XIX Congreso Mundial de Pax Romana España 1946

 
Salamanca
Día 22 de junio de 1946 a las once y treinta de la mañana

Introducción al tema primero:
«El universitario católico
ante los problemas de la persona humana»

Bajo la presidencia del Excmo. y Rvdmo. Sr. Obispo de Salamanca, Dr. Barbado, con la asistencia del Excmo. y Rvdmo. Arzobispo de Cardiff, Dr. Mac Grath; del Presidente internacional, D. Joaquín Ruiz-Giménez; Vicepresidente internacional, Mr. Edward Kirchner, y los delegados asistentes de las distintas naciones representadas en este Congreso, dieron comienzo las labores del XIX Congreso Internacional de PAX ROMANA, en la Sala Capitular de la Universidad Pontificia de Salamanca.

Después de unas palabras del Prof. Ruiz-Giménez, Presidente internacional, en las cuales expone el método y sistema que han de utilizarse en la discusión de las ponencias, presenta al Congreso al Prof. Miranda Barbosa, que actúa de relator en la primera ponencia.

El Dr. Miranda Barbosa empieza exponiendo el concepto etimológico de la palabra persona, remontando la etimología a la antigüedad clásica. En Grecia existe un sentido estático y estético de la vida, llegando la paradoja a explicar el movimiento por el concepto estático del mundo.

El Cristianismo aporta el concepto del dinamismo. Ha puesto en las preocupaciones espirituales un íntimo deseo de lo infinito. Surge el concepto de agonía, lucha del deseo de llegar al fondo de todas las cosas. El hombre es imagen de Dios; Dios es actor y autor del drama del universo; de ahí que el hombre deba conocer y estimar los valores y darles vida en la realidad. No sólo derechos tiene el hombre, sino también deberes, que se centran en la necesidad de conocer para amar y amar para conocer. De aquí la necesaria e inexcusable función de cultura que debe realizar. La vida es lucha. El profesor de Salamanca Miguel de Unamuno, conoció estos problemas; pero, en realidad, no los planteó bien. Su concepto de agonía no es nuevo; ya la patrística griega y latina, San Cipriano y San Agustín lo utilizan. Pero Unamuno lo expone falsamente, porque ha creído que el Cristianismo sólo tenía una interpretación individual de la lucha. En realidad, existe también otra colectiva. El verdadero concepto de agonía es social y apostólico. El Cristianismo está orientado por la ley moral; de ahí que la persona humana deba ocupar un lugar jerárquico en el mundo y en la vida. La Jerarquía implica un orden que no es sino una adecuación hacia un fin, no es simplemente una igualdad estricta.

Termina el Dr. Miranda Barbosa haciendo resaltar la función que incumbe al universitario católico de poner de manifiesto el sentido individual y colectivo, que debe informar [48] la función integral de la cultural. Hay que hacerla y buscarla, en sí mismo y fuera de sí. Hay que restaurar ese ideal cristiano de lucha, hecho de fe, acción política, técnica y artística, como una proyección integral de la vida.

A continuación, el Presidente internacional, Sr. Ruiz-Giménez, puso de manifiesto la necesidad de centrar los problemas de la persona humana en torno a un doble criterio: el sentido trascendente y el sentido social; es decir, la necesidad de una realidad de tiempo y de historia.

Seguidamente, el Rvdo. P. Viviani, Prof. de la Universidad Gregoriana, de Roma, pidió la palabra para hacer resaltar los graves momentos que vivimos, en que la civilización moderna aparece como una persecución hacia la persona humana, persecución que se manifiesta aun antes de su nacimiento (malthusianismo, anticoncepcionismo, &c.); cuando acaba de nacer, por las exigencias que impone el trabajo de las mujeres en talleres y fábricas; en su desarrollo, por la educación por el Estado; más tarde, en las Universidades, con la ciencia atea; en otro orden de actividades, en la vida del trabajo, por los salarios de hambre, y, en fin, con las guerras, nacionalismos y todo género de divisiones que la vida moderna implica.

El delegado de Polonia, Sr. Tarnouski, puso de relieve el doble sentido que la vida tiene, sentido social que condensa en el decir aristotélico Zoon Politicon, e individual, que hace referencia a lo íntimo de cada persona, los cuales confluyen hacia la misma meta: la perfección humana. Perfección que implica una armonía dinámica; la primacía de uno u otro de estos dos sentidos de la vida es más bien teórica y originada por una jerarquía de valores, jerarquía que tiene su mejor expresión en el concepto tomista de unidad del orden. Rechaza el concepto de Maritain, que intenta una separación artificial de la persona y el individuo, existiendo una necesidad de superarlo, lo cual implica una unidad en un todo armónico. Termina adhiriéndose calurosamente a la exposición del Dr. Miranda Barbosa y a su conclusión de la necesidad de restaurar la concepción de la vida agónica.

El representante de Escocia, Rvdo. P. Daniell, dirigiéndose en español al Congreso, urgió un sentido práctico en el concepto de persona, refiriéndose al magnífico sacramento, del que no hablamos lo suficiente, que es el sacramento de la persona, el Sacramento de la Confirmación.

El P. M. Hermaniuk, C. S. S. R. (Ucrania) subraya la trascendencia de la persona humana en la vida individual y en la vida social. En la vida individual, la naturaleza de la persona humana está ordenada directamente hacia Dios y debe constituir, por tanto, la norma de toda actividad humana; es decir, debe ser la base del juicio de valor de la vida individual de cada hombre. En la vida social no puede jamás subordinarse a un fin creado, no puede nunca convertirse en un medio, y esto es de una capital importancia para una legislación civil que debe ayudar al hombre a alcanzar su fin supremo y no a servirse de él para conseguir una finalidad material; por ejemplo: la riqueza, la gloria, la grandeza, la victoria política; el hombre es un ser social, pero no existe para la sociedad, sino la sociedad para él.

