Filosofía en español 
Filosofía en español

José Luis Iglesias Riopedre  1939

Riopedre

Profesor español de filosofía en la enseñanza media como funcionario del Estado; consejero de Educación y Ciencia del Principado de Asturias (2003-2010), en gobiernos del PSOE (Partido Socialista Obrero Español) presididos por Vicente Álvarez Areces (1999-2011), fue detenido en enero de 2011 y condenado en 2017 por la Audiencia Provincial de Asturias, como autor de delitos continuados de prevaricación, falsedad en documento mercantil, fraude a la administración y cohecho, a la pena de seis años de prisión, que el Tribunal Supremo rebaja en septiembre de 2019 a cinco años y dos meses. Expulsado del PSOE, cumplió 540 días.

1984 “Profesor agregado de filosofía del INB ‘Leopoldo Alas Clarín’, de Oviedo. Realizó estudios de filosofía en Madrid, París y Roma, y de sociología en las Universidades de Münster y Bielefeld. Actualmente es Jefe de la División de extensión educativa en la Dirección Provincial de Asturias del M.E.C.” (El Basilisco, nº 16, 1984, pág. 2) → “En torno a los escritos ópticos de Hobbes”.

2008 «Cuando se forma la Junta Democrática en 1974, siendo el PCE su principal valedor, el PSOE apenas existía, y, cuando empezó a cobrar fuerza, Gómez Llorente dictaminó que no participaría en nada que no hubiera creado o pudiera controlar, incluido el movimiento ciudadano. Y a lo que se ve les fue muy bien, pues Enrique Mújica dinamitó la Platajunta, echando por la ventana, de paso, al notario Trevijano, que solía ataviarse con trajes claros, de color hueso, como si fuera un plantador de algodón en la finca vecina de Tara, rodeado de negritos bubis, sobre los que se rumoreaba que tenía poderío. La primera reunión de la Junta Democrática en Oviedo tuvo lugar en la Casa Sacerdotal en noviembre de 1974, siendo anfitrión el cura Santa Eugenia y asistiendo, entre otros, Ramón Fernández-Rañada (que luego sería el hombre de Trevijano en Asturias y el portavoz inevitable de todas las acciones conjuntas o “unitarias”, dada su condición de independiente), Álvaro Ruiz de la Peña, Francisco Casariego, el catedrático Julivert, el fotógrafo Nebot (uno de los comunistas ovetenses más característicos), José Luis Marrón y el ideólogo Iglesias Riopedre, a quien Ramón Rañada llamaba “el agente Iglesias”. Hubo otras reuniones posteriores en el estudio de arquitecto de Ramón Rañada, en la calle Fruela, 4.» (Ignacio Gracia Noriega, “La Coordinadora Democrática de Asturias”, La Nueva España, 22 septiembre 2008.)

