Biblioteca de Autores Cubanos Universidad de La Habana 1944-1966
Esta colección fue iniciada en agosto de 1944, bajo los auspicios del Rector de la Universidad de La Habana, Clemente Inclán Costa, y el Consejo Universitario, para promover “...la difusión de la cultura nacional, y por ende de las obras maestras de autores nacionales...” [vol. 1, pág. V, “Al lector”]. Formaban parte del comité editor Roberto Agramonte Pichardo, Vice Rector de la Universidad, como director; Elías Entralgo Vallina, Profesor de Historia de Cuba y Sociología Cubana, como secretario; Raimundo Lazo Baryolo, Profesor de Literatura Cubana, como vocal, y Salvador Vilaseca Forné, como administrador.
El plan de trabajo fundacional establecía: «Como labor inicial se publicará la Opera omnia de tres figuras troncales de nuestra cultura: las obras de José Agustín Caballero, de José de la Luz y Caballero y de Félix Varela. Esta labor será continuada con la edición de las obras completas de autores nacionales y las producciones de autores extranjeros que sean de interés fundamental para el conocimiento de la cultura cubana en su integridad.» [vol. 1, pág. VII].
- José Agustín Caballero, Philosophia electiva (edición bilingüe), transcripción del original del siglo XVIII, versión castellana, introducción y notas por Jenaro Artiles, estudios preliminares de Francisco González del Valle y Roberto Agramonte, Editorial de la Universidad de La Habana, 1944, CII + 281 págs. (Obras de José Agustín Caballero, I.)
- Félix Varela y Morales, Observaciones sobre la Constitución política de la monarquía española, seguidas de otros trabajos políticos, prólogo por Rafael García Bárcena, Editorial de la Universidad de La Habana, 1944, XV + 200 págs (Obras de Félix Varela y Morales, VIII.)
- Félix Varela, Miscelánea filosófica seguida de tres ensayos filosóficos, prólogo de Medardo Vitier, Editorial de la Universidad de La Habana, 1944, XXIII + 290 págs. (Obras de Félix Varela y Morales, VII.)
- Félix Varela, El Habanero, Papel político, científico y literario, seguido de las Apuntaciones sobre El Habanero, estudios preliminares por Enrique Gay Calbó y Emilio Roig de Leuchsenring, Editorial de la Universidad de La Habana, 1945, LXXXVII + 248 págs. (Obras de Félix Varela y Morales, IX.) Hay una edición posterior: Editorial de la Universidad, La Habana 1962, XCI + 259 págs.
- Félix Varela, Cartas a Elpidio, tomo I, prólogo por Humberto Piñera Llera, Editorial de la Universidad de La Habana, 1944, XXIX + 182 págs. (Obras de Félix Varela y Morales, VI.)
- Félix Varela, Cartas a Elpidio, tomo II, epílogo acerca de «El Padre Varela y las Cartas a Elpidio» por Raimundo Lazo, Editorial de la Universidad de La Habana, 1945, 193 + XIV págs. (Obras de Félix Varela y Morales, VI.)
- José de la Luz y Caballero, Aforismos y apuntaciones, ordenados y anotados por Roberto Agramonte, retrato de José de la Luz y Caballero por José Martí, prólogo de Rafael García Bárcena, Editorial de la Universidad de La Habana, 1945, LIII + 431 págs. (Obras de José de la Luz y Caballero, I.)
- José de la Luz y Caballero, De la vida íntima, tomo I (Epistolario y Diarios), prólogo de Elías Entralgo, Editorial de la Universidad de La Habana, 1945, XXV + 414 págs. (Obras de José de la Luz y Caballero, VII.)
- José de la Luz y Caballero y otros, La polémica filosófica, tomo I (Cuestión de Método), prólogo de Roberto Agramonte, Editorial de la Universidad de La Habana, 1946, LXXXVI + 361 págs. (Obras de José de la Luz y Caballero, III.)
- José de la Luz y Caballero y otros, La polémica filosófica, tomo III (Polémica sobre el Eclecticismo, 1), Editorial de la Universidad de La Habana, 1946, XII + 396 págs. (Obras de José de la Luz y Caballero, III.)
- José de la Luz y Caballero, Escritos literarios, prólogo de Raimundo Lazo, Editorial de la Universidad de La Habana, 1946, XXIII + 294 págs. (Obras de José de la Luz y Caballero, VI.)
