Filosofía administrada

Ministerio de Fomento de España
Dictando varias disposiciones para el exacto cumplimiento del Real decreto de 21 del actual mes de Agosto, reformando los estudios de segunda enseñanza
Real orden de 22 de agosto de 1861

 

La más radical de las reformas hechas en la instrucción pública desde que en tan importante ramo se iniciaron las variaciones que el espíritu moderno aconsejaba, es sin duda alguna la que se refiere a los estudios de segunda enseñanza. No son de extrañar por lo tanto las dificultades que su arreglo ha ofrecido, como consecuencia natural de toda transición, ni debe causar sorpresa que ocurran inconvenientes, mayores o menores, aunque siempre accidentales y pasajeros, hasta que definida con claridad, teórica y prácticamente, ocupe esta enseñanza el puesto seguro que entre las demás le corresponde.

En el estado actual de cultura no puede ninguna persona que aspire a regular educación literaria prescindir de los estudios elementales de este período, ni es lícito desconocer que en ellos estriba el sólido fundamento de los superiores y facultativos. Las dificultades, pues, deben ser parte para avivar y estimular el empeño a fin de removerlas, mas no para desviarse de la trazada senda.

Penetrada la Reina (Q.D.G.) de estas consideraciones, y deseando que la segunda enseñanza sea sencilla, metódica, verdadera y sólida, se ha dignado expedir el Real decreto de 21 del presente mes, cuyas disposiciones van encaminadas a que los alumnos adquieran, de los diez a los quince años por punto general, los conocimientos elementales, literarios y científicos que, despertando y desarrollando su entendimiento, lo preparen convenientemente para el cultivo en mas alto grado de las ciencias y de todo género de literatura.

Removido, en lo posible, el principal obstáculo que la prematura edad oponía; ordenadas las asignaturas, y distribuido el tiempo del modo más conveniente a la continuidad de los estudios análogos, debe abrigarse la esperanza de que la doctrina y celo de los Profesores obtendrán mejores y más generales resultados.

Mas para conseguir la deseada unidad en los esfuerzos de todos y en su éxito, S.M. se ha servido aprobar varias prevenciones que aconsejadas por la experiencia, han de contribuir a la realización de sus elevados propósitos.

Habrá de cuidarse primeramente que los exámenes de ingreso justifiquen el paso del alumno de la primera a la segunda enseñanza.

Sin exagerar un rigor impertinente con examinandos de tierna edad, ha de procurarse que el examen sea bastante detenido, general de todas las materias de la enseñanza primaria, y el fallo tan justo como lo han sido siempre los de los Tribunales, que en esta parte ejercen la plenitud de la autoridad académica. En la hoja de examen se anotarán las preguntas que de doctrina cristiana y gramática castellana se hicieren al alumno, y se conservarán la operación de aritmética que este hubiere practicado, y las sentencias o períodos que al dictado hubiese escrito.

Del resultado general de los exámenes se formará un estado expresivo del número de aspirantes examinados, aprobados y no aprobados, del cual habrá de remitirse copia a la Dirección general del ramo antes del 1º de Noviembre.

La índole elemental de toda la segunda enseñanza, así como la edad en que se recibe,obligan a especial cuidado en la extensión que se haya de dar a las asignaturas, y en la claridad y sencillez de los libros y programas.

El cuadro de cada materia se trazará de modo que, sin fatiga y dando tiempo a la repetición, ejercicio y práctica, pueda recorrerlo el alumno en los seis primeros meses del curso, consagrándose los restantes al repaso y nuevos y continuados ejercicios.

Los libros voluminosos producen tales daños que solo por su desproporcionada extensión deben desterrarse de esta enseñanza, puesto que en vez de alentar con agrado la tierna afición e inteligencia, la cansan, abruman y esterilizan.

Si a pesar de esto hubiese que usarlos, a falta de otros, el Profesor separará cuidadosamente lo elemental y fácil de lo difuso y redundante.

Perfectamente ajustado al libro ha de ser el programa, sin temas ni preguntas que aquel no resuelva, y tal que satisfaga a estas dos principales condiciones: la de definir y prefijar la materia, dividiéndola en el número de lecciones correspondiente al tiempo que en su enseñanza ha de invertirse, y la de guardar con los de otras asignaturas sucesivas o análogas la debida relación, que evite diferencia de método, intrusiones y duplicaciones.

A fin de alcanzar esta uniformidad de pensamiento y miras, los Profesores se reunirán en junta, y presentarán a la aprobación de la misma el programa de su asignatura.

A ser posible, el trabajo ha de quedar terminado dentro del primer mes de curso, e inmediatamente se darán los programas a los alumnos de los Institutos, y se facilitará su adquisición a los Colegios privados y Maestros de enseñanza doméstica, elevándose al conocimiento de la Dirección general la ejecución de este acuerdo.

En punto al método de enseñanza y orden de las clases, se observarán las disposiciones del reglamento de 22 de Mayo de 1859 y las siguientes prevenciones.

La más general y útil consiste en que den lección y repaso diariamente el mayor número de alumnos que sea posible, y en que se mantenga despierta su atención, tan difícil de fijar en los primeros años de la vida, con breves explicaciones de las cosas y conceptos que las requieran, y obligándoles a repetición, práctica, demostraciones y ejercicios constantes.

Los largos discursos y aun las explicaciones prolongadas, por grande que sea su mérito y su método, son por lo regular superiores a la atención que permiten los pocos años y la movilidad en ellos de la imaginación y de todas las facultades. Rara vez deben emplearse.

Al dar los Profesores parte mensual del comportamiento de sus alumnos, expresarán las veces que hayan preguntado a estos lección o repaso, y las pruebas que hubiesen obtenido de su inteligencia y aplicación.

Estas listas se examinarán en junta de Profesores, y se hará en cada mes un resumen de las de diversas asignaturas correspondientes a un mismo curso y a unos mismos alumnos, para que fácilmente puedan ser examinadas por los padres o encargados, siempre que lo soliciten, y por la Inspección cuando convenga.

En cada uno de los años ha de tenerse también en cuenta otras advertencias, que varían al tenor de la importancia de las asignaturas y de la preparación que se presume en los alumnos.

En el primer año, dispuesto como el tránsito mas natural de la primera a la segunda enseñanza, el estudio de la gramática latina y castellana deberá reducirse al conocimiento, clasificación de las palabras, sus accidentes y propiedades. Una sola lección deben dar de memoria los alumnos en la clase de la mañana, invirtiéndose el tiempo restante en la lectura y corrección de concordancias y oraciones sencillas: por la tarde se repasará, empezarán a la mayor brevedad posible los ensayos de traducción y análisis, y finalmente, se leerá y explicará la lección de la mañana siguiente.

La asignatura de doctrina cristiana e historia sagrada comprenderá la explicación del catecismo, que los alumnos repetirán de memoria, y la historia del Antiguo y del Nuevo Testamento.

La clase de principios y ejercicios de aritmética ha de servir para que el alumno no olvide lo aprendido en la primera enseñanza, y se prepare para el estudio de las matemáticas. Comprenderá los axiomas y definiciones indispensables, las operaciones aritméticas, sin penetrar todavía en profundas razones y demostraciones matemáticas, y el sistema de reducción de medidas, pesas y monedas. El trabajo del alumno ha de ser de ejercicios, exigiéndosele que en un libro o cuaderno ejecute fuera de cátedra los que se le señalen.

Al segundo año se terminará el estudio de la gramática latina y castellana. Se distribuirá el trabajo entre la mañana y tarde, invirtiendo proporcionalmente el tiempo en la lección de memoria, traducción y análisis, corrección de versiones hispano-latinas, repaso y explicación de la lección del día siguiente.

La cátedra de geografía será de muy sucintas nociones en la parte astronómica y en la física, y se extenderá en la política y descriptiva al conocimiento de las partes del mundo, particular de Europa y especialmente de España, sus antiguas y actuales posesiones, con práctica y ejercicio continuo sobre los mapas.

