Nicola Abbagnano, Diccionario de filosofía [1961]
Fondo de Cultura Económica, México 1963 (2ª 1974)
páginas 781-782

Materialismo dialéctico

(ingl. dialectical materialism; franc. materialismo dialectique; alem. dialektischer Materialismus; ital. materialismo dialettico). Con esta expresión se señala la filosofía oficial del comunismo, en cuanto teoría dialéctica de la realidad (natural e histórica). Más que de un materialismo (véase supra) se trata en realidad de una dialéctica naturalista cuyos principios fueron expuestos por Marx (véase dialéctica), y desarrollados por Engels, en una forma que más tarde ha sido más o menos servilmente seguida por los filósofos del mundo comunista, que son los únicos discípulos de tal filosofía. Según Engels, Hegel reconoció perfectamente las leyes de la dialéctica, pero las consideró como «puras leyes del pensamiento» y de tal manera no fueron sacadas de la naturaleza y de la historia, sino «otorgadas a ellas desde lo alto como leyes del pensamiento». Pero «si damos vuelta a la cosa, todo resulta simple: las leyes de la dialéctica que en la filosofía idealista aparecen como extremadamente misteriosas, resultan en seguida simples y claras como el sol» (Anti Dühring, pref.; trad. esp., Madrid, 1932, Cénit). Tales leyes son, según Engels, tres: 1) La ley de la conversión de la cantidad en cualidad y viceversa; 2) la ley de la compenetración de los opuestos; 3) la ley de la negación de la negación. La primera significa que en la naturaleza las variaciones cualitativas sólo pueden obtenerse agregando o sacando materia o movimiento, o sea mediante variaciones cuantitativas. La segunda ley garantiza la unidad y la continuidad del cambio incesante de la naturaleza. La tercera significa que toda síntesis es a su vez la tesis de una nueva antítesis, que quedará a la cabeza de una nueva síntesis (Engels, Dialektik der Natur [«Dialéctica de la naturaleza»], passim). El conjunto de estas leyes determina, según Engels, la evolución necesaria, y necesariamente progresiva, del mundo natural. La evolución histórica sigue a la natural, con las mismas leyes. El sentido del proceso total es optimista. La organización de la producción según un plan, tal como se hará en la sociedad comunista, está destinada a elevar a los hombres por encima del mundo animal desde el punto de vista social, como el uso de los instrumentos de la producción lo ha hecho desde el punto de vista de la especie. Según se ve, el materialismo dialéctico de Engels no es más que la teoría de la evolución (que, en sus tiempos, celebraba sus primeros triunfos) interpretada según los términos de las fórmulas dialécticas hegelianas, y conducida a su resultado más optimista.

Se consideran actualmente como partes integrantes del materialismo dialéctico, el materialismo histórico y el materialismo metafísico. (Sobre el primero, véase infra.) Acerca del segundo han insistido, más que Marx y Engels, Lenin y los comunistas rusos. Lenin recapituló así la tesis del materialismo: «1) Hay cosas que existen independientemente de nuestra conciencia, independientemente de nuestras sensaciones, fuera de nosotros. 2) No existe y no puede existir ninguna diferencia de principio entre el fenómeno y la cosa en sí. La única diferencia efectiva es entre lo conocido y lo que aún no lo es. 3) Acerca de la teoría del conocimiento, como en todos los otros campos de la ciencia, se debe razonar dialécticamente, es decir, no suponer nunca nuestro conocimiento, como invariable y ya hecho, sino analizar el proceso por el cual el conocimiento nace de la ignorancia o gracias [782] al cual el conocimiento vago o incompleto resulta conocimiento más adecuado y preciso» (Materialismus imd Empiriokritizismus [Materialismo y empiriocriticismo], 1909). Como se ve, tampoco estas tesis expresan una concepción materialista, sino que constituyen una reivindicación del realismo gnoseológico.


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