2010 «El ex ministro Otero Novas y el consejero Riopedre, juntos ayer en Gijón, iniciaron en 1976 el proceso para legalizar el PCE. En junio de 1976, el entonces ministro de la Gobernación, Manuel Fraga Iribarne, anunció en el “New York Times” que España estudiaba legalizar el Partido Comunista. Lo hizo días después de encargar a su secretario general de Política Interior que iniciara contactos con miembros del PCE para medir las posibilidades de la operación. Aquel puesto lo ocupaba José Manuel Otero Novas y su interlocutor fue José Luis Iglesias Riopedre, que comunicó las condiciones gubernamentales al líder de su partido en el exilio, Santiago Carrillo. Ayer, el actual consejero de Educación del Principado presentó la conferencia que Otero Novas ofreció en el Ateneo Jovellanos para defender los valores del humanismo cristiano como forma de superar las “numerosas crisis que sufre Occidente”. “El primer contacto que yo tengo para legalizar el PC fue a través de Riopedre, cuando todavía Carrillo no estaba en España. Le dije: éstas son las condiciones para legalizaros, ¿os interesan? Él me respondió que iba a preguntar”. Así explica Otero Novas -que llegaría años después a ser ministro de la Presidencia y de Educación con UCD- aquella histórica llamada que marcó de alguna forma el primer acercamiento entre los dirigentes del difunto franquismo y los de la oposición al régimen. Otra llamada al presidente de la Conferencia Episcopal, Elías Yanes, y varias reuniones posteriores entre los tres implicados en el domicilio madrileño del director general de Política Interior posibilitaron la elaboración del primer borrador para legalizar al PC, antes incluso de la llegada de Adolfo Suárez a la Presidencia del Gobierno. Pero, ¿por qué llamó Otero Novas a Iglesias Riopedre? La historia venía de lejos. Los dos nacieron en el barrio vigués de Casablanca y los dos coincidieron durante varios años en el Colegio de los Maristas de la ciudad gallega. Tras finalizar el Bachillerato en 1956, cada uno inicia su andadura política en posiciones contrarias al franquismo, aunque antagónicas entre ellas. Cuando Iglesias Riopedre cuelga el hábito de dominico que vistió durante años, entra en contacto con sectores del Partido Comunista. Por su parte, Otero Novas se mueve dentro de la “oposición legal”, encabezada por grupos democristianos. “Él quiso llevarme a mí a su terreno y yo a él al mío, pero fracasamos los dos”, comenta ahora el ex ministro. Sin embargo, nunca perdieron el contacto. Durante su estancia como estudiantes en Madrid, ambos se dejan caer con frecuencia por las reuniones del grupo Tácito, fundado por Otero Novas en una cafetería situada en frente del cuartel general de la Guardia Civil. “Yo no comulgaba con mucho de lo que allí se decía, pero acudía porque siempre se aprendía algo”, señaló ayer el actual consejero de Educación. A pesar de eso, el roce hizo el cariño. Así, cuando la Policía del régimen inició un expediente sancionador contra Riopedre por dar una conferencia en Monforte de Lemos sobre el marxismo, Otero Novas, que ya era abogado del Estado en la provincia de Lugo, le ayudó a salir del “atolladero”. “Siempre nos hemos llevado bien y, conforme pasa el tiempo, mejor”, explicaba ayer antes de su conferencia el ex ministro. “Últimamente nos vamos a cenar de vez en cuando y cada vez coincidimos en más cosas. Es terrible”, añadía entre risas. Quizá por esa complicidad entre dos hombres con ideologías tan dispares, no comprende Otero la deriva política que vive España en la actualidad, “contraria al espíritu” de la Transición que alumbró la Constitución del 78. “Las energías de aquella época no están agotadas, pero hemos llegado a un punto en el que nos estamos estrellando contra la pared y, por eso, se exige una fórmula nueva”, comenta con gesto serio. Una solución que, según dice, pasa por “un gobierno de concentración limitado en el tiempo entre los dos partidos mayoritarios” y dirigido por un presidente que “no vaya a disfrutar a la Moncloa, que vaya a sacrificarse, a quemarse por una nación que vive una crisis económica y estructural que exige soluciones diferentes a las que se están proponiendo”. Soluciones que dejen al margen viejas polémicas “que superamos los de nuestra generación”. “Habíamos conseguido cubrir un manto sobre las dos Españas. Entiendo que todo el mundo tenga derecho a enterrar a sus muertos, pero lo que no se puede hacer es llevar el cadáver por delante de las narices del resto”, dice con su sempiterno tono prudente en cuanto escucha hablar de la memoria histórica. “Los dirigentes de ahora no son malvados, pero actúan con falta de sentido de la Historia porque no son conscientes de lo que están levantando”, añade. Una afirmación que explica, según él, la raíz de muchos de los males que atenazan institucionalmente al país. Entre ellos, el del desprestigio de la Justicia y de sus más nobles tribunales. “No sólo es la politización, también influyen otros asuntos como el excesivo trabajo o la pertenencia de muchos jueces a unas determinadas asociaciones que no engloban a la totalidad de los profesionales”, señala. Ante esto, ofrece una solución inédita para reducir la influencia de los poderes legislativo y ejecutivo sobre el judicial en órganos como el Tribunal Constitucional o el Supremo: “Aceptaría que los magistrados fueran nombrados por el poder político si lo son con carácter vitalicio, lo que les otorgaría una independencia absoluta respecto de quienes les colocan en el puesto”, afirma, tomando como modelo a Estados Unidos. En esa continua apelación al diálogo, apoya también su discurso respecto a la vertebración del Estado, otra de las “causas” del deterioro estructural de España que denuncia. “En la Transición, los nacionalistas actuaron con responsabilidad, pero nunca propusieron un programa de máximos, que es lo que hacen ahora y que no es lo que pactamos hace treinta años”, dice. Ante las urgentes reformas solicitadas por sectores del ámbito educativo, también receta la medicina del diálogo, que “faltó a la hora de tratar el asunto de la asignatura de Religión”. “Decir que la religión es un tema privado de cada individuo es no creer en la Declaración de los Derechos Humanos, que respaldan que toda persona tiene derecho a nivel privado y público a profesar la religión que quiera”. Todos estos problemas son, para él, hijos de una misma realidad. “Creo que la actual crisis está relacionada con la atonía moral que vive no sólo España, sino Occidente y, especialmente, la civilización europea, que lleva décadas sin un pensamiento claro”, señala. Por eso, ahora más que nunca se aferra al humanismo cristiano como única salida posible para “encauzar la situación”. “El humanismo cristiano es la fórmula que debe inspirar las soluciones. El 90% de la población occidental está educada en el humanismo cristiano y, por eso, sólo es una cuestión de escarbar”, señala. “La cultura cristiana no es la religión, pero deriva de la religión. En Europa mucha gente ha dejado de creer en Dios y, con frecuencia, se siente obligada a atacar la religión que ha profesado. Es un fenómeno psicológicamente muy comprensible, pero que no está justificado”, concluye.» (Eloy Méndez, “La llamada que abrió la Transición”, La Nueva España, 6 de mayo de 2010.)

