Filosofía en español 
Filosofía en español

Benito Antonio Salvador de la Cruz  1906-1991

Benito Antonio Salvador de la Cruz

Profesor de filosofía y abogado español, nacido en Jerez de los Caballeros (Badajoz) en 1906. Presbítero católico en 1928, tras la guerra civil fue el primero en obtener, en 1941, el doctorado en filosofía en la universidad de Madrid. Ejerce como profesor en varios colegios privados de la capital y en 1952 acepta una invitación para marchar a las Américas como docente, ejerciendo durante el resto de la década en Ecuador y Colombia. Vuelto a España colabora en 1961 y 1963 en la Revista de Filosofía del Instituto Luis Vives, y publica La génesis de nuestro concepto de justicia (Instituto Editorial Reus, Madrid 1963, 52 págs.). Contrajo matrimonio tras secularizarse y falleció en Madrid el 30 de diciembre de 1991.

Cursa estudios eclesiásticos en el Seminario de Badajoz y alcanza el sacerdocio: en agosto de 1928 celebra su primera misa en su pueblo natal. En el curso 1929-30 ejerce como profesor en el Seminario Conciliar Diocesano de Badajoz, e interviene en distintas ceremonias religiosas públicas: en Jerez de los Caballeros, en Badajoz, en Corte de Peleas, &c. Su prestigio como predicador se verá incrementado, en tanto que director diocesano de la Obra Pontificia de San Pedro, como principal animador de los Días Misionales que se van celebrando por toda la provincia de Badajoz en el verano y otoño de 1930: Azuaga, Hornachos, Bienvenida, Segura de León, &c.

«Apertura del curso académico. En el Seminario Conciliar de San Atón. […] Distribución de gracias. Alumnos favorecidos con beca. […] don Benito Salvador de la Cruz.» (Correo de la mañana, Badajoz, 2 de octubre de 1919, pág. 3.)

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«Jerez de los Caballeros. Primera misa. En la parroquia de San Bartolomé ha celebrado su primera misa el nuevo presbítero, natural de este pueblo, don Antonio Salvador. Asistieron a la ceremonia numerosos invitados y la presenció el vecindario, que ocupaba totalmente las naves del templo. En las inmediaciones de la iglesia el tránsito se hacía difícil. Terminada la misa, se obsequió con un banquete a los invitados. Reciba nuestra sincera enhorabuena el señor Salvador y su familia, y no le falte para el cumplimiento de su difícil misión la asistencia de Dios y su obra sea fructífera en bienes espirituales de aquellos a quienes dirija en la vida del espíritu.» (Correo Extremeño, Badajoz, 17 de agosto de 1928, pág. 5.)

«Jerez de los Caballeros. En el Colegio de la Divina Pastora se verificó el reparto de premios. […] en la presidencia figuraba la egregia fundadora de la Casa-Colegio, doña Cecilia de Arteaga, que tenía a su derecha al venerable director espiritual del colegio, reverendo padre Federico María de Casa, superior de los Misioneros, y a su izquierda al preclaro sacerdote, hijo del pueblo, don Benito Antonio Salvador de la Cruz. […] Luego el sacerdote don Benito Antonio Salvador de la Cruz, con frases fluidas habla de la misión docente que corresponde por derecho propio a la Iglesia, que la ejercita por los sacerdotes y religiosos.» (Correo Extremeño, Badajoz, 5 de julio de 1929, pág. 5.)

«La vida en la ciudad. En las Carmelitas. El día 7 dará comienzo en esta iglesia la solemne novena que a su seráfica Madre Santa Teresa de Jesús le dedican las Carmelitas descalzas. […]. Los días 13 y 14 don Antonio Salvador de la Cruz, profesor del Seminario.» (Correo Extremeño, Badajoz, 5 de octubre de 1929, pág. 2.)

«Corte de Peleas. Resumen de las últimas fiestas celebradas. El pasado domingo se celebró en este pueblo una magnífica fiesta en honor a la Inmaculada, que resultó brillantísima, gracias a la incansable labor que viene realizando el virtuoso párroco don Primitivo Leal. […] Ofició la misa el culto profesor del Seminario don Antonio Salvador de la Cruz, acompañándole don José Reseco Lozano, distinguido profesor del Seminario, y el referido párroco don Primitivo Leal. […] A las cuatro de la tarde comenzó la procesión, dirigiéndola el incansable párroco, y a la que asistieron, además de la Congregación, los niños de las escuelas con banderitas de color azul y blanco, y una nutrida masa de jóvenes de la localidad, que recorrieron las principales calles. Terminada ésta se dió comienzo a la novena, que estuvo a cargo de don José Reseco, y acto seguido dirigió la palabra don Antonio Salvador de la Cruz, que en una corta y sentida plática ensalzó la figura de la Inmaculada, alentando a todos los fieles y especialmente a la Congregación, para que continúen realizando obras tan útiles y beneficiosas como la presente.» (Correo Extremeño, Badajoz, 12 de diciembre de 1929, pág. 3.)

