Filosofía en español 
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Declaración del Primer Encuentro Nacional por una Pedagogía Intercultural desde los Pueblos

realizado en Lima los días 29, 30 y 31 de octubre de 2009

“Diversidad cultural, proyectos de vida y formación docente”


Primer Encuentro Nacional por una Pedagogía Intercultural desde los Pueblos

Reunidos en el Auditorio del Colegio Real de las Culturas Peruanas Contemporáneas de la Universidad Mayor de San Marcos –UNMSM–, con el auspicio del Instituto de Lingüística Aplicada –CILA–, los participantes: dirigentes y sabios de las comunidades, maestros y maestros interculturales bilingües del país, convocados por la Asociación Nacional de Maestros de Educación Bilingüe Intercultural –ANAMEBI PERU–:

Declaramos

Que, los pueblos indígenas originarios expresamos nuestra plena existencia conservando los modos de vida de acuerdo a las matrices culturales heredadas de nuestros ancestros, de las civilizaciones originarias. Aquí estamos, con plena vigencia de nuestras tradiciones, conocimiento, sabiduría y lenguas, pese a que los modelos sociales, económicos y de vida de la sociedad colonial intentan a todo nivel anularnos, invisibilizarnos y desaparecernos.

Que, el sistema educativo actual de nuestro país, en su versión intercultural bilingüe y no bilingüe, se constituye en un instrumento que afianza los modelos coloniales. Las políticas y los modelos educativos y pedagógicos son excluyentes a los estudiantes de los pueblos indígenas andinos y amazónicos. No ayudan a implementar los proyectos y planes de vida que considere el respeto a la madre naturaleza, a nuestras lenguas originarias, a nuestras cosmovisiones, a nuestras verdaderas historias y consecuentemente a la esperanza de lograr el “buen vivir”. Tales modelos son diseñados al margen de la participación de los pueblos.

Que, la actual escuela está lejos de articularse con nuestras comunidades; pues lo que los estudiantes aprenden es ajeno a nuestra cultura, no es útil a nuestra organización y a la vida comunitaria; es más, las múltiples estrategias y acciones de diversificación curricular contempladas en estructuras básicas y los diseños curriculares nacionales no dieron ningún resultado para nuestros pueblos, en la práctica se siguió enseñando contenidos de la cultura hegemónica occidental y en lengua también hegemónica como es el castellano; la escuela sigue privilegiando lo conceptual (basado en lo occidental) y sigue encerrada en las cuatro paredes del aula. Las aulas, en realidad son como una especie de “jaulas”, donde uno aprende a “sentarse de manera erguida, a no moverse, a no hacer bulla”; es decir a comportarse según las orientaciones disciplinarias y domesticantes.

Que, la gran mayoría de los maestros peruanos son utilizados como instrumentos del sistema educativo colonial discriminatorio, como operadores de modelos excluyentes, monolingües y monoculturales; insensibles con nuestra diversidad, ajenos a las aspiraciones y proyectos de vida de los pueblos; implementadores de enfoques, pedagogías y metodologías importadas. Generalmente van de los centros urbanos con una mentalidad desarrollista de acumulación individual de la riqueza material.

Que, la educación intercultural bilingüe –EIB– tal como está diseñada e implementada por el estado actual no se articula con nuestras aspiraciones como pueblo indígena o nacionalidades, pues sólo se reduce al nivel primario como un puente a la castellanización y monoculturalización. Los otros niveles de la educación básica regular –EBR–, otras modalidades y etapas del sistema no consideran las lenguas y culturas, lo andino-amazónico está totalmente ausente. Los docentes siguen siendo contratados y nombrados sin saber nuestras lenguas y sin conocer nuestras costumbres y tradiciones.

Acordamos

Apostar por una educación que garantice nuestros planes de vida, nuestro “buen vivir”. Ello significa vida armónica entre hombres, naturaleza, deidades y las otras entidades del universo, garantizando las condiciones materiales y espirituales de nuestra existencia como pueblo. Que nuestra educación asuma la intraculturalidad que parta por el fortalecimiento de nuestras identidades e intercultural en la medida que busca el diálogo de igual a igual entre conocimientos, saberes, prácticas y lenguas, y productiva con un enfoque de “desarrollo con identidad” en el marco de las relaciones más equitativas entre pueblos y la naturaleza.

Los procesos de aprendizaje deben caracterizarse por ser prácticas, con una pedagogía holística y de crianza, donde la labor de los mayores y ancianos sea clave en el proceso. La escuela es parte de la comunidad y no viceversa y los aprendizajes deben ajustarse a los ciclos productivos vitales y rituales del hombre, con modalidades de alternancia. Que se recuperen y reproduzcan las formas tradicionales de aprendizaje: aprendizaje participativo, por observación, imitación, por práctica, diálogo y aprender haciendo. Nuestros estudiantes merecen aprender con alegría y en un ambiente afectivo.

El currículo debe incluir los saberes, conocimientos, tecnologías y normas consuetudinarias desarrolladas por los pueblos indígenas por milenios y que han tenido la virtud de garantizar la sobrevivencia de los pueblos indígenas en armonía con el medio ambiente, o sea con la Pacha Mama ‘Madre Tierra’.

Para ello se requieren maestros con suficiente compromiso e identificación con los planes de vida de los pueblos que incluye los proyectos sociales, culturales y políticos. Maestros que hablen nuestras lenguas y aporten para su revitalización, que sean parte de la comunidad y vivan en ella, que aprendan de los sabios y de los mayores de la comunidad y compartan roles educativos con ellos; maestros que luchan permanentemente por los derechos educativos, lingüísticos y culturales de los estudiantes y pueblos originarios. Maestros que recuperan y aplican recursos y formas de la enseñanza comunitaria; maestros que investigan e innovan permanentemente, que enseñan con mucho cariño y amor; maestros que ayudan a explicitar los planes de vida de nuestros pueblos para que se garantice la continuidad de nuestra existencia.

Por tanto:

Asumimos el compromiso de acompañar a nuestros pueblos a revitalizar y explicitar sus proyectos de vida para garantizar nuestra existencia plena y alcanzar el “buen vivir”; luchar por la construcción de propuestas y proyectos educativos y curriculares desde nuestros pueblos originarios y desde las regiones, en función a un marco curricular nacional que debe ser elaborado de manera participativa con las organizaciones de base de los pueblos indígenas.

Los maestros y sabios junto con nuestros pueblos asumimos la tarea de promover la reivindicación de nuestro sistema educativo propio o lo que algunos llaman “tradicional”, desde nuestras escuelas y nuestras comunidades, generando la valoración de los actores, conocimientos y metodologías. Sólo de esta manera podremos reconceptualizar la EIB al servicio del “buen vivir” de nuestros pueblos. Una EIB sólo será viable en la medida que sea parte de los planes de vida de los pueblos.

Los participantes asumimos el compromiso de buscar la reivindicación de los derechos de los pueblos originarios e indígenas desde el espacio educativo para construir proyectos sociales y políticos donde los indígenas seamos protagonistas en la búsqueda de un Estado plurinacional, cuya sociedad sea realmente intercultural.

Lima, a los 31 días de octubre del 2009.

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