- José de la Luz y Caballero y otros, La polémica filosófica, tomo IV (Polémica sobre el Eclecticismo, 2), Editorial de la Universidad de La Habana, 1947, XVI + 409 págs. (Obras de José de la Luz y Caballero, III.)
- José de la Luz y Caballero y otros, La polémica filosófica, tomo II (Ideología, Moral Religiosa y Moral Utilitaria), Editorial de la Universidad de La Habana, 1948, XII + 283 págs. (Obras de José de la Luz y Caballero, III.)
- José de la Luz y Caballero, La polémica filosófica, tomo V (Polémica sobre el Eclecticismo, 3), Editorial de la Universidad de La Habana, 1948, XII + 196 págs. (Obras de José de la Luz y Caballero, III.)
- José de la Luz y Caballero, De la vida íntima, tomo II (Cartas a Luz Caballero por diversos escritores), prólogo de Elías Entralgo, Editorial de la Universidad de La Habana, 1949, XXII + 431 págs. (Obras de José de la Luz y Caballero, VII.)
- José de la Luz y Caballero, Elencos y discursos académicos, estudio preliminar por Roberto Agramonte, Editorial de la Universidad de La Habana, 1950, XLVIII + 597 págs. (Obras de José de la Luz y Caballero, II.)
- José de la Luz y Caballero, Escritos educativos, tomo I, Editorial de la Universidad de La Habana, 1952 (Obras de José de la Luz y Caballero, IV.)
- José de la Luz y Caballero, Escritos educativos, tomo II, Editorial de la Universidad de La Habana, 1952 (Obras de José de la Luz y Caballero, IV.)
- Félix Varela, Instituciones de filosofía ecléctica, tomo I (Lógica), Editorial de la Universidad de La Habana, 1952, 223 págs. (Obras de Félix Varela y Morales, I.)
- José de la Luz y Caballero, Escritos sociales y científicos, Editorial de la Universidad de La Habana, 1955, XII + 350 págs. (Obras de José de la Luz y Caballero, V.)
- José Agustín Caballero, Escritos varios, tomo I, prefacio por Roberto Agramonte, Editorial de la Universidad de La Habana, 1956. (Obras de José Agustín Caballero, II.)
- José Agustín Caballero, Escritos varios, tomo II, Editorial de la Universidad de La Habana, 1956. (Obras de José Agustín Caballero, II.)
- Andrés Poey, El Positivismo, traducción de Antonio Regalado y González, Editorial de la Universidad de La Habana, 1960, 288 págs.
- Félix Varela, Lecciones de Filosofía (5ª edición corregida y aumentada por el autor), tomo I, Editorial de la Universidad de La Habana, 1961.
- Félix Varela, Lecciones de Filosofía (5ª edición corregida y aumentada por el autor), tomo II, Editorial de la Universidad de La Habana, 1962.
- Félix Varela, Lecciones de Filosofía (5ª edición corregida y aumentada por el autor), tomo III, Editorial de la Universidad de La Habana, 1961-62.
- Emilio Bobadilla (Fray Candil), Selección de poemas, prólogo de Elías Entralgo, Editorial de la Universidad de La Habana, 1962, 328 págs.
- José Martí, Páginas inéditas o dispersas, introducción y notas por Gonzalo de Quesada y Miranda, Editorial de la Universidad de La Habana, 1963, 316 págs.
- Emilio Bobadilla, Crítica y sátira, Editorial de la Universidad de La Habana, 1964, X + 371 págs.
- José Manuel Mestre, Obras, introducción por Loló de la Torriente, Editorial de la Universidad de La Habana, 1965, XXVIII + 434 págs.
- Emilio Bobadilla (Fray Candil), A fuego lento, con «Fray Candil» en una Novela por Salvador Bueno, Editorial de la Universidad de La Habana, 1965, XL + 293 págs.
- Miguel Ángel Limia, Prosas con Bosquejo de Miguel Ángel Limia, prosista, por Rubén Martínez Villena, Universidad de La Habana, 1965, XVI + 107 págs.
- Archivo de Gonzalo de Quesada (y Aróstegui), Documentos históricos, introducción y notas por Gonzalo de Quesada y Miranda, Editorial de la Universidad de La Habana, 1965, 552 págs.
- Miguel Ángel de la Torre, Prosas varias, Introducción de Elías Entralgo, Editorial de la Universidad de La Habana, 1966, XVIII + 433 págs.