«Jerez de los Caballeros. En la residencia de los Misioneros del Corazón de María se celebró una animada función teatral, en la que tomaron parte numerosos aficionados. […] 14. La divertida pantomima rítmica, con orquesta, acompañada al melodio por don José Salvador de la Cruz, sacerdote y licenciado en Filosofía y Letras, titulada “El barbero”, interpretada por los jóvenes M. Fonseca, barbero; Timoteo Tinoco, oficial; Alejo Brioso, aprendiz; Esteban Vázquez y Manuel López, clientes.» (Correo Extremeño, Badajoz, 26 de marzo de 1930, pág. 2.)

«Vida religiosa. En las Carmelitas. Solemne triduo. […] Después de exponerse el Santísimo y rezarse la estación mayor y el santo Rosario, se hará el ejercicio correspondiente, habiendo después plática, que estará hoy a cargo del doctor don Antonio Salvador de la Cruz, y la de mañana al del también doctor don Juan Fernández y Fernández, ambos profesores del Seminario.» (Correo Extremeño, Badajoz, 30 de marzo de 1930, pág. 4.)

«Desde Azuaga. Se celebró con gran animación el Día Misional. Azuaga ya, gracias a Dios, es un pueblo misionero, que habiéndosele puesto ante su vista más de mil millones de infieles está decidido a cooperar con los misioneros, a llevar la luz de nuestra santa religión a aquellos pobres hermanos suyos. Y claramente lo ha expresado en el Gran Día Misional celebrado en ésta el 26 del próximo junio. […] El sermón estuvo a cargo del director diocesano de la Obra Pontificia de San Pedro apóstol, doctor, don B. Antonio Salvador de la Cruz, profesor del Seminario conciliar de Badajoz, que tan sabiamente expuso y desarrolló este tema: “Euntes in universum mundum et pradicate evangelium omni creatura”.» (Correo Extremeño, Badajoz, 4 de julio de 1930, pág. 3.)

«Hornachos. Se celebra con gran solemnidad la festividad de la Virgen del Carmen. […] Predicó don Antonio Salvador de la Cruz, profesor del Seminario de Badajoz, que por haber dejado el canto de alabanzas a la Virgen para el sermón que predicaría en la tarde de este día, habla de las misiones, por cuyo ofrecimiento se aplican, conjuntamente, estos cultos. Después de exponer sucintamente los obstáculos que en la evolución histórica se han puesto a la difusión del cristianismo, tras lo que siempre brilló el sol de la paz, durante el que la Iglesia influía y penetraba en todas las almas, hace resaltar la trascendencia del momento presente, que exige nuestra cooperación mejor si son seres que se presten a, marchando hacia regiones salvajes, ahuyentar las tinieblas que entenebrecen los espíritus de sus habitantes, y de todos modos, surgiendo o sin aparecer estas vocaciones, nuestras oraciones y limosnas. Hablo desembarazadamente, con verbo tan abundante, propio y natural, que el auditorio, dominado y subyugado desde sus primeras palabras, ha manifestado ostensiblemente las impresiones agradables que le producía. Y yo, cronista de este hecho, te digo, lector de este difundido periódico, que me produce gran placer el empleo de estas palabras como juicio, porque francamente corresponden a su oratoria; más bien estoy temeroso de que no reflejen cuanto merecen. […] Terminado el acto, el predicador don Antonio Salvador, que en unión de don Medardo Velarde, el alcalde don Juan Vizuete, que a pesar de su juventud tan bien personifica la suprema dignidad municipal, y la Junta directiva del Ropero, que lo presidía, habla de nuevo sobre las misiones y el conmovedor acto que acaban de realizar. Por la tarde se reza la novena con cantos intercalados, a cuya terminación don Antonio Salvador predicó sobre la Virgen del Carmen, rayando a la misma altura que por la mañana.» (Correo Extremeño, Badajoz, 19 de julio de 1930, pág. 8.)

