φñZeferino GonzálezHistoria de la Filosofía (1886)

tomo tercero:7071727374757677787980Imprima esta página

§ 76. Discípulos y sucesores de Locke

Además de Berkeley, Hume, Condillac y los enciclopedistas franceses, a los cuales conviene propiamente la denominación y carácter de discípulos de Locke, porque su doctrina es una evolución de la concepción del filósofo inglés o de alguno de sus aspectos, la influencia de éste se deja sentir en la mayor parte de los filósofos que escribieron después de él en la Gran [364] Bretaña. Entre los varios nombres que como prueba de esto pudieran citarse, basta recordar los siguientes:

a) Bolingbroke (1672-1751), en cuyos escritos, al lado de ideas irreligiosas y deístas, abundan las tendencias escépticas, dominan las teorías sensualistas y empíricas, y son atacadas sin rebozo la moral cristiana, la revelación divina y todas las bases o verdades fundamentales de la religión de Jesucristo. Bolingbroke es uno de los primeros representantes de esa Filosofía esencialmente negativa, que después de negar el Cristianismo con sus dogmas y su moral, niega y rechaza todo espiritualismo, encerrándose y moviéndose dentro de una concepción puramente sensualista y materialista, lo mismo en el orden religioso que en el orden filosófico, en el orden moral como en el orden político-social.

b) El médico David Hartley (1704-1757), el cual, a pesar de sus escritos en defensa de la verdad teológica, sienta doctrinas y teorías que envuelven la negación de la libertad humana y de la espiritualidad del alma racional. Según él, la inteligencia del hombre sólo se distingue de la de los animales en que las impresiones y las vibraciones nerviosas en éstos son menos vivas y delicadas que las impresiones y vibraciones nerviosas del cerebro humano; y de las vibraciones nerviosas del cerebro traen su origen y ser las manifestaciones de la actividad humana, sensaciones, inteligencia, voliciones.

c) El escocés Adam Smith (1723-1790) más conocido como economista que como filósofo, estableció la moralidad sobre el principio sensualista de la simpatía. El principio sensualista y utilitario resaltan en su [365] obra clásica de economía política, y en su Teoría de los sentimientos morales.

d) Priestley (José, 1733-1804) transformó en materialismo explícito los principios sensualistas de Locke, atacando abiertamente la espiritualidad del alma, negando la existencia de la libertad y afirmando que el origen y naturaleza del pensamiento y de sus actos son las vibraciones de los nervios frontales.

Es digno de notarse que Priestley, al mismo tiempo que en sus escritos hacía profesión bastante explícita de materialismo, atacaba e impugnaba con energía el Sistema de la naturaleza, libro esencialmente materialista, que se publicó entonces en Francia; y es que Priestley rechazaba el ateísmo, pretendiendo conciliar la existencia de Dios con sus teorías materialistas, cosa de que no se cuidaba el autor del Sistema de la naturaleza, más lógico en esta parle que el filósofo inglés. Lange afirma que Priestley negaba la divinidad de Jesucristo, cosa que está muy en armonía con los principios de la secta sociniana que seguía. En lo que no cabe duda es en que sus ideas en materia de Cristianismo eran casi tan radicales como las del Sistema de la naturaleza impugnado por él, según se ve por su Historia de las corrupciones del Cristianismo.

En este terreno, Priestley bien merece ser considerado como uno de los precursores de ese protestantismo liberal, hoy en boga entre los que llevan el nombre de protestantes, y que coincide con el deísmo naturalista, y no se distingue del racionalismo puro.

e) Sin embargo, en este orden de ideas, y más todavía en lo concerniente al materialismo, precedió y también sobrepujó a Priestley el irlandés Toland, el [366] cual, aunque nacido de padres católicos, abrazó la secta presbiteriana, para caer después en la incredulidad. En su Pantheistikon, lo mismo que en sus famosas Cartas a Serena, la religión cristiana es considerada como una superstición propia de almas vulgares y de gente ignorante, y una especie de monstruo dañino y peligroso,{1} cuyos dientes y uñas deben arrancar los sabios y los políticos, en atención a que a los supersticiosos, o sea a los amantes de la religión y los adoradores de Dios, no se deben más que discordias, rapiñas, destierros y muertes.

En el orden filosófico, las ideas de Toland son explícitamente materialistas, o, si se quiere mejor, representan una especie de monismo materialista. Para el filósofo irlandés, Dios, o digamos la causa primera y universal de las cosas, es el Universo-Mundo, del cual proceden, y en el cual entran y se resuelven todas. Los actos de la voluntad son tan fatales y necesarios como los actos mecánicos, y están sujetos a las leyes generales de la materia. El pensamiento, con todas sus manifestaciones, es una modificación o afección del sistema nervioso. Excusado es advertir que Toland resuelve igualmente en sentido materialista los demás [367] problemas de la ciencia, y, a mayor abundamiento, basta recordar que una de sus Cartas a Serena, –carta que lleva el significativo epígrafe de El movimiento como propiedad esencial de la materia, – se propone demostrar que en el Universo-Mundo con todos sus seres no hay más que fuerza y materia.

f) La mayor comunicación que se entabló entre Inglaterra y Holanda a consecuencia del advenimiento de Guillermo III, hizo que las ideas de Hobbes, modificadas por Locke, ejercieran marcada influencia sobre los escritores holandeses, entre los cuales merece ser citado como principal representante de la escuela hobbesiano- lockiana, Mandeville (Bernardo, 1670-1733), cuyos escritos, y principalmente su famosa Fábula de las abejas, están saturados de ideas materialistas e irreligiosas. Niega la distinción esencial entre el bien y el mal; afirma que la virtud es el producto o resultado artificial de la política y la vanidad; enseña que el vicio es útil a la sociedad, y que ésta no podría subsistir teniendo por base la virtud de los individuos. Aunque nacido en Holanda, Mandeville vivió y escribió en Londres. Estas indicaciones manifiestan que los discípulos ingleses de Locke dan la mano por encima del mar a los discípulos del mismo en el continente, y principalmente en Francia. La Mettrie, Condillac, Cabanis y sus compañeros, representan la influencia de la idea lockiana en el continente, y responden a la misma influencia ejercida y representada en las islas británicas por Bolingbroke, Mandeville, Priestley, con otros varios.

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{1} «Cum superstitio, escribe en el citado Pantheistikon, Semper eadem sit vigore... faciet tamen (sapiens) pro viribus, quod unice faciendum restat; ut dentibus evulsis et resectis unguibus, non ad lubitum quaquaversum noceat hoc monstrorum omnium pessimum ac perniciosissimum. Viris principibus et politicis, hac animi dispositione imbutis, acceptum referri debet quidquid est ubi vis hodie religiosae libertatis... Superstitioni aut simulatis superum cultoribus, larvatis dico hominibus aut meticulose piis, debentur dissidia, secessiones, mulctae, rapinae, stigmata, incarcerationes, exilia et mortes.»