Filosofía en español 
Filosofía en español

“Europa sublime”

Ambos términos en proximidad, donde “sublime” no adjetiva “Europa”

1844 «¡Sorprendente espectáculo para Europa, sublime recompensa del genio, acatado por el genio!… Álvarez era un artista digno de ser coronado por Napoleón.» (José Amador de los Ríos, “D. José Álvarez, célebre escultor contemporáneo”, El Laberinto, periódico universal, Madrid, viernes 16 de agosto de 1844, tomo 1, nº 20, pág. 268.)

1894 «¡Oh Dios de Caridad, Fe y Esperanza, / Compadece a esta raza pecadora, / Salva a Europa, sublime Cristianismo!» (R. Bosque y Ros, “Spes in Deum. Soneto” –De El Adalid.–, El Alicantino. Diario católico, órgano oficial del Círculo Católico de Obreros, Alicante, viernes 9 de marzo de 1894, pág. 3.)

1931 «Gibraltar. He aquí un histórico fantasma que es más que histórico; es prehistórico, antehistórico y superhistórico. Ahora se trata de hacerlo también subhistórico, y a la vez subterráneo o submarino. Eutrapelia que requiere algunas explicaciones. Os las voy a dar. […] El túnel se puede construir: costaría unos 500 millones de pesetas. Luego, reduciendo al ancho standard la vía ferrea que atraviesa España entre Gibraltar y los Pirineos, se uniría África al centro de Europa. ¡Sublime proyecto!» (José Nebot, “Gibraltar”, La Correspondencia de Valencia, sábado 25 de julio de 1931, pág. 5.)

1937 «Desde tu valle altísimo y fecundo, maravilla de Asturias la maravillosa, habrás resonado muy triste, río de la Santina, por los berrocales oscuros de Auseva a espaldas de la capilla ingente, flor de los montes occidentales de Europa, sublime lugar de España, capullo religioso del Universo.» (Concha Espina, “Orandi” –Santander, Luzmela, 3 de octubre de 1937. II Año Triunfal–, Diario de la Marina, La Habana, domingo 31 octubre 1937, pág. 4.)

Encontramos el rótulo “Europa sublime” por vez primera, en español, en una poesía firmada en “Madrid 1914” por el poeta malagueño Salvador Rueda (1857-1933), 357 versos escritos expresamente para el habanero Diario de la Marina, que los publicó en su tercer número del año 1915 cediéndoles el honor de toda la primera página de esa edición dominical, página orlada, además, y con el texto a tres columnas, bajo el título “Paz a los hombres. Guerra del 1914”. En esa composición utiliza Salvador Rueda el rótulo “Europa sublime” después del rótulo “Europa divina”, en versos de similar factura: “Son los hombres cultos de Europa divina […] son los hombres cultos de Europa sublime”. Dos meses después, y también con un sentido irónico crítico frente a la Gran Guerra europea, José María Salaverría (1873-1940) utiliza “Europa sublime” en una crónica desde París que publica el madrileño ABC:

1915 «¡Son los hombres cultos de Europa divina
los que os han tirado cual rosas deshechas! […]
son los hombres cultos de Europa sublime,
los mismos que llevan
en sus Códigos graves escritas
de Cristo las frases austeras.» (Salvador Rueda, “Paz a los hombres. Guerra del 1914”, Diario de la Marina, Habana, domingo 3 de enero de 1915, pág. 1.)

«¿Era ésta la Europa sublime que nos encomiaban tanto los misioneros allá, bajo las palmas de la selva…?» (José María Salaverría, “ABC en París. Soldados por el camino” –París 19 de Marzo de 1915–, ABC, Madrid, 25 de marzo de 1915, págs. 3-4. Recopilado en José María Salaverría, Cuadros Europeos, Madrid 1916, pág. 164.)

