Filosofía en español 
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Pensamiento Crítico

 
Jorge Child

Subdesarrollo y ganancias monopolísticas

Pensamiento Crítico, La Habana, marzo-abril de 1967, número 2-3, páginas 222-238.

Históricamente el proceso circular del capitalismo se ha desenvuelto en forma cíclica, es decir, encadenando sucesivamente períodos de prosperidad, depresión y recuperación. En los últimos años los ciclos han sido menos profundos, pero más frecuentes. La tendencia contradictoria del capitalismo se manifiesta en la acumulación de riquezas para una clase social minoritaria (la capitalista o burguesía) y la acumulación simultánea de miseria para la otra clase social mayoritaria (el proletariado).

Sin embargo, los diversos sistemas de absorción del superávit de capital para ponerlo a marchar y distribuirlo socialmente, han contrarrestado, en parte, la profundidad de esta contradicción en el seno de las sociedades capitalistas avanzadas. Particularmente en los Estados Unidos, la absorción de este superávit por los esfuerzos en la promoción de ventas, por los gastos civiles del gobierno, por el militarismo y sus grandes empresas aeroespaciales y de energía nuclear, y por la intensifícación de las operaciones imperialistas han sido factores que han permitido desembotellar la capacidad ociosa que instala el movimiento de una economía dominada por los monopolios capitalistas.

Con todo, como lo demuestran los profesores Paul A. Baran y Paul M. Sweezy en su último libro Monopoly Capital (New York, 1966) «mientras el crecimiento del sector de los servicios ha compensado parcialmente los efectos destructivos de la tecnología moderna, simultáneamente ha añadido ciertos desenvolvimientos que han precipitado una nueva dimensión de la deshumanización del trabajo, característica del capitalismo... Una gran parte del producto de la sociedad capitalista monopolista es, juzgado desde un punto de vista genuino de las necesidades humanas, inútil, puro desperdicio, o positivamente destructivo.» Por otra parte, anotan Baran y Sweezy, «el superávit que no es absorbido es al mismo tiempo un superávit que no se produce: simplemente es un superávit potencial, que no deja sus rastros en las cifras estadísticas sobre inversiones y ganancias, sino en las cifras permanentes del desempleo y de la capacidad productora no utilizada».

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