En la clase de principios y ejercicios de geometría se enseñará a los alumnos los tratados de líneas, superficies y sólidos, y se empezará a ejercitarlos en el dibujo lineal. La lección de memoria sería inútil: el libro servirá para ver y reparar lo que en la cátedra debe aprenderse. La viva voz y el ejercicio han de ser los maestros.

Con esta preparación, y teniendo los alumnos doce años de edad, pueden ya emprender con gran fruto estudios más formales y científicos.

Al tercer año la cátedra diaria de traducción y análisis latina y rudimentos de lengua griega se dará en días alternados. El trabajo en la de latín consistirá en la traducción de textos clásicos, terminando con la epístola de Horacio a los Pisones, y en versiones hispano-latinas que el Profesor propondrá y corregirá. Respecto a la de griego, el nombre de rudimentos con que se designa indica bastante su índole y carácter, y da a entender que deberá limitarse al conocimiento de las partes de la oración, repitiendo los alumnos de memoria las lecciones que el Profesor habrá preparado, con lectura y sencilla explicación.

A la enseñanza de historia acompañará siempre la aplicación de los conocimientos de geografía ya adquiridos. Se dividirá el curso, consagrando la primera mitad a las nociones de historia general, y la segunda a la particular de España hasta nuestros días.

La aritmética matemática y el algebra, hasta las ecuaciones de segundo grado inclusive, serán objeto de exposición y demostración científica en lección diaria y continuo ejercicio durante seis meses,de provechosos resultados si el alumno cuenta con la exigida preparación de los primeros años. El repaso y repetición de los últimos meses perfeccionarán el estudio, y un saludable rigor en los exámenes dará a cada uno su merecida nota.

Continuando en el simultaneo y gradual conocimiento de las letras y ciencias, se estudiarán en el cuarto año los elementos de retórica y poética, aprendiendo los alumnos de memoria la epístola de Horacio a los Pisones, y al propio tiempo las sencillas reglas de la retórica y la poética a que debe reducirse esta cátedra, con ejercicios de traducción y composición latina y castellana, y comparación de textos sacados de los clásicos latinos y de los buenos escritores castellanos. Las reglas indispensables, unidas al ejercicio y buen gusto en la elección de modelos, han de ser los principales medios para el buen resultado de esta enseñanza.

En la de lengua griega, de asistencia alternada, repasarán los alumnos constantemente la gramática, y se ejercitarán en la traducción de sencillos textos, aliviándose por el profesor y con libros bien dispuestos el manejo del diccionario, sobradamente trabajoso para los principiantes.

La cátedra de geometría y trigonometría se enlazará con la de principios de esta enseñanza, recordando las nociones adquiridas, y será objeto, como la de aritmética y algebra, de exposición y demostración científicas con ejercicios continuados.

Reservados para el quinto año los estudios más extensos, no serán difíciles para el alumno inteligente y aplicado, que ya los emprende con razón cultivada y en edad conveniente.

Las asignaturas de psicología y lógica y filosofía moral ocuparán proporcionalmente el tiempo de la cátedra de lección diaria a ambas consagrada. En la de física y química se observará igual proporción.

Por último, la historia natural habrá de estudiarse, empezando por la zoología, siguiendo a esta la botánica, y finalmente la mineralogía, a fin de que puedan completarse los conocimientos de otras ciencias que para esta última se necesitan.

Respecto a la lengua francesa, la única advertencia que debe hacerse es la de que se elija siempre para su enseñanza un método no tanto teórico general, como especial y práctico.

Al reconocido celo de V... y a la inteligencia de todos los Profesores y su amor a la enseñanza, confía S.M. la ejecución y complemento del método y plan indicado en las precedentes disposiciones.

De Real orden lo digo a V... para su inteligencia y efectos consiguientes. Dios guarde a V... muchos años. San Ildefonso 22 de Agosto de 1861. Corvera. Sr. Rector de...

{Tomado de Colección legislativa de España, tomo 86, Madrid 1861, págs. 213-218.}


La phi simboliza la filosofía de tradición helénica, la ñ la lengua española Proyecto filosofía en español
© 1996 www.filosofia.org
  Filosofía administrada