Faustino de la Vallina Argüelles 1881-1939
Catedrático por oposición en 1922 de “Lógica fundamental” en la Sección de Estudios Universitarios de La Laguna (la llamada “Universidad de San Fernando”, precedente de la Universidad de La Laguna, creada en 1927), aunque no llegó a hollar tal cátedra pues ni siquiera se trasladó a Tenerife, al ser nombrado cuatro meses después, por traslación, titular de la de “Lógica fundamental” de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Oviedo, rotulada desde 1929 “Lógica (Teoría del conocimiento)” (al modificarse el plan de estudios de la Facultad de Derecho, a cuyo curso preparatorio correspondía).
Faustino Luis de la Vallina y Argüelles había nacido en Oviedo el 26 de abril de 1881, hijo de Luisa de Argüelles y Frera (†1933) y de Inocencio Faustino de la Vallina y Subirana (1848-1910, catedrático de Geografía e Historia en el Instituto de Tapia y luego catedrático de Historia crítica de España en la Universidad de Oviedo). Estudió el bachillerato en el Instituto de Segunda Enseñanza y el preparatorio de Filosofía y Letras y Derecho en la Universidad de esa ciudad, licenciándose y doctorándose luego en la Universidad Central.
Ya ha cumplido los treinta y cuatro años cuando figura como uno de los 23 opositores a la cátedra de Historia de España vacante en la Universidad de Murcia (Gaceta de Madrid, 28 octubre 1915), junto con otros veteranos opositores como Manuel Hilario Ayuso Iglesias (1880) y otras jóvenes promesas como José María Ramos Loscertales (1890), Cristino Luis Antonio Floriano Cumbreño (1892) o Claudio Sánchez Albornoz (1893). (En aquella oposición resultó catedrático el malogrado Juan Ruiz de Obregón y Retortillo, nacido hacia 1887, que murió el 10 de agosto de 1916, a los cinco meses de alcanzar la cátedra, dejando viuda a Pilar Despujol Ricart, que le sobrevivió hasta 1962). Un mes después figura entre los 19 aspirantes a la cátedra de Historia universal, antigua y media, vacante en la Universidad de Barcelona (Gaceta de Madrid, 16 noviembre 1915).
Cuatro años después aspira al cargo vacante de Fiscal municipal suplente de Oviedo (Boletín Oficial de la Provincia de Oviedo, 26 septiembre 1919) y en 1920 a las cátedras de Lógica fundamental vacantes en las Universidades de Oviedo y Santiago de Compostela (Gaceta de Madrid, 5 agosto 1920).
En 1921 oposita a dos cátedras vacantes en las Facultades de Filosofía y Letras y Derecho de la Sección Universitaria de La Laguna, la de Historia de España (con diez aspirantes, entre ellos el también opositor veterano Manuel Hilario Ayuso Iglesias) y la de Lógica Fundamental, que solo se disputa con Manuel Hilario Ayuso Iglesias (Gaceta de Madrid, 19 octubre 1921), y por fin, culminado el proceso en Madrid:
«S. M. el Rey (q. D. g.) se ha servido nombrar a D. Faustino Luis de la Vallina y Argüelles Catedrático de Lógica fundamental de la Sección de estudios universitarios de La Laguna (Canarias), con el sueldo anual de 5.000 pesetas. De Real orden comunicada lo digo a V. S. para su conocimiento y demás efectos. Dios guarde a V. S. muchos años. Madrid, 26 de Mayo de 1922.– El Subsecretario, Castel.» (Gaceta de Madrid, 8 junio 1922, n° 159, pág. 893.)
Aunque Constantino Suárez (VII, 366-367) asegure que Faustino Luis de la Vallina “explicó algún tiempo la asignatura de Lógica fundamental” en La Laguna, la prensa tinerfeña de entonces lo desmiente de forma irrefutable:
1922 «Instrucción pública. Universidad de San Fernando. Tres que, por de pronto, no vendrán… Han sido nombrados vocales de Tribunales de oposición a cátedras de Universidad los señores don Wenceslao González Oliveros, don Armando Álvarez Rodríguez y don Faustino Luis de la Vallina, catedráticos de esta Sección de Estudios Universitarios.» (Gaceta de Tenerife. Diario católico, órgano de las derechas, Santa Cruz de Tenerife, miércoles 13 de septiembre de 1922, pág. 1.)
1923 «Ilmo. Sr.: En virtud de concurso previo de traslación, S. M. el Rey (q. D. g.) ha resuelto nombrar a D. Faustino Luis de la Vallina y Argüelles Catedrático numerario de Lógica fundamental de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Oviedo, con el mismo sueldo y número del Escalafón que actualmente disfruta. […] Méritos y servicios de D. Faustino Luis de la Vallina. Catedrático numerario, por oposición, de Lógica fundamental de la Sección de Estudios universitarios de Canarias desde 26 de Mayo de 1922.» (Gaceta de Madrid, 7 enero 1923, n° 7, pág. 86.)
«Otro que, sin venir, se fue. En virtud de concurso previo de traslado, don Faustino Luis de la Vallina y Argüelles, catedrático de Lógica fundamental de esta Sección de Estudios Universitarios, ha sido nombrado para igual cátedra de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Oviedo. Por consecuencia de este nombramiento se declara vacante la de Canarias.» (Gaceta de Tenerife, Santa Cruz de Tenerife, 17 enero 1923, pág. 1.)
José B. Arduengo Caso le dedica una de las 165 entradas biográficas de Pensamiento asturiano (Primera Historia de Filosofía Asturiana) (Gijón 1983, página 332), donde liba de Españolito, aunque aquel indefinido “explicó algún tiempo la asignatura de Lógica fundamental” en La Laguna, se mejora en un rotundo: “obtuvo la de La Laguna en julio [sic] de 1922; después de algunos años pasó a la de Oviedo…”.
Puesto que esas presencias virtuales en Tenerife debían mantener su coherencia de papel, en el escalafón de 1931 y en el de 1935 se dice que Faustino L. de la Vallina Argüelles, catedrático entonces de Lógica y Teoría del Conocimiento en Oviedo, “ha servido en La Laguna”; y que Wenceslao González Oliveros, catedrático entonces de Filosofía del Derecho en Granada, “ha servido en La Laguna”, &c.
«Los que se casan. Don Faustino de la Vallina Argüelles, de San Juan el Real, con doña María Teresa Valverde Menéndez, de Salas.» (La Voz de Asturias, Oviedo, 21 de julio de 1923, pág. 6.)