Mantiene su vigor la Gran Guerra y el viernes 16 de febrero de 1917, a las nueve y tres cuartos de la noche, el famoso compositor Amadeo Vives (1871-1932) lee la conferencia “La música española y su prestigio”, dentro del tercer festival artístico celebrado en el Teatro Eslava, de Madrid, conferencia seguida de “gran concierto de música española”. Unas horas antes se había celebrado la Asamblea de afiliados de Madrid de la Liga Antigermanófila, que eligió el Directorio central nacional antigermanófilo en el que figura precisamente el maestro Vives, compuesto por Benito Pérez Galdós, Miguel de Unamuno, Miguel Blay, Luis Simarro, Juan Medinaveitia, Nicolás Achúcarro, Amadeo Vives, Rogelio Villar, Gustavo Pittaluga, Manuel Azaña, Luis Hoyos Sáinz, Álvaro de Albornoz, Luis Araquistain, Indalecio Prieto, Félix Azzati, &c. En esta conferencia, publicada inmediatamente en la prensa general y la especializada, el antigermanófilo Amadeo Vives describe una “Europa sublime” separada de España, una España olvidada de la Europa donde todos están en guerra… por lo que buscan árbitro en la contienda:

1917 «Y salió Descartes y Moliere y Racine, Rameau y Balzac; mientras, otro beligerante enseñaba a Goethe o Schiller, Kant y Beethoven; y otro esgrimía a su Shakespeare y Lord Bacon, Carlyle o Walter Scott; y luego aparecía el último pueblo, y quizás el más grande de todos, con su Dante y Petrarca, Santo Tomás y Leonardo de Vinci, y Rafael y Miguel Ángel y el Ariosto. ¡Oh, maravilla! Era la Europa sublime, que enseñaba al mundo el cuadro sagrado de su historia inmortal. Mientras tanto, España había quedado olvidada en un rincón del mundo. Mas como todos estaban en guerra, un día fue preciso mirar en derredor, por ver si quedaba alguien que en un momento dado pudiera ser arbitro en la contienda. Y miraron a España, y aunque la desearan grande, la vieron pequeñita, y quizás la menospreciaron en su corazón. Pero al reparar en las augustas sombras del pasado, vieron al lado del Dante y de Shakespeare a Cervantes; al lado de Moliere y de Schiller, a Calderón; al lado de Leonardo y Miguel Ángel, a don Diego Velázquez; al lado de Palestrina y de Orlando Lassus, a Victoria y Morales; y conocieron las sombras de Santa Teresa y del gran Raimundo Lulio, y todos se conmovieron y levantaron los brazos, exclamando: –¡He aquí un titán digno de sentarse en nuestra mesa! Ciego será quien no vea la consideración que España inspira todavía al mundo, a pesar de sus ruinas, fracasos y desgracias.» (Amadeo Vives, “La música española y su prestigio. Conferencia leída ayer en el Teatro Eslava por el eminente maestro Amadeo Vives, glorioso autor de tantas joyas musicales”, La Mañana, diario independiente, Madrid 17 febrero 1917, págs. 4-6. También en Amadeo Vives, “La música española y su prestigio. Conferencia leída en el Teatro Eslava”, Revista Musical Hispano-Americana, Madrid, 28 febrero 1917, año IX, IV época, número II, págs. 5-8. Recopilado en Amadeo Vives, Julia (ensayos literarios), Espasa-Calpe 1971, Colección Austral nº 1478, pág. 92.)

1924 «Pero no es esto todo. Habéis tenido la perseverancia suficiente para persistir en el fomento y cultivo del “arbusto sabeo” que injerta su alcaloide de idealidad en los corazones fatigados de la Europa sublime y martirizada.» (José Gaviria Toro, Monografía de Manizales, 1849-1924, M. Camargo, Manizales - Colombia 1924, pág. 183.)

A lo largo de los siguientes setenta y cinco años no volvemos a encontrar utilizado en español el rótulo “Europa sublime”, que vuelve a ser acuñado por Gustavo Bueno en su libro España frente a Europa (primera edición: octubre de 1999; libro escrito después de haber pronunciado la conferencia “España” –Oviedo, 14 de abril de 1998, texto publicado en El Basilisco, nº 24–, donde aún no maneja tal concepto). Entre 1999 y 2004 el rótulo “Europa sublime” se va expandiendo por escrito, en comentarios y entrevistas a Bueno sobre ese libro, y en artículos sobre todo del entorno materialista filosófico, para ser redefinido en 2005, por el propio Gustavo Bueno, para nombrar una de las cuatro Ideas de Europa que presenta inicialmente en la conferencia “Las cuatro Europas” (Gijón, 9 de julio de 2005) y expone en su libro España no es un mito (noviembre 2005).

