Filosofía en español 
Filosofía en español

cubierta del libro V. I. Lenin

Materialismo y empiriocriticismo

“Biblioteca Promoción del Pueblo” nº 70 (Serie Filosofía), Editorial Zero, distribuye Zyx, Bilbao-Madrid 1974, 130×200 mm, 408 páginas. Prólogo de Carlos Díaz.

[cubierta] “V. I. Lenin. Materialismo y empiriocriticismo. Biblioteca Promoción del Pueblo” [1] “Materialismo y empiriocriticismo”. [2] “Serie Filosofía”. [3 = portada] “V. I. Lenin. Materialismo y empiriocriticismo. Biblioteca Promoción del Pueblo, Serie P. Núm. 70”. [4] “Colección Biblioteca Promoción del Pueblo, Serie P. Núm. 70. Edita ZERO, S. A. Máximo Aguirre, 5. Bilbao. Distribuidor exclusivo: ZYX, S. A. Lérida, 80. Madrid-20. © Reservados todos los derechos. Madrid, mayo 1974. Portada de José A. García Hernández. Printed in Spain. Impreso en España. Depósito Legal: M. 15510-1974. I.S.B.N. 84-317-0365-2. Imprime Gráficas E. Casado. Amor Hermoso, 85. Madrid.» [5-6] “Prólogo a la edición castellana”. [7-408] texto. [contracubierta] “serie filosofía”.

Esta edición reproduce en facsímil y con idéntica paginación una de las composiciones tipográficas más utilizadas al reeditar esta obra (= Ediciones Pueblos Unidos, Montevideo 1959: desde la página 7 a 405, prescinde de las páginas de cortesía 406-408 y en su lugar ofrece sin numerar las tres del índice, que en su fuente son las 409-411). Pero nada dice sobre la procedencia del texto, traductor, versión seguida, &c. En 1974, un año antes de la muerte del general Franco, al menos cuatro editoriales publican ediciones de Materialismo y empiriocriticismo de Lenin en España (otras dos se sirven de esta misma fuente: Fundamentos y Laia; mientras que Ayuso reproduce la de Cartago 1960).

La Editorial Zero (creada en Bilbao en 1968 en el entorno de Editorial Zyx, que opera en Madrid desde 1964: al perder Zyx en 1969 su licencia se transforma en distribuidora de las mismas colecciones firmadas por Zero, Zero-Zyx) nace de las entrañas del catolicismo anticomunista de la HOAC (Hermandad de Obreros de Acción Católica) en colaboración con la familia Oriol, en una “izquierdista” guerra fría consistente en jalear literatura anarquista, socialdemócrata y prochina (tercero, cuarto y sexto géneros de la izquierda definida), como modo de confundir y combatir al quinto género (soviético) de la izquierda definida, semillero de izquierdas indefinidas, divagantes, extravagantes y fundamentalistas, en el río revuelto ideológico de la oposición al régimen del general Franco.

En enero de 1974 la Editorial Zero informa al Ministerio de Información y Turismo de la puesta en marcha de una nueva colección de filosofía, “La aventura del saber”, digirida por Carlos Díaz y Gabriel Albiac. En mayo de 1974 esta edición se presenta abriendo una “Serie Filosofía” (dirigida por Carlos Díaz y Gabriel Albiac), parte de la ya clásica “Biblioteca Promoción del Pueblo” de Zyx.

Carlos Díaz Hernández (Cuenca 1944), fervoroso anarquista cristiano y hemorrágico autor en Zyx, firma el “Prólogo a la edición castellana” –como si no hubiera otras ediciones de esa obra en español o la edición de Zero ofreciese originalidad alguna–, ya había publicado dentro de ese proyecto ideológico: Personalismo obrero, presencia viva de Mounier (Zero, Bilbao 1969, 111 págs.), El niño proletario (Zero, Bilbao 1970, 35 págs.), Hombre y dialéctica en el marxismo-leninismo (Zero, Bilbao 1970, 110 págs.), con el pseudónimo “C. Bonacasa”: El Estado (Zero, Bilbao 1970, 41 págs.), con el pseudónimo “Julia P. Ramírez”: Lenin (Zero, Bilbao 1970, 46 págs.), con el pseudónimo “Eduardo Cabezas”: Los orígenes del sindicato (Zero, Bilbao 1970, 41 págs.), Husserl. Intencionalidad y fenomenología (Zero, Bilbao 1971, 123 págs.), Introducción a la fenomenología (Zero, Bilbao 1971, 55 págs.), Esperanza marxista, esperanza cristiana (Zero, Bilbao 1973, 58 págs.), &c.

Gabriel Albiac Lópiz (Utiel 1950), recien licenciado en filosofía por la Universidad de Madrid, había publicado un año antes, con el pseudónimo “Guillermo Moreno”, el artículo “Entre líneas de un libro de Gustavo Bueno” (sobre Ensayos materialistas, Taurus, Madrid 1972) en Realidad. Revista de cultura y política (nº 25, págs. 21-24), domiciliada en Roma pero publicada en Francia, cercana al Partido Comunista de España (un PCE que dos meses después de aparecida esta edición de Lenin, presentaba en París la Junta Democrática de España, que impulsaba con individuos “monárquico progresistas” del Opus Dei).

Versiones y ediciones en español de Materialismo y Empiriocriticismo de Lenin.


Serie Filosofía

La serie Filosofía que abre Editorial Zero, pretende servir de plataforma para el tratamiento abierto de las líneas de pensamiento, sin exclusivismos.

En tal sentido, su propósito es el de contribuir a la amplia difusión popular del pensamiento contemporáneo, y sus límites son exclusivamente los de la propia calidad teórica.

