Filosofía en español 
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Parte segunda · Libro único. Práctica de los Mandamientos


Pongo el modo con que se ha de ir el penitente acusando por los Mandamientos, y advierto en particular las obligaciones de algunos estados y oficios.

Capítulo I

Práctica en el primer Mandamiento

Acúsome que dudé con pertinacia en algunos Misterios de la Fe tantas veces. No se los Artículos, ni el Credo, ni los Mandamientos, ni lo que contienen. Renegué de la Fe, de palabra y no de corazón; tantas veces. He leído en libro vedado, tantas. He blasfemado de Dios, tantas. De los Santos, tantas. Nombrado sus miembros con indecencia, tantas. Heme airado contra Dios, tantas. Creído, y ejercitado supersticiones, tantas. Hechicerías, tantas. Conjuros, tantas. Ensalmos ilícitos, tantas. Echado suertes, tantas. Dado crédito a sueños, tantas, a Agüeros, tantas. Tenido pacto implícito, o explícito con el Demonio, tantas. Invocádole en mi favor, tantas. Deseado aprender, o aprendido arte Mágica, tantas. Hechicerías tantas. Astrología judiciaria, tantas. He pronosticado cosas que dependen del libre albedrío, por las estrellas, o rayas de las manos, tantas. He desesperado de la divina misericordia tantas. He presumido salvarme sin los medios que manda Dios, tantas. He dilatado la penitencia para la hora de la muerte, tantas. He hecho devociones para conseguir malos fines tantas. He consultado hechiceros, brujas, Astrólogos, &c. para que me digan cosas secretas, o culpas graves de otros, tantas. He dado reliquias falsas, tantas. Dicho milagros, o indulgencias fingidas tantas. Oraciones supersticiosas, tantas. Fingido en el púlpito lugares de Escritura, o Santos, o ejemplos, tantas. He traído Nominas con letras incógnitas, tantas. Dádolas a otros, tantas.

[ Antonio de Escobar y Mendoza, Examen de confesores y práctica de penitentes, edición 34, Pamplona 1639, folio 133r-133v. ]