El Rvdo. P. Brassell, Prof. de la Universidad de Oxford, se expresó en los siguientes términos: En Inglaterra el problema con el que nos enfrentamos es éste: ¿Es que Dios se preocupa de cada persona humana individualmente? En presencia de la miseria evidente de toda Europa y en presencia de la miseria causada por la guerra en muchas familias, es posible preguntarse si Dios mira verdaderamente por estas personas. Sería preciso convencer a todos los individuos, empezando por los universitarios, para que éstos, a su vez, lo llevasen a la comprensión de las gentes, de la certeza de la preocupación divina por cada una de las personas. Y esto es la misión universitaria: recordárselo a los hombres y darse cuenta de que es preciso para ser completamente persona troquelarse en el modelo de Dios.

El P. Gustavo d'Almeida, en representación de la delegación portuguesa, manifestó que era preciso plantear el problema de la persona humana, no sólo como católicos, sino también como hombres. De ahí la necesidad de una noción de persona que sirva para los no católicos, y como medio previo de llegar al concepto cristiano. Insiste en el sentido misional de llevar nuestro concepto de persona a todos los hombres, porque todos son criaturas de Dios.

El Padre asesor de la F. U. C. I., Rvdo. P. Emilio Guano, estableció una triple clasificación, con objeto de alcanzar un concepto de persona. En primer lugar, la necesidad de una distinción de otros conceptos; en segundo lugar, la afirmación de una unidad, y en tercer lugar, la existencia de una racionalidad; elementos éstos informados por el [49] sentido de la Fe. Planteó también los defectos más comunes que existen en la concepción de la persona; es decir, una igualación absoluta, la realidad del dominio de las apariencias sobre la sustancia y la facilidad con que en la vida moderna es tomada la persona como instrumento, ya sea en la vida política, en la guerra y en el trabajo, &c. De esta exposición obtiene como conclusión una no preocupación exclusiva por la propia salvación, la necesidad del respeto a toda persona, y aplicándolo al ámbito universitario, el deber de respetarse a sí mismo y el dominio de la voluntad, de la inteligencia y de la libertad.

En representación de Irlanda hizo uso de la palabra el Rvdo. P. Glennon –en español–. Señaló un aspecto del problema de la persona humana en la variedad de ella, pues Dios nos ha creado a todos diferentes; cada uno, por tanto, ha de tener su modo de pensar y su modo de alcanzar su fin sobrenatural. Dios, al hacernos libres, manifiesta su respeto a los derechos de cada uno, en función de esa misma variedad de donde surge lógicamente la necesidad del respeto a las ideas de los demás. Así debe ejercerse la caridad y la justicia, no sólo en las obras, sino en las ideas, con un espíritu de tolerancia. Hay que luchar contra el error, pero con caridad, con respeto a los derechos de la persona humana y con tolerancia.

En nombre de Suiza, tomó la palabra el Sr. Schwarzenbach, quien insistió en la fraternidad de todos los pueblos, en la unidad del género humano y la necesidad de crear un frente universal católico contra el error. Añadió que PAX ROMANA ha de pasar de la mera teoría a la acción eficaz, de suerte que en adelante nos encontremos animados por el espíritu de combate y no por el de la filosofía platónica.

El Prof. Mariño, de la delegación colombiana, alude a que este trascendental tema fue tratado durante quince días en la Asamblea Interamericana de PAX ROMANA, en Bogotá, en 1940. Hace una observación por la que manifiesta que en el sentido moderno de la vida social desaparece el concepto de la persona humana, a la cual el capitalismo ha querido anular. En la vida moderna no juega el concepto de persona humana, sólo juega el concepto de masa, mecánica y capitalista.

A continuación, Ruiz-Giménez solicitó del delegado de Méjico que se refiriese a la ponencia remitida al Congreso por el Rvdo. P. Castiello. Con este motivo hace uso de la palabra el Sr. Ramos, Presidente de dicha delegación, quien da lectura a la indicada ponencia.

El misterio de la vida es la convivencia. La filosofía pagana adolece de una soledad hierática. Dios convive en tres personas en la Santísima Trinidad; Dios creó la persona humana a su imagen y semejanza; de ahí la necesidad de convivencia. Preceptos rectores han de ser el amor y la convivencia, que subsiste en lo incomunicable.

En nombre de España, el Prof. Angel González Alvarez manifestó la identificación con la brillante exposición del Dr. Miranda Barbosa, haciendo, no obstante, la advertencia de la conveniencia de un planteamiento del problema, no solamente histórico, sino fundamentalmente sistemático. De la distribución entre la parte y el todo, obtiene que la persona humana no se comporta respecto de la comunidad como el animal con la especie. La persona no es una parte de la comunidad, no hay que caer ni en un estatismo ni en un liberalismo; la persona tiene un fin en sí misma, ordenado al fin último de la vida humana. Por otra parte, existe una ordenación distinta de la persona y el animal respecto a Dios; el animal está ordenado inmediatamente a la especie y mediatamente a Dios; el hombre, en cambio, está directamente ordenado al mismo Dios.

Con estas palabras del miembro de la delegación española quedó cerrada la introducción a la primera ponencia del XIX Congreso Mundial de PAX ROMANA.

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Pax Romana
XIX Congreso
XIX Congreso Mundial de Pax Romana
Madrid 1946, páginas 47-49