José Luis Mora García Introducción a la edición de Blas Zambrano

 

Datos biográficos de Blas Zambrano

Vida, la D. Blas, con muchos registros, llena de aspectos que aisladamente no parecen fáciles de conciliar, pero que adquieren sentido en el horizonte de su compromiso moral y político. En verdad, toda su vida, sus escritos pero, sobre todo, su labor educativa se orientaron hacia la unidad.

D. Blas Zambrano, D. Juan platónico, abierto, comunicador, irascible y colérico a veces, según su discípulo Cobos. «Alma benevolente, quiero decir deseosa del bien, de ningún modo indulgente con el ruin o encanallado. Acaso acompañaba a D. Blas una honda fe en que no todo ha de estar necesariamente podrido en el hombre. Por lo demás hay muchas maneras de ser maestro, y no es la peor la de saber inclinarse hacia los buenos» en palabras de Machado en su Juan de Mairena. {6} Así debió ser.

Mas, seguramente, quien desee saber cómo era, en verdad, D. Blas basta que contemple el busto que de él hizo Emiliano Barral y al que puso la leyenda «El arquitecto del Acueducto», expuesto en el patio de la Diputación Provincial de Segovia. Podrá así comprobar cómo las ideas que se poseen llegan a dar forma a la cabeza que las crea. Las facciones de esa cabeza son armónicas, de una geometría consistente, entre el equilibrio recio del Derecho Romano y el aparentemente frágil equilibrio de una estatua griega. Toda una monografía sobre D. Blas pues realmente a él le hubiera gustado asistir a la academia de Platón y visitar el taller de Pericles. Su ideal consistió en que Europa, y España por tanto, respondieran a sus orígenes clásicos y evitaran así la decadencia profetizada por Spengler y otros.

Fue D. Blas Zambrano un hombre del sur, nacido el 11 de febrero de 1874 en Segura de León (Badajoz), hijo de onubenses. Su padre, D. Diego Zambrano fue profesor de instrucción primaria. Un poco más pudientes fueron sus abuelos: médico el paterno y propietario el materno.

Hablamos, pues, de un hombre del 98, nueve años mayor Ortega y diez más joven que Unamuno y de la misma edad que Maeztu, Machado y Baroja. De la generación de los 70, como gustaba de decir el propio Baroja, compartió con ellos su viaje desde la periferia hacia Castilla.

De sus orígenes extremeños sabemos lo que nos cuenta María Zambrano en el artículo ya mencionado. Ahí se apuntan algunas claves de interés para la comprensión posterior de la figura de Blas Zambrano. «El padre, Diego Zambrano, dado a la lectura y meditación de la Biblia, entró en relación con el Obispo Araujo y se sintió protestante sin tener ningún acto de ruptura exterior. Espiritualidad agustiniana desde la niñez. Heterodoxo, pues, prenatalmente.» (...) «Un cierto desengaño del protestantismo paterno, a causa de su excesivo rigor y de carecer del sentido histórico de la Iglesia Católica de la que se sintió siempre apartado a causa de su persecución de la libertad a partir de que dejó ella de estar perseguida y pactó con el poder sometiéndose a él, a partir de Constantino. La libertad, decía y profesaba, fue revelada por Cristo en su abandono de la cruz.» (...) «Heterodoxo en extremo pues del Cristianismo aun protestante. Tendencias gnósticas sin que del gnosticismo tuviera estudioso conocimiento. Mas no heterodoxo en cuanto a la acción entre todas las que España exigía; el dar palabra y presencia; el darse en palabra viviente». {7}

Así pues, hay una conexión familiar con el viejo iluminismo o movimiento de los alumbrados que, como es sabido, tuvo en Llerena uno de sus focos más importantes. Probablemente está por historiar cómo se mantuvieron esos núcleos. Los estudios de Márquez, Huerga o Selke no alcanzan tanto. {8}

En cualquier caso esta conexión con lo que nuestro siglo XVI tuvo de reforma religiosa en sus diversas ramificaciones se presenta como un dato fundamental para entender una religiosidad que, en la interpretación zambraniana, lo invade todo. {9}

Son estos, aspectos que tienen que ver con la experiencia –y experiencia mística– como mediación entre la razón y el sentimiento, vinculados a la búsqueda de nuestro destino, España y Europa, tras el 98, la crisis política coincidente con la primera guerra mundial y los aconteceres posteriores. Esta fascinación por nuestro siglo XVI fue compartida por muchos intelectuales, de las letras y las ciencias, en la primera parte de nuestro siglo, quizá en un intento de reescribir nuestra historia, comenzarla de nuevo desde lo que consideraban más vigoroso de nosotros mismos. No fue casual la recuperación que tuvieron los estudios místicos, las meditaciones unamuniana y orteguiana sobre el Quijote, la admiración por figuras como Andrés Laguna, por Juana la Loca, tal como fue concebida en el drama galdosiano, &c. Todo lo contrario: hay unas coincidencias que constituyen la experiencia compartida de este grupo.

Más que de volver a hacer historia se trataba –así lo dice M. Zambrano en La desidia ante la historia {10} –de tomar conciencia de ella. Las figuras de su abuelo (cuya biblioteca recuerda en Delirio y Destino) y de su padre se convierten así en eslabones imprescindibles del pensamiento zambraniano.

A partir de esta primera etapa extremeña, poco resaltada hasta ahora en los escasos datos biográficos existentes, la vida de D. Blas discurrió por otras cinco ciudades, tres andaluzas y dos castellanas, que constituyen las etapas de su vida juvenil y adulta.

La primera corresponde, tras dejar la familia la hacienda paterna, a su estancia en Sevilla donde estudió magisterio, al parecer en condiciones económicas precarias. {11} El título de maestro elemental lo obtuvo con diez y siete años (1891), quizá muy joven para hablar de influencias firmes. Cinco años después (1896) completó los cuatro años requeridos para el título de «Primera Enseñanza Normal». {12}

Aunque estuviera como Auxiliar en Alajar (Huelva) debió tener contactos con los centros culturales sevillanos como el Ateneo, además de la influencia de los profesores más notables de la Normal. Entre ellos, sin duda, D. Simón Fons y Gil, director a la sazón, persona de talante muy liberal quien tenía a su cargo las asignaturas de Lengua y Pedagogía. Ambas son claves para la comprensión de su pensamiento. {13} Pero, además y casi con seguridad, debió conocer a Manuel Sales y Ferré y a Federico de Castro. Al primero se refiere muy elogiosamente en un temprano artículo {14} y, ciertamente, el aprecio por la historia, la antropología, la cultura y la civilización es constante en artículos y conferencias de Blas Zambrano a lo largo de toda su vida desde su juventud. De Federico de Castro he encontrado una referencia en apunte tardío {15} que hace difícil creer que no leyera su Discurso en la apertura de curso de la Universidad de Sevilla 1891-1892, su ensayo sobre Cervantes y la filosofía española o alguno de los artículos publicados en Revista mensual de Filosofía, Literatura y Ciencias. El fuerte idealismo que rezuma toda la obra de Blas Zambrano responde al espíritu del catedrático krausista a quien Juan López presentó como «promotor y abnegado trabajador en las instituciones culturales y científicas de la Universidad sevillana y de su sociedad». {16} Las preocupaciones planteadas en esas páginas debieron avivar los rescoldos dejados por D. Diego Zambrano y los libros de la biblioteca familiar. Finalmente, compartieron intereses pedagógicos {17} que Blas Zambrano defiende apasionadamente en cada ocasión que se le presenta.

De su estancia en Alajar debió quedar su fervor por el republicanismo pues allí prendió pronto la Unión Republicana promovida por Salmerón. {18}

La segunda etapa corresponde a su estancia en Granada, breve e intensa. Francisco López Casimiro nos dice que ya en enero de 1900 residía a los pies de la Alhambra pero que «debió llegar a finales de 1898 o principios de 1899 y así debió ser en realidad pues el primer artículo de El Heraldo Granadino es de febrero de este año. {19}

En esta ciudad desarrolló una importante actividad. Contribuyó a fundar el grupo socialista «La Obra» {20} del que llegó a ser bibliotecario, conferenciante e interviniente asiduo con un sentido radical como se refleja en la prensa granadina de aquellos días. {21}

Inicia su actividad como publicista en El Heraldo Granadino y con Andrés Cuadros, y enseguida con su padre de administrador, se embarcó en la fundación del periódico X, en 1901, que tuvo medio año de vida. Relatos breves, ensayos de tipo filosófico, cuestiones de carácter social y político, asuntos educativos y algunas iniciales reflexiones sobre la poesía constituyen su obra primeriza.

En el primer número de X decía a los lectores que no eran órgano de ningún partido si bien se trataba de un periódico que su hija calificó de «tendencia anarquista con repulsa de toda violencia» pero que más bien puede ser calificado de socialista u obrerista. En verdad, D. Blas hacía saber que «no defendía un credo cerrado. Pasaron los tiempos del dogmatismo, de la verdad confiscada por cada uno y no poseía, claro está, por nadie» (...) «Nuestra humilde publicación estará abierta a toda idea progresiva». {22}

Tanto por estas publicaciones como por las informaciones que de sus intervenciones ofrecía la prensa granadina sabemos del talante de su socialismo: tan heterodoxo como decíamos antes de sus ideas religiosas. Se trata de un sentimiento de solidaridad cuyo origen habría que rastrearlo en las fuentes españolas del XVI, indicadas por su hija en el texto citado más arriba, y mezclado con el sentido de fraternidad y humanidad de la masonería a cuya logia «Numantinos» ya pertenecía por estos años. {23} A este plano de carácter doctrinal deberíamos añadir la propia observación de la miseria material de la clase obrera, tan minuciosamente descrita en distintos testimonios de la época.

No se trataba, pues, en el caso de Zambrano, ni de una ideología ni de un programa social y político artículado sino algo así como un sentimiento de humanidad radical, no por eso menos activo contra los poderes que consideraba represores e injustos.

En 1900 lo tenemos como Regente interino de las Escuelas Prácticas graduadas anejas a la Normal de Maestros de Granada y eso le permitió ejercer como profesor de Lengua Castellana en el Instituto. {24} Esta tarea, que él mismo recordará en su libro de Gramática, publicado años después, creo que es un aspecto muy importante en su biografía intelectual.

En realidad buena parte de su actividad en «La Obra» había estado dedicada a la educación. Su conferencia Los fines sociales de la educación tiene un título suficientemente significativo para conocer cuál era su talante por estos años. Aunque no disponemos del texto completo ofrecemos los fragmentos del resumen que de la misma hizo el periódico X.

La tercera etapa comienza en el verano de 1901, tras ganar unas oposiciones y serle asignada la escuela superior de Vélez-Málaga. Allí permanece hasta el verano de 1908. {25}

De su estancia en esta ciudad tenemos datos gracias a Juan Fernando Ortega y sabemos que, además de sus tareas como maestro, desarrolló una amplia actividad como conferenciante y escribió algunos artículos donde están ya expresadas, con cierto detalle, las líneas de su pensamiento acerca de la educación, la escuela y el maestro como punto de apoyo desde los que reflexiona sobre la sociedad, el hombre y la cultura. {26}

Por esta labor, Blas Zambrano recibió pronto el aprecio del propio Ayuntamiento y de la Inspección de los que constan oficios laudatorios. {27}