1924 «Doña Maximina Menéndez Suárez. En la villa de Salas, donde residía desde hace muchos años, y confortada con los Santos Sacramentos y la bendición de Su Santidad, falleció ayer la respetable y distinguida señora doña Maximina Menéndez Suárez, viuda del inolvidable don Ladislao Velarde, diputado provincial que fue y persona de arraigo en el concejo de Salas. […] ¡Descanse en paz la fenecida señora! A sus hijos nuestro sentimiento por la desgracia que les aflige, particularmente a su hijo don Juan, alcalde de Salas, y a su hijo político don Faustino de la Vallina, profesor de la Facultad de Filosofía y Letras de nuestra Universidad literaria, rogando al lector la caridad de que eleve al Cielo la súplica piadosa de una oración por la paz eterna del alma de doña Maximina Menéndez Suárez, viuda de Velarde.» (Región, Oviedo, viernes 15 agosto 1924, pág. 2.)
Un año después de contraer matrimonio se muere en Salas, a los 67 años de edad, su suegra, doña Maximina Menéndez Suárez (viuda de don Ladislao Velarde). La esquela de media página que publica en portada La Voz de Asturias (15 Agosto 1924) dice que deja dos hijos y dos hijas, que Faustino de la Vallina era su único hijo político, y que aún no tenía nietos. Tres años después, en 1927, Faustino de la Vallina será padrino de pila bautismal de su sobrino político, Juan Velarde Fuertes (nacido en Salas el 26 de junio de 1927).
El plantel de catedráticos de la Universidad de Oviedo el curso 1923-1924 (según la lista definitiva para la elección de Senador por el Distrito Universitario de Oviedo, Boletín Oficial de la Provincia de Oviedo, 13 marzo 1924), era el siguiente:
«Rector: Ilmo. Sr. D. Jesús Arias de Velasco y Lugigo. Catedráticos numerarios de la Universidad: D. Enrique Uríos Gras; D. Demetrio Espurz y Campodarbe; D. José María Frontera y Aurrecoechea; D. Manuel Miguel Traviesas; D. Isaac Galcerán y Cifuentes; D. Enrique Eguren y Bengoa; D. Emilio Jimeno y Gil; D. Benito Álvarez Buylla y Lozana; Ilmo. Sr. D. Aniceto Sela y Sampil; D. Leopoldo García Alas y García Argüelles; D. José María Ots y Capdequí; D. Gabriel Galán y Ruiz; D. Faustino Luis de la Vallina y Argüelles; D. Claudio Galindo y Guijarro; D. Isaías Sánchez y Sánchez Tejerina; D. Armando Álvarez y Rodríguez. Catedráticos jubilados de la Universidad: D. Armando González Rúa y Muñiz; Ilmo. Sr. D. Víctor Díaz Ordóñez y Escandón; Excmo. Sr. D. Fermín Canella y Secades.»
El primero de octubre de 1924 le corresponde leer el tradicional discurso en la solemne apertura del curso académico en la Universidad de Oviedo, publicado en un opúsculo de 27 páginas sin título preciso, como es frecuente en el género, y bautizado de maneras diversas: “…tratando del concepto nación…” (Región, Oviedo 2 octubre 1924), “La unidad de la patria” (El Imparcial, Madrid 2 octubre 1924), “La nación española” (en la glosa de “Fernando”, publicada por un periódico de Madrid, quizá El Debate, varias veces reproducida), “El sentimiento de la nacionalidad española en nuestros escritores antiguos y de la Edad Media” (en la entrada que dedica a su autor, probablemente a partir de sus propias noticias, la enciclopedia Espasa en 1929: 66:1118), &c. Hemos rotulado la edición íntegra del texto que aquí ofrecemos: “La nación española. El sentimiento de la nacionalidad española en nuestros escritores antiguos y de la Edad Media”. El diario Región lleva a su portada del día siguiente un retrato del catedrático por el fotógrafo Ramón García Duarte, que reproducimos arriba, acompañando su crónica: “Los actos oficiales de ayer. La apertura del curso en la Universidad”.
La nación española
El digno y competente catedrático de la Universidad de Oviedo, don Faustino Luis de la Vallina, ha desarrollado el tema que sirve de título a estas líneas, como materia del discurso inaugural leído durante la ceremonia de la apertura de curso.
El tema ha sido oportunísimo, y según las referencias que del discurso tenemos, tratado con extraordinarios aciertos y competencia.
Deshaciendo el señor Vallina un prejuicio muy puesto en boga en estos tiempos, demostró en su disertación, que la nación española es verdadera nación y no precisamente, como alguien pueda suponer desde que se constituyó en Estado español, sino desde mucho antes, en que aun estando fraccionada en diversos reinos, constituía en realidad una sola entidad nacional, caracterizada por todos los elementos que constituyen la entidad nación, como son las unidades geográficas de raza, de religión, de aspiraciones, de origen, de enemigo, y aun casi puede decirse, que de lenguaje. Así lo demostró el señor Vallina, no sólo con el examen y el estudio de los sucesos históricos, sino con el testimonio irrecusable de personajes de la edad media, la reina Isabel entre ellos que así lo acreditan en sus escritos.
No son obstáculo para esta unidad nacional las diversas modalidades de cada una de las regiones que en otro tiempo fueron reinos, porque ellas no afectan a la esencia de la constitución nacional.
Las distintas regiones que constituyen en la actualidad el Estado español, tienen distintas fisonomías como las tienen también los hijos de unos mismos padres, pero sienten circular por sus venas una misma sangre, y tienen en realidad una misma alma y un mismo tesoro espiritual y tradicional. El nacimiento de los diversos reinos españoles fue meramente ocasional e hijo de las necesidades de la reconquista, pero esta misma reconquista que por separado les engendró, les unió muchas veces en la lucha y les infundió un espíritu común, fusionándoles en definitiva para dar el último golpe que con la rendición de Granada coronó su obra, de destrucción de la morisma.
La unidad nacional no es un hecho artificial, como equivocadamente suponen algunos, impuesto por la fuerza de un Estado, sino formado espontáneamente por el transcurso de la historia y recogido de ella por el Estado. Para formar esta unidad nacional no ha sido necesario forzar las conciencias ni usar de violencia de ninguna clase. El matrimonio que unió las coronas de Castilla y de Aragón, fue tan natural y tan satisfactoriamente recibido como el que hacía, algunos siglos había dado lugar a que se fusionasen también el Condado de Barcelona y el mismo reino de Aragón. La unión se hizo sin violencia y sin sangre; la separación no podría hacerse sin sangre y sin violencia, porque la unión fue un hecho natural y la separación sería un hecho arbitrario y caprichoso. La unión elaborada lentamente y sin que nadie se diera cuenta de ella durante ocho siglos, ha perdurado sin riesgo durante otros cinco, sobreponiéndose a las intrigas, tramadas contra ella, a las envidias y a las soberbias de los unos y de los otros y aun a las mismas torpezas de los gobernantes. La separación si fuera posible conseguirla, no podría perdurar o sería presagio de la muerte definitiva. Lo que la mano de Dios ha hecho por medio de la naturaleza, no pueden con facilidad deshacerlo las manos de los hombres.
El Estado español no es la reunión de varias naciones bajo el peso de una misma cosa, sino un solo Estado y una sola nación, o acaso más ciertamente una nación partida entre dos Estados, España y Portugal. Una nación que comprende dos Estados, o sea todo lo contrario de lo que los nacionalistas suponen cuando pretenden hacernos creer en la existencia de diversas naciones dentro de un solo Estado.
Tal es la realidad del problema, que no puede ni debe desconocer quien quiera de veras el esplendor y la grandeza de España. La España grande de que muchas veces han hablado, por ejemplo, los que empezaron llamándose regionalistas catalanes y después se convirtieron insensiblemente en nacionalistas, no puede conseguirse fraccionándola en muchas y diminutas nacionalidades que la historia ha borrado, sino afianzando la única nacionalidad que en realidad existe, y, a ser posible, confundiendo los límites del Estado con los de la nación, que es lo que hace más fuertes y duraderos a los pueblos.
Tales son las ligeras consideraciones que nos ha suscitado la noticia del tema competentemente desarrollado en la Universidad de Oviedo por el ilustrado catedrático de su Facultad de Filosofía y Letras señor Vallina.
Fernando.
(El Iris, diario católico, Ciudadela (Menorca), miércoles 14 de Octubre de 1924, año XII, n° 3473, págs. 1-2.)
(Diario de Valencia, Valencia, jueves 16 de Octubre de 1924, año XIV, n° 4608, pág. 1.)
(Gaceta de Tenerife, Diario católico - órgano de las derechas, Santa Cruz de Tenerife, viernes 14 de Noviembre de 1924, año XV, n° 4490, pág. 1.)
En 1924 nace el primogénito, que hereda el nombre del padre, Faustino de la Vallina Velarde, en noviembre de 1925 nace Vicente María, y en noviembre de 1926 la primera hija, que hereda el nombre de la madre, María Teresa de la Vallina Velarde.
1926 «Ha sido bautizada en esta capital una preciosa niña hija de nuestro estimado amigo el culto Decano de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad, don Faustino de la Vallina. Se impuso a la neófita los nombres de María Teresa de Jesús Maximina Antonia Josefa. Damos nuestra más cordial enhorabuena a las distinguidas familias Vallina-Velarde, que tantas simpatías cuentan en esta provincia.» (La Voz de Asturias, Oviedo, 30 noviembre 1926.)
El Gobierno civil de la provincia le nombra, en abril de 1927, concejal suplente del Ayuntamiento de Oviedo y en junio concejal titular:
1927 «Se posesionan los nuevos concejales. En la mañana del domingo se ha reunido el Pleno del Municipio en sesión extraordinaria para dar cumplimiento al precepto legal del decreto-ley que crea la Asamblea Nacional. Primero se posesionan los concejales de reciente nombramiento, que son don Ramón Bascarán, don Jesús Ceñal, don José Zarauza, don Mariano de la Vega y don Faustino de la Vallina Argüelles, los cuales penetran en el salón en compañía de los comisionados designados al efecto. El alcalde les da…» (Región, Oviedo, martes 27 septiembre 1927, pág. 15.)
«Bibliografía. La evolución de la Humanidad. La Editorial Cervantes, de Barcelona, prosigue la publicación de su magnífica Biblioteca de Síntesis Histórica “La Evolución de la Humanidad” que constituye la mejor y más científica Historia universal publicada hasta la fecha. El nuevo tomo que acabamos de recibir, escrupulosamente traducido por el decano de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Oviedo, doctor Faustino de la Vallina, lleva por título “El imperialismo macedónico y la helenización del Oriente”. Su autor es el eminente profesor de la Sorbona, Pedro Jouguet.» (El Adelanto, Salamanca, 15 octubre 1927, pág. 6.)
1928 «Casa del Estudiante. Programa de los actos de la Semana del Estudiante. Ultimada la organización de los actos que han de constituir la “Semana del Estudiante” que en el curso académico actual celebrará la Federación de Estudiantes Católicos, nos complacemos hoy en dar publicidad al mismo, por la gran importancia y trascendencia de los actos organizados por los escolares de nuestra Universidad. La “Semana” comprenderá desde los días 1 al 7 inclusive del próximo mes de Marzo, corriendo a cargo del ilustre dominico Reverendo P. Getino la inauguración de la misma. […] Día 7. Fiesta del estudiante. Festividad de Santo Tomás de Aquino, patrono de los estudiantes católicos. […] Por la tarde, a las dos, banquete escolar que tendrá lugar en la Casa del Estudiante. A las siete y media, gran velada literaria en la que tomarán parte el presidente de la Federación de Oviedo don Alfredo Monte Cuesta, el presidente de la Confederación Nacional de Estudiantes Católicos don Alfredo López, don Faustino de la Vallina, Decano de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad, y el muy ilustre señor don Juan Puertes Ramón, Provisor y vicario de la Diócesis, en representación del Excmo. y Rvdmo. Prelado.» (La Voz de Asturias, Oviedo, 26 febrero 1928.)
«Se halla pasando el verano en Somió, con su distinguida señora e hijos, el decano de la Facultad de Filosofía y Letras de esta Universidad don Faustino de la Vallina.» (Región, 23 junio 1928, pág. 16.) «Pasa el verano en Somió con sus hermanos, los señores de Vallina, la distinguida señorita María Antonia Velarde Menéndez.» (Región, 24 agosto 1928, pág. 11.)