«En pleno verano (4 de agosto 2010), el consejero Riopedre dimitió alegando su delicado estado de salud {70. Dados los procesos judiciales aún abiertos –“caso Marea”–, cabría replantearse el contexto de esta dimisión.} Había ocupado durante siete años la Consejería de Educación y Ciencia y previamente la viceconsejería, dándole tiempo a celebrar en una “gala” en el Auditorio de Oviedo los 10 años de las transferencias de educación.» (CC.OO., Educación y sindicalismo de clase, Oviedo 2014, pág. 465.)

2011 «Nacido en Vigo, fue dominico durante seis años, se afilió al PCE en Alemania y participó en los primeros contactos oficiosos para legalizar el comunismo. José Luis Iglesias Riopedre colgó los hábitos de dominico para entrar a formar parte, casi de seguido, del aparato clandestino del PCE, allá en los años del franquismo tardío. El golpe vital de timón, que a simple vista pudo resultar pintoresco por lo abrupto, no fue consecuencia de un arrebato inconsciente sino de la profunda reflexión de un profesor de Filosofía que a principios de los años sesenta no se caracterizaba precisamente por estar quieto. Fue el cambio más brusco de su vida hasta el pasado lunes, cuando fue detenido por un caso de presunta corrupción durante su etapa en la Consejería de Educación. Nacido en el barrio de Casablanca, en Vigo (noviembre 1939), no ha perdido su esencia gallega a pesar de haber pasado más de media vida en Asturias. Irónico, apasionado, excelente conversador, fiel en lo político –con ese sentido de la fidelidad que no suelen perder los viejos luchadores–, Iglesias Riopedre eligió la carrera universitaria y la docencia de la Filosofía casi por imposición íntima. Un estoico que no suele perder la sonrisa, quizá como forma de defensa, y que dejó las clases por los despachos para unir su destino a Vicente Álvarez Areces cuando el hoy presidente fue nombrado, en 1984, director provincial de Educación. Desde entonces, y hasta el pasado agosto, Álvarez Areces y Riopedre siempre han ido de la mano, el ex consejero, eso sí, a la sombra, con ese tono de discreción en el que se siente muy a gusto. José Luis Iglesias Riopedre estudió en el Colegio de los Maristas, en Vigo, y vivió una segunda adolescencia muy ligada a la Juventud de Acción Católica. De aquélla era católico practicante y muy cumplidor, el camino que le condujo a entrar en la orden de los dominicos y a irse a vivir a Ocaña (Toledo), donde permaneció seis años en una residencia religiosa. Nunca perjuró, sin embargo, de aquella etapa que estaba destinada a ser temporal. Amigo personal de quien iba a ser ministro de Educación con Adolfo Suárez, José Manuel Otero Novas (nacieron en el mismo barrio, jugaron en las mismas calles), ambos iban a tener un singular protagonismo en las primeras conversaciones oficiosas para la legalización del PCE, en el que Riopedre militaba. Era 1976. Unos años antes, a comienzos de los sesenta, Riopedre vivía en Madrid, habitual de tertulias muy rojas como la que el Grupo Tácito celebraba en una cafetería de la calle Guzmán el Bueno, frente al cuartel general de la Guardia Civil. Riopedre se afilió al PC en Alemania, donde amplió estudios filosóficos entre 1968 y 1970. Volvió con ideas claras, después de estudiar a Marx, preparado para vivir una etapa de cambios. Carrillo flirteaba con el eurocomunismo. Fue profesor del Colegio Auseva, del IES Alfonso II y del Instituto Clarín, en Oviedo. Profesor tranquilo, según los que le conocieron en el aula. Su nombramiento como segundo de Areces de la Dirección Provincial de Educación le hizo abandonar su actividad docente en 1984, de la que se jubiló al inicio del presente curso. Fue director regional de Educación y viceconsejero de Educación. Vivió en primera línea el traspaso de competencias educativas en el curso 1999-2000 y fue consejero desde 2003. Sus dos últimos años los sufrió en medio de un sector docente convulso y en guerra. Los sindicatos le dieron duro, en ocasiones con alusiones personales poco elegantes, pero él no solía entrar al trapo. Riopedre tiene ahora una nueva oportunidad, quizá la más complicada de su vida, para mantener el tipo. Tendrá que demostrar que su imagen amable se corresponde con sus acciones en la Administración asturiana.» (Eduardo García, “El filósofo gallego de fidelidades rocosas. Ex consejero de Educación”, La Nueva España, Oviedo, 26 de enero de 2011.)