«Hornachos. Viajeros. Ha salido […] –Para Jerez de los Caballeros, el profesor del Seminario de Badajoz, don Antonio Salvador de la Cruz.» (Correo Extremeño, Badajoz, 20 julio 1930, p. 12.)

«Información de Bienvenida. Nos informan de que el próximo día 8 de agosto llegará a nuestro pueblo el incansable batallador pro misiones, culto profesor del Seminario Conciliar diocesano, don Antonio Salvador de la Cruz, y que merced a su iniciativa y patrocinados por el señor cura don José Solís, se preparan diversos actos religiosos y de divulgación que no dudamos serán acogidos con entusiasmo por el vecindario, prestándole el realce y brillantez que merecen y aportando todos la ayuda de su entusiasmo y el estimulante de su fe cristiana. […] y en la noche, en el local escuela, galantemente cedido por el maestro, señor Báez Martínez, dará una conferencia con proyecciones el ya citado señor Salvador de la Cruz. Oportunamente daremos cuenta de estos actos.» (Correo Extremeño, Badajoz, 2 agosto 1930, pág. 9.)

«Noticias de Bienvenida. Se celebran algunos actos en pro de las misiones. Los festejos que habíamos anunciado se celebrarían el próximo día 8, tuvieron lugar, coincidiendo con la festividad de Nuestra Señora de los Ángeles, patrona de la iglesia parroquial, el pasado sábado, día 2 de los corrientes, y transcurrieron dentro del mayor entusiasmo y fe, viéndose todos estos actos sumamente concurridos por lo más “chic” de nuestra villa. El programa a que se ajustaron estos susodichos actos fue el siguiente: A las nueve de la mañana del referido sábado 2, de los actuales, misa solemne, oficiada por el señor cura párroco, ocupando en ella la sagrada cátedra el incansable batallador pro misiones doctor don Antonio Salvador de la Cruz, profesor del Seminario diocesano y organizador de los tan repetidos cultos y festejos, quien con elocuente frase hizo el panegírico de la Santísima Virgen, protectora de las misiones; cantándose durante el ofertorio escogidas plegarias por las niñas de la Santa Infancia, quienes también, y durante la comunión general, entonaron fervorines y motetes. […] Por la noche, y en el local escuela de niños, galantemente cedido por el maestro don Ramón Báez Martínez, celebróse una velada literaria con sujeción a este programa: Prolusión, por don Antonio Salvador de la Cruz. “Cosas de actualidad”, diálogo, por las niñas María Báez y Faustina Núñez. “Escena de misiones”, diálogo, por los niños Juan Galán y Dionisio Velasco. “Al misionero”, poesía, por Tomasa Cotano. […] Todos los que tomaron parte en esta velada fueron muy aplaudidos, y ocuparon la presidencia de ella, juntamente con don Antonio Salvador, el señor teniente primero de alcalde, don Blas Cortés Núñez, el señor cura don José Solís, el coadjutor don Alejandro Bayón y el comandante del puesto de la Guardia civil don Aurelio Chavero, viéndose éste como los demás actos sumamente concurridos, según apuntamos al principio de esta croniquilla.» (Correo Extremeño, Badajoz, 6 agosto 1930, pág. 4.)

«El Día Misional de Segura de León. […] Después de dos hermosas conferencias, ilustradas con multitud de proyecciones, que explicó acabadamente y con gran aplauso del público en el teatro Victoria el culto catedrático del Seminario de Badajoz don Antonio Salvador de la Cruz, y que sirviera de adecuada preparación a la comunión general, asistió gran muchedumbre del pueblo, comulgando 333 personas, la mayor parte niños, que cantaron la misa de Angelis y motetes eucarísticos y marianos. Durante la misa predicó fervorosamente el mencionado don Antonio Salvador, y excitó a rogar por los niños infieles en un fervorín, al momento de comulgar, el párroco don Manuel Medina Gata, canónigo de Badajoz. Fue sobremanera solemne la bendición de los niños. […] “La muñeca de China”. A la noche representóse en el teatro Victoria, atestado de público, el gracioso y hermoso melodrama “La muñeca de China”, obra del padre Gaspar Pintado, jesuíta, y del maestro Beavide. […] La obra, en la parte dramática, fue dirigida por el profesor del Seminario don Antonio Salvador, y en la parte musical por el coadjutor don José Oliva, a los que transmitimos nuestra enhorabuena.» (Correo Extremeño, Badajoz, 4 octubre 1930, págs. 6-7.)

