Filosofía en español 
Filosofía en español

Emeterio Valverde Téllez (1864-1948) · Crítica filosófica o Estudio bibliográfico y crítico de las obras de Filosofía escritas, traducidas o publicadas en México desde el siglo XVI hasta nuestros días (1904)


Capítulo XXXII

«Tomismo y Neo-tomismo»

ASanto Tomás de Aquino se le ha llamado a porfía, el más Santo entre los sabios y el más sabio entre los Santos, el Sol y el Ángel de las escuelas. Su genio profundísimo como ninguno, su erudición, que si no se probara por sus obras, parecería fabulosa; su talento a la vez que analítico, poderosamente sintético, han sido, son y serán la admiración del mundo. Las revoluciones de los últimos siglos, desquiciaron a la inteligencia humana, sembraron la más completa anarquía en el campo de las ideas filosóficas; ¿qué error, qué absurdo no ha encontrado pluma que le saque a luz? En ese intrincado laberinto de tantas y tan diferentes y opuestas opiniones, se necesita una piedra de toque, por decirlo así, un criterio eminentemente sano y recto que depure la verdad, que conserve el rico tesoro que nos legaran las generaciones pasadas, y lo acrezcan con los trabajos y frutos de las presentes. Varios sabios han tenido este sublime pensamiento: pero nadie como el inmortal Pontífice León XIII ha sabido concebirlo y expresarlo; nadie como él ha podido realizarlo.

En efecto, entre las más puras glorias que irradian de la colosal figura de aquel gran Pontífice, se cuenta la de haber impreso gigantesco impulso a los estudios filosóficos, haciendo que las inteligencias levantasen sus ojos hacia el indeficiente Sol de Aquino. Sí, hay que insistir en la doctrina del [488] Ángel de las escuelas, y al propio tiempo hay que aceptar los verdaderos, pero los verdaderos adelantos de la ciencia; pero de la ciencia; hay que procurar por todos los medios posibles conservar la harmonía entre la ciencia y la fe, y realizar en todos los órdenes, la moral de Jesucristo; para que el hombre sea lo que debe ser en el tiempo y en la eternidad.

Ya se han puesto manos a la obra; en ese sentido trabajan los hombres de buena voluntad, y cada uno hace lo que puede en la noble faena; y sin duda avanzará mucho más la obra, a medida que se conozca mejor el plan y se organicen los esfuerzos. Juventud seminarista de nuestra amada patria, mies selecta, esperanza bendita de la Iglesia mexicana, estudia e imita a Santo Tomás para cumplir con tu vocación y con tu ministerio.

Ayudará mucho para animarse a emprender el estudio de la filosofía de Santo Tomás en sus relaciones con la ciencia moderna, la atenta lectura de un opúsculo interesantísimo que hace poco tiempo vino a las librerías de la Capital: Tomismo y Neo-tomismo, | por Fr. Guillermo García, Dominico, Profesor de Teología Dogmática en el Seminario de San Luis Potosí | ...«eminere inter omnes Sanctum Thomam, quem in variis scientiarum studiis tamquam exemplar catholici homines intueantur.» León XIII, Breve Cum hoc. | Con las licencias necesarias. | San Luis Potosí. | Tip. de la Escuela Industrial Militar, a cargo de A. B. Cortés. | 1903.

Los artículos de este tratadito se publicaron antes en El Estandarte, diario Católico de San Luis Potosí. En ellos se ve con toda claridad la grandeza de la concepción tomística, en las obras del Ángel de las escuelas, en su desarrollo e historia a través de los siglos que siguieron al XIII; en la restauración vigorosamente emprendida por notabilísimos escritores del siglo XIX, y organizada con sumo talento y eficacia por el Señor León XIII. [489]

El R. P. García acertó a reunir en pocas páginas, los preclaros nombres de los que han tenido por gloria llamarse discípulos de Santo Tomás.

Acerquémonos todos a esa cátedra: accedite ad eum, et illuminanimi: et facies vestrae non confundentur. Allegáos a él, y seréis iluminados: y vuestros rostros no serán sonrojados.{322}

Felicitamos cordialmente al M. R. P. García, y deseamos de corazón que obtenga el lleno de sus deseos.

Posteriormente ha dado a la prensa otro opúsculo, La Estrella del Anáhuac, o sea una especie de historia de Nuestra Señora de Guadalupe.