1929 «Faustino Luis de la Vallina y de Argüelles. Biog. Catedrático y escritor español, nacido en Oviedo en 1881. En 1922 obtuvo por oposición la cátedra de lógica fundamental de la Sección universitaria de La Laguna, siendo trasladado más tarde a la Universidad de Oviedo, donde es decano de la Facultad de Filosofía y Letras. Ha publicado, entre otras, las siguientes obras: La Historia: su concepto y metodología (Madrid, 1918); El razonamiento es siempre mediato: las supuestas inferencias inmediatas (Madrid, 1921); El sentimiento de la nacionalidad española en nuestros escritores antiguos y de la Edad Media (Oviedo, 1924); Programa de Lógica fundamental (Oviedo 1924); Personalidad filosófica de santo Tomás de Aquino (Oviedo, 1928); Programa de Lógica y Teoría del conocimiento (Oviedo, 1928), y El imperialismo macedónico y la helenización del Oriente, de P. Jouguet, traducción (Barcelona, 1927).» (Enciclopedia Universal Ilustrada Europeo-Americana, Espasa-Calpe, S.A., Bilbao, Madrid, Barcelona 1929, tomo 66, pág. 1118.)
El lunes 14 de enero de 1929 el general Francisco Zuvillaga, Gobernador civil y militar de la provincia de Oviedo, entrega en su despacho a los periodistas “la lista de los señores diputados que han de componer la nueva Diputación provincial, diciéndonos que le faltaba el nombre del que figurará representando al Partido Socialista, que este organismo ha de designar” (recuérdese que al crear el general Miguel Primo de Rivera en 1926 la Organización Corporativa Nacional, formada por Comités Paritarios, UGT y PSOE las aceptaron incorporándose y colaborando con estas instituciones estatales). En esa lista, en calidad de “diputados corporativos” por la ciudad de Oviedo figuran: «Don Ulpiano Cervero (comerciante) y el catedrático de la Universidad, don Faustino de la Vallina» (La Voz de Asturias, 15 enero 1929, pág. 8.).
«Una disposición. De orden del ministro se suspenden las clases en la Universidad de Oviedo. Según nos comunica el Gobernador civil, se ha recibido una orden del Ministerio de Instrucción, mediante la cual se suspenden las clases en nuestra Universidad, debido a las actuales circunstancias.» (La Voz de Asturias, Oviedo, martes 16 abril 1929, pág. 2.)
Concejal del Ayuntamiento de Oviedo, Diputado provincial y, en plena crisis universitaria nacional, destituciones, expulsiones y cierres tras la huelga del 7 de marzo, Vicerrector de la Universidad de Oviedo: la Gaceta de Madrid del 17 de abril de 1929 publica tres reales decretos sucesivos dados en Palacio por Alfonso XIII el 15 de abril, impulsados por Eduardo Callejo de la Cuesta, Ministro de Instrucción pública y Bellas Artes: el número 1102 cesa a Isaac Galcerán Cifuentes como Rector de la Universidad de Oviedo, el número 1103 nombra Rector a Enrique Eguren Bengia y el número 1104 nombra Vicerrector de la Universidad de Oviedo a Faustino L. de la Vallina y Argüelles. Habían estallado las protestas contra el artículo 53 de la Ley de mayo de 1928 que facultaba la expedición de títulos a los centros universitarios católicos, protestas dirigidas por la Federación Universitaria Escolar, constituida en 1926 y capitaneada por Antonio María Sbert, frente a la bien organizada Asociación de Estudiantes Católicos, impulsada en 1920 por ACNP como respuesta inmediata a la constitución de la Коминтерн en 1919, la “Internacional Roja de la Enseñanza” desde 1922, &c. El Gobierno del general Primo de Rivera destituye a rectores, cierra centros y nombra Comisarías Regias en varias universidades españolas para intentar resolver “el problema universitario”:
«Al cerrar. Son suspendidos en sus cargos el Rector y los Decanos y Secretarios de la Universidad de Oviedo, siendo clausurado este Centro hasta el 1.° de Octubre de 1930. […] Cese del Rector. […] Nombramiento de Rector […] Nombramiento de Vicerrector […] Real orden clausurando la Universidad. El diario oficial publica asimismo la siguiente Real orden. La falta de asistencia a clase de los alumnos de la Universidad de Oviedo, durante los últimos días, acompañada de algunos disturbios, exigen medidas adecuadas, para terminar con este estado de cosas y que se emplee a los escolares como instrumento de desorden. […] 1.° Se suspende la función y actuación docente de la Universidad de Oviedo desde la fecha de hoy hasta el primero de Octubre de 1930, que serán restablecidas sus funciones. 2.° Durante ese tiempo no podrán matricularse los alumnos, excepto los oficiales correspondientes al Curso de 1930 a 1931. […] 8.° Los alumnos oficiales, pierden sus matrículas y podrán ser examinados como alumnos libres en las demás Universidades, excepto en las de Madrid y Oviedo, previo el pago de la matrícula correspondiente, con sujeción al programa oficial de esta Universidad. […].» (La Voz de Asturias, Oviedo, miércoles 17 abril 1929, pág. 3.)
«Importante nota oficiosa. El Gobierno declara que no le arredra el problema de ir suspendiendo una a una el funcionamiento de las diversas Universidades. Como se ha podido ver en la Gaceta de hoy, ha sido preciso entender el criterio de rigor aplicado a la Universidad de Madrid y a la de Oviedo, donde a merced de debilidades y tal vez de concomitancias, los estudiantes se habían constituido en club rebelde, dando mal ejemplo a otros sectores y perdiendo el tiempo y con él todo derecho a seguir asistiendo a la Universidad. También en la de Barcelona se vienen registrando síntomas que harán acaso preciso aplicar allí el mismo criterio. Al Gobierno le enoja esta cuestión estudiantil por el juicio que de ella se forme en el extranjero y por la inquietud que mantiene en el país, que mostrada con exageración tendenciosa produce graves daños, pero no le arredra el problema de ir suspendiendo una a una el funcionamiento de las Universidades, si como es de esperar, todas siguieran el mal camino iniciado por las tres antes mencionadas, colaborando en el movimiento político de carácter revolucionario a que los estudiantes, no todos afortunadamente para el prestigio de la clase, se ha adscrito tan inconscientemente.» (La Voz de Asturias, Oviedo, jueves 18 abril 1929, pág. 1.)
