas que tienen hecho su domicilio de las esquinas; porque es muy cierto, y evidente, que los sujetos de alguna distinción, y calidad, saben muy poco de estas novedades engrudadas; fuera de que este modo de reclamar los dueños por sus cosas perdidas, ni es barato, ni el más pronto, y oportuno: no es barato porque como quiera que sean los Carteles, han de ser, o impresos, o manuscritos; y para esto es necesario algún gasto, y tiempo; el fijarlos no se hace de balde, y es bastante enfadoso: No es lo más pronto, y oportuno, porque el imprimirlos, o escribirlos, y fijarlos hace ocupar algún tiempo, y después de todas estas molestias, es una noticia, que apenas se aleja cincuenta pasos de la esquina. Y esto es cuando no sucede, que los muchachos por juguete los arranquen; lo que también suele hacer, en horas cautas, y silenciosas, el mismo que se halló la alhaja para que quedando ahogada la noticia se le facilite mejor la venta de ella. Y es muy regular, que esto quede enmendado con el diario que se va a establecer, pues sin tantas molestias, ni el riesgo expresado se dará aviso a todos. Y considérese de paso el beneficio que hallarán por este medio, los que tuvieren necesidad de hacer saber algo que les importe.

(“Plan del Diario, artículo segundo, punto quinto”, págs. 20-21 de: Diario curioso, histórico, erudito, y comercial, público, y económico, que, con Real Privilegio, ofrece al Público de esta Ciudad, y Principado de Cataluña, Don Pedro Ángel de Tarazona, Agente de Negocios. Con las licencias necesarias. Barcelona [1761]: En la Imprenta de Cristobal Escuder, administada por Francisco Felip y Copdina, en la calle de Condal.)

Dando por bueno lo que asegura Sempere en 1787, que Nifo vendió “la parte que tenía en él de la impresión por 14.000 reales a su compañero D. Juan Antonio Lozano”, cabe deducir que el Diario Noticioso había logrado consolidar, cuando llevaba publicándose poco más de un año, la venta de varios cientos de ejemplares diarios al precio de dos cuartos (“el medio, además de ser tan barato, como de balde”, no cobraba por publicar las “noticias comerciales y económicas”) –una libra de pan costaba entonces en Madrid siete cuartos–. 14.000 reales, es decir, 119.000 cuartos, equivalían al ingreso bruto de 59.500 ejemplares vendidos (de donde había que descontar la comisión de los libreros, el precio del papel y los gastos de imprenta, redacción y gestión). Dedicando un 10% de los ingresos brutos a recuperar lo que se había pagado por la parte de Nifo, la empresa debía vender medio millón de ejemplares para cubrir ese monto…

De cualquier modo, los inicios del Diario Noticioso no estuvieron exentos de recelos y dificultades: cuando cumplía una semana de existencia, tenía que responder “A todos los desocupados, y maliciosos antagonistas del Diario”. Antagonistas que podrían encontrarse tanto entre los sabios, doctos y eruditos, recelosos de la mezcla de tan exiguos contenidos, como entre los afectados por el novedoso medio de difusión de noticias comerciales tan variadas (la Gaceta y el Mercurio avisaban sólo, de tanto en tanto, de algún libro en venta), que ponía en peligro un sistema de cosas bien asentado, con sus equilibrios y sus comisiones, en relaciones que no eran sólo asunto de “chalanes”…

Tal como se había anunciado en la respuesta a los “desocupados y maliciosos antagonistas del Diario” (nº 6), el lunes 13 de febrero se ofrece como artículo primero “Origen, y progreso de las ciencias, y artes liberales, y mecánicas, entre los primeros moradores del Mundo” (nº 10), al que siguen “Progreso y estado de las ciencias después del Diluvio” (nº 11) y “Continuando la materia del nº 11 sobre el progreso y estado de las ciencias después del Diluvio” (nº 17 y nº 18), y luego “Estado de las ciencias entre los egipcios” (nº 22) y “Ciencias que aprendieron los egipcios con el trato y comunicación de los hebreos” (nº 23 y último del mes de febrero). Pasaron cosas, tras esta andanada de progresista historicismo cientificista: las primeras entregas de marzo prescinden del artículo primero y ofrecen sólo noticias de comercio:

