Carlos María Gutiérrez
Diálogo con Perón sobre la Argentina ocupada
Pensamiento Crítico, La Habana, mayo de 1970, nº 40, páginas 95-117.
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En Buenos Aires y durante varios meses, con ingenuidad de observador recién llegado, había pretendido abarcar sin errores y sin omitir detalle el desarrollo de las políticas peronistas: un haz de líneas paralelas y de proceso simultáneo, que a veces se cortan, a veces se pierden en sinuosidades increíbles y a veces entran en colisión o se apartan hasta el infinito.
Después aprendí, como en un cuento de Borges, que la diversidad era el signo irrefutable de una sola identidad: la de Juan Domingo Perón. Vandor, las 62 organizaciones, los dinamiteros de Córdoba, los redactores bonaerenses de periódicos clandestinos, los comandos que asaltan comisarías, Jorge Antonio en su despacho de la Mercedes Benz madrileña, el obrero desocupado que en su guarida de la villa miseria guarda una sub ametralladora pero ese día acuesta a sus hijos sin cenar, la actriz de moda y codiciada por los ejecutivos que sale a la calle a pedir la libertad de los presos políticos; todos son caras de una realidad argentina que desde hace quince años no puede omitir ese factor del viejo general en su quinta de la Puerta de Hierro.