1999 «Capítulo VI. España frente a Europa. La “Europa sublime”: Husserl, Laguna, Ortega. Desde España (también desde otros lugares) cuando se habla de “Europa” es frecuente sobrentender que estamos ante la expresión de alguna Idea sublime; una Idea que consideramos, desde luego, como la herencia no menos sublime de la tradición grecorromana o del cristianismo. […] Europa, proyecto nazi. Abandonaremos, en consecuencia, estos modos tan habituales entre los profesores de filosofía, pero también entre los eurofuncionarios ilustrados, de enfrentarse con Europa, y nos dispondremos a analizar a Europa no ya tanto como una “encarnación” de Ideas fuerza de la máxima sublimidad, sino como una entidad histórica, realmente existente, y existente, ante todo, en el terreno económico-político, en donde Europa se presenta ante todo como “el Continente” en el que se han incubado, durante el siglo XX, las dos guerras realmente universales que ha habido en la Historia. No se trata de establecer una disyuntiva desde el principio entre la Europa sublime y la Europa real; se trata de una disyuntiva de perspectivas, de puntos de vista.» (Gustavo Bueno, España frente a Europa, Alba Editorial, Barcelona 1999 –primera edición: octubre de 1999–, págs. 391 y 396.)

«Sesenta años después, otro filósofo español, Gustavo Bueno (España frente a Europa, Alba), califica esta visión como la de la “Europa sublime”, la idea de Europa expuesta por Husserl. Y reprocha a Ortega que no se haya dignado explicar su petición de principio de la unidad interna europea, que no se haya dignado refutar siquiera la posibilidad de que la “unidad de Europa, en el terreno práctico económico-político, no sea acaso otra cosa sino la asociación o unión aduanera de un conjunto de estados, en sí mismos incompatibles, que se unen ante la amenaza de terceros”. Esta visión terrenal, humillante, de Europa, estas otras visiones posibles de la realidad europea a la que Bueno nos obliga a enfrentamos son la Europa de las dos guerras mundiales, la Europa como proyecto nazi, la Europa del fascismo o de la fe ciega, la Europa simple proyecto norteamericano, la Europa de la OTAN o la Europa proyecto europeo, la Europa comunitaria.» (Bernardo Fernández Pérez [1950, profesor de Derecho Internacional de la Universidad de Oviedo, Consejero de la Presidencia del Principado de Asturias 1982-1991 y Vicepresidente del Principado de Asturias 1991-1993], “Bueno frente a Europa”, La Nueva España, Oviedo, jueves 9 diciembre 1999. El Faro de Vigo, sábado 11 diciembre 1999.)

2000 «–¿Qué es Europa? –Lo que llamamos Europa es un concepto vago y confuso. Es la Europa sublime, el discurso del doctor Laguna ante Carlos V, el Sacro Imperio– Europa como salvación de la humanidad. El discurso de Ortega en Berlín dice que Europa debe mandar y habla de la pérdida de su función imperial. Entre ambos está la conferencia de Husserl en Viena sobre la crisis de la conciencia europea poco antes de estallar la Segunda Guerra Mundial: Europa es la razón y tiene una función imperial. Tuvo un éxito tremendo. En Viena estaban a punto de caer bajo el poder de Adolf Hitler y vieron en esa conferencia un proyecto de Europa alemana, basado en la filosofía griega, alternativo al discurso de Hitler de la Europa aria. Husserl era judío. Esa versión tuvo una influencia enorme entre las elites. Lo que cuenta entonces es el concepto de Europa sublime. Pero se olvida que el primer proyecto político, práctico, literal, fue el que llevó a cabo Hitler. La Segunda Guerra Mundial estalló por esa razón. Esa idea de Europa nazi era la de la Europa sublime, pura ideología, en realidad. La ideología de Europa es la Europa sublime, Berstein dirigiendo la «Novena sinfonía» ante el muro… Es la ideología de la libertad y del imperio del mundo. –¿Y qué pasa con la Europa del euro? –A la Europa sublime contrapongo la Europa materialista. […] ¿Qué es esa Europa? Cuando superas la idea de una Europa sublime, sólo ves una organización de tiburones y multinacionales que no están por encima de los estados sino que los utilizan, porque sin las policías de los estados no funcionarían las multinacionales.» (Gustavo Bueno, “Se suele oponer Europa a España, pero España es Europa antes que otras muchas naciones”, entrevista por Javier Neira, Magazine, domingo 9 enero 2000, págs. 20-24.)