Pero, de estos años queda, sobre todo, su profundo conocimiento de la Andalucía rural y de su dura realidad. Aquí radicalizó su concepción del maestro como auténtico misionero y apóstol de la cultura frente a una realidad opresiva que encontraba en la enseñanza de las clases populares su peor enemigo. De ahí que frente a la postura defendida por Ortega en su famosa conferencia de 1910 de convertir el país entero en un espacio pedagógico, Blas manifiesta su pesimismo por esta idea y apuesta por la labor de la escuela, ámbito del maestro, protegido de los poderes que el personificará en los «señoritos». {28}

En 1908 se inicia la cuarta etapa. Solicita entonces una licencia en Madrid a donde pide ir por traslado de su mujer y para «ampliar en los centros de cultura de la misma villa los conocimientos propios en la medida necesaria para obtener por oposición una escuela de niños en tal residencia quedando así definitivamente reunida en un lugar la hoy dispersa familia del recurrente». {29}

Durante este año debió escribir su Tratado elemental de Lengua Castellana que publicó ya en Segovia (1909). En 1907 había colaborado, con dos artículos, en el periódico El liberal gracias a la ayuda de Antonio Zozaya lo que muestra sus relaciones previas a la venida a Madrid. {30}

Con fecha de julio de 1909 se le comunica su destino en Segovia como Regente de la Escuela Pública Graduada de Maestros, aneja al Instituto General y Técnico.

Quizá se hacía realidad así el ideal de la unidad del conocimiento y el espacio vital que representaba, como testimonio, el pequeño-gran libro de Julián María Otero, Segovia, Itinerario sentimental. Este poeta, {31} dotado de una fina sensibilidad, les mostró que no otro espacio que la Plaza de San Martín de Segovia era la máxima expresión de la síntesis entre el hombre, la Naturaleza y el Arte. Y esta percepción de unidad fue decisiva, en muchos aspectos, para los pensadores que, con Machado, coincidieron en Segovia. Allí nació su conciencia de que la ciudad es el espacio de la palabra, que la ciudad es un espacio creado por la palabra, por el lenguaje y el idioma que supera cualquier provincianismo para abrirse a un camino universal.

Como nos dice su propia hija, «Castilla fue de elección para Blas J. Zambrano. Llegó a Segovia como lugar de Castilla, tierra prometida, la más propicia para la renovación moral y política de España. La Política era una dimensión de la moral; el hombre, creía, no se da completo sino en la ciudad». {32}

El propio D. Blas recordaba desde esta ciudad que «ninguna región, pero menos Castilla, corazón y sangre de España, puede desear el aislamiento sino la relación con todas las regiones de la patria y con todos los pueblos del globo.» Los artículos de María Zambrano sobre Segovia, Ciudad ausente y Un lugar de la palabra: Segovia tienen el sentido de un rito pues el acto originario había tenido lugar tiempo antes. Su padre, Machado, Otero y otros habían sido los oficiantes.

Allí residió hasta finales de 1926 y realizó buena parte de su labor no sólo docente sino como publicista y reivindicador de los derechos del magisterio.

De su llegada, Agustín Moreno, {33} recordando su amistad con Julián María Otero, dice que «allá por el año 1910 arribó a esta ciudad un preciado filósofo (Maestro Regente de la Normal) Blas J. Zambrano, buen gramático y escritor, pero hombre escéptico, materialista y amargado que había de ejercer en él y en otros muchachos un proselitismo pernicioso...» Proviene de un profesor que María Zambrano apreciaba mucho y tiene el interés de señalar cómo era percibida su labor en determinados ámbitos segovianos.

Debió entrar pronto en ciertos círculos de la vida de la ciudad. Sabemos que formó parte de la Sociedad Económica Segoviana, {34} fue Presidente de la Asociación segoviana de Magisterio en cuyas asambleas intervenía con energía; {35} presidente de la agrupación socialista hasta que un desgraciado suceso le hizo abandonar, {36} y, sobre todo, publicista, conferenciante y persona influyente en círculos de jóvenes. {37}

En 1917 funda –«sin más recursos que los propios»– y dirige los tres primeros números de Castilla. Revista mensual de Literatura, Ciencia y Artes {38} en la que escribió tres artículos. Y por esa fecha comienza a formar parte de la tertulia que, según los testimonios más conocidos, había fundado el poeta Llovet con anterioridad a la venida de Machado. {39}

De este encuentro tenemos la confesión de sus amigos y de su hija quien nos dice que «la amistad con Machado fue cosa de un instante». Y sobre el papel de esta tertulia y sus reflexiones sobre filosofía y sobre arte ha escrito con mucho acierto P. de Andrés Cobos en su Machado en Segovia. A él me remito.

Para Blas Zambrano estos encuentros avivaron intereses ya apuntados años antes y fueron decisivos en perfilar lo que bastante más tarde María Zambrano denominará «razón poética». Los artículos escritos por D. Blas en los años veinte y recogidos en Nuevos Horizontes, anticipan la idea con toda claridad. Se trata de breves meditaciones que dejan ver con nitidez el núcleo de este pensamiento de mediación.

Se me escapan las razones por las que no figuró entre los fundadores de la Universidad Popular segoviana (finales de 1919) y, en cambio, sí lo hace ya entre los conferenciantes del primer curso, tras Juan Zuloaga y con D. Juan de Contreras, Alvarez Cerón, Carsi, González Reviriego, Luis Carretero y otros.

Su labor pública más significativa a comienzos de los veinte la realizó como redactor jefe de La Tierra de Segovia cuyo primer número sale el 16 de mayo de 1919. En este que fue buen periódico, Blas publicó cerca de veinte artículos. El primero de ellos sonado pues su título La paz del odio suponía una fuerte crítica al armisticio con que había finalizado la primera guerra mundial y en él D. Blas se mostraba plenamente germanófilo, siendo una excepción entre los intelectuales de izquierda de la época. La verdad es que conociendo su pensamiento esto se explica mejor.

Parece que su papel fue decisivo para que Unamuno y los demás intelectuales vinculados a la Institución vinieran a dar conferencias a Segovia. {40}

A finales de 1925 tomó posesión como profesor de la Universidad Popular. {41} Un año permaneció en tal puesto pues al año siguiente marchó a Madrid coincidiendo con el inicio del curso 1926-27. {42}

De su actividad educativa en la ciudad de Segovia nos quedan varios testimonios. El primero su ya mencionado Tratado Elemental de Lengua Castellana, escrito desde su admiración a Benot y sobre el modelo de La arquitectura de las Lenguas, que le sirvió de texto para las clases que de esta materia impartía a los estudiantes de magisterio. {43}

De su actividad como profesor de Psicología se conserva incompleto el manuscrito de Psicología Contemporánea que comenzó a escribir en 1913. En línea con lo escrito por González Serrano décadas antes, comienza afirmando «el interés que inspira y más, el convencimiento de que ella es la raíz primera de todas las ciencias morales, como productos que son del espíritu humano, cuyo conocimiento es el objeto de la Psicología.»

Sus concepciones sobre la educación, las ciencias que la rigen y su inserción como actividad de carácter social están distribuidas en los textos que publicamos y que, en algunos aspectos más prácticos, se contienen en la Memoria del curso 1910-1911 que presentó como Regente de la Escuela Práctica Graduada. {44}

Durante este período recibió, también, varios reconocimientos a su labor educativa y por el estado de instrucción de los niños de la Escuela Graduada que regentaba. {45}

Poca huella, en cambio, dejaron sus asistencias al Claustro de la Normal de Maestros durante el período de nueve años en que permaneció abierta. Las actas de las sesiones apenas nos dicen nada de sus intervenciones. Sí, en cambio, nos cuenta Pablo de Andrés Cobos que en 1917 y con motivo del intento de cierre de este Centro se produjo una protesta estudiantil, agresiva y popular, estimulada por el profesorado que organizó un mitin en el teatro Miñón y una tumultuaria revuelta callejera. En el mitin hablaron Mariano Ferrari, presidente de la Asociación Normalista, Blas Zambrano , Antonio Jaén y Segundo Gila. {46}

Finalmente, a su impulso, y al de todo este grupo, bastante plural desde el punto de vista ideológico y en cuanto al talante personal, se debe el vigor que tuvo la pedagogía en Segovia a finales de los veinte con la celebración de tres Congresos provinciales y las pensiones concedidas por la Diputación Provincial. {47}

Tenemos constancia de que, durante su estancia en Segovia, tuvo varios domicilios. De ellos dejó huella el de la calle Muerte y Vida, nº 12, 2º piso pues «desde allí, por sus balcones o ventanas al sur, se divisa un paisaje impresionante al Mediodía, desde La Piedad (Vía Crucis-Calvario), abierto al horizonte infinito. {48} Conociendo este dato se lee mejor su Crepúsculo en Segovia, breve texto y, sin embargo, importante para conocer esa forma de mirar las cosas hecha de razón y sentimiento que, con seguridad, los Zambrano iban perfilando ya en la década de los veinte.

Con su marcha a Madrid comienza la quinta etapa de su vida: «años de meditación y esplendor de la cosa pública en la cual rechazó haber participado: todo poder le era extraño». Hasta 1930-31 desarrolla una intensa actividad de conferencias y artículos relacionados casi exclusivamente con la educación. Nos quedan testimonios de dos de sus más importantes intervenciones: La religión escolar que más bien debiera titularse «La educación como religión escolar» que fue su intervención en la velada-homenaje con motivo del centenario de Pestalozzi; y La formación del maestro, conferencia leída en el Cursillo de estudios pedagógicos organizado por la Asociación de Maestros de Madrid. Ambas nos permiten conocer con detalle cuál era su radical concepto de la educación.

Además, de estos años (el primero aparece firmado en 1930), aunque casi con seguridad comenzaron a ser escritos en Segovia pues la acción dice transcurrir en 1921, se conservan tres diálogos, mecanografiados el primero y manuscritos los otros dos, con cerca de 300 cuartillas, básicos para conocer su pensamiento filosófico, el mantenimiento de sus convicciones juveniles desde los primeros artículos escritos en la prensa granadina y la posterior radicalización de las mismas, pues en esto creo yo que consiste su evolución. Muy probablemente recrean los temas sobre los que debatían en la tertulia segoviana. El hecho de que los protagonistas de los mismos sean, también, personajes de la vida segoviana así nos ayuda a creerlo.

Son años de madurez y cierto sosiego aun en una personalidad tan pesimista e inquieta como fue la de Blas Zambrano cuyas convicciones dejan entrever muy débilmente la fuerte lucha interior.

Los debates con Machado, con Quintanilla, la influencia de Croce {49} y de Gentile, por paradójico que parezca para un intelectual de izquierdas, su aprecio radical por el pensamiento clásico que le llevó, incluso, a escribir en 1919 una Historia del pueblo griego, contribuyeron a perfilar este pensamiento a base de un esfuerzo que aún hoy sorprende.

Así que D. Blas siguió viviendo de sus recuerdos segovianos y mantuvo buena parte de sus amigos de la vieja ciudad castellana, algunos de ellos, incluso, le encontraron de nuevo en Barcelona hacia donde D. Blas inició el peregrinaje al comienzo de la guerra. Se jubiló el 14 de junio de 1938 y la muerte le sobrevino el 29 de octubre de ese mismo año. En su tumba figura como único epitafio «D. Blas Zambrano, maestro», es decir, presencia de cada día y duradera.

Aún hubo tiempo, casi dos años después de muerto para que sufriera un expediente de depuración y posterior rehabilitación. Por su interés histórico reproducimos aquí su contenido que se conserva en el Archivo de Alcalá de Henares:

Falange Española Tradicionalista y de las J.O.N.S.