«Vida religiosa. En las Carmelitas. Solemne triduo. […] Se celebrará en esta santa iglesia en los días 12, 13 y 14 del presente mes en honor de Santa Teresita del Niño Jesús, costeado por la señora doña Dolores Villanueva de Mendoza, en acción de gracias por un favor recibido de tan milagrosa santa. A las cinco y media de la tarde, y expuesto el Santísimo, se rezará el santo Rosario, y hecho el ejercicio correspondiente habrá plática a cargo del reverendo señor don Antonio Benito Salvador de la Cruz, profesor del Seminario, el primer día; […]» (Correo Extremeño, Badajoz, 11 diciembre 1930, pág. 2.)

Cursó también la carrera de Derecho. Tras la guerra civil fue el primero en obtener el doctorado en filosofía en la universidad de Madrid, con la tesis doctoral Fundamentos de la moral y del derecho en la escuela española del derecho natural (83 hojas), dirigida por Manuel García Morente, y defendida el 19 de noviembre de 1941, ante un tribunal del que formaban parte, además del director de la tesis, Juan Zaragüeta Bengoechea, Juan Francisco Yela Utrilla, Bruno Ibeas OSA y Víctor García Hoz (doctor en pedagogía desde el año anterior). Este es el resumen de la tesis, publicado en 1953:

«Benito Antonio Salvador de la Cruz. Fundamentos de la moral y del derecho en la escuela española del derecho natural (19 noviembre 1941.)
I. Prolegómenos
Superado ya el positivismo jurídico y el formalismo ético, la doctrina elaborada por la Escuela Española del siglo XVI nos ofrece grandes posibilidades de avanzar en la nueva dirección ético-jurídica.
El autor ha limitado el estudio de dicha Escuela a Suárez, porque “en él se oye toda la Escuela” y ha centrado su investigación en el tratado de las Leyes, porque éste representa la plenitud de Suárez.
Plantea el problema conjuntamente para la Moral y para el Derecho, porque a su juicio son especies de un mismo género y el problema de su fundamentación es genérico y específico.
Esta es la razón de que en nuestros clásicos se advierta una indiferenciación de lo moral y de lo jurídico en torno a la cual se han formulado opiniones que el autor desestima por igual.
No comparte la opinión de los que lo consideran como algo falto de madurez. Suárez, por ejemplo, distingue perfectamente la Moral y el Derecho por su fin y, consiguientemente, por su materia.
Pero es igualmente infundada la opinión de los que como Kelsen consideran acertado este modo de tratar las cuestiones morales y jurídicas, porque Moral y Derecho realmente no difieren en el plano de lo ideal, y la diferenciación se debe al Derecho positivo.
Tampoco admite la opinión de que la coactividad es nota diferencial del Derecho, pues la coacción es una exigencia de la jurisdicción, como ésta lo es de la legislación, sea ésta moral o jurídica. Debe distinguirse coactividad y coercibilidad.
Y contra Stammler cree que la Moral es igualmente autárquica que el Derecho, pues hay una moral imperativa lo mismo que hay un Derecho imperativo y una Moral parenética –la Ascética–, lo mismo que hay un Derecho parenético –la Urbanidad–. Las esferas, por tanto, de lo ético no son tres: Moral, Derecho y Usos como pretende Stammler, sino dos: Moral y Derecho, con dos subesferas cada una: una imperativa y otra parenética.
II. Exposición del libro segundo de las Leyes
Criterio de la misma. La ley eterna. La ley natural.
III. Distinción de órdenes éticos
La dirección lógica actual es distinta de la de Suárez en el Tratado de las Leyes, pues él va de la ley eterna a la natural y de ésta a la positiva; hoy vamos de la positiva a la natural y hemos de ir de ésta a la eterna.
Pero antes de entrar en el problema de la fundamentación el autor precisa los conceptos distinguiendo los varios órdenes éticos para evitar equívocos e involucraciones lamentables.
Distingue cuatro órdenes éticos: el óntico, el psíquico, el lógico y el gnoseológico.
La esencia ética es entitativamente una relación real entre el acto humano y la naturaleza racional del hombre, y es intrínseca al acto tanto en el sentido de que la tiene por sí independientemente de toda voluntad, como en el sentido de que la tiene por sus constitutivos intrínsecos, pues no sólo el objeto, sino también el fin y las circunstancias son intrínsecas al acto, no específica, sino individualmente considerado.
Es falso que haya actos que sólo son malos porque están prohibidos, pues si no fueran en sí malos no tendría razón de ser el prohibirlos.
Claro es que la prohibición o mandato añade a su eticidad intrínseca una eticidad extrínseca de carácter formal.
Constituyen el orden psíquico-ético: los juicios éticos, tanto teóricos sobre la rectitud de los actos, como los prácticos sobre si en consecuencia se han de hacer o evitar; los sentimientos éticos de agrado o desagrado que en nosotros despiertan las esencias éticas; las tendencias éticas, por las cuales nos inclinamos a hacer o no hacer dichos actos y, por último, la voluntad de decisión.
Pertenece también al orden psíquico-ético la voluntad de mandato o prohibición en el legislador.
Distintos de los actos psíquicos, en los cuales se nos dan como contenido de los mismos, son las verdades éticas y los preceptos éticos. Forman el orden lógico-ético y gozan de prioridad lógica respecto de los actos psíquicos, que forman el orden psíquico-ético.
Por último, distinto del orden lógico-ético es el orden gnoseológico-ético, representado por el conocimiento de esas verdades y esos preceptos.
IV. Fundamentación de la moral y del derecho
No sólo hay Derecho positivo, sino también Moral positiva, pues las normas de moral establecidas por las distintas religiones y por las costumbres de los pueblos, tienen carácter positivo.
El positivismo moral y jurídico ha intentado fundamentar la Moral y el Derecho positivos en la libre convención entre los hombres, en la experiencia o en la historia. Pero superados hoy el historicismo, el psicologismo y el relativismo, dicha fundamentación se ha revelado inconsistente.
El positivismo mismo se ha revelado erróneo por su identificación básica de lo dado en general y lo dado en la experiencia.
Hay una Moral y un Derecho materiales de los que si bien no cabe prueba a priori en la dirección lógica en que hoy nos movemos, deben considerarse como definitivas las cinco vías a posteriori basadas en la inmutabilidad, defectibilidad, participación, causalidad y necesidad de fundamentación de las normas positivas.
Ni puede negarse, a juicio del autor, la validez de la prueba basada en el sentimiento de justicia.
Esta Moral y Derecho naturales son el único fundamento posible intrínseco y material de la Moral y del Derecho positivos, pues la autoridad del que manda o prohíbe es sólo fundamento extrínseco y formal.
La Moral y el Derecho positivos no son, por tanto, constitutivos, sino puramente imperativos.
Y lejos de ser verdad que no hay más Moral ni más Derecho que los positivos, la verdad es que no hay más Moral ni más Derecho que los Naturales, y que aquellos no son sino éstos positivamente imperados.
Por eso conviene distinguir bien los distintos sentidos en que se habla de Moral y Derecho naturales y positivos.
Se ha recorrido con esto el estado en que se encuentra hoy la investigación ética.
Pero el autor se pregunta si no ha llegado el momento de dar el segundo paso lógico, yendo de lo natural a lo eterno, superando también en esta dirección la dimensión teológica de la Ética de Scheler.» (Sumarios y extractos de las Tesis Doctorales leídas desde 1940 a 1950 en las secciones de Filosofía y Pedagogía, Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Madrid, Madrid 1953, págs. 11-16.)

A pesar de ser doctor, y de intentarlo, no logró incorporarse a ningún cuerpo público de profesorado:

«Orden de 15 de julio de 1942 por la que se dispone se publique la relación definitiva de opositores admitidos a la práctica de los ejercicios para la provisión de cátedras de los Institutos de Enseñanza Media, según convocatoria de 26 de marzo de 1942. […] Relación definitiva de opositores aspirantes a Cátedras de los Institutos de Enseñanza Media, por oposición en turno libre, según convocatoria de 26 de marzo de 1942. […] Filosofía […] D. Antonio Rodríguez Huéscar. D. Jaime Bofill y Bofill. Dª. María Aurelia Capmany Farnés. D. Benito Antonio Salvador de la Cruz. Dª. Teresa María Sánchez Martín, […].» (BOE, 20 julio 1942, páginas 5338 y 5340.)