«Núm. 740. Ilmo. Sr.: En cumplimiento de lo dispuesto en las Reales órdenes números 677 y 697 de este Departamento en sus artículos 4.° y 5.°, respectivamente, S. M. el Rey (q. D. g.) se ha servido disponer: 1.° Se nombran Vocales de la Comisaría Regia de la Universidad de Oviedo, que presidirá el Rector de la misma, a sus Catedráticos numerarios D. Faustino Luis de la Vallina y D. José Ramón Lomba de la Pedraja. 2.° Se nombran Vocales de la Comisaría Regia de la Universidad de Barcelona, presidida por su Rector, a los Catedráticos numerarios de la misma D. Enrique Soler Batlle, D. Francisco Gómez Campillo, D. Eduardo Alcobé Arenas, D. Ángel Antonio Ferrer y Cagigal y D. Pedro Font y Puig. De Real orden lo digo a V. I. para su conocimiento y demás efectos. Dios guarde a V. I. muchos años. Madrid, 23 de Abril de 1929. CALLEJO. Señor Director general de Enseñanza superior y secundaria.» (Gaceta de Madrid, 25 abril 1929, n° 115, pág. 489.)
«Núm. 743. Ilmo. Sr.: El considerable y creciente número de estudiantes femeninos matriculados en las Universidades que, según la última estadística oficial publicada, se elevaba a más de 2.000, y que seguramente en el actual supera a esa cifra, aconseja atender de modo especial la situación en que se hallan tales alumnas, después de las recientes disposiciones que sancionaron los disturbios escolares. Conforme a las mismas, las alumnas matriculadas en las Universidades o Facultades cuya actuación docente fue suspendida, podrán examinarse como libres en otras Universidades; más es indudable que su desplazamiento fuera de su domicilio, con tal objeto, ofrece más inconvenientes y mayores dispendios que el de los varones, pues es de presumir que a cada alumna la acompañé en su viaje alguna persona de su familia. Y para evitar que de hecho pudiera resultar agravada la sanción de estas alumnas, contrariando los designios del Gobierno y la protección que las Leyes dispensan a su sexo, S. M. el Rey (q. D. g.) se ha servido disponer que todos los alumnos femeninos oficiales y libres que cursen sus estudios en las Universidades de Madrid, Barcelona y Oviedo, y Facultad de Medicina de Salamanca, puedan optar entre matricularse y examinarse en cualquiera de las Universidades del Reino, con excepción de las mencionadas, en la convocatoria de Junio, o matricularse y examinarse en su propia Universidad en la de Septiembre; entendiéndose que las que no se matriculen para la convocatoria de Junio en otras Universidades, se reservan el derecho de efectuarlo en Septiembre en la Universidad a que pertenecen, sin necesidad de hacer ahora manifestación alguna. De Real orden aprobada en Consejo de Ministros, lo digo a V. I. para su conocimiento y efectos. Dios guarde a V. I. muchos años. Madrid, 24 de Abril de 1929. CALLEJO. Señor Director general de Enseñanza superior y secundaria.
Núm. 744. Ilmo. Sr.: El Real decreto número 401 de este Departamento de 4 de Febrero último, dispuso que no se efectuasen matrículas ni exámenes de enseñanza libre en el presente curso en la Universidad de Murcia. Las recientes disposiciones que sancionaron los disturbios escolares no exceptuaron dicha Universidad, a fin de dar facilidades a los alumnos para examinarse, y como son muy numerosas las peticiones de alumnos libres domiciliados en las provincias de aquel Distrito universitario solicitando examinarse en la referida Universidad, siendo equitativo su concesión y el evitar las molestias y trámites de la previa comprobación del domicilio o residencia de los alumnos, S. M. el Rey (q. D. g.) se ha servido disponer que puedan efectuar matrículas y exámenes de enseñanza libre en la Universidad de Murcia, en las convocatorias de Junio y Septiembre de corriente año, toda clase de alumnos, cualquiera que sea su domicilio o residencia. De Real orden aprobada en Consejo de Ministros, lo digo a V. I. para su conocimiento y efectos. Dios guarde a V. I. muchos años. Madrid, 24 de Abril de 1929. CALLEJO. Señor Director general de Enseñanza superior y secundaria.» (Gaceta de Madrid, 26 abril 1929, n° 116, pág. 505.)
La confianza que el Gobierno tiene en Faustino de la Vallina es grande, y en estos meses es designado Presidente de varios “Comités paritarios” donde el Ministerio nombra Presidente, Vicepresidente y Secretario y el sector correspondiente elige mediante escrutinio al resto de sus miembros; los conocidos entonces despectivamente como “momios”, a los que se enfrenta la oposición con campañas para que cesen tales “monopolios y detentaciones de cargos y sueldos en las oficinas del Estado” (La Libertad publicaba en marzo de 1930 las listas de “los 640 Comités paritarios que existen en toda España”):
«S. M. el Rey (q. D. g.) se ha servido disponer que el Comité paritario de “Harinería y Molinería”, de Oviedo, quede constituido en la forma siguiente: Presidente, D. Faustino de la Vallina. Vicepresidente primero, D. Guillermo Estrada. […]» (Boletín Oficial de la Provincia de Oviedo, 25 junio 1929.)
«Para Somió (Gijón) marchó el catedrático de esta Universidad y diputado provincial, don Faustino de la Vallina y Argüelles.» (Región, 29 junio 29.)
«Los trascendentales actos políticos de hoy de mañana. Ya se encuentran en Oviedo la mayoría de los ministros. Hoy, a las doce, llegará el jefe del Gobierno, acompañado de sus hijas, Carmen y Pilar. El consejo de Ministros se celebrará mañana, a las diez y media, en la Diputación. […] Concejales que acompañarán a los ministros. […] Para acompañar al ministro de Instrucción Pública: don Valentín Pastor; don Emilio Grande; don Francisco Fernández Jardón; don Faustino de la Vallina; don Baudilio Arce y don Aurelio del Llano.» (La Voz de Asturias, 18 agosto 1929, pág. 2.)
«Ha sido nombrado el Comité paritario del Mueble en Asturias, designándose presidente al catedrático don Faustino de la Vallina, y secretario a don Florentino Carreño, director de Región.» (La Voz de Asturias, 14 noviembre 1929, pág. 1.)