Sección de Informes
Remite informe con fecha 20-febrero-1940

Informe

Filiación política antes del Movimiento...
Cargos que desempeñó...
Actuación antes del Movimiento (Véanse observaciones)...
Dónde se encuadró al estallar el Movimiento...
Cargos que desempeñó...
Actuación durante el Movimiento...
Conceptuación policial...
Conceptuación religiosa...
Conceptuación de su vida pública...
Conceptuación de su vida privada...
OBSERVACIONES.– Me persono en la Plaza del Cordón, nº 3 donde el interesado tenía establecida la Escuela, manifestándome la portera de dicha Casa que este señor marchó a Barcelona. donde falleció indicándome para que me informe la Plaza del Conde Barajas, nº 3, a donde marcho, y preguntada la portera sobre este extremo, me manifiesta que lleva muy poco tiempo en dicha casa, que desconoce al interesado, también me manifiestan en la plaza del Cordón que la esposa del interesado que también era profesora, creen que marchó a Francia a la terminación de la guerra, suponen que desde luego eran rojos.

Informe realizado por
El Agente 314

19-febrero-1940

* * *

En sesión celebrada por esta Comisión con asistencia de todos sus vocales se acordó por unanimidad lo siguiente:

Visto el expediente instruido a D. Blas Zambrano actualmente suspenso de empleo y sueldo
Resultando que por esta comisión no se han podido determinar los motivos de dicha suspensión aunque se supone sea la no presentación de declaración jurada debido a su fallecimiento
Resultando que en la tramitación de este expediente se han cumplido los trámites rutinarios
Considerando que según el oficio de esa Subsecretaría de Educación Nacional fecha 5 de marzo de 1940 ha lugar a formular las propuestas de resolución oportunas con independencia de los datos no suministrados por la Dirección General de primera Enseñanza.
Vistas las O.M. de 10 de noviembre del 16, enero 40 y demás pertinentes
Esta Comisión Depuradora acuerda por unanimidad a esa Superior Dictaminadora la siguiente

Propuesta

Ha lugar a la confirmación en su cargo con todos los derechos al Maestro Nacional D. Blas Zambrano García. Esta Comisión acordará no obstante como mejor proceda.

Madrid, 29 de mayo de 1940
Sr. Presidente de la Comisión Superior Dictaminadora

Resuelto

Comisión Depuradora del Magisterio Madrid, nº 4. Expediente instruido al Maestro D. Blas Zambrano de la Escuela Unitaria C en Madrid.
Madrid, mayo de 1940.

* * *

Examinado el expediente de depuración del Maestro de Unitaria C de Madrid, D. Blas Zambrano García así como la propuesta de la Comisión depuradora de la provincia de Madrid y teniendo en cuenta la Ley de 10 de febrero de 1939 y disposiciones especiales dictadas en relación con el personal docente dependiente del Ministerio de Educación Nacional, la Comisión Superior Dictaminadora a V.E. Confirmación en su cargo.

Madrid, octubre de 1940. {50}

 


{6} A. Machado, Mairena póstumo, O.C., Madrid, Espasa Calpe, 1989, pp. 2409-12.

{7} Los textos pertenecen a distintos borradores que del texto definitivo existen, como ya dijimos. María Zambrano vincula a este Obispo con los iluminados o alumbrados: «del que algún rescoldo debía quedar, ya que fue la comarca donde prendió la predicación del obispo protestante Araujo.» o.c., 12. Poco he podido averiguar sobre este Obispo que pareció tener tanta influencia. Tan sólo esta breve referencia en el libro de J. B. Vilar, Intolerancia y libertad en la España contemporánea: «La semilla reformista, difundida profusamente en la urbe hispalense durante los dos años de mandato progresista, no se perdió. Resulta significativo que precisamente en 1856, y en Sevilla, viera su primera luz Carlos Araujo Carretero, luego celebrado escritor, periodista y orador sacro, educador y sobre todo, excelente biblista y poeta, fundador de una dinastía de pastores evangélicos perpetuada hasta hoy.» Madrid, Istmo, 1994, p. 192.

{8} Sobre el protestantismo en Extremadura y algunas referencias a la permanencia de algunos focos del viejo alumbradismo escribió documentadamente aunque con su conocida intención apologética, Menéndez Pelayo, Historia de los heterodoxos españoles, Madrid, B.A.C., 1967, pp. 991 ss.

{9} «Si se pudiera rescatar a estos heterodoxos. ¿Tendrá que ver el anarquismo con el quietismo, con el quietismo, el iluminismo, aquellas herejías que con tan recóndita pasión de comprender, con tan honda simpatía, a pesar de todo había escrutado el pensador católico? Ahora comprendía, sentía que el ortodoxo historiador estudió los heterodoxos por estudiarles a ellos, quizá, a los anarquistas de todos los siglos de la historia de España; llegar a entenderlos sería desentrañar la vida española.» Y cuando se refiere a los krausistas lo hace poniéndolos en relación estas mismas reformas religiosas: «...un rebote de la fracasada reforma religiosa del siglo XVI. Un cierto renacer bajo la distinta doctrina de un día espléndido o «erasmismo» español». Delirio y Destino, pp. 72 y 76.

{10} La desidia ante la historia. Borrador (Fundación María Zambrano) para el Papel Literario de Caracas. Roma, 19 de marzo de 1954. Desconozco si fue publicado en la mencionada revista.

{11} Según testimonio de Rafael Tomero, trabajó de mozo de botica debido a la enfermedad de su padre y su viaje a Londres para tratar de curarse.

{12} Obtuvo la calificación de aprobado en todas las asignaturas excepto en Lengua castellana y Aritmética primer curso y Doctrina Cristiana de segundo en que obtuvo sobresaliente. En los cursos tercero y cuarto que realizó como alumno libre obtuvo aprobado en todas las asignaturas. Archivo Central del Ministerio de Educación, Legajo, 4638.