«Es aquí donde Gustavo Bueno se pregunta si los españoles no estaremos más identificados con la comunidad hispánica que con la comunidad europea: “Hoy se asegura que la identidad de España es la europea, seguramente porque aluden al club del euro, que es una cosa muy distinta. Y es que hay una Europa sublime, la de la libertad, la de la vanguardia, la de ser baluarte de la ciencia y la cultura... Y también hay una Europa histórica, que comprende un conjunto de poblaciones de diferente especie que están en convivencia sostenible y en situación de alerta ante la guerra”. Por eso, Gustavo Bueno echa la vista atrás y enumera tres proyectos de unión europea en el siglo XX: “Antes de la I Guerra Mundial, Lenin denunción un proyecto de estados unidos europeos con objeto de que las potencias imperialistas pudieran organizarse para explotar mejor a las colonias. Luego está el proyecto nazi de la Europa de la raza aria, que fue origen de la IIGuerra Mundial. Y el tercer gran proyecto fue invención de Estados Unidos: el Plan Marshall, del que salen todas las instituciones europeas concebidas para enfrentarse a la URSS. De aquí nace la Europa del capitalismo, que es en la que estamos, y que se confunde con la Europa sublime”.» (Gustavo Bueno: “La unidad del territorio español depende de Europa”, entrevista por Pilar Ortega, La Razón, Madrid, domingo 23 de enero de 2000, pág. 29.)

«Bueno es muy partidario de las relaciones de España con Iberoamérica, que él sistematiza muy bien y el capítulo dedicado a Europa es un pequeño tratado sobre el papanatismo. Enumera las ventajas y las desventajas, con trazos muy realistas, sin renunciar a las ironías sobre la “Europa sublime”.» (Felicísimo Valbuena de la Fuente, “Bueno frente a España”, La Nueva España, jueves, 8 marzo 2000. Levante, Valencia, 17 marzo 2000. La Opinión de Cartagena, 17 marzo 2000. La Opinión de Murcia, 17 marzo 2000.)

«Pero, preguntaba el profesor Bueno, “¿Europa qué es? La idea de Europa como unidad política tiene su origen en el Imperio Sacro Romano Germánico, es decir una Europa dominada por los alemanes y, en parte por los franceses. Pero, particularmente la idea de una Europa unida fue un invento de los nazis. Yo lo conozco bien porque, por mi edad, me tocó estudiar alemán con un profesor de las SS. Su proyecto era hegemonizar Europa y convertir todo lo que era la URSS hasta el Asia central en un protectorado parecido al que tenían los ingleses con la India. Lo tenían todo planificado. Lo que se debía producir en cada región, lo que había que cultivar,... Acabada la guerra, la actual Europa es un invento de los yanquis, del plan Marshall. Una invención de los yanquis para poner un colchón frente a la URSS. Entonces, ¿es que no somos europeos? Desde el punto de vista histórico-cultural, pues sí. Incluso habría que decir que cuando los alemanes andaban todavía saltando de árbol en árbol, aquí ya construíamos ciudades, así que no vengan a darnos lecciones... Todo esto está montado en una entelequia: la Europa sublime, basada en el logos griego, en la razón, cuando la Europa real es la de los nazis y el Plan Marshall”.» (“En la conferencia de preparación del Congreso, tertulia con Gustavo Bueno”, De Verdad, Unificación Comunista de España, nº 15, septiembre 2000, contraportada.)

