Patricio de Azcárate Corral (1800-1886) | Sistemas filosóficos modernos, Madrid 1861 |
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Patricio de Azcárate Corral, Exposición histórico crítica de los sistemas filosóficos modernos y verdaderos principios de la ciencia, Mellado, Madrid 1861, tomo 2, páginas 218-286.
Al llegar aquí en nuestras explicaciones, ya se irá advirtiendo la marcha progresiva que lleva constantemente el espíritu humano en sus indagaciones científicas, cuando sentado un principio no se para hasta llegar a sus últimas consecuencias. Vimos en la exposición del sistema empírico, que se quiso buscar la verdad, encerrándose el hombre en el mundo sensible, y fué su resultado no parar desde el puro empirismo de Locke, hasta el grosero materialismo del Barón de Holbach, y el progreso allí fué en grado descendente, porque así lo exigía la naturaleza de las indagaciones. Por el contrario, el hombre ha querido buscar la verdad en la región de las ideas, en ese infinito que absorbe todas las inteligencias, y vamos viendo que lleva la misma marcha, si bien en grado ascendente. El idealismo, a su aparición en el renacimiento, presentó desde luego los mismos caracteres que la escuela alejandrina, que fueron mezclar las doctrinas reveladas y tradicionales con los adelantos filosóficos hechos en la Grecia, y sin negar ni las unas ni los otros, no pararon hasta crear ese panteísmo, o lo que es lo mismo, esa unidad hipostática, a la que era preciso unirse por el éxtasis y por el amor. Los panteístas de esta clase no combatían las creencias religiosas, y aun se vio, que cuantos después del renacimiento sostuvieron estas doctrinas, hacían siempre la protesta de su ortodoxia, pero si no combatían la religión en sus bases fundamentales, la rebajaban mezclándola con los sueños de la cabala o de Trimegisto, y semejante desbordamiento no podía durar, más que lo que pudiera necesitar la filosofía para adquirir por sí independencia y fuerza.
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