«Declarando admitidos y excluidos a los señores que se indican a las oposiciones a las cátedras de “Introducción a la Filosofía”, de las Universidades de Oviedo, La Laguna y Salamanca. […] 2.º Declarar admitido, por reunir las condiciones exigidas en la convocatoria, a don Juan Pérez Millán, y excluidos, por los motivos que se indican, a los siguientes señores: Don Manuel Souto Vilas (debe presentar certificado de depuración como Catedrático de Instituto), don Jacinto de la Riva Silva (falta partida de nacimiento, legalizada y legitimada; recibo de haber abonado los derechos por formación de expediente y justificar estar depurado), don Benito Antonio Salvador de la Cruz (no presenta certificado negativo de antecedentes penales) y don José Solas García (por haber tenido entrada su instancia fuera del plazo reglamentario); y 3.º Que durante los diez días siguientes al de la publicación de este anuncio en el Boletín Oficial del Estado se podrán interponer las reclamaciones y recursos […].» (BOE, 20 septiembre 1942, página 7322.)

En el Madrid de los años cuarenta fue profesor en varios colegios privados (Colegio Nuestra Señora del Pilar, Liceo Francés). Amigo de Santiago Montero Díaz, le incitaba a que fuera exigente con su sobrina, Victoria Salvador Orodea (1928-2013), alumna de la Facultad de Filosofía y Letras. En 1952 acepta una invitación para marchar a las Américas como profesor, y ejercerá durante el resto de la década en Ecuador, Colombia, &c. En 1952 fue contratado como profesor por la Universidad de Guayaquil, en Ecuador. Desde allí se desplazó como conferenciante a Bogotá, a la Universidad Nacional de Colombia. Se asentó después en la ciudad colombiana de Popayán, contratado por la Universidad del Cauca.

«[Ezequiel González Mas] consiguió venir contratado en 1952 a la Universidad de Guayaquil, como profesor de Literatura, encontrando en América el amplio horizonte que nadie tenía ni gozaba en su sufrida Patria, y también arribaron con él otros ilustres profesores como el filósofo Antonio Salvador de la Cruz y el historiador Juan Astorga que enseñaron en la Universidad de Guayaquil y el filósofo Francisco Alvarez González y el filólogo románico Luis Fradejas Sánchez contratados por la Universidad de Cuenca. Esta pléyade de talentos eruditos vinieron al Ecuador merced a las gestiones realizadas por el entonces Ministro de Educación Dr. Carlos Cueva Tamariz, quien se preocupó en renovar el panorama universitario con gentes tan valiosas, lo que logró solo por la situación política de la España franquista.» (Rodolfo Pérez Pimentel, Diccionario Biográfico del Ecuador, tomo 6, Guayaquil 1987-, s.v. “Ezequiel González Mas”; versión de internet.)

«El catedrático español, doctor Antonio Salvador de la Cruz, actualmente profesor de Historia de la Filosofía en la Universidad de Guayaquil, disertó en el aula máxima de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional sobre temas de Filosofía y Filosofía del Derecho. Las conferencias del profesor de la Cruz, patrocinadas por las Facultades de Filosofía y Letras y Derecho, versaron sobre los siguientes temas: I. La función de la filosofía de la Universidad. II. Las direcciones actuales de la filosofía. III. Hacia un nuevo derecho natural. IV. Ética y Derecho.» («Vida de la filosofía» [en 1953], Ideas y Valores, Facultad de Filosofía y Letras, Universidad Nacional de Colombia, vol. 3, 1954, nº 9-10, pág. 106.)

«La Universidad Nacional de Colombia recibió durante el año numerosas visitas de altas personalidades científicas procedentes de diversos países e instituciones europeas y americanas. Entre los más eminentes catedráticos que honraron las aulas de las Facultades podemos mencionar los siguientes: En la Facultad de Filosofía y Letras. […] El Profesor Antonio Salvador de la Cruz, catedrático universitario español, disertó sobre “Direcciones actuales en la Filosofía europea”. […] Facultad de Derecho. El tratadista y catedrático español doctor Antonio Salvador de la Cruz, dos conferencias: “Hacia un nuevo Derecho Natural” y “Ética y Derecho”.» («Visitantes ilustres», Universidad Nacional de Colombia, Anuario de labores 1953-1954, Imprenta Nacional, Bogotá 1955, págs. 241-242.)