2002 «Tampoco los gestores principales de la Idea europea, como los gestores de la integración de España en Europa, parecen haber necesitado echar mano de formulaciones ideológicas que giran en torno a lo que hemos llamada la “Europa sublime” para recubrir los intereses económicos y políticos más perentorios.» «La Europa de la que habla Ortega es la que, en otra ocasión (España frente a Europa, pág. 391) hemos denominado la “Europa sublime”. Europa es, en efecto, una Idea filosófica que va rodando desde Herder y Hegel hasta Husserl; una idea que no se reduce al proyecto geopolítico, dibujado en el terreno de la Unión Europea, tal como lo proyectó Hitler –que, sin embargo, también mantuvo una idea metafísica de Europa– e, inmediatamente después de la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos a través del Plan Marshall (que vio en la unidad europea, ante todo, un dique capaz de contener el oleaje de la Unión Soviética).» En cualquier caso, la Idea de la “Europa sublime” no la entenderemos como un mero acompañamiento retórico de los proyectos económico políticos coyunturales del capitalismo socialdemócrata o demócrata cristiano que inspiraron los tratados de Maastrich o de Roma. Colorea esos proyectos de un modo peculiar, e imprime unas direcciones que, no por muy generales, son menos significativas o eficaces. La “Idea sublime” de Europa constituye la ideología (la filosofía) de la Unión Europea, integrada en la Alianza Atlántica. Y Ortega es uno de los adelantados en la exposición de esta Idea sublime; una exposición que además estaba acompañada por el esbozo de ciertos proyectos muy generales, aunque precisos, relativos a su realización práctica, económica (el Mercado Común) y política (los Estados Unidos de Europa). Con mucha razón dice Ortega, ya en 1929, en el prólogo de La rebelión de las masas: “Muy probablemente soy hoy, entre los vivientes, el decano de la idea de Europa”.» (Gustavo Bueno, “La Idea de España en Ortega” –intervención en los VI Encuentros de Filosofía, 14 julio 2001–, El Basilisco, nº 32, 2002, págs. 11-22.)

2003 «Por lo visto, bien poco, al menos para los escritores de libros de texto para el bachillerato y las facultades de filosofía y, desde luego, para los propagandistas de la Europa sublime.» (Joaquín Robles López, “Peros a Pérez (Herranz)”, El Catoblepas, nº 17, julio 2003, pág. 1.)

«En los Foros de Nódulo Iñigo Ongay (Foro España, Tema: Habermas, premio príncipe de Asturias, 26 de octubre de 2003) lo dice, irónicamente, muy bien: “lo que parece claro es que semejante víctima del 'mito de la Kultura' y de la 'Europa sublime' [Habermas], a los que Unamuno nunca sucumbió desde luego, parece no conocer muy bien las 'ideas políticas' del sabio bilbaíno…» «Pues podía enterarse antes Habermas de lo que es un “chibolete” y de la semejanza (o identidad) que tiene para Unamuno la “vieja Europa” con el “chibolete”: yo diría que, además de los Tres ensayos de Unamuno, para aprender lo que es el chibolete europeo también hay que leer un libro cuyo autor vive en el mismo Oviedo en donde Habermas recogió el premio y del que, seguramente, no tiene noticias: España frente a Europa, porque un chibolete es, precisamente, la biocenosis de la que habla Bueno para referirse a lo que es “Europa”, la “Europa sublime” de Habermas.» (Pedro Insua, “Habermas en España”, El Catoblepas, nº 21, noviembre 2003, pág. 4.)

2004 «Curiosamente, Arroyo Pomeda parece también aupado a esta “Europa sublime” (Bueno, España contra Europa, Alba Editorial, Barcelona 1999, capítulo VI, España frente a Europa), o al menos así lo sugiere el evocador título de su libro, Europa, casa de la razón y de la libertad, editado por Acento Editorial en 1999.» (Antonio Romero Ysern, “Para entender la concepción de la filosofía de Arroyo Pomeda”, El Catoblepas, nº 31, septiembre 2004, pág. 16.)

«Instalados ya en el eje radial del espacio antropológico, vamos a proceder tomando siempre bien en cuenta, el carácter “europeísta” (en el sentido de la “Europa sublime” de la que Ortega nos hablaba: “España es el problema, Europa la solución”) del PSOE.» (Iñigo Ongay, “El antitaurinismo del “ente público””, El Catoblepas, nº 32, octubre 2004, pág. 4.)

«Conviene añadir que ésta idea aureolar de Europa suele ir vinculada a la concepción de la “Europa sublime”, que, al estilo de la metodología idealista de la Historia, concibe Europa como continente (en los dos sentidos principales de esta palabra) de los más elevados valores (éticos, morales, políticos e incluso económicos), y le otorga la responsabilidad de defenderlos y preservarlos para la Humanidad.» «Es decir, cabe un materialismo político ejercido (simplificando, Realpolitik) “europeísta” (pero no cegado por el mito de la Europa sublime ni situado en la utópica plataforma de una Europa futura unida) y otro “escéptico”.» «Pero eso no es más que otra fase del triunfo de la Idea aureolar de Europa: hacernos olvidar que el holocausto es la máxima expresión de la Europa protestante, de la Europa sublime. De nuevo, remito al artículo de Leoncio González.» (Lino Camprubí, “Visiones de Europa”, El Catoblepas, nº 34, diciembre 2004, pág. 22.)