1930 «S. M. el Rey (q. D. g.) se ha servido disponer que en Oviedo se formen las siguientes agrupaciones administrativas de Comités paritarios. Comités de Artes Blancas (Panadería, Molinería y Harinería): Presidente, D. Faustino de la Vallina. Vicepresidente, D. Guillermo Estrada. […]» (Boletín Oficial de la Provincia de Oviedo, 22 enero 1930.)
«Nacidos. María del Pilar Jesusa Josefa de la Vallina Velarde, nacida el 23, Paraíso, 21.» (Hoja Parroquial de Santa María la Real de la Corte de Oviedo, 4 mayo 1930.)
«S. M. el Rey (q. D. g.) se ha servido disponer que las Mesas de los Comités paritarios de Oviedo, queden constituídas en la siguiente forma: electricidad, Gas y Agua. Oficios y materiales de la construcción. Industrias químicas: Presidente, D. Faustino de la Vallina. Vicepresidente, D. Florentino Carreño. Secretario, D. Tomás Buylla […]» (Boletín Oficial de la Provincia de Oviedo, 27 mayo 1930.)
«Desde Somió, se trasladó a esta capital el catedrático de la Universidad don Faustino de la Vallina.» (La Voz de Asturias, 6 noviembre 1930.)
A todo esto las universidades se habían ido reabriendo, el discutido artículo 53 de la ley Callejo, motor de las protestas, queda derogado en septiembre de 1929… el general Primo de Rivera dimite el 28 de enero de 1930, se inicia la dictablanda del general Dámaso Berenguer, las universidades recuperan cierta normalidad: en marzo de 1930 se vuelve a nombrar rector de la Universidad de Oviedo a Isaac Galcerán Cifuentes y dimite Faustino de la Vallina como Vicerrector, &c.
1931 «Se halla restablecido de la dolencia que le retuvo en cama unos días, nuestro distinguido amigo don Faustino Luis de la Vallina y Argüelles, catedrático de esta Universidad.» (Región, Oviedo, 25 febrero 1931.)
Proclamada la República burguesa el 14 de abril, el gobierno republicano nombra a Faustino de la Vallina decano de Filosofía y Letras:
«Como Presidente del Gobierno provisional de la República, y a propuesta del Ministro de Instrucción pública y Bellas Artes, Vengo en nombrar Decano de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Oviedo al Catedrático numerario de la misma D. Faustino Luis de la Vallina y Argüelles. Dado en Madrid a veintitrés de Junio de mil novecientos treinta y uno. Niceto Alcalá-Zamora y Torres. El Ministro de Instrucción pública y Bellas Artes, Marcelino Domingo y Sanjuán.» (Gaceta de Madrid, 24 de junio de 1931, n° 175, pág. 1613.)
«Para Somió (Gijón) ha marchado con su familia el catedrático y decano de Filosofía y Letras don Faustino de la Vallina y Argüelles.» (Región, Oviedo, 1 julio 1931, pág. 16).
1932 «Se encuentra en Borines pasando el verano con su distinguida familia, el catedrático de nuestra Universidad don Faustino de la Vallina y de Argüelles.» (Región, Oviedo, 6 julio 1932, pág. 16).
«Bautizados. El 17, Juan Luis Martín Jesús María José de la Vallina Velarde, nacido el 10 de este, Paraíso, 21. Dios los haga buenos cristianos.» (Hoja Parroquial de Santa María la Real de la Corte de Oviedo, 12 noviembre 1932.)
«Lista de donantes para un Sagrario. Dos devotas, 10 pesetas. D. Faustino de la Vallina, 25 pesetas. D.ª A. A., tercera vez, 5 pesetas. D. Ramón Cima, 1 peseta. D.ª Benigna Cima, 1 peseta.» (Hoja Parroquial de Santa María la Real de la Corte de Oviedo, 27 noviembre 1932.)
1933 «† La señora Doña Luisa de Argüelles y Frera, viuda de D. Inocencio de la Vallina, descansó en la Paz del Señor el día 20 de diciembre de 1933, habiendo recibido los Santos Sacramentos y la Bendición Apostólica. E. P. D. Sus hijos don Faustino, doña María de la Concepción (viuda de don José Acebal), y doña María de los Angeles; hija política doña María Teresa Velarde Menéndez; hermana doña Vicenta; nietos, primos, sobrinos y demás parientes…» (Región, Oviedo, 21 diciembre 1933, pág. 3.)
1934 «Bautizados. El día 25, María Luisa Jesusa Josefa de la Vallina Velarde, nacida el 21 del mismo, Paraíso, 21. Dios los haga buenos cristianos.» (Hoja Parroquial de Santa María la Real de la Corte de Oviedo, 1 julio 1934.)