Visto el desarrollo de la colección hasta el número 34, último publicado en 1966, se aprecia que el objetivo inicial quedó algo trunco y quizás algo desvirtuado. De las obras de Félix Varela, se editaron las I, VI, VII, VIII y IX, aunque se desconoce la asignación de sus Lecciones de Filosofía (números 24, 25 y 26 de la colección) y si habría alguna obra posterior a la IX. De las obras de José de la Luz y Caballero quedaron publicadas todas desde la I hasta la VII, desconociendo si habría alguna posterior pendiente. De las obras de José Agustín Caballero, se editaron la I y la II, ignorando si faltaría alguna del alcance inicial previsto.
Las obras anteriores quedaron ya editadas en 1962, con el número 26. Las ocho obras aparecidas a partir de entonces no incluyen ninguna de las ausentes de Félix Varela. Se pierde el ambicioso objetivo inicial de «obras completas de autores nacionales» y se echa en falta abordar la publicación de las obras de Enrique José Varona, la otra gran figura de la filosofía cubana de fines del XIX y principios del XX. La selección de obras y de autores parece reflejar un cambio de orientación, al consistir éstas de crónicas mayormente y de poesía, y ser éstos de relevancia cultural muy variable (José Martí frente a Miguel Ángel Limia). No cabe duda de la dificultad de una línea editorial consistente a lo largo de veintidós años, más aún en el caso de Cuba debido a los fuertes trastornos políticos y culturales a partir de 1959 y en los sesenta.
Como puede verse en la siguiente tabla, se publicaron en esta colección obras de diez autores, de los que cinco (cuyas obras suman 27 de los 34 volúmenes editados) desarrollaron completamente su curso vital en la Cuba que formaba parte de España, antes de 1898:
1762-1835 | José Agustín Caballero | 3 |
1788-1853 | Félix Varela Morales | 9 |
1800-1862 | José de la Luz Caballero | 13 |
1826-1919 | Andrés Poey Aguirre | 1 |
1832-1886 | José Manuel Mestre | 1 |
1853-1895 | José Martí Pérez | 1 |
1862-1921 | Emilio Bobadilla Cárdenas (Fray Candil) | 3 |
1868-1915 | Gonzalo de Quesada y Aróstegui | 1 |
1884-1930 | Miguel Ángel de la Torre | 1 |
1900-1932 | Miguel Ángel Limia | 1 |
Marcelino Menéndez y Pelayo, en su Historia de la poesía hispanoamericana (que comieza a publicar en 1911, un año antes de su fallecimiento) dejó escrito el siguiente comentario:
«Del régimen moderno de España en sus Antillas han solido formarse muy duros y apasionados juicios: no es del caso atacarlo ni defenderlo; pero como fieles historiadores, hemos de consignar que, a despecho de la decantada tiranía militar, y a despecho de las guerras civiles, que han empapado de sangre aquel hermoso suelo, todavía Cuba, en poco más de ochenta años, ha producido, a la sombra de la bandera de la Madre Patria, una literatura igual, cuando menos, en cantidad y calidad, a la de cualquiera de los grandes Estados americanos independientes, y una cultura científica y filosófica que todavía no ha amanecido en varios de ellos. Sería temeridad atribuir tales progresos al lazo político que sigue uniendo a Cuba con su metrópoli europea, pero también sería insensato suponer en los españoles un propósito deliberado y tenaz de matar los gérmenes de civilización en sus provincias ultramarianas, cuando vemos florecer bajo el régimen autoritario de nuestros Capitanes generales, no sólo la poesía con Heredia, Milanés, la Avellaneda y Luaces, sino la filosofía y las ciencias naturales y económicas con Varela, Luz Caballero, Saco y Poey. Es cierto que el espíritu general de los literatos y de los hombres de ciencia en Cuba ha solido ser sistemáticamente hostil a España; pero aún esto es indicio de no haber sido tan grande la represión de las ideas como se pondera, a no ser que supongamos muy torpes o muy inhábiles a cuantos se han empeñado en atajarlas el paso e impedir su difusión. Y ciertamente que si comparásemos (dicho sea sin ofensa de nadie) el cuadro de la literatura y de la ciencia en la española provincia de Cuba, con el que ofrece la vecina isla de Santo Domingo o las no muy distantes Repúblicas de la América Central, para no hablar de Bolivia y otros Estados del Sur, quizá resultase muy dudosa esa virtud mortífera que se atribuye al régimen colonial. Y si extendiendo