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Comentarios críticos al Diccionario soviético de filosofía

Conocimiento

Conocimiento en el Diccionario soviético de filosofía


 

Conocimiento · Carlos M. Madrid Casado · 2 de julio de 2018

El estudio de la entrada “Conocimiento” en el Diccionario Soviético de Filosofía permite explorar la epistemología (teoría del conocimiento) y la gnoseología (teoría de la ciencia) propias del Diamat. Aunque la teoría del conocimiento no puede reducirse a teoría de la ciencia (hay conocimientos no científicos: técnicos, artísticos, filosóficos…), ni recíprocamente (las ciencias, en cuanto instituciones humanas, no se reducen a la condición de cúmulos de conocimientos), los materialistas dialécticos tienden a reducir la gnoseología a epistemología («la ciencia como conocimiento verdadero de la realidad»), contaminando esta última con trazas de adecuacionismo.

En efecto, según se dice en la entrada, la gnoseología marxista considera el conocimiento como el reflejo del mundo objetivo. Para ello se apoya en la “Teoría del reflejo”, que sostiene que los conceptos humanos son copias, retratos, reflejos, de los objetos y los procesos del mundo. Constatamos, de este modo, cómo el Diamat está preso de una concepción adecuacionista de la verdad.

No obstante, el adecuacionismo marxista se distingue del adecuacionismo clásico o ingenuo por acoger el lado activo del idealismo. A diferencia de los empiristas ingleses, los materialistas franceses o Feuerbach, Marx era consciente de que el sujeto gnoseológico no es un simple sujeto contemplativo, sino un sujeto activo. Por un lado, Marx intenta no menospreciar el papel activo del pensamiento en el conocimiento. Por otro lado, al atender a la praxis como corazón del problema del conocimiento, busca superar la estrechez del materialismo metafísico, estableciendo que el conocimiento científico no es un reflejo inerte, fotográfico, de la realidad, sino un proceso dialéctico complejo, donde la actividad productiva social aparece como un momento necesario del proceso mismo del conocer. El conocimiento y la transformación práctica de la naturaleza y de la sociedad se condicionan y penetran mutuamente. En este sentido es como habría que entender la segunda tesis marxiana sobre Feuerbach, que pone a la praxis como criterio supremo de verdad de los conocimientos adquiridos.

Pese a todo, esta teoría adecuacionista de la verdad no estaba al día de los avances científicos de su época (como sí lo estaba el positivismo de Mach o Karl Pearson y el convencionalismo de Duhem o Poincaré). En Materialismo y empiriocriticismo (1909), Lenin fustigaba a los “bufones de la ciencia burguesa”, que con su “idealismo físico” trataban de desacreditar la teoría del reflejo y hacer creer que los principios y las fórmulas científicas, lejos de reflejar la naturaleza objetiva, eran construcciones arbitrarias del espíritu humano. A su juicio, la crisis de la física de finales del XIX y principios del XX (teoría de la relatividad, teoría cuántica) había sido provocada por el abandono del materialismo.

Pero el problema de fondo era que la teoría de la verdad como adecuación, representación o reflejo no servía para explicar el desarrollo de la física. La adecuación o el reflejo, en cuanto morfismo, podemos aplicarlo cuando tanto el objeto original como el objeto copiado o reflejado permanecen a una escala corporal: así, en principio, podemos comparar el retrato o la fotografía de una persona con el original, con su busto, a simple vista. Pero no podemos hacer lo mismo con la teoría atómica o con la teoría del electrón, porque no podemos percibir los átomos o los electrones segregadamente, al margen de esas teorías y de ciertos aparatos (Bueno: 1980).

Para salvar este escollo es por lo que, desde el materialismo filosófico, se propone la teoría de la verdad como identidad sintética, que no concibe la verdad como la adecuación de conceptos o teorías con objetos o hechos, sino como la identidad entre términos de una misma clase: signos con signos, objetos con objetos, &c.

Antes de concluir el comentario crítico es de rigor dejar constancia del sesgo fundamentalista científico detectable en la entrada del DSF, por cuanto los autores pretenden dar una “explicación científica de la naturaleza del conocimiento”, lo que constituiría “una gran conquista de la filosofía científica”.

Carlos M. Madrid Casado

Referencias bibliográficas

Baños Pino, Carmen (2017): El problema de Molyneux desde el materialismo filosófico, Pentalfa, Oviedo [Capítulo 8].

Bueno, Gustavo (1980): «Imagen, símbolo, realidad», El Basilisco 9, 57-74.

Bueno, Gustavo (1993): Teoría del cierre categorial, Pentalfa, Oviedo [Tomo V].

Madrid Casado, Carlos M. (2018): Filosofía de la Cosmología. Hombres, teoremas y leyes naturales, Pentalfa, Oviedo [Capítulos 3, 14 y 17].

Pérez Jara, Javier (2014): La filosofía de Bertrand Russell, Pentalfa, Oviedo [Capítulos 2-4 y 6].

 
→ Edición conjunta del Diccionario soviético de filosofía · índice de artículos del DSF
Las cuatro versiones soviéticas del Diccionario filosófico de Rosental e Iudin
Diccionario filosófico marxista · Rosental & Iudin · Montevideo 1946
Diccionario de filosofía y sociología marxista · Iudin & Rosental · Buenos Aires 1959
Diccionario filosófico abreviado · Rosental & Iudin · Montevideo 1959
Diccionario filosófico · Rosental & Iudin · Montevideo 1965
Diccionario marxista de filosofía · Blauberg · México 1971
Diccionario de comunismo científico · Rumiántsev · Moscú 1981
Diccionario de filosofía · Frolov · Moscú 1984