El médico Juan Manuel Ortiz Picón (Madrid 1903-Granada 1995), quien permaneció oculto en su domicilio de Madrid durante la guerra, siendo depurado y rehabilitado en 1939 en su cargo como funcionario de la Dirección General de Sanidad, y obtuvo licencia a principios de 1953 para trasladarse a desempeñar una cátedra en la Universidad de Cauca (Popayán, Colombia), donde permaneció hasta septiembre de 1956, en que volvió a España y se jubiló como catedrático de la Universidad de Granada, recuerda en sus memorias cómo hizo amistad (a comienzos del curso 1955-56) con Antonio Salvador, cuando éste llegó a Popayán contratado por la Facultad de Derecho de la Universidad de Cauca:

«Así transcurría mi existencia cuando un día en que fui a hablar con el Rector de la Universidad, éste me dijo: “¿Conoce usted al nuevo profesor español que ha llegado contratado para la Facultad de Derecho?”. Era la primera noticia que yo tenía de que hubiera sido “importado” otro profesor español por la Universidad del Cauca. Pregunté al Rector el nombre del nuevo profesor y dónde se hospedaba; su nombre: Antonio Salvador de la Cruz; su alojamiento: el Hotel Lindberg, muy próximo a la Universidad. Curioso por conocer al recién llegado, anduve el breve trayecto pensando que el nuevo profesor pudiera haber sido introducido por intercesión del Ministerio español de Educación y, en consecuencia, quizá fuese persona muy ortodoxa respecto a la ideología política imperante en España: posiblemente un elemento del “Opus Dei”…, lo que no me hacía ninguna gracia.
Ya desde el primer contacto con mi compatriota, y luego de un largo diálogo, tuve la impresión de que era hombre con espíritu liberal. Antonio Salvador de la Cruz, soltero y extremeño, de casi mi misma edad y con habitual residencia en Madrid, me pareció persona culta en materias de Letras y Filosofía; se vanagloriaba de haber sido discípulo de Ortega y Gasset, de García Morente y de Zubiri. Por ésto, pude enseguida intuir su talante humanístico. Antonio Salvador –que además de doctor en Filosofía, había hecho la carrera de abogado– había sido contratado por la Universidad del Cauca (y no tan ventajosamente como yo, lo que le tenía muy contrariado) con ocasión de una “tournée”, como conferenciante, por varios países de Hispanoamérica.
Antonio Salvador parecía haber venido a Popayán para aliviar mi soledad; pues departíamos durante horas en el transcurso de largos paseos por la frondosa campiña payanesa; frecuentemente comíamos juntos en el “Club Popayán” o en la “Lonchería Belalcázar”, y tomábamos excelente café en una cafetería –intitulada “Real Madrid”– que regentaba un libanés llamado Tullic. Así fuimos intimando Salvador y yo hasta hacernos inseparables amigos, no obstante ser bastante diferentes: yo, ingénitamente extrovertido, lo era aún más con mi amigo por la confianza que éste me merecía; él, más bien introvertido, con reserva explicable –por lo que supe años más tarde– dado mi agnosticismo religioso (3). Sin embargo, Salvador reía cuando yo expresaba algún juicio adverso a la intransigente y politizada Iglesia católica española (¡aún no se vislumbraba el camino provocado por el segundo Concilio Vaticano!): pero se mostraba disconforme si yo me expresaba en contra de algo fundamental al Dogma. Salvador se mostraba afectuoso conmigo y con mi hijo, al que sabía aconsejar mejor que yo.
En cuanto disponíamos de unos pocos días festivos, Antonio Salvador y yo nos íbamos a pasarlos en Cali, alojándonos ambos en una misma habitación del Hotel: y como llevaba frecuentemente conmigo algún libro de mi admirado Salvador de Madariaga –para leer en la cama por las noches–, mi amigo solía repetir jocosamente: “Picón, usted siempre con su Madariaga”. Las vacaciones de Navidad y primeros días de 1956, los pasamos Antonio Salvador, mi hijo y yo en Bogotá, haciendo en avión los viajes de ida y regreso.
(3) Después de haber regresado a España, casualmente me enteré de que mi amigo Antonio Salvador era sacerdote católico; y a la vuelta de éste supe que estaba en trance de ser secularizado, lo que consiguió luego del segundo Concilio Vaticano. He continuado manteniendo una excelente y muy cordial amistad con Antonio Salvador.» (Juan Manuel Ortiz Picón, Una vida y su entorno (1903-1978). Memorias de un médico con vocación de biólogo, CSIC, Madrid 1993, págs. 279-280.)