2012 «Es abominable y escandaloso que la funcionaria Otero se queje de su desgraciada situación económica actual en un país con más de cinco millones de parados con el cielo encima y la tierra abajo como único patrimonio. ¿A tal cinismo llega la “sensibilidad social” de algunos socialistas? Porque mientras no se demuestre lo contrario, la funcionaria Otero es militante del PSOE, marchó a ocupar un cargo a Oviedo gracias al PSOE y realizó aquello de lo que se la acusa bajo gobierno del PSOE. Compañeros como Rubalcaba y su “mandado” Trevín conocían el camino de su casa opulenta y bien abastecida sin preguntarse de dónde procedían los dineros que la sostenían. Si ahora a la funcionaria Otero las cosas le vienen mal dadas, que se resigne a no beber vinos de marca y a no comer angulas en plato sopero y recuerde sus orígenes modestos cuando lejos de la ostentación de la “nueva rica” comía de manera frugal y piadosa y bebía agua fresca de la fuente que ella misma iba a buscar. La actitud del también imputado Iglesias Riopedre es más explicable a la vez que más repugnante, si cabe, ya que ese parapeto de austeridad y miseria del que se rodea a modo de defensa y disculpa huele verdaderamente a podrido. Que haya tenido que vender los libros que utilizó de estudiante es de un sentimentalismo cursi e infecto; entre esos libros no figuraría un manual elemental de moral. Durante mucho tiempo Riopedre se presentó como ejemplo de honradez... marxista. Así como la Otero no engañaba a nadie, al menos en su pueblo, viviendo a lo grande y acaparando todo lo que podía, Riopedre daba lecciones constantes de severidad y desprecio hacia los bienes terrenales con los zapatos ajados y los puños de las camisas deshilachados. Ahora resulta que todo el dinero que le condujo a su presente y desairada situación lo entregaba a la buena causa de su hijo, no porque estuviera enfermo de dolencia incurable o haciendo un “máster” en Harvard (¿por qué la “progresía” jamás envía a sus hijos a Corea del Norte o a la Universidad Patricio Lumumba?), sino porque era un empresario incapaz. ¡Admirables estos marxistas que socavan la institución familiar pero miran por la suya y no creen en la propiedad privada aunque hacen lo que está en sus manos para que sus hijos sean ricos! Envenenada herencia le deja Riopedre a su vástago, en cualquier caso, ya que a pesar de su protección y desvelo ha quedado a la vista de todo el mundo como un incompetente irresponsable. Si no fuera porque Riopedre se escuda en su hijo, no sabríamos de la nulidad de éste, por lo que tal defensa desvergonzada es sencillamente repugnante. No obstante, el caso de Riopedre es de más calado ideológico, por así decirlo, que el de la Otero; ésta, cuando llegaron “los suyos”, entendió que había llegado el momento del saqueo. Riopedre es más sutil y sin duda se justifica pensando que como había luchado durante buena parte de su vida contra este modelo de sociedad, no le debía lealtad alguna cuando le encomendaron administrar una de sus parcelas. No se puede dejar la sociedad en manos de quienes aspiran a destruirla.» (José Ignacio Gracia Noriega, “Desvergüenza e inmoralidad”, La Nueva España, 6 de agosto de 2012.)

2013 «Un rumano acusado de robo gritó, comprensiblemente alborozado, al salir de la Comisaría sin cargos: “¡En España no meten en la cárcel por robar!”. Esto, para aquel hombre, era jauja. Naturalmente, lo es también para otros muchos, no solo rumanos, que gracias a sus afanes por afanar lo ajeno llegan a tesoreros de un conocido partido político o a directores generales de la Guardia Civil: de este último se hizo una copla que festejaba su habilidad, y no era para menos, ya que “rodeado de civiles se llevó la gallina”. En cuanto a Bárcenas, es una representación perfecta del “nuevo español”: deportista, inmoral y cosmopolita, pues resulta evidente que prefiere los bancos suizos y las pistas de esquí canadienses a los bancos españoles o a Candanchú. De otra pasta es Iglesias Riopedre, de quien su camarada Areces hizo una defensa o elogio fúnebre (aún no se sabe) profundamente indecente: “Es muy austero en su vida privada y luchó por la libertad y la democracia”. ¡Vaya! Como si haber luchado por la libertad y la democracia diera patente de corso. En cuanto a la austeridad, se demuestra que no es obstáculo para que guste el dinero, y si el interfecto ejercía la austeridad en su vida privada, sería por una tendencia de su carácter, pero no porque no cobrara un buen sueldo. También el viejo Grandet no encendía la chimenea por no gastar leña, no porque fuera muy austero, sino porque era muy avaro. A este tipo de “feroces austeros y grandes luchadores por la libertad” los conocía bien Víctor Sege, que estuvo recluido por ellos en Siberia y que escribe en su hermosa novela “Medianoche en el siglo”: “No existe gente más práctica, más cínica, más propensa a resolverlo todo con métodos expeditivos que los plebeyos privilegiados que emergen del final de las revoluciones cuando ya se ha endurecido la lava por encima del fuego, cuando la revolución de todos se convierte en contrarrevolución de unos pocos contra todos”.» (José Ignacio Gracia Noriega, “La alegría del rumano”, La Nueva España, 21 de marzo de 2013.)