todavía más la consideración, reparamos que Cuba, con territorio relativamente tan exiguo, y con historia tan moderna, vale y representa en la historia del pensamiento americano, tanto como México, Colombia o la República Argentina, y más que Venezuela, el Ecuador o el Uruguay, quizá saquemos por última consecuencia que no tienen tanta razón algunos hijos de aquella isla para lamentarse de no haber sacudido el yugo de la tiranía ibera cuando se emanciparon los demás criollos, puesto que, a lo menos bajo el aspecto intelectual, no se ve que hubieran ganado mucho en el cambio. Pero dejando a un lado tales disquisiciones, que son siempre muy resbaladizas y deben huirse cuidadosamente en obra que quiere ser de paz y concordia como la presente, y ateniéndonos al aspecto meramente estético...» (Obras Completas, vol. XXVII, Edición Nacional, Madrid 1948, páginas 210-211)
Valoración que debe contrastarse con la realizada, en 1948, por el estudioso cubano Medardo Vitier:
«D. Marcelino –bien se sabe– no perteneció a los liberales españoles ni apreció con simpatía la independencia de los países de lengua castellana en América. Habiendo sido Cuba el último en separarse de la Metrópoli, el famoso polígrafo subraya la circunstancia de que la considerable producción literaria y la importancia de los estudios científicos y filosóficos en Cuba, durante el siglo pasado, se manifestaron siendo el país una colonia española.
Así es, pero como ha de verse por el presente examen de la filosofía en nuestra última centuria colonial, casi todo aquel movimiento que mantenía a las minorías cubanas en contacto con el pensamiento europeo era efecto, no de condiciones docentes favorables, sino del estado de tensión en que vivieron varias generaciones.
La preocupación por la suerte del país, el oído atento a las voces de mejor mensaje, la vigilancia intelectual de los más enterados, son los factores que explican la cohesión y la continuidad de nuestra cultura –en buena parte filosófica– desde las postrimerías del siglo XVIII, en que el P. José Agustín Caballero escribe todavía en latín su Philosophia electiva (1797) hasta 1895, cuando nuestra última guerra de independencia interrumpió por acá las actividades del espíritu.
Por manera que la densidad ideológica de nuestro siglo XIX, lejos de explicarse por el ambiente oficial débese, en mucho, a la actitud contra un régimen político torpe y anacrónico.
Por lo demás, D. Marcelino, aun dentro de sus credos conservadores y su apego a la monarquía, juzgó con objetividad y acierto a los escritores hispanoamericanos» (La filosofía en Cuba, FCE, México 1948, págs. 15-16.)
La Biblioteca de Autores Cubanos de la Universidad de La Habana no debe confundirse con otras dos colecciones de idéntico nombre. La más reciente con este nombre no lleva ordinales en los volúmenes editados y la publicó durante un año (¿?) el Instituto de Literatura y Lingüística de la Academia de Ciencias de Cuba, coincidiendo aproximadamente con la desaparición de la publicada por la Universidad de La Habana. Los números editados conocidos son:
- Antonio Bachiller y Morales (1812-1889), Apuntes para la historia de las letras y de la instrucción pública en la isla de Cuba, contiene Biografía de Antonio Bachiller y Morales, por Vidal Morales y Morales. Academia de Ciencias de Cuba, Instituto de Literatura y Lingüística, La Habana 1965-.
- Juan Clemente Zenea (1832-1871), Poesía, recopilación y prólogo de José Lezama Lima. Editorial Nacional de Cuba, Academia de Ciencias de Cuba, Instituto de Literatura y Lingüística, La Habana 1966, 384 págs.
- Juana Borrero (1878-1896), Epistolario. Academia de Ciencias de Cuba, Instituto de Literatura y Lingüística, La Habana 1966-. V + ¿? págs.
- Juana Borrero (1878-1896), Poesías. Academia de Ciencias de Cuba, Instituto de Literatura y Lingüística, La Habana 1966, 220 págs.
La otra Biblioteca de Autores Cubanos es anterior y la comenzó a publicar la Academia Nacional de Artes y Letras de Cuba en 1926, pero sólo sabemos de una primera entrega:
- Ricardo del Monte (1828?-1909), Obras, Academia Nacional de Artes y Letras, El Siglo XX, Habana 1926.
Otras colecciones de libros cubanos con nombres similares han aparecido, con menor o mayor continuidad, desde la época colonial.