{13} De los profesores, planes de estudio y manuales que tuvo en la normal de Sevilla sabemos por el libro de Alejandro Avila, Escuela Normal de maestros de Sevilla. Segunda mitad del siglo XIX, Sevilla, Alfar, 1986. Por su estudio sabemos el esfuerzo de modernización de la Normal que realizó D. Simón Fons, el impulso dado a las conferencias pedagógicas, su presencia en la Sociedad Económica sevillana, &c.

{14} Consideraciones sobre la Sociología, X, 13 de febrero de 1900. «Y puesto que la vida humana es el material de la historia, también puede decirse , de acuerdo con el doctísimo catedrático de la Universidad de Sevilla, señor Sales y Ferré, que la Sociología es `la filosofía de la historia despojada de un sentido metafísico y tomada en sentido experimental y práctico`».
La precocidad en su fuerte interés por la cultura, la filosofía y los problemas sociales avalarían la creencia afirmativa de que el joven Blas asistió a las conferencias del Ateneo sevillano donde Sales y Ferré, Simón Fons ya citado y otros científicos como Salvador Calderón, además de los conferenciantes ocasionales, mantuvieron una actividad notable durante esos años. M. de Pablo Romero, Historia del Ateneo de Sevilla 1877-1931, Sevilla, 1982.

{15} «Y, en efecto, los catedráticos librepensadores han formado la clase media liberal de España. Suprimamos imaginativamente a Sanz del Río, Giner, Castelar, Salmerón, Fernando y Federico de Castro, Azcárate, Sales y Ferré... ¿No surge otra España desde el reino de las sombras?» Proselitismo (manuscritos de dos hojas, Fundación María Zambrano).

{16} J. López, Federico de Castro y Fernández (1834-1903), Cádiz, 1984, p. 60.

{17} Según el testimonio de José Luis Abellán, Federico de Castro «es conocido también por ser el introductor del sistema pedagógico de Fröebel.» Historia crítica del pensamiento español, 4, Madrid, Espasa Calpe, 1984, p. 475. Así pues, el conocimiento que Blas Zambrano tiene del talante y obra de los intelectuales de la I.L.E. debió adquirirlo, inicialmente, en los círculos intelectuales sevillanos.

{18} Así parecen atestiguarlo las notas de la agrupación republicana de Alajar tal como están recogidas en el periódico La Justicia que fundara Salmerón. Así en la nota del 7 de abril de 1896 y firmada por el Secretario de la Junta Municipal del Centro Republicano de Alajar, se felicita «con entusiasmo a cuantos han tomado parte en las deliberaciones de la Asamblea Mixta y se adhieren a las bases concertadas.»
El profesor Antonio Heredia, gran conocedor de la obra de Salmerón me dio a conocer que Blas Zambrano había publicado un artículo en este periódico. A pesar de mis pesquisas no he podido localizarlo.

{19} F. López Casimiro, Blas J. Zambrano, un pedagogo regeneracionista francmasón en la Granada de entre siglos, en Ferrer Benimeli (coord.), La Masonería en España, Toledo, 1996, p. 228.

{20} El Periódico La publicidad del 8 de enero de 1900 da cuenta de la reunión de unas 1000 personas reunidas en el Teatro «Calderón de la Barca» para fundar «La Obra». Para un estudio de las bases ideológicas de esa agrupación, Amparo González, La Sociedad Obrera «La Obra», 1900-1905, Anuario de Historia Contemporánea, nº 13, 1986, pp. 185-222. Sitúa a Blas Zambrano entre los «elementos republicanos» de los que se afirma «pertenecían a ciertos sectores de la burguesía acomodada, fundamentalmente ligados a profesiones liberales y de tipo intelectual.» Por su parte del segundo grupo –socialistas– señala que «junto a posiciones marcadamente modernas, siempre desde la óptica del republicanismo, encontraremos otras identificadas con ciertos postulados propios del marxismo, aunque normalmente dentro de su línea menos revolucionaria.» p. 191.

{21} Valga como ejemplo el resumen que ofrecía La Publicidad del 3 de abril de 1900: «Zambrano dice que las Cámaras de Comercio representan a la burguesía y que los obreros deben prestar su apoyo nada más que a los actos que tiendan a derribar a los gobiernos que nos arruinan y el actual régimen, causa de los males que afligen a España.»

{22} «Nuestro ideal es el gran ideal humano, que no puede condensarse en una estrecha fórmula; tiene un lema «adelante»; un camino que es la «igualdad» cada vez mayor de las condiciones del medio para hombre; es decir, un camino cada vez más llano y más ancho; un instrumento que es la ciencia; un fin, que es el bien; una fórmula amplísima pero sometida a la aspiración suprema de perfeccionamiento, lo mejor en cada caso, y un imperativo, relacionado con todo eso laboremus. Editorial del nº 1 de X.

{23} Francisco López documenta la pertenencia de Blas Zambrano a la Logia Numantinos nº 283 como Orador adjunto, Simb. Goethe, gr. 3. Queda también constancia documental en el Archivo Masónico de su pertenencia a la Logia Ibérica nº 7, con en núm. 81 de orden, Grado 2 durante su etapa en Madrid, con fecha 21 de abril de 1928. J.A. Ferrer Benimeli (1966), La masonería española. Interesante el apartado VI. Cuestión social y masonería» para ver las coincidencias entre los programas de la propia masonería y las ideas de D. Blas.

{24} De esta actividad tenemos el testimonio de M. González quien en sus Memorias señala que «con anterioridad a la mencionada oposición, desempeñó el cargo de profesor interino de Castellano en el Instituto Nacional de Granada.» San Javier, Prov. de Santa Fe, 1944, p. 146.
También el propio Zambrano en su Tratado Elemental de Lengua Castellana señala: «Explicando en la Normal de Granada, hace años, a mis discípulos...», nota (I) p. 124.

{25} El Heraldo Granadino iba dando noticia de los ejercicios que tuvieron lugar los meses de junio y julio de 1901. El nombramiento, de 22 de julio de ese año, indica que ocupó el lugar octavo, que se le adjudicó la Escuela Superior de niños de Vélez-Málaga con un sueldo de 1625 pesetas.

{26} Pocos datos tenemos de la vida de D. Blas en Vélez pues tanto El Popular como la Unión Mercantil, los dos periódicos malagueños de la época que he consultado, no ofrecen una sola noticia de nuestro protagonista. Por su hoja de servicios sabemos que impartió un ciclo de conferencias en el Círculo Agrícola y Mercantil de Vélez con el título Vicios de la Educación durante el invierno de 1902; durante 1904 pronunció un ciclo de conferencias dominicales con el título de Curso de Prehistoria. Algunas claves de su silencio político durante estos años podemos colegirlas de su artículo «A vosotros» enviado ya desde Segovia (1912 es la fecha dada por los recopiladores de Nuevos Horizontes) y que se recoge en la presente edición.

{27} Así consta que recibió un oficio laudatorio de la alcaldía por el resultado de los exámenes verificados por la Junta local en la escuela, con fecha 30 de junio de 1902 y otro «altamente laudatorio» con motivo de la visita de la propia Junta, el 28 de julio de 1904.

{28} Veinte años después (1929), en el Prólogo que puso al libro de Anguita Valdivia, Vida ejemplar de un maestro del siglo XIX. Apuntes biográficos de D. Carrillo Sánchez expone con mucha crudeza toda esta realidad acerca de la Andalucía que aprecia y la que rechaza. La constante lucha que toda su vida mantuvo por la dignificación social, económica y profesional del maestro cuyo papel social en el cambio de estructuras sociales injustas veía decisivo. La experiencia de Vélez-Málaga debió ser clave en esta toma de conciencia así como de su debilidad para superarla. El traslado a Castilla tuvo mucho que ver con esta percepción contradictoria.

{29} En mayo de 1908 recibió respuesta afirmativa tras los informes favorables emitidos por la Junta local de primera enseñanza pero supeditada a la designación del «maestro que ha de servir interinamente la Escuela». Así pues debió ser ya a comienzos del siguiente curso (1908-1909) cuando Blas pudiera satisfacer sus deseos.
Con anterioridad hay constancia de varios escritos solicitando tomar parte en varias oposiciones a escuelas del nivel de 2000 pesetas en los alrededores de Madrid principalmente. Pero, o no se llegó a presentar o no obtuvo la plaza.

{30} En uno de los borradores del texto Blas J. Zambrano señala su hija que durante este año fundó y dirigió un Colegio de Huérfanos del Magisterio.

{31} La influencia de Julián María Otero en los Zambrano está aún por estudiar pero creo que fue notable, oscurecida, sin duda, por la gran figura de Machado. Pero a José Manuel Valles debo la noticia según la cual María Zambrano habría pedido, al regresar a España, Segovia, itinerario sentimental, el pequeño librito publicado en 1915 cuya inspiración es evidente en los textos de María Zambrano sobre Segovia.
Fue este poeta segoviano (1887 u 88-1930) un asiduo en los círculos intelectuales de la Segovia que vivió Blas Zambrano con quien compartió proyectos; director de la revista Manantial, donde María Zambrano publicó Segovia, ciudad ausente, figura como uno de los personajes de los Diálogos que D. Blas nos dejara escritos en los últimos años de su vida.

{32} Zambrano, M., Blas J. Zambrano, o.c., p. 11.

{33} Profesor de Historia Natural de María Zambrano a quien recordará mucho después, ya anciana. Fue un médico segoviano que participó con Blas Zambrano en cursos de la Universidad Popular.

{34} En el listado de socios de la misma figura como supernumerario ya en 1909. En la Junta General Extraordinaria de 1 de abril de 1911 donde se celebraba «la inauguración de las clases de Taquigrafía y Mecanografía» figura, igualmente, como socio. El 17 de abril de 1915, y en lo que debió ser uno de los últimos actos de la Sociedad Económica, D. Blas pronunció la primera conferencia en Segovia, de la que tenemos constancia, con el título Algo de Crítica sobre Educación.
Recientemente José Manuel Valles ha editado los Estatutos de la misma en edición facsímil, Los Estatutos de la Real Sociedad Económica de la ciudad de Segovia, Segovia, 1996.

{35} Tenemos constancia de un escrito, de 24 de marzo de 1911, firmado por D. Blas como Presidente de esta Asociación de Magisterio de Segovia y dirigido al Ministro para «la dignificación de la modesta clase del Magisterio» solicitando modificaciones de disposiciones sobre condiciones profesionales y de sueldo; y concretamente para «que sea abonado el segundo semestre de material de adultos de 1907 y todos cuantos atrasos aún se adeudan al magisterio.»

{36} «Ingresó (hacia 1918) en la Agrupación Socialista Obrera –nos dice su hija– siendo enseguida elegido Presidente. «Junto con otro maestro nacional, Norberto Cerezo fusilado al principio de la guerra civil junto con su hijo de quince años, los únicos no obreros de la Agrupación» según señala María Zambrano en el borrador mencionado (nota 29). En ese mismo lugar indica que «en el 18 fundó un periódico Segovia de orientación socialista mas no exclusivamente». No me ha sido posible encontrar ningún ejemplar.
«Se trataba –nos dice María Zambrano– de la educación moral y política, de conducir a la clase obrera a la altura de la conciencia histórica. Europa aparecía más amenazada que nunca a pesar de la victoria de las democracias liberales».
Su propia hija nos dice que los jóvenes que por maestro le tenían no eran socialistas (de procedencia de la burguesía, de la antigua nobleza inactiva). Mas con ellos se trataba de una renovación o revivificación de la ciudad y de Castilla.
Sobre el acontecimiento mencionado nos da noticia en Delirio y Destino, p. 81.