2020 «Don José Luis Iglesias Riopedre, exconsejero de Educación del Gobierno socialista de Álvarez Areces, encausado en el “caso Marea”, fue sentenciado a cinco años y dos meses de cárcel por un delito de prevaricación y falsedad documental (no por fraude, ni malversación). Riopedre tiene cumplidos 80 años; sufre serias dolencias de pulmón y corazón y continúa en la cárcel, a pesar del agravamiento de su estado. Los informes médicos están emitidos por los Servicios de Cardiología y Endocrinología del HUCA, por el Subdirector Médico del Centro Penitenciario de Villabona y creo que también por un Catedrático de Medicina Legal y Forense. Su abogada ha solicitado por dos veces que le vea un médico forense. No se ha dado cumplimiento a esa solicitud. Acogiéndose al Artículo 80.4 del Código Penal, se solicitó que no entrara en prisión. Posteriormente y por dos veces, en virtud del artículo 104.4 del Reglamento Penitenciario, se ha pedido su excarcelación. Por dos veces, tanto la Junta de Tratamiento de la cárcel, como Instituciones Penitenciarias del Ministerio del Interior emitieron informe favorable a su excarcelación por motivos de salud y razones humanitarias y de dignidad personal. Nuestro Derecho Penal así lo reconoce (vid. Art. 104.4 RD 190/1996, de 9 Febrero) y es lo que se viene haciendo, salvo que el recluso denote una especial peligrosidad. Es obvio que no es el caso de Iglesias Riopedre. De hecho, otros internos, con patologías menos graves, han sido excarcelados. Sin embargo, el Fiscal de la Audiencia de Asturias y la Jueza de Vigilancia Penitenciaria, le han denegado la excarcelación alegando razones de plazo (no haber cumplido la cuarta parte de la condena) y que, dada la hipersensibilidad ante los delitos por “corrupción” (no es el caso de Riopedre), su excarcelación “provocaría alarma social” y “sería desmoralizadora para el conjunto de la sociedad”. Ante el empeoramiento de la salud de Riopedre, la familia, en su desamparo, ha elevado una queja al Defensor del Pueblo. Salvo el breve artículo de Sánchez Vicente, “Juzguen ustedes” en este periódico (5/7/2020), solo he advertido un paciente y prudente silencio, quizás a la espera de que la naturaleza obre milagros, se cumplan religiosamente los plazos de aplicación de la sentencia y todos quedemos estupendos. Pero sabemos, por el poeta William Blake, que “la Prudencia es una vieja, fea y rica solterona, cortejada por la impotencia”. “No te signifiques” –me advierten personas sensatas– “Déjalo estar. Decir algo, podría ser contraproducente...” Quizás. Pero reconozco que me ha soliviantado la explicación de la Fiscalía, para justificar la decisión de no autorizar la excarcelación, en atención al qué dirán, el escándalo o la alarma social que podría provocar. A las claras: me ha escandalizado y alarmado la aparente obstinación del Fiscal de la Audiencia y la jueza de Vigilancia Penitenciaria en denegar la excarcelación de un recluso, enfermo grave y de edad más que avanzada. Me pregunto: ¿a quién o a qué causa beneficia o perjudica el encarcelamiento a ultranza de Riopedre? ¿Es acaso un peligro público? ¿Podría huir a Suiza o al Caribe con su fortuna? (Nota: sus muy escasos bienes están embargados; tiene una multa de 400.000 y la Audiencia se niega devolver la fianza que fue pagada, en su día, entre 235 personas). ¿Qué clases, géneros, categorías sociales se escandalizarían ante la aplicación de unas disposiciones legales que, reconociendo los derechos humanos del delincuente, no se ensaña con su sufrimiento, sino que trata de aliviarlo, manteniendo todas la garantías jurídicas y salvaguardas? Algo va mal en nuestra democracia ¿se trata de que el miedo cambie de bando o de achicado? ¿ganará la partida el qué dirán abstracto o la razón compasiva? Sin mascarilla: esperaba de políticos en ejercicio, o militantes de partidos, algún pronunciamiento sobre este particular. No lo ha habido: ¿por temor reverencial?, ¿por desconocimiento, por comodidad, por tolerancia omnicomprensiva, o sea, por indiferencia y la coartada del “no vaya a ser que”? No soy la persona más indicada para hacer este llamamiento, pero no es tiempo de prudencias solteronas. Me mueve un sentimiento instintivo de rebeldía ante tanto sufrimiento inútil; mi protesta es un grito: José Luis Iglesias Riopedre, por razones humanitarias, y por decencia democrática, debe ser excarcelado inmediatamente. Debe hacerse, puede hacerse, se hará... Ruego al Fiscal, a la Jueza de Vigilancia o a quien corresponda, que den los pasos necesarios para proceder a la excarcelación del prisionero. Última hora: Riopedre fue de nuevo a Urgencias del HUCA. Consentir que continúe en prisión, a sabiendas de su estado y de las disposiciones legales que avalan su excarcelación, creo que sería un error absurdo y, casi me atrevería a decir, un caso de prevaricación.» (Inés Illán –Profesora jubilada de Filología Latina de la Universidad de Oviedo–, “Riopedre debe ser excarcelado. En defensa del exconsejero de Educación”, La Nueva España, Oviedo, sábado 18 de julio de 2020, pág. 15.)

«Se muy bien que no tendremos una vida civilizada sin acatar las sentencias firmes de los Tribunales e incluso sin aceptar, convencionalmente, que dichas sentencias son acertadas, por mucho que discrepemos de ellas. Dicho lo cual, creo que debe producirse ya, por cualquiera de las vías que la legalidad permite, la excarcelación de José Luis Iglesias Riopedre. Más adelante expondré las causas de mi petición, comenzando ahora por manifestar mis motivos. En Vigo y en nuestra juventud, en la segunda mitad de los 50, José Luis y yo compartimos actividades vinculadas a nuestra concepción católica de la vida. Sobre 1964, cuando José María Gil Robles había vuelto del exilio y fundado aquí un clandestino partido llamado Democracia Social Cristiana, José Luis y yo, con algunos amigos más, nos reuníamos en una cafetería de la calle Guzmán el Bueno de Madrid elaborando papeles para dicho grupo político: y como el líder, alegando las circunstancias de la ilegalidad, era muy caudillista, en uno de los papeles le dijimos que no habría nunca democracia si los partidos no tenían una estructura interna y funcionamiento democrático; posteriormente, al comenzar a redactarse la Constitución en el Congreso, yo le repetí a Suárez lo que antes habíamos dicho a Gil Robles y nuestra frase está hoy literalmente repetida en los artículos 6 y 7 de nuestra Carta Magna. Años después Riopedre entró en la órbita del Partido Comunista y, cuando la policía presentó denuncia en su contra, yo tuve la oportunidad de recomendar a las autoridades del Régimen anterior que no consideraran delictivo lo que seguramente no lo era según la legislación vigente de la época, lo que permitió a José Luis emigrar/exiliarse a tierras alemanas. Muerto el general Franco, en junio de 1976, de acuerdo con Fraga que ocupaba la vicepresidencia del Gobierno, invité a mi casa a Riopedre, ya notorio comunista y tras recibir de él la contestación de que ellos querían aflorar a la legalidad, le formulé para que se las trasladara a Santiago Carrillo las dos condiciones que les poníamos; días después, José Luis me retransmitió la conformidad de Carrillo que, ocho meses después, el mismo Carrillo le confirmó a Adolfo Suárez. En 1983, mi amigo, profesor ya de Filosofía en Asturias, tuvo la delicadeza de viajar a Madrid para explicarme las razones, serias y no oportunistas, por las cuales consideraba que debía abandonar el PC y entrar en el PSOE. Seguimos viéndonos, de cuando en cuando, en Madrid o en Oviedo y, ya en el poder asturiano, me contó su rechazo al cohecho que le insinuó un conocido mío. En su día me contó que su médico le conminaba a que abandonara inmediatamente el Gobierno del Principado sí no quería arriesgarse a morir en el despacho. Surgió la “Operación Marea” y, sin entender el porqué de su encarcelamiento preventivo (a pesar de haber sido yo miembro del Gobierno que propuso la ley para aumentar a los jueces de instrucción las muy reducidas facultades de dictar la prisión provisional que tenían durante el franquismo), acudí a visitarle en prisión. No tenía bienes para garantizar que no se escaparía de España y varios centenares de conocidos suyos aportarnos fondos a una cuenta para presentar la fianza en su favor; yo lo hice por la cifra máxima que me permitieron los organizadores. Intermedié la venta de su biblioteca de filosofía para que consiguiera medios con los que atender a las necesidades que le iban surgiendo con la causa penal. Para evitar que tuviera que contratar a otro abogado, llevé personalmente, como amigo, su defensa ante el Tribunal de Cuentas del Reino cuando se demandó que indemnizara los supuestos perjuicios que hubiera causado a la Administración, con sentencia absolutoria para José Luis. Me sorprendió por dura su condena en el proceso penal y cuando volvió a ingresar en prisión, le escribí haciéndole reflexiones políticas, jurídicas y personales sobre su caso, confiando en su pronta liberación y anunciándole que en cuanto se produjera, Nieves (mi mujer de siempre y asturiana) y yo, volveríamos a Oviedo a cenar con Tere (su mujer, asimismo de siempre) y con él, en un grato restaurante ovetense donde nos habíamos reunido en otras ocasiones. No necesito traer a colación a los condenados por el procés catalán –quienes siempre afirmaron no arrepentirse de nada, anunciando que volverán a repetir sus delitos, y que en cuanto pusieron el pie en la calle efectivamente reiniciaron las acciones por las que fueron condenados–, porque las causas de mi pretensión sobre Riopedre ya eran jurídicamente válidas para justificar su no reingreso en prisión, derivadas de su condición de octogenario y de las dos muy serias enfermedades que padece desde hace mucho tiempo. Probablemente porque Asturias ha tenido la fortuna de vivir libre de ambientes generalizados de corrupción, el caso “Marea” que afectó a mi amigo, se vivió en los medios con gran intensidad: pero, al menos en cuanto a José Luis, nada hay que justifique alarma social, ni por lo que ahora pueda escandalizar su razonada liberación. Porque nadie, nunca, ha podido acusarle siquiera de haber ingresado un euro por encima de su sueldo oficial; y porque la sentencia condenatoria de la Audiencia dice no haberse probado que su conducta generara perjuicios para la Administración, mientras que, por su parte, la sentencia favorable del Tribunal de Cuentas, afirma estar positivamente probado que tal daño a los intereses públicos no se ha producido (supongo que por ello, ni el Principado ni el Ministerio Fiscal presentaron recurso contra aquella sentencia). Súmesele a ello que, como quedó patente en el periplo judicial, tras una larga trayectoria laboral suya y de su mujer, vivida con notable y digna austeridad, el matrimonio sólo logró ahorrar para cubrir una pequeña parte de las responsabilidades de la condena: muy lejos de cualquier riqueza; de modo que cuando la Audiencia quiso cobrarle la multa impuesta tuvo que incautar también la fianza depositada para garantizar su no huida de la Justicia, basándose en algún aspecto formal, aun siendo público y notorio que ese dinero fue aportado por las 235 personas que así le afianzamos. Estoy seguro de que a nadie le puede resultar indiferente que José Luis acabe sus días en prisión; en otro caso, como dijera Fouché, sería peor que un crimen, sería un error.» (José Manuel Otero Novas –Exministro de Presidencia y de Educación con UCD–, “La excarcelación de Riopedre. Motivos y causas de pedir la salida de prisión del exconsejero de Educación”, La Nueva España, Oviedo, martes 21 julio 2020, pág. 21.)