Intentamos que la filosofía, caja de resonancia de una realidad, reincida sobre su origen generador último: el pueblo y su empresa transformadora del mundo. Porque no es posible hacer filosofía si solamente hacemos filosofía, ya que toda pureza es, en última instancia, esterilidad y todo abstencionismo es ilusorio.

La Editorial Zero no subraya ni defiende todas las ideas de cada uno de los autores.

Dirigen la colección Carlos Díaz y Gabriel Albiac.

[pág. 2.]

Prólogo a la edición castellana

Hay que colocarse en un doble plano para leer Materialismo y empiriocriticismo. En el teórico, esta obra escrita en la primera década del siglo XX, refleja una diatriba contra los Profesores Avenarius y, sobre todo, Mach. Lenin critica el machismo por idealista en línea de Berkeley, y no tiene en cuenta el campo de la metodología formal del lenguaje científico en que se sitúa Mach. Es, con palabras de Sacristán, el desprecio por el matiz filosófico el que llevó a Lenin a ser duro en exceso con el empiriocriticismo.

En el plano práctico –pues práctico es este libro teórico– se ataca a Basárov, Lunacharski y otros bolcheviques que, partidarios del empiriocriticismo en boga, giran en esta época en torno a la figura principal de Bogdánov. En efecto, en julio de 1907, tras la fracasada revolución de 1905, el Partido Obrero Socialdemócrata Ruso celebró una conferencia para examinar la táctica a seguir ante la III Duma Imperial, de matiz reaccionario. Los mencheviques, con Lenin, votaron participar en ella, mientras que la fracción Bogdánov se decidió por lo contrario. Y aunque la línea mayoritaria fue la de Lenin, los perdedores, sólo a regañadientes, hubieron de atenerse a la disciplina de Partido, pues es sabido que tal disciplina era frágil hasta el 1917, y que la minoría no siempre respetaba los acuerdos de la mayoría. Así las cosas, y después de las elecciones, la fracción Bogdánov reafirmó su postura, e incluso defendía que el pueblo tomase el poder por las armas. Lenin parecía más conservador que estos «bolcheviques de izquierdas» no sólo por defender la participación en la burguesa III Duma, sino también por oponerse a la toma del poder por el pueblo armado, al estimar que las masas estaban cansadas. No puede extrañar que Bogdánov, exagerando notoriamente, afirmase en la Escuela que el Partido había montado en Capri, con la colaboración de Máximo Gorki, que Lenin era un ultraderechista, amén de un ignorante en filosofía, cuestión esta última que al parecer preocupaba menos a Lenin, como se sabe por sus cartas a Gorki.

Hay que tener todo eso en cuenta para leer Materialismo y empiriocriticismo, obra que si bien no es la última palabra de la filosofía leniniana (pues ésta habría de enriquecerse en los «Cuadernos filosóficos» con la lectura de Hegel), tiene el insustituible mérito de ser la obra de un militante que hace un serio esfuerzo teórico, esfuerzo que, como dice el profesor Sacristán en su artículo «Lenin y el filosofar», lleva a Lenin a contemplar la historia de la filosofía con criterios fijistas: mientras persistan las actuales luchas de clases, la verdad de la filosofía solamente puede ser una. Por eso le parecen a Lenin absurdos, galimatías pretensiosos y charlatanescos, los innumerables intentos de descubrir «nuevas» líneas en filosofía, «nuevas» orientaciones, modas nuevas que conducen al snobismo irritante de la filosofía de los profesores, ociosa.

El carácter polémico de Materialismo y empiriocriticismo ha seguido marcando la trayectoria de la obra, refrescada e impugnada, loada y cuestionada cada cierto tiempo. En 1938 ejercía Pannekoek la crítica más crítica –valga el pleonasmo– que se podía dar, situándose en línea machista-bogdanoviana: Lenin, a juicio del astrónomo holandés, sería filosóficamente un materialista burgués porque la revolución que llevó a efecto fue burguesa. La misma intransigencia que Lenin tuviera con los empiriocriticistas es la que refleja el consejista respecto a Lenin. Por su parte, Korsch atacará a Lenin desde unos presupuestos científicos más formalizados que los de Pannekoek, y por ello en un plano en que Lenin no se situó nunca. De ahí la falta de tangencia de las críticas. Defensores de Materialismo y empiriocriticismo, por el otro lado, los ha habido desde dentro de la ortodoxia con mayor o menor inteligencia crítica. Polianinskij desde perspectiva marxiana y Kolltobov desde la staliniana servirían como espejos críticos de aceptación, a nivel de filosofía de profesores, en 1974.

Y si es verdad o no que en Materialismo y empiriocriticismo, junto con asombrosos rasgos de inteligencia, hay, como dice Sacristán, provinciana ignorancia filosofal y verbalismo misoneísta (esto es, temor a lo nuevo encubierto en ataques verbales injustificados), lo cierto es que todo ello ha de ser descubierto en un minucioso análisis de la obra. Hoy ya se puede en España hacer dicho análisis.

Carlos Díaz

[págs. 5-6.]

serie filosofía

Materialismo y Empiriocriticismo fue escrito a principios del siglo XX. En el plano teórico refleja una diatriba contra Avenarius y Mach por idealistas. En el plano práctico se ataca a Basárov, Lunacharsky y otros bolcheviques, partidarios del empiriocriticismo en torno a la figura de Bogdánov.

Tiene el mérito de ser la obra de un militante que hace un serio esfuerzo teórico que le lleva a contemplar la historia de la filosofía con criterios fijistas: mientras persistan las actuales luchas de clases, la verdad de la filosofía es una. Todo intento de descubrir nuevas líneas es absurdo.

La obra ha tenido defensores y detractores. Lo que de verdad o falsedad haya en ella, ha de ser descubierto en un minucioso análisis que ya se puede hacer en España.

[contracubierta.]