A este propósito y ya para terminar recordamos que con el rubro de La Escolástica y el pensamiento moderno publicóse en El País en los números correspondientes al 17 y 20 de Agosto de 1903 un extenso artículo suscrito por el Señor Rafael Noriega.

Leyó el Señor Noriega la excelente obra de Fr. Marcelino Arnáiz, sabio religioso agustino del Escorial, intitulada Cuestiones de Psicología Contemporánea, y no pudo menos que entusiasmarse ante el gran pensamiento que la obra entraña, y que no es sino fruto de las enseñanzas del Señor León XIII en su Encíclica Aeterni Patris; pues, dice galanamente el articulista, «los rayos de la inmensa cauda del cometa que acaba de surcar el horizonte, alumbrarán por muchos años el derrotero de la filosofía tradicional.»

Con tan amena lectura sintió el Señor Noriega que «se afianzaban sus añejas convicciones» y, tomando la pluma, se propuso «dar a conocer, vulgarizar, resumir en lo posible, una obra de indisputable mérito, cuyo pensamiento dominante, cuya idea directriz es, que la Filosofía escolástica debe completarse con las inducciones de la ciencia; que, conforme al verdadero espíritu de sus grandes maestros, esa [490] Filosofía debe progresar al lado de las ciencias experimentales; y que sus doctrinas antropológicas, y de un modo especial la concepción aristotélico-tomista sobre la naturaleza del compuesto humano, son las que mejor responden a la explicación de los resultados alcanzados hasta hoy, por la falange de biólogos y fisiologistas que, con una tenacidad digna de mejor causa, han consagrado estérilmente sus esfuerzos a buscar en las reacciones del cerebro y de la médula, el origen único de todos los fenómenos psicológicos.» Se dirige, por tanto, el expresado artículo a unos y a otros, a los amantes de la Filosofía escolástica y a los cultivadores de la experimentación científica. Quiere se comprenda la absoluta necesidad «de ensanchar ampliamente los programas de enseñanza en los centros católicos, dando al estudio de las ciencias físicas y naturales grandísima importancia.» Y a los espíritus más o menos dominados por el positivismo los invita con el Padre Arnáiz a reflexionar que «la vitalidad de la Filosofía neo-escolástica es tan grande, que puede hacer entrar en sus cuadros los estudios contemporáneos de fisiología y psicofísica, sin necesidad de ceder en nada de sus principios, sin desnaturalizar nunca la ciencia.»

Promete el Señor Noriega, si sus múltiples atenciones se lo permiten, «en nuevos artículos, reseñar pormenorizadamente los más interesantes capítulos de la citada obra, y por vía de complemento a sus ligeros estudios, y a fin de darles un carácter regional y de hacer aplicaciones prácticas, analizar separadamente un artículo sobre el positivismo, que hace algunos años publicó el Señor Lic. D. Jesús Cuevas, de gratísima memoria, un discurso afectadamente científico, que pronunció no ha mucho el Señor Lic. D. Genaro Raygosa, y un folleto sobre la inmortalidad del alma, que publicó en Aguascalientes el Señor Dr. D. Jesús Díaz de León.» No sabemos si ha llegado a cumplir su promesa el Señor Noriega; plegue al cielo darle el tiempo que desea; porque los [491] estudios de esta naturaleza son ahora más que nunca indispensables para salvar las infelices inteligencias que empujadas por la educación oficial, caminan al vórtice del materialismo.

Gracias a Dios hemos terminado, al menos por ahora. Si llegáremos a adquirir algún nuevo dato, lo incluiremos en la Bibliografía filosófica mexicana que preparamos para la imprenta.

Hemos procurado tener la mayor rectitud de intención e imparcialidad; pero conocemos la miseria humana, hominis est errare, por tanto, nos sujetamos incondicionalmente al infalible juicio de nuestra Santa Madre, la Iglesia Católica, Apostólica, Romana, en cuyo amoroso seno queremos vivir y morir.

Ni favores ni ofensas personales hemos recibido de los Autores de quienes tratamos en nuestras obras, si alguna palabra pareciere ofensiva, desde luego la retiramos y pax Christi.

A. M. D. G.

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{322} Salmo XXXIII, v. 6.