En marzo de 2021 la Asociación Española para el Derecho Internacional de los Derechos Humanos (AEDIDH) –según facebook: “Párroco Camino 19-3ºD, 33700 Luarca, Spain”–, famosa por publicar en 2010, siendo Riopedre consejero, la Declaración de L.luarca sobre’l derechu humanu a la paz (Luarca 2010, edición no venal “billingüe asturianu-castellanu”, 64 págs., D.L. AS-1270-2010, con ilustraciones de Ernesto García del Castillo alias Neto; traducción al bable de Adolfo Camilo Díaz; presentación de Noemí Martín González y Rafael Palacios García; estudio preliminar de Carmen Rosa Rueda Castañón y Carlos Villán Durán), presiona de manera peculiar y curiosa al Juzgado interviniente:

«Una asociación pro derechos humanos pide el tercer grado para Riopedre. Apelan a la avanzada edad del exconsejero de Educación, que cumple 81 años, y a su estado de salud. La Asociación Española para el Derecho Internacional de los Derechos Humanos (AEDIDH) ha instado al Juzgado de Vigilancia Penitenciaria de Asturias a conceder al exconsejero de Educación José Luis Iglesias Riopedre su pase al tercer grado penitenciario al considerar que su incumplimiento viola, entre otros, el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos y de la Convención contra la Tortura. AEDIDH asegura que el exconsejero tiene una avanzada edad, al haber cumplido ya los 81 años, y que a esta circunstancia se suma a su grave estado de salud por diferentes patologías, entre otras, cardiaca, lo que a su juicio hace aconsejable revisar su situación carcelaria “con exquisitos criterios de humanidad” para evitar su fallecimiento en un recinto penitenciario. En un comunicado de prensa, la asociación sostiene que, en caso de que no se produzca este pase a tercer grado, el juzgado podría comprometer la responsabilidad internacional de España por presunta violación del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos y de la Convención contra la Tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes, ambos ratificados por España y de obligado cumplimiento. Riopedre cumple actualmente una condena de cinco años y dos meses de prisión en el Centro Penitenciario de Asturias por los delitos de prevaricación y cohecho por el “caso Marea”; informó EFE.» (LVA, 29 marzo 2021.)