2005 «El texto de José Álvarez Junco que vamos a comentar (“Mitos de la Nación en guerra”, perteneciente a la Historia de España fundada por Menéndez Pidal, tomo XL –República y Guerra Civil, Capítulo XII–, Espasa-Calpe, Madrid 2004) creemos que confirma plenamente nuestras tesis. […] Concluye Álvarez Junco diciéndonos, entre otras cosas, que el franquismo fue una rareza excéntrica dentro de una Europa desarrollada y democrática (aunque no ve que “capitalizó” a España y dejó la vía libre para la “democracia pletórica de mercado” en la que tan a gusto se desenvuelven los progres), y que: “en su descrédito [¿para quién? ¿para la historiografía progresista en tiempos en los que aún se confiaba en el poder de la URSS? ¿para los europeístas de la Europa sublime que predicaba Ortega? ¿para los nacionalistas fraccionarios?] arrastró consigo a la idea de ‘España’, que de manera tan excluyente había planteado, e hizo fracasar su esfuerzo nacionalizador”.» (Antonio Sánchez Martínez, “La Antiespaña y las izquierdas satisfechas con El Quijote al fondo”, El Catoblepas, nº 35, enero 2005, pág. 1.)

«Bien, pero este fracaso no supuso ni de lejos la desaparición del mito de la “Europa Sublime” que con tanto detenimiento Bueno analiza en España frente a Europa.» «Lo que más nos interesa aquí es, en cualquier caso, analizar lo que sucede cuando este proceso de psicologización –que en cuanto tal es característico de las democracias de mercado pletórico– entra en relaciones de solidaridad con la idea de la “Europa sublime” tal y como esta misma es interpretada desde la ideología viscosa propia de la socialdemocracia (véase el siguiente texto de Gustavo Bueno, “La viscosa ideología pacifista de la farándula socialdemócrata”, El Catoblepas, núm. 33 (noviembre de 2004), pág 2).» (Iñigo Ongay de Felipe, “La “Construcción Europea” vista desde la socialdemocracia: ¿política o etología?”, El Basilisco, enero-junio 2005, nº 36, págs. 79-84.)

«Sin embargo la unidad de quienes votaron SI era ficticia, porque el SI tenía significados muy distintos: uno para los creyentes en la Europa sublime, otro para los creyentes en que Francia podría ser la potencia hegemónica de la Unión Europea.» (Gustavo Bueno, “El referéndum español, francés y holandés…”, El Catoblepas, junio 2005, nº 40, pág. 2.)

«Europa. X Encuentros de Filosofía. Gijón, jueves 7 al sábado 9 de julio de 2005. Colegiata del Palacio de Revillagigedo»

Las cuatro Europas (1h 46 m)

Gustavo Bueno, Gijón, 9 de julio de 2005

Las cuatro Europas
Dialéctica de las cuatro Ideas de Europa
Plano A
Idea de identidad
«Europa cristiana» «Europa civilizadora» «Globalización»
Europa II
«Occidente»
totalidad 𝔗
«Europa de Occidente» «Cultura europea» «Potencias europeas con sede en la ONU»
Plano B
Idea de unidad
Europa III
«Europa sin fronteras»
totalidad T
«La ciudad terrena» «Europa institucional, comercial, &c.» «Europa como espacio de turismo intereuropeo»
Europa IV
«Europa política»
totalidad 𝔗
«Imperio de Constantino y Reinos sucesores» «Europa como biocenosis» CECA, CEE, UE y «Europa de papel», mixta de I, II, III y IV

Gustavo Bueno, «Las cuatro Europas»
X encuentros de filosofía en Gijón
Gijón, 9 de julio de 2005

[ Reproducción exacta del texto de la hoja repartida a los asistentes a esta conferencia, con algunos enlaces añadidos. ]

Tabla de clasificación de las Ideas de Europa

La tabla ofrece una clasificación exhaustiva de las múltiples Ideas que sobre Europa circulan (o han circulado) en cuatro tipos de Ideas que denominamos Europa I, II, III y IV, y que figuran como cabeceras de fila.

