φñZeferino GonzálezHistoria de la Filosofía (1886)

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§ 101. Sucesores de Avicebrón

Después de Ibn-Gebirol o Avicebrón, aparece entre los judíos españoles una doble dirección o tendencia filosófica, que pudiéramos apellidar la dirección tradicionalista y la dirección racionalista. El representante principal de la primera fue Jehuda o Juda ha-Levi, natural de Castilla, que floreció y escribió en la primera mitad del siglo XII. Las enseñanzas de la Biblia y de la tradición son, según Jehuda, superiores y más útiles para conocer la verdad que la Filosofía con todas sus especulaciones las más sutiles y con todos sus silogismos. Juda ha-Levi concedía también grande [488] importancia al misticismo de la Cábala, cuyas tradiciones consideraba como indicios y fuentes seguras de la verdad, y hacía subir hasta Abraham el origen del Yecirí¢.

Tanto en su libro Khozari,{1} denominado otras veces Cosri, como en sus poesías, Juda ha-Levi esfuérzase a probar la impotencia de la razón humana para llegar al conocimiento de la verdad, inclusas las más necesarias y trascendentales del orden moral, metafísico y religioso. A pesar de sus pretensiones y de su importancia histórica, la Filosofía griega, como todas las demás, es una ciencia vana y realmente estéril.

Aunque el autor del Khozari es, a no dudarlo, el representante más completo y genuino de la escuela tradicionalista o fideista dentro del judaísmo, había sido precedido en esta dirección por su correligionario Ba'hya ben-Joseph. Floreció éste a fines del siglo XI, y en su libro titulado Deberes de los corazones, sin negar el valor y la importancia de la Filosofía humana, concede marcada preferencia a la tradición religiosa y a las prácticas ascéticas, y en este concepto puede considerarse como el precursor de Juda ha-Levi o el iniciador de la escuela tradicionalista.

Abrahan ben-David, que nació en Toledo en los primeros años del siglo XII, publicó hacia mediados [489] (1160) del mismo un libro con el título de La fe sublime, en el cual, siguiendo una dirección opuesta a la de Juda ha-Levi, esfuérzase en rehabilitar la Filosofía de Aristóteles, considerándola como el medio más seguro y eficaz para llegar al conocimiento de la verdad. Esta misma dirección, más o menos racionalista, siguió Abrahan ibn-Ezra, a quien cita más de una vez Pico de la Mirándola bajo el nombre de Avenezra.

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{1} Este libro está escrito en forma de diálogo, cuyos interlocutores son el rey de los khozares, un filósofo, un teólogo cristiano, otro musulmán y un doctor judío. No habiendo logrado ninguno de los tres primeros disipar las dudas del rey de los khozares, desaparecieron éstas en la conferencia que tuvo con el rabino judío, por cuya razón abrazó la religión judaica.