{37} La propia María nos dice en el mismo lugar que «Su acción consistía en educar dos conferencias semanales a los obreros. La política era ante todo cuestión moral, se trataba en verdad de despertar la conciencia histórica inaplazable de aquella Europa...»
Por la prensa segoviana de estos años tenemos noticia de las conferencias pronunciadas, tanto en la propia Universidad Popular, sobre El concepto de cultura, un tema clave para él, y un ciclo sobre Historia de la humanidad(1923) donde resuenan los ecos de Sales y Ferré. En el Centro Obrero habló sobre Los fines del socialismo.

{38} «Dos años después fundó el periódico Segovia, que corrió la misma suerte», nos cuenta María Zambrano en la semblanza de su padre ya citada. No he podido encontrar ningún número de este periódico.

{39} Así lo indica Pablo de Andrés Cobos: «Sabemos, por palabra directa del mismo Quintanilla, que la función creadora se le debe atribuir a Juan José Llovet, poeta, y bueno, que se nos perdió, para la poesía y para la vida, por tierras de América.» o.c., p. 56.
Juan José Llovet (Santander 1895- Santo Domingo 1940) «crearía –nos dice «Orejanilla»– en Segovia el círculo literario al que pertenecieron los poetas y escritores más ilustres de la época en la ciudad, destacando entre todos la figura de Antonio Machado.» o.c., p. 468.

{40} Sobre la difusión de la filosofía y el pensamiento en general a través de la Universidad Popular de Segovia por la que pasaron en la década de los veinte D`Ors, García Morente, Unamuno, Américo Castro, Luzuriaga, Blas Cabrera y otros, ofrecí una ponencia en el X Seminario de Historia de la Filosofía Española e Iberoamericana celebrado en Salamanca en septiembre de 1996. El texto se publicará en las Actas correspondientes.

{41} En el Acta de la sesión mantenida el 13 de diciembre de 1925 se hace constar: «Dada cuenta d por el Secretario de la propuesta de nuevos profesores presentada en la sesión anterior, la junta por aclamación aprueba dicha propuesta quedando designados los señores que figuran en ella. Los señores Berzal, Zambrano, Zuloaga y Otero toman posesión de dichos cargos, siendo saludados en nombre de la Junta, con todo afecto, por el Presidente señor Cabello.

{42} Así figura en el acta de la sesión de 3 de diciembre de 1926: «Como por traslado del profesor D. Blas Zambrano a Madrid queda vacante de representación esta Junta en la provincial de protección de la infancia se acuerda para nombrar para vocal de la misma, una representación en la universidad a D. Javier Cabello Dodero.» Finalmente en la sesión de febrero de 1927 se nombró a D. Rubén Landa, Catedrático del Instituto para la vacante de D. Blas Zambrano.

{43} No es fácil saber cuántos años impartió esta materia. Quizá realizara algunas sustituciones en sus primeros años en Segovia. Sí contamos con un escrito de Julio de 1914 en el que, ante la próxima creación de la Escuela Normal de Maestros, se le nombre «con carácter interino profesor de Lengua Nacional de primer curso»(...) «Otrosí digo que si V.E. estima pueden ser útiles los servicios del firmante en la Escuela Normal de Maestras de Segovia, sobre todo en la enseñanza de la Lengua Nacional puede disponer de los mismos incondicionalmente.»
Y con fecha 23 de junio de 1915 se le agradecen los servicios prestados en la enseñanza de esta materia en la mencionada Escuela Normal de Maestros. Según esto, pues, la habría enseñado durante un curso.

{44} Memoria sobre el curso escolar de 1910 a 1911, Segovia, Alma Castellana, 1911. Quizá lo más significativo de este texto de carácter básicamente administrativo radica en subrayar la importancia conferida a la formación teórica y, en particular, a la Lengua.
Durante ese curso ocupó interinamente la secretaría de la Normal de Maestras por enfermedad de su titular cesando en septiembre de 1911.

{45} Tenemos constancia por los libros de Actas de varios. Así en septiembre de 1912 «un voto de gracia por su inteligente labor educativa demostrada en los exámenes de fin de curso». En mayo de 1915 por «el estado de instrucción de los niños vengo en conceder a Ud. un expresivo voto de gracia para que le sirva de estímulo en su trabajo». Con fecha 16 de mayo de 1916 se le concedió la medalla de plata junto a D. Faustino Martín y D. Claudio Manuel en «relación a los trabajos realizados en la creación y sostenimiento de la Mutualidad Luis Vives». Aun obtuvo varios votos de gracia más de los que tenemos constancia a lo largo del curso 1917.
Esto le valió un aumento de sueldo que, según información de La Tierra de Segovia, 9 de junio de 1920, alcanzaba las 5.000 pesetas anuales, la más alta de los maestros de la provincia.

{46} Pablo de Andrés Cobos, o.c., p. 42.

{47} Tuvieron lugar entre 1927 y 1929. Se creó, además, la Sociedad de Amigos de la Escuela tal como había pedido Luis Bello en su libro Viaje por las Escuelas de España (1926).

{48} Manuscrito que debo a la amabilidad de Rafael Tomero.

{49} Es el propio Cobos quien citando a Quintanilla nos refiere como «también aquel año 1920 nos reuníamos en mi casa, para leer el libro de Croce La Filosofía de Juan Francisco Vico. Traducía directamente el texto don Moisés Sánchez Barrado, sacerdote y catedrático de Latín, discípulo de Unamuno, a quien admiraba mucho. Al final comentábamos la lectura Machado, Zambrano, Otero y yo». o.c., p. 61.

{50} Expediente de Depuración, Archivo Central del Ministerio de Educación, Leg. 456, nº 45

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  Edición de José Luis Mora
Badajoz 1998, páginas 4-22