Si Ortiz Picón no se confunde de año o de estación, en el verano de 1957 Antonio Salvador acababa de volver de Colombia. Pero no parece probable que, al final de nuestro verano (boreal) de 1957, retornase a Costa Rica como conferenciante. Quizá esa visita a Toledo se produjo en el otoño, o al año siguiente:

«Victorio Macho, ya septuagenario, era persona cordial y parece que me tenía simpatía. Me invitó a que fuese a la casa-museo que poseía en Toledo. Gracias a la movilidad que me confería el pequeño “Renault”, acudí a Toledo para visitar a Macho en dos ocasiones. La última fue en una calurosa tarde del verano de 1957, acompañado por Jossy y por Antonio Salvador recién regresado de Colombia. Don Victorio y su esposa –una agradable señora peruana, bastante más joven que él– nos recibieron en su “cigarral” con cariñosa atención a pesar de lo inesperado de nuestra visita.» (Juan Manuel Ortiz Picón, Una vida y su entorno (1903-1978). Memorias de un médico con vocación de biólogo, CSIC, Madrid 1993, págs. 292.)

«Conferencia del Dr. don Antonio Salvador de la Cruz. Hoy martes a las 8.30 p.m. en el Instituto Costarricense de Cultura Hispánica (altos de las Torres del Oro), su director, el Lic. don Hernán Peralta, presentará al distinguido intelectual español Dr. don Antonio Salvador de la Cruz, doctor en Filosofía y Letras y licenciado en Derecho de la Universidad de Madrid, quien disertará sobre el tema “El Concepto de Cultura propio de Nuestro Tiempo”. El distinguido visitante, en gira por este Continente, ha llegado a Costa Rica después de haber desarrollado cursos y conferencias de gran resonancia en los principales centros culturales de Sud-América. Presentamos a tan notable personalidad nuestro más cordial saludo de bienvenida.» (La Nación, San José de Costa Rica, martes 24 de setiembre de 1957, pág. 26.)

«Peticiones de mano. Por la señora viuda de Salvador y don Antonio Salvador de la Cruz, y para su hijo y sobrino Antonio Salvador Orodea, ha sido pedida a la señora viuda de Resa, Carmen Lora, la mano de su hija Nena. La boda ha sido fijada para el próximo mes de marzo.» (ABC, Sevilla, 6 de febrero de 1966, pág. 56.)

Ya secularizado, contrajo matrimonio con Julita de Pablo y Olazábal, falleciendo el 30 de diciembre de 1991, haciéndolo poco después su viuda, sin dejar descendencia.

« Don Antonio Salvador de la Cruz, abogado, doctor en Filosofía y Letras, falleció en Madrid el día 30 de diciembre de 1991. D. E. P. Su esposa, doña Julita de Pablo y Olazábal, hermanos políticos, sobrinos y demás familia, ruegan una oración por su alma. El funeral por su eterno descanso se celebrará el próximo día 9 de enero, a las siete de la tarde, en la parroquia de la Concepción de Nuestro Señora (Goya 26, Madrid).» (ABC, domingo 5 enero 1992, pág. 100.)

Bibliografía de Antonio Salvador de la Cruz

1941 El fundamento de la moral y el “Tractatus de legibus ac Deo legislatore” de Suárez, Tesis doctoral inédita [Biblioteca Complutense: T 262], Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Madrid, 83 hojas. Resumen en Sumarios y extractos de las Tesis Doctorales leídas desde 1940 a 1950 en las secciones de Filosofía y Pedagogía, Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Madrid, Madrid 1953, págs. 11-16, bajo el título Fundamentos de la moral y del derecho en la escuela española del derecho natural.

1953 «Génesis de nuestro concepto de justicia», Bolívar. Órgano del Ministerio de Educación Nacional de Colombia, Bogotá, nº 23 (septiembre 1953).

1954 «Génesis de nuestro concepto de justicia (2ª parte)», Bolívar. Órgano del Ministerio de Educación Nacional de Colombia, Bogotá, nº 27 (marzo 1954).

1961 «Esencia ética de los actos humanos», Revista de Filosofía del Instituto Luis Vives, CSIC, año XX, nº 76 (enero-marzo 1961), págs. 19-39.

1963 La génesis de nuestro concepto de justicia, Editorial Reus, Madrid 1963, 52 págs. [BFH 33567]

«Filosofía y filosofar», Revista de Filosofía del Instituto Luis Vives, CSIC, año XXII, nº 84-85 (enero-junio 1963), págs. 99-121.

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