nota

Los muchos avisos, que componen la materia del Artículo Segundo; piden de justicia preferencia, recurriendo al punto primero del Artículo señalado para asuntos curiosos, y eruditos. En él dije, y vuelvo a repetir, que siempre que lo permitiesen las Noticias del Comercio, pondría algunos Pasajes de Erudición, o Historia; pero habiendo llegado el caso de estar detenidas muchas esquelas, irritando con su retardación la paciencia de los que las envían, me ha parecido complacer al interés del Público, antes que al de algunos particulares: no sé el tiempo que durará esto, pero estén seguros mis Cortesanos Favorecedores, que luego que pueda seguiré mi idea. Siempre lo primero es antes; y así pido perdón, si hay culpa en este obsequio que hago a todos.

Diario Noticioso, 1 de marzo de 1758, nº 1, pág. 1.)

Cosas que los “cortesanos favorecedores” comienzan a entender tras leer la advertencia que abría la entrega del 9 de marzo de 1758:

advertencia

La utilidad pública, ha sido, es, y será siempre el principal resorte de esta obra: para cumplir, pues, con esta ley tan justamente establecida, hale parecido conveniente, y muy provechoso para el bien público al Señor Juez de Imprentas determinar, que la primera hoja, de mi diario, la ocupe la vida del Santo del día; la razón de haberme intimado este decreto, es porque la gente alejada del conocimiento de las ciencias, sacaría muy poca utilidad de mis primeros párrafos, y más cuando estos por la estrechez del campo, quedaban siempre imperfectos; y aun cuando fuesen más precisamente difusos, nunca sería lección universalmente provechosa, como la que ahora se determina: al contrario, esta podrá ser no solo del gusto de todos (si vale la poderosa razón de ser cristianos), pero aun causa de muchos bienes espirituales, si se logra con la repetida lectura del mérito de los Santos imitar sus virtudes. Aunque con este nuevo diario espiritual parece me desvío del erudito, debe entenderse todo lo contrario; para prueba de ello, y que deseo no dejar disgustados a mis generosos favorecedores, daré cada quince días, o cuando mas al mes, una Miscelánea Erudita, que con más extensión, y exactitud tratará de las Ciencias, y de las Artes liberales, y mecánicas; creo será de un modo más circunstanciado, y propio; remitome al hecho.

Diario Noticioso, 9 de marzo de 1758, nº 8, pág. 29.)

Había sucedido que don Juan Curiel Luna (1690-1775), académico de la Lengua desde 1714 y poderoso Juez de Imprentas (de 1752 a 1769), decidido a no permitir que el Diario Noticioso siguiera confundiendo al Vulgo con noticias extravagantes sobre ciencias mundanas, ordena que se adoctrine al nuevo Público lector de diarios, que en esas semanas estaba comenzando a fraguarse, haciéndole comulgar papillas más convenientes: la parte primera de las restantes entregas del Diario durante marzo de 1758 se dedican a ensalzar bondades de San Melitón (a quien se dedican 3 de las 4 páginas del nº 9), San Eulogio, San Leandro, Santa Matilde, San Raimundo, San Julián Anazarbeno, los Dolores de la Virgen Nuestra Señora, y San Patricio, el Arcángel San Gabriel, San Castor y San Doroteo, San Eustasio luxoviense, San Juan Climaco, Santa Balbina… Y como tampoco se podía tolerar que el Diario Noticioso recurriese al ardid de una recién anunciada Miscelánea Erudita, cual suplemento quincenal o mensual suyo, procedía recordar a los implicados las reglas del juego:

«En marzo de 1758, Juan Curiel, Juez superintendente General de Imprentas y Libros del Reino, provee el siguiente decreto: “Phelipe de Castilblanque que pase inmediatamente a la imprenta del Diario y notifique al impresor no imprima sin licencia un suplemento al Diario, ni otra cosa más que el dicho Diario en medio pliego, como hasta aquí se ha hecho, bajo las penas impuestas a los que imprimen sin licencia; y lo mismo se haga saber a los compositores del Diario.” (A. H. N., Consejos, Imprenta e Impresiones, Pleitos de la Comisión de Imprentas, 51.633-14). Castilblanque registra después la notificación a Nipho, “Compositor”, y a Faustino Ramos, “director de la Imprenta”.» «(40) Escúchese al escribano Phelipe de Castilblanque: “Siendo como a hora de las nueve de la mañana de este día con corta diferencia, estando en la casa Imprenta del Diario de esta Corte, notifiqué el decreto de este día que se halla en el medio pliego de papel común, proveído por el Sr. Don Juan Curiel, Caballero del Orden de Calatrava, de los Consejos de S. M. en el Real de Castilla, Juez Superintendente General de Imprentas y Libros del Reino, escrito y rubricado de mano de Su Señoría, a don Francisco Mariano Nipho, compositor de dicho Diario, y a Faustino Ramos, director de la imprenta del citado Diario, a cada uno en su persona, quienes quedaron entendidos. De todo lo cual yo el escribano doy fe.” Esto se escribía en marzo de 1758. A. H. N., Consejos, Imprenta e Impresiones, Pleitos de la Comisión de Imprentas, 51633-14.» (Luis Miguel Enciso Recio, Nipho y el periodismo español del siglo XVIII, Valladolid 1956, págs. 169-170 y 175).

Acaba de pasar la Semana Santa y el Juez de Imprentas decide que el Diario, a partir de abril, debe también mejorar sus avisos piadosos:

advertencia

Por mandato del Señor Don Juan Curiel, Juez Super-Intendente de Imprentas, me es preciso, desde mañana, poner todas las Indulgencias del día, y el Jubileo Circular de las Cuarenta Horas, con el aviso asimismo de las Procesiones, y otras ocurrencias de Piedad. Es muy conveniente para el Público esta naturaleza de avisos, porque aunque hay muchos sujetos, que tienen los Repertorios, y Kalendarios, suelen verlos muy pocas veces; y algunos, que no los tienen, carecen con este motivo de la noticia del Santo del día, del Jubileo Circular, y de otras muchas Indulgencias. Para evitar, pues, estos reprehensibles olvidos, y para que sea mayor nuestro reverente obsequio a Dios, daré estas noticias, que las creo muy conducentes al bien de las Almas; pues todo el año se ha de servir a Dios, porque no solo, como algunos dicen, estos ejercicios son buenos para la Cuaresma: para el que quiera entenderme, solo esto basta.

Diario Noticioso, viernes 31 de marzo de 1758, nº 24, pág. 94.)

 

Algunas menciones al Diario Noticioso

1787 «Diario curioso, erudito, y comercial, público y económico. Por D. Manuel Ruiz de Uribe, &c. En Madrid: en la Imprenta del Diario, año de 1758. Empezó a publicarse en 1 de febrero de 1758. Su principal autor fue don Francisco Nifo, quien trabajó en él cerca de año y medio. Luego vendió la parte que tenía en él de la impresión por 14000 reales a su compañero D. Juan Antonio Lozano, quien lo continuó hasta el año de 1780, y desde entonces hasta el de 84, su hijo don Pablo, que ahora está colocado en la Biblioteca Real. El Plan del Diario que precedió a su publicación, se redujo a dos artículos, subdivididos en varios puntos. En el primero se habían de comprender varios asuntos curiosos, y eruditos, de historia y literatura, tanto nacional, como extranjera. El segundo había de ser todo comercial, y económico. Esto es, se había de dar en él noticia de cuanto ocurriese importante y necesario al comercio, por menor, y economía doméstica; de ventas, almonedas, entradas de géneros, robos, inventos, criados y criadas desacomodadas, amas de leche, sujetos que quisiesen tomar dinero a censo, &c. Sus autores habían concebido al principio el Plan de otro modo, a lo menos en cuanto a la primera parte. Pero ni uno ni otro Plan desempeñaron; porque desde los principios casi toda la primera parte se redujo a dar la Historia del Santo del día; y últimamente a copiar un pedazo de la Historia de los Viajes. En el año 1784, compró D. Francisco Escartin el privilegio a la Viuda de D. Juan Antonio Lozano, por 10.000 reales. Pero habiendo encontrado varias dificultades, para su continuación, lo vendió por igual cantidad a Mr. Thevin, mercader de libros, cuya actividad las ha vencido, alcanzando la aprobación de un nuevo Plan, para cuya ejecución se ha valido de varios sujetos, que lo están continuando con el título de Diario curioso, erudito, económico, y comercial.» (Juan Sempere y Guarinos, Ensayo de una Biblioteca española de los mejores escritores del reinado de Carlos III, Imprenta Real, Madrid 1787, tomo IV, págs. 183-184.)

1876 «Diario noticioso, curioso, erudito y comercial, público y económico. Desde el tercer número principió a llamarse Diario noticioso. En 2 de Enero de 1759, Diario noticioso universal. En 1 de Julio de 1786 llevaba el título de Diario curioso económico y comercial. En 1º de Enero de 1788 tomó el nombre de Diario de Madrid. En 1º de Abril de 1825, Diario de avisos de Madrid. En 20 de Febrero de 1836, otra vez Diario de Madrid. Por último en 2 de Noviembre de 1847, Diario oficial de avisos de Madrid, 1758-76, 1778-79, 1781, 1786-1870.» (Eugenio Hartzenbusch, Periódicos de Madrid, Madrid 1876, pág. 277.)

1904 «Seguramente llamará la atención de algunos, después de leer el anterior privilegio, que se atribuya a Nifo la concesión siendo así que fué otorgada a favor de D. Manuel Ruiz de Urive y Compañía. La explicación es muy sencilla: D. Manuel Ruiz de Urive es uno de los muchos pseudónimos empleados por Nifo. Es bien extraño que se otorgara privilegio tan importante a un pseudónimo, pero por extraño que parezca no hay nada más exacto. Acerca de este punto no cabe la menor duda. Así lo aseguran sus contemporáneos todos y cuantos historiadores han tratado este asunto. Nifo fue el fundador del Diario y el único redactor durante año y medio. A él se concedió el privilegio y él cedió su propiedad cuando lo tuvo por convoniente, haciendo uso de una de las cláusulas de la concesión. Como se verá más adelante, tras del pseudónimo Mariano Ruiz de Urive y Compañía estaban D. Francisco Mariano Nifo, natural de Alcañiz y D. Juan Antonio Lozano, natural de Segura (Teruel).» (Domingo Gascón –Cronista de la provincia de Teruel–, “Don Francisco Mariano Nifo y su Diario curioso, erudito y comercial, primer periódico diario publicado en España”, Revista de Aragón, Zaragoza, mayo 1904, tomo V, págs. 231-243).

1956 «1758. Primer periódico diario español, obra de Nipho: el Diario noticioso, curioso-erudito y comercial, público y económico. Ninguna otra nación europea, salvo Inglaterra, había avanzado por este camino. El mérito del periodista, que se sirve, sin embargo, de experiencias continentales anteriores y, sobre todo, de las “hojas de avisos y anuncios” estribaba en entender cómo información, publicidad y erudición unidas podían implicar el triunfo del periódico de noticias o diario que, efectivamente, hubo de ser luego el nervio de la prensa. Que el empeño fue un éxito lo atestigua el hecho de que se mantuvieran aquellas cuatro hojas primeras como base de un periódico oficial –el Diario de Madrid– existente todavía en 1918. Nadie acompañó a Nipho en la aventura –salvo sus asociados y seguidores– hasta muy entrado el siglo: de 1792 es el Diario de Barcelona, que hoy subsiste, y del año siguiente, el de Zaragoza.» «Que el Diario Noticioso en su primera etapa fue obra de Nipho(37), es verdad, hoy por hoy, incontrovertible.(38) Más en duda se ha puesto que don Manuel Ruiz de Uribe, a cuyo nombre se expedieron privilegio y licencia de impresión, sea en realidad Nipho y que fuera éste su único compositor(39). A este respecto hemos encontrado en el Archivo Histórico Nacional datos importantes que aclaran la cuestión (40). Por lo que hace al apellido Ruiz de Uribe, los puntos de vista se han diversificado en dos direcciones: unos, con Entrambasaguas(41) y Trenas, opinan que corresponde simplemente al solicitante del privilegio, mientras que otros lo consideran seudónimo de Nipho(42). Pese a las muy diversas consideraciones(43) que de una y otra parte, en favor de ambas opiniones, pueden hacerse, ninguna prueba resulta concluyente. Sea como quiera, habrá que afirmar con W. Coxe(44) que “el Diario curioso, erudito, económico y comercial, de don Manuel de Uribe, estaba en realidad redactado por Nipho”.» (Luis Miguel Enciso Recio, Nipho y el periodismo español del siglo XVIII, Valladolid 1956, págs. 153 y 175-177.)

1975 «El 1 de febrero de 1758 apareció en Madrid el Diario noticioso, curioso-erudito y comercial, público y económico, primer periódico diario publicado en nuestro país. Tan sólo hasta el 29 de mayo de 1759 fue obra de Nipho, pues en dicha fecha lo vendió a su colaborador don Juan Antonio Lozano. La importancia de esta publicación –y el mérito de su fundador, concretamente– consistió en entender cómo la información, la publicidad y la erudición unidas podían hacer viable el periódico diario, que había luego de ser el nervio de la prensa. Que el empeño fue un éxito –dice Enciso– lo atestigua el hecho de que aquellas pocas hojas fueron la base de un periódico oficial –el Diario de Madrid– que prolongó su existencia hasta 1918. El Diario de Nipho, que a partir de 1759 adoptó el título más abreviado de Diario Noticioso Universal, constaba al principio de sólo cuatro páginas; incluía un artículo de fondo, noticias de comercio, una sección de anuncios –compras, ventas, pérdidas y hallazgos, casas para alquilar, oferta de servicios–, que era la parte más innovadora del periódico, y diversos artículos cultos sobre las más variadas materias, de historia, política, ciencias, &c.; se informaba también sobre los escritos importantes publicados en los países cultos de Europa y los nuevos descubrimientos en ciencias prácticas y especulativas y en las artes liberales y mecánicas. Enciso señala el propósito moralizador que movía a Nipho, pero, al mismo tiempo, el matiz utilitarista, que refleja los modos ilustrados de la época, con su particular interés por las cuestiones económicas y su atención a las necesidades y problemas del país. Subraya Enciso que, cuando apareció el Diario de Nipho, el único diario europeo capaz de subsistir había sido el Daily Courant de Londres, fundado en 1702 y extinguido en 1735; Francia no conoció su primer diario –el Journal de Paris– hasta 1777, y Estados Unidos hasta 1784. El Diario de Nipho ostentó, pues, por cierto tiempo, el primer puesto en la prensa diaria continental, que sólo comenzó a florecer después de 1789. Para nutrir su periódico, Nipho se sirvió de las más diversas fuentes, libros o publicaciones periódicas de toda Europa, que copiaba, extractaba o arreglaba a su comodidad.» (Juan Luis Alborg, Historia de la literatura española, Gredos, Madrid 1975, tomo III, págs. 65-66.)

1991 «Diario noticioso, curioso-erudito y comercial, público y económico. Con privilegio del Rey y todas las licencias necesarias. Madrid, Imp. del Diario, calle de las Infantas. Año 1758. 20 cm. Es el primer Diario español. La licencia de impresión se obtuvo el 15 de diciembre de 1757, a nombre de Manuel Ruiz de Uribe, que ha pasado como seudónimo de Nifo. El primer número apareció el 1 de febrero de 1758. A partir del cuarto número su título quedó reducido a Diario noticioso, y en 1759 Diario noticioso universal. A partir del primero de enero de 1788, editado ya por el alemán Santiago Thewin, fue el Diario de Madrid y en 1825 el Diario de avisos de Madrid. Desapareció en 1918. Tuvo imitaciones en Barcelona (1762) y Cádiz.» (Francisco Aguilar Piñal, Bibliografía de autores españoles del siglo XVIII, CSIC, Madrid 1991, s. v. “Nifo y Cagigal, Francisco Mariano”, tomo VI, págs. 74-75, papeleta 460.)

 

Artículos del Diario Noticioso en esta hemeroteca

fecha título autor
1758.0100Privilegio, Introducción y Plan del Diario curioso-erudito y comercial 
1758.0201A los Sabios, Doctos, y Erudiditos, bien intencionados de España 
1758.0203Al Público, o a todos en común, y a ninguno en particular 
1758.0204Sobre las dos severas, e inevitables leyes, que precisan al Hombre al trabajo 
1758.0208A todos los desocupados, y maliciosos antagonistas del Diario 
1759.0321Prólogo, o Introducción a la Historia de... la Filosofía 
1759.0322Breve relación histórica del origen de la filosofía 
1759.0323Progresos de la filosofía entre los Hebreos 
1759.0324Cual fue el origen de la filosofía entre los Caldeos 
1759.0403Prosigue la materia de la filosofía entre los Caldeos 
1759.0803Explicación del Comercio 
1759.0804Prosigue el Comercio 

Esta relación de artículos se reordena pulsando en el nombre de cada campo

gbs