Esta clasificación es exhaustiva, lo que significa que cualquier Idea sobre Europa que consideremos ha de pertenecer necesariamente a alguno de los cuatro tipos establecidos (lo que no quiere decir que no puedan presentarse dificultades en el momento de la asignación de cada Idea a alguno de los tipos). En cualquier caso, una clasificación exhaustiva no es lo mismo que una clasificación exclusiva; caben otras clasificaciones, aunque no es fácil que, siendo «pertinentes», sean también exhaustivas.

El carácter exhaustivo de la clasificación de la tabla deriva de la naturaleza dicotómica de los criterios utilizados, que forman parte de dos planos, A y B, capaces de intersectar con la Europa histórico-geográfica concreta o referencial.

El Plano A contiene los criterios de la relación de parte a todo, y agrupa a las Ideas de Europa que de algún modo tratan a la Europa referencial como si fuera «parte» de un «todo» envolvente, relación que pretenderá conferir a Europa una «identidad» característica. Ahora bien, como la relación de parte a todo puede entenderse en un sentido atributivo o en un sentido distributivo, estas Ideas vinculadas al plano A se agruparán en dos tipos:

Europa I comprende Ideas que asumen a Europa como parte de un todo atributivo, como pueda serlo el Género humano o la Humanidad, en cuanto entidad que se despliega históricamente según diversas fases concatenadas, de suerte que a Europa se le asigne en este despliegue el papel de parte distinguida única, como pueda serlo el de «Vanguardia de la Humanidad» o «La Civilización». A la Europa I, eminentemente eurocéntrica, la denominamos «Europa sublime».

Europa II concibe a Europa como una parte de la Humanidad, pero interpretada como una totalidad distributiva. En lugar de las ideas eurocéntricas de Europa I, en Europa II se agrupan las ideas que consideran a Europa, por ejemplo, como «una Civilización» entre otras (la «Civilización occidental» al lado de la Oriental, Mesoamericana o Africana). A Europa II la denominamos «Occidente», por antonomasia.

El Plano B contiene los criterios de la relación todo a parte, criterios que darán lugar a otros dos tipos de Ideas que tienen que ver sobre todo con la «unidad» de Europa.

Europa III comprende a las Ideas que tratan a Europa como si fuese una totalidad atributiva respecto de sus partes formales. La denominamos «Europa sin fronteras».

Europa IV comprende a las Ideas que tratan a Europa como si fuese una totalidad distributiva respecto de sus partes formales. La denominamos «Europa política».

(Las Ideas de tipo I pueden estar combinadas con las Ideas de tipo III, y las de tipo II con las de tipo IV, pero en la tabla no se representan estos desarrollos de la clasificación.)

La clasificación de las Ideas en cuatro tipos, I, II, III y IV, aparece cruzada en la tabla con la división histórica, según criterios ordinarios, en tres fases: Fase 1 (Edad Antigua y Media), Fase 2 (Edad Moderna) y Fase 3 (Edad Contemporánea), que figuran como cabeceras de columna.

Es de señalar que los criterios que conducen a las Fases 1, 2 y 3, que en sí mismos pudieran parecer externos a los tipos de ideas de Europa, pueden ser redefinidos en función de las conexiones posibles entre los planos A y B, según se expresa en las cabeceras correspondientes de la propia tabla, circunstancia que permite cerrar esta clasificación según una estructura dialéctica interna a la Idea de Europa.

Dialéctica de las cuatro Ideas de Europa
Plano A
Idea de identidad
(Europa, parte de un todo)
«Europa cristiana» «Europa civilizadora» «Globalización»
Europa II
«Occidente»
totalidad 𝔗
«Europa como Occidente» «Cultura europea» «Potencias europeas con sede en la ONU»
Plano B
Idea de unidad
(Europa, un todo con múltiples partes)
Europa III
«Europa sin fronteras»
totalidad T
«La ciudad terrena» «Europa institucional, comercial, &c.» «Europa como espacio de turismo intereuropeo»
Europa IV
«Europa política»
totalidad 𝔗
«Imperio romano (Constantino) y reinos sucesores» «Europa como biocenosis» CECA, CEE, UE y «Europa de papel», mixta de I, II, III y IV