Seis días después del incendio del edificio principal de la Universidad de Oviedo, el 11 de Octubre de 1934, por parte de revolucionarios que pretendían liquidar así la institución reproductora de elementos reaccionarios al servicio de la oligarquía opresora feudal enemiga de la clase obrera, se reune el Claustro ordinario de la institución, al que asiste Faustino de la Vallina como Decano de Filosofía y Letras, firmando el acta correspondiente:
«Por aquellos días, una circunstancia dolorosa me llevó a ser testigo de las destrucciones de Oviedo, con el espíritu sangrante aún por los sucesos revolucionarios de Barcelona. Durante la huelga de Asturias, en la que tan grande participación tuvieron los mineros asturianos, falleció en Madrid, donde se encontraba circunstancialmente, el ilustre Prelado de Oviedo Don Juan Bta. Luis y Pérez [† 6 noviembre 1934]. Los dolores del pueblo que le había sido, por la Providencia, confiado, acrecentaron los suyos propios acabando con la poca vida que sus enfermedades le dejaban. Encontrándome yo en Madrid para asistir a las sesiones parlamentarias, llamóme a su despacho de la Acción Católica el Presidente de ella don Ángel Herrera y me invitó a acompañarle, en mi calidad de miembro de la Junta Central y Presidente de la Junta Archidiocesana de Acción Católica de la provincia Tarraconense, en el traslado del cadáver del difunto Prelado. Ni que decir tiene que acepté, con agradecimiento, el honor que se me ofrecía. Salimos en el tren expreso nocturno que conducía el féretro del Obispo. En el vagón-restaurante me encontré --vestido con el mono azul propio de los maquinistas ferroviarios--, a Alfonso Escrivá de Romaní, Conde de Alcubierre, que había de hacerse cargo de un convoy especial en la estación de Miranda de Ebro. Llevaba muchos años sin verle y me produjo viva satisfacción encontrarle de nuevo dando una muestra de su espíritu democrático. A la mañana siguiente llegamos a Oviedo. [9 noviembre 1934] La estación estaba llena de gente, a cuyo frente, las Autoridades, querían rendir el postrer tributo al celoso Pastor, mártir espiritual de la revolución asturiana. Entre ellas tuve la alegría de encontrar al ilustre Rector de aquella Universidad, don Faustino Luis de la Vallina, antiguo compañero mío del Colegio de los Jesuitas y de la Universidad de Barcelona. En la misma estación del ferrocarril se formó la comitiva, que enfocó la calle principal que conduce al centro de la ciudad, en la cual un gran gentío esperaba el paso del cortejo. Nada parecía delatar, en la perspectiva de aquella ancha vía, el paso de la revolución por ella, pero en cuanto nos adentramos, pude ver que de las casas que la formaban no quedaban más que las fachadas; detrás de ellas no había más que el vacío que habían dejado, después de la explosión, las bombas que en ellas estallaron y el incendio cómplice de los destructores explosivos. La fachada de la inmensa y venerable Catedral parecía atacada de viruela. Sobre la pétrea faz que la obra de los siglos había patinado de un oscuro amarillento, los innumerables impactos de las balas habían dejado las trágicas manchas blancas de la vieja piedra descubierta por el desgaste de la percusión. En un ángulo del claustro o peristilo, yacente en tierra, las aplanadas estatuas que fueron ornamento de la Cámara Santa, dibujaban la magnificencia de una fachada horizontal que abriese su puerta a una cripta de sepulturas: la sepultura de una civilización milenaria enterrada por obra de los profanadores. Y era un dolor inmenso, para los emocionados sepultureros del Prelado –que éramos nosotros–, aquella segunda entrada del Obispo fallecido, en la Catedral de su Diócesis, para tomar posesión de la Sede profanada, en la que ingresaba gloriosamente –con la gloria de un martirio espiritual, rodeado de la veneración del pueblo que le acompañaba como en el momento de su toma de posesión, en el día remoto de la iniciación de su apostolado ovetense–. Por la tarde, don Ángel Herrera y yo, visitamos algunos centros de Acción Católica. Al circular por las calles de la ciudad ruinosa, hubieron de llamarnos la atención las largas “colas” formadas en línea paralela, a lo largo de algunas de sus construcciones. Eran las “colas” de la gente inconsciente que, junto a las ruinas de la ciudad, esperaban para asistir a las sesiones de cinematógrafo... Y a mí se me antojó mucho más grave la actitud de aquellas gentes, que no respetaba a sus muertos, que la misma furia destructora y sacrílega que los llevó al sepulcro.» (Joaquín María de Nadal Ferrer [1883-1972], Seis años con don Francisco Cambó (1930-36). Memorias de un secretario político, Alpha, Barcelona 1957, páginas 205-207.)
1935 «La Revolución. En la intentona feroz de octubre cayeron 1.196 muertos y 2.068 heridos, en la defensa de la sociedad, según estadística que hallamos en el libro de don Aurelio de Llano, Pequeños anales de quince días. La revolución en Asturias. Los datos no son para olvidarlos, y los espectros de tanta y tanta víctima deben ser oídos en el gran proceso histórico de nuestras izquierdas revolucionarias; proceso abierto para enseñanza de toda España. […] Junta General de Acción Popular de Oviedo. Sigue en la presidencia el diputado señor Moutas. En el Comité figuran elementos prestigiosos de nuestra intelectualidad. En Oviedo y bajo la presidencia del Jefe provincial, don José María Fernández Ladreda, se ha celebrado la Junta General para proceder a la renovación del Comité Local de Acción Popular. El acto se celebró en medio del mayor entusiasmo, y en él quedaron designados los siguientes señores para ocupar los cargos: Presidente, don José María Moutas; Secretario, don Julián García San Miguel; Tesorero, don Aurelio Gutiérrez; Vocales: don Isaías Sánchez Tejerina, don Juan Uría, don Mariano Villamil, don Faustino de la Vallina, don Obdulio Fernández, don José Fernández Hevia, don Mariano Cantalapiedra y don Vicente Echevarría. El presidente, señor Moutas, y el secretario, don Julián San Miguel, formaban parte del anterior Comité. Entre los elementos nuevamente elegidos, figuran prestigiosísimos elementos de la intelectualidad derechista asturiana, cuya labor, unida a la del señor Moutas y sus demás colaboradores, se espera resulte beneficiosísima.» (Acción, Gijón, sábado, 5 de octubre de 1935, año IV, n.° 185, páginas 1 y 4.)
1936 «Ilmo. Sr.: De conformidad con lo preceptuado en el artículo 4.° del Decreto de 21 de Febrero de 1935 (Gaceta del 23) y con la propuesta de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Oviedo, Este Ministerio ha resuelto que hasta tanto sea provista en propiedad se acumule la Cátedra de Historia de España de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Oviedo a D. Faustino Luis de la Vallina y Arguelles, Catedrático de Lógica y Teoría del Conocimiento de la misma Facultad y Universidad, con la gratificación de 2.000 pesetas anuales por tratarse de clase alterna. Dicha gratificación le será acreditada, en tanto exista crédito suficiente para ello, con cargo el presupuesto de gastos, capítulo 1.°, artículo 2.°, concepto 5.°, grupo 46, y a partir del día en que se hiciera cargo, dentro del curso académico, del expresado servicio. Lo digo a V. I. para su conocimiento y efectos. Madrid, 16 de Abril de 1936. P. D., Domingo Barnés. Señor Subsecretario de este Ministerio.» (Gaceta de Madrid, 23 de abril de 1936, n° 114, pág. 114.)
Antes de terminar la Guerra Civil española de 1936-1939, se muere Faustino Luis de la Vallina y Argüelles en Oviedo, por causas naturales, a los 57 años, el día 23 de febrero de 1939, dejando viuda a María Teresa Velarde Menéndez y huérfanos a Faustino de la Vallina Velarde (1924-1952, profesor auxiliar de filosofía en la Universidad de Oviedo), Vicente de la Vallina Velarde (22 noviembre 1925-29 marzo 2023, profesor de Derecho Administrativo en la Universidad de Oviedo), María Teresa de la Vallina Velarde (1926-2015, Jefe de la Sección de Personal de la Universidad de Oviedo), Inés de la Vallina Velarde (1928, Oficial Mayor de la Universidad de Oviedo), María del Pilar de la Vallina Velarde (1930), Juan Luis de la Vallina Velarde (1932-2010, catedrático de Derecho Administrativo de la Universidad de Oviedo, Presidente de la Diputación Provincial de Oviedo, Diputado en Cortes Generales, Senador en Cortes, Presidente de AP en Asturias), María Luisa de la Vallina Velarde (1934-2007).
1939 «† El muy ilustre señor D. Faustino Luis de la Vallina y de Argüelles, Catedrático Decano de la Facultad de Filosofía y Letras de esta Universidad, abogado, ex gestor de la Excma. Diputación Provincial y del Excmo. Ayuntamiento, falleció cristianamente en Oviedo, a las cinco de la madrugada del día 23 de febrero de 1939, después de recibir los Santos Sacramentos y la Bendición de Su Santidad. R. I. P. A. El Excmo. Sr. Rector y el Claustro de la Universidad; su director espiritual el R. P. Crescenciano, C. D.; su afligida esposa, doña María Teresa Velarde y Menéndez; sus hijos, Faustino, Vicente, María, María Teresa, Inés, María del Pilar, Juan Luis y María Luisa; hermanas, doña María de la Concepción, viuda de Acebal, y doña María Ángeles; hermanos políticos, don Vicente, don Juan y doña María Antonia Velarde Menéndez; tíos, sobrinos, primos y demás parientes, Suplican a sus amistades y personas piadosas encomienden a Dios el alma del finado y se dignen asistir a los funerales que por su eterno descanso se celebrarán en la iglesia parroquial de Santa María de la Corte, hoy viernes, a las once de la mañana, y acto seguido a la conducción del cadáver, desde la casa mortuoria, Paraíso, 21, al cementerio del Salvador, por cuyos actos de caridad vivirán muy agradecidos. El duelo se despide en los sitios de costumbre. El Excmo. y Rvdo. Sr. Obispo de la Diócesis tiene concedidas indulgencias en la forma acostumbrada.» (La Nueva España, Oviedo, viernes 24 febrero 1939, pág. 3.)
«Don Faustino Luis de la Vallina. Ayer se efectuó la conducción del cadáver del decano de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad ovetense, don Faustino Luis de la Vallina y Argüelles. A las once de la mañana se celebraron en la iglesia de la Corte funerales por el alma del finado, y seguidamente la conducción desde la casa mortuoria al cementerio del Salvador. El duelo eclesiástico estaba formado por don Benjamín Ortiz, magistral de la catedral; don Maximiliano Cuesta, procurador de los Tribunales eclesiásticos, y don Francisco Bardón, director de la Academia Loyola. En el de familia iban dos de los hijos del finado. El de la Universidad era presidido por el rector. Figuraban también en la comitiva los profesores de la Universidad; director y profesores del Instituto y otros centros docentes; una numerosa representación del colegio Loyola, que dedicó una hermosa corona de recuerdo y homenaje al que fuera su antiguo profesor, y otros muchos estudiantes y amigos que quisieron rendir tributo al culto catedrático.» (La Nueva España, Oviedo, sábado 25 febrero 1939, pág. 2.)
1959 «Faustino Luis de la Vallina y Argüelles. Profesor y escritor contemporáneo, nacido en Oviedo el 26 de abril de 1881. Fueron sus padres el también profesor y escritor Inocencio Faustino de la Vallina y Subirana, reseñado más adelante, y doña Luisa de Argüelles Frera. Después de cursado el bachillerato en el Instituto de segunda enseñanza de la ciudad de nacimiento, decidió seguir la carrera de Filosofía y Letras, cuyos estudios preparatorios hizo también en Oviedo y siguió en Madrid en la Universidad Central hasta graduarse de doctor.
Después de concluida la carrera se preparó para oposiciones a cátedras universitarias e ingresó por este procedimiento en el profesorado el 1 de julio de 1922 con destino a la Universidad de La Laguna (Tenerife), en la que explicó algún tiempo la asignatura de Lógica fundamental. Después pasó como catedrático a la Universidad ovetense, en la que continúa desde entonces al frente de la clase de Lógica y Teoría del conocimiento.
Además de las obras en volumen que se anotan más abajo, ha hecho algunas traducciones, entre ellas la del libro de P. Jouguet El imperialismo macedónico y la helenización de Oriente (Barcelona, 1927).
* Vallina y Argüelles falleció en Oviedo el 23 de febrero de 1939.
Obras publicadas en volumen:
I. La historia: Su concepto y metodología. (Madrid, 1918).
II. El razonamiento es siempre mediato: las supuestas inferencias inmediatas. (Madrid, 1921).
III. El sentimiento de la nacionalidad española en nuestros escritores antiguos y de la Edad Media (Oviedo, 1924; discurso de apertura del curso universitario de 1924-25).
IV. Programa de Lógica fundamental (Oviedo, 1924).
V. Personalidad filosófica de Santo Tomás de Aquino (Oviedo, 1928).» (Constantino Suárez [El españolito, 1890-1941], Escritores y Artistas Asturianos. Índice bio-bibliográfico, edición y adiciones [*] de José María Martínez Cachero, tomo VII, Oviedo 1959, páginas 366-367.)
Hermoso ejemplo de la calaña de “historiadores científicos” y cuentistas mercenarios que sirven a la estupidez y la “memoria histórica” implantada en nuestro presente: un profesor de la Complutense firma esta frase: «Faustino Luis de la Vallina Argüelles, que había sido catedrático de “Lógica y Teoría del Conocimiento” en Oviedo había fallecido, por enfermedad, en febrero de 1939, tras haber pasado los últimos tiempos al servicio del gobierno de Franco como decano de la Facultad de Letras.» (en VV. AA., La Universidad nacionalcatólica, Universidad Carlos III, Madrid 2014, págs. 481-482).
★ Sobre Faustino Luis de la Vallina y Argüelles en Filosofía en español
1924 “Los actos oficiales de ayer. La apertura del curso en la Universidad” (Región, 2 octubre 1924)
★ Textos de Faustino Luis de la Vallina y Argüelles en Filosofía en español
1924 [“La nación española. El sentimiento de la nacionalidad española en nuestros escritores antiguos y de la Edad Media”], Discurso leído en la solemne apertura del Curso académico de 1924-25 en la Universidad de Oviedo, Tipografía de Flórez, Gusano y Compañía, Oviedo 1924, 27 páginas.