Dos días después, miércoles santo, conceden la libertad condicional al ex consejero del PSOE, tras haber cumplido 540 días en la cárcel:

«Iglesias Riopedre saldrá hoy de prisión: “Pido perdón por mis errores cometidos en el pasado.” Un informe aclaratorio de los forenses motiva que la Fiscalía cambie de criterio y deje de oponerse a la libertad condicional del reo | El juzgado ha dictado ya la orden de libertad provisional y se ha trasladado al centro penitenciario. José Luis Iglesias Riopedre saldrá hoy de prisión por “razones humanitarias” al haberse deteriorado su estado de salud. La fiscalía, que venía oponiéndose a que el exconsejero cumpliera fuera de la cárcel lo que le queda de condena por su implicación en el “caso Renedo”, ha variado su posición en los últimos días a raíz de un informe aclaratorio emitido por los médicos forenses y el juzgado ya ha emitido orden de libertad provisional. El dictamen, de 24 de marzo, reconoce que el reo “tiene afectada de forma importante la capacidad funcional (dificultad para realizar actividades instrumentales de la vida diaria, así como subir escaleras, agacharse...) como el estado de ánimo, requiriendo ayuda y supervisión”. Las dolencias cardíacas que arrastra han empeorado lo que, unido a su diabetes, provocan que su pronóstico vital sea el de tener “una alta tasa de mortalidad difícilmente predecible dependiendo de los factores de agravación”.
En el auto se recuerda al exconsejero que tiene que cumplir una serie de condiciones tras concederle la libertad condicional, como observar buena conducta y mantener el pronóstico de inserción social favorable, residir en un domicilio determinado, recibir los tratamientos médicos que le sean pautados y aportar informes médicos acreditativos de su evolución.
La decisión del juzgado llega después de que el propio Riopedre le remitiese un escrito en el que pide perdón. “Me dirijo a ustedes con el único fin de pedir perdón por mis errores cometidos en el pasado, cuando ejercía como Consejero de Educación del Gobierno de Asturias”, señala.
“Me reitero que dicho perdón se lo pido a todas las personas que pude perjudicar de uno un modo u otro, por todo el daño cometido. Mostrar mi arrepentimiento, y no solo a las personas que he podido perjudicar, sino a la sociedad en general”, añadía.
“No puedo volver atrás para cambiar las cosas, pero a día de hoy y desde hace ya bastante tiempo, estoy concienciado y seguro que hubiera hecho las cosas de otra manera. Les ruego que me puedan perdonar y creanme de todo corazón mi verdadero arrempetimiento . No me quiero victimizar al dirigirme a ustedes con estas palabras pero desearía que me concedan que el tiempo que me queda de vida, lo pueda pasar junto a mi esposa e hijos”, escribió también el exdirigente asturiano.
El informe aclaratorio se emitió por petición de la abogada de Iglesias Riopedre, quien observaba contradicciones en el anterior estudio de los médicos forenses y que era el que estaba utilizando el Fiscal de Vigilancia Penitenciaria para oponerse a la salida del reo. Ahora, al recibir las nuevas explicaciones, el Ministerio Público varió de criterio. Primero solicitó la acumulación del expediente de tercer grado y el de libertad condicional. Esta misma mañana emitió informe desistiendo del recurso que interpuso el 21 de diciembre contra la progresión a tercer grado y comunicando que ya no se opone a la concesión de la libertad condicional “por razones humanitarias” que venía reclamando la abogada del reo, Anabel Prieto.
El fiscal avanza que para cumplir la condena fuera de la prisión se pongan las medidas de precaución que estime el centro penitenciario.
“Estamos muy contentos, se ha trabajado muchísimo en esto, ha sido una labor constante porque todos los procedimientos derivan en muchas alegaciones y guerra que se ha llevado a cabo”, valoraba Anabel Prieto, la letrada especializada en Derecho Penitenciario que está representando a Iglesias Riopedre. “Estamos satisfechos porque por fin pueda salir en libertad condicional; era el fin que proponíamos porque es una necesidad que necesita estar fuera”, agregaba.
Iglesias Riopedre fue consejero de Educación en los gobiernos de Vicente Álvarez Areces hasta que dimitió en 2010, aduciendo motivos de salud. Un año después fue detenido durante la redada del 'caso Renedo', investigación que detectó una trama de corrupción en el Principado consistente en el desvío de fondos públicos mediante contratos amañados. El Tribunal de Cuentas revisó el asunto y en su jurisdicción absolvió al exconsejero al considerar que sus irregularidades no habían comportado perjuicio al erario. En la causa penal sin embargo fue condenado a cinco años y dos meses por prevaricación, falsedad documental y cohecho. La sentencia considera que con su firma validó el pago de tres contratos de obra a sabiendas de que esos concretos trabajos no se habían realizado y que el abono era para retribuir otras obras efectivamente ejecutadas.
El reo empezó a cumplir la condena en octubre de 2019 y al mes de internamiento el subdirector médico del centro estaba proponiendo su progresión a tercer grado para que cumpliera fuera la condena, aduciendo su mal estado de salud. La situación se ha ido agravando urante el último año, precisando el reo de varios ingresos de urgencia en el HUCA.» (Ramón Muñiz, El Comercio, miércoles, 31 marzo 2021, 15:36.)

Textos de José Luis Iglesias Riopedre en Filosofía en español

1984 “En torno a los escritos ópticos de Hobbes”, El Basilisco, nº 16 (1984), págs. 62-74.

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