[ Gustavo Bueno desarrolla estos asuntos en el libro España no es un mito, Temas de Hoy, Madrid 2005 (noviembre), “Pregunta 7. ¿España es Europa?”, donde incorpora –páginas 216 y 217– la tabla difundida el 9 de julio de 2005 (con ligeros cambios) y la explicación que aquí se reproduce. ]

«De hecho, Bueno realiza una taxonomía de cuatro posibles Europas: la Europa sublime, la vanguardia del Género Humano (la de Andrés Laguna o Edmundo Husserl); Occidente, como civilización al margen del resto del mundo; la Europa sin fronteras, la unión monetaria y aduanera, un invento de Estados Unidos tras la Segunda Guerra Mundial para frenar el comunismo; y la Europa política, el resultado de la división del Imperio Romano en distintos reinos enfrentados en una jungla de Estados o biocenosis, donde todos han querido siempre lo mismo, dominar al resto.» (José Manuel Rodríguez Pardo, “Contraataque frente a las mitologías que amenazan a España. Noticia del libro de Gustavo Bueno, España no es un mito”, El Catoblepas, noviembre 2005, nº 45, pág. 24)

Tomás García López, “El mito de la identidad cultural de Europa visto desde España”, El Basilisco, julio-diciembre 2005, nº 37, págs. 61-100. Utiliza 16 veces “Europa sublime”.

2009 «Se sobreentiende que la ciudadanía democrática de la que se habla está impulsada por la Unión Europea, pero no tiene por qué circunscribirse a esta unión, aunque, eso sí, la Unión Europea es entendida en la línea de la Europa sublime, como la forma más elevada y depurada de sociedad a la que ha llegado la humanidad.» (Gustavo Bueno, “Educación para la Ciudadanía, una crítica desde la izquierda”, El Catoblepas, nº 85, marzo 2009, pág. 2.)

2018 «En primer lugar, porque también ahora se ha evidenciado dramáticamente la debilidad de nuestras élites políticas e intelectuales, todas ellas deslumbradas por el mito de una ‘Europa Sublime’ y si no me creen, dense un paseo por nuestras universidades.» (Paloma Hernández, “Análisis Dos Cataluñas de Netflix. 1 Introducción: soberanía, nación política”, Forja 008, 20 octubre 2018.)

2019 «Las tesis no tienen la más mínima profundidad. Es el ejemplo clarísimo de lo que lleva arrasando nuestro país desde hace siglos. Se come entero, de un bocado el mito de la Europa sublime superior a España, la Leyenda Negra al completo, le hace loas a Kant y es afín a todo el pensamiento subjetivista antirrealista alemán que ha llevado al nazismo y a la destrucción de Europa y Occidente.» (Gerión, “Defendámonos contra la Maldad: José Luis Villacañas escupe contra España y contra Elvira Roca”, corazonespanol.es 9 junio 2019.)

2020 «Con el fin de combatir estos estereotipos anclados en los espíritus, diversos historiadores y pensadores españoles han tomado la pluma en los últimos años. Frente a la idea de una Europa sublime, personalidades como María Elvira Roca Barea y Pedro Insúa luchan tanto contra estos estereotipos degradantes como contra la idea de la UE. Siguiendo sus pasos, se lanzó en diciembre de 2019 la plataforma Spexit.» (Nicolas Klein, “España, ¿el último mohicano eurófilo?”, elmanifiesto.com 13 octubre 2020.)

2021 «La dialéctica de Estados (imperio español frente a los incipientes estados modernos europeos) está en pleno rendimiento, una dialéctica que actualmente se encuentra implícita y evitada, a la vez que se propugnan pacifismos pánfilos, por medio de la idea de una Europa sublime, que solo eclipsan la tensión (geo)política que existe y existirá entre los países del viejo continente.» (Manuel Garrobo Peral, “Si vis pacem, para bellum, el torneo famoso que hizo el almirante de Castilla festejando la venida del príncipe Carlos de Inglaterra”, en Torres, Tropé & Espejo (eds.), Metamorfosis y memoria del evento. El acontecimiento en las relaciones de sucesos europeas de los siglos XVI al XVIII, Actas del IX Coloquio de la Sociedad Internacional de Relaciones de Sucesos –Rennes, 18-21 septiembre 2019–, Ediciones Universidad Salamanca, 2021, págs. 379-380.)

gbs