Filosofía en español 
Filosofía en español

Análisis diacrónicos sobre los diccionarios de la (Real) Academia de la Lengua Española

Marxismo, marxista

Los términos marxismo y marxista aparecen incorporados al diccionario académico por vez primera en la edición dispuesta durante la Segunda República, que quedó impresa en 1936, poco antes de comenzar en España la Guerra Civil. No puede decirse que se apresurase la Academia en reconocer la presencia en la lengua del sustantivo y el adjetivo derivados del nombre de Carlos Marx. Más de medio siglo antes de 1936 ya se constata su utilización en periódicos, revistas y libros burgueses (al propio Marx, por ejemplo, ya en 1881 dedica tres columnas el apéndice del Diccionario Universal publicado en Madrid por Astort Hermanos, tomo XV, págs. 1708-1709). Veamos unos ejemplos:

«Considerando: Que en provecho de la misma denominación Marxista, que desorganizó la Internacional, han tratado de imponer al partido el programa particular y el modo de organización y de acción de una pandilla...» (se transcriben los acuerdos del VI Congreso nacional obrero de Saint-Etienne, La Iberia, diario liberal, Madrid, sábado 30 de setiembre de 1882, pág. 2, col. 4.)

«He aquí reproducidas las conclusiones de Schäffles sobre la teoría socialista, que copiamos porque compendian la obra y la dan a conocer: (...) 'Hemos probado –III y VII– que el colectivismo democrático marxista, la democracia socialista, defiende un programa absolutamente impracticable que conduce al caos económico; porque tiene hasta ahora por base la teoría de Marx, que considera el trabajo como fuente única del valor, excluyendo de él el valor en uso y desconociendo su influencia en el precio del trabajo económico, términos que la práctica impone'.» (reseña de A. E. Schäffles, La quinta esencia del socialismo, traducción y notas de Adolfo Buylla y Adolfo Posada, Madrid 1885, en Revista de España, tomo CV, julio y agosto de 1885, pág. 314.)

«Los editores de la versión española de El Capital, de Carlos Marx, compendiado por Gabriel Deville, prestan un buen servicio, no sólo a los que buscan en la obra del célebre comunista alemán armas para combatir a favor de la transformación social a que aquel aspira y por la que lucha la clase trabajadora, sino también a los que sinceramente se consagran al estudio de los problemas sociales. Deville expone en un luminoso prefacio la doctrina de Marx: en esta exposición rápida de la teoría marxista, lo mismo que en el compendio de El Capital y en sus apreciaciones acerca de la evolución económica y de su influencia, Deville se ha ajustado estrictamente al pensamiento de la obra que trata de dar a conocer...» (reseña de Carlos Marx, El Capital, Ricardo Fe, Madrid 1887, en Revista Contemporánea, tomo LXVIII, vol. IV, 30 de noviembre de 1887, pág. 444.)

«Y he aquí cómo entra ya de lleno en la cuestión del destajo, objeto de todos los odios y desesperaciones de los socialistas, especialmente del marxismo, que ha provocado las declaraciones radicales del Congreso socialista obrero de Bruselas de Agosto último.» (Alfredo Brañas, «El Destajo», en El Imparcial, diario liberal, Madrid, lunes 4 de enero de 1892, pág. 1.)

En 1910 el Diccionario Enciclopédico Hispano-Americano ya cree necesario definir, en su apéndice segundo, 'marxismo' y 'marxista' (vinculando marxismo con teorías y marxista con doctrina):

«Marxismo: m. Conjunto de las teorías de Carlos Marx, fundador del socialismo moderno.
Marxista: adj. Perteneciente o relativo al marxismo. || s. com. Partidario de esta doctrina socialista.» (Diccionario Enciclopédico Hispano-Americano, Montaner y Simón, Barcelona 1910, tomo vigésimo octavo, tercero del apéndice segundo, pág. 113.)

Y en 1917 la Enciclopedia Universal Ilustrada Europeo-Americana dedica más de ocho páginas a la entrada 'Marxismo' (tomo 33, págs. 615-623) y prefiere no utilizar el término 'socialismo' al definir 'marxista' (como hacía el Montaner):

«Marxista. adj. Partidario de las doctrinas económicas y sociales de Carlos Marx (v. Marxismo, econ. pol.).» (Enciclopedia Universal Ilustrada Europeo-Americana, Hijos de J. Espasa, Barcelona 1917, tomo 33, pág. 623.)

Años más tarde, los redactores republicanos del diccionario que dicen limpia, fija y da esplendor no se mantienen neutrales respecto del marxismo y adoptan no sólo una actitud distante sino también una perspectiva crítica (como se detecta por la utilización de “secuaces” y “pretende imponer”). No deja de ser curioso que esta perspectiva crítica con el marxismo de 1936, en tiempos de la República, sea heredada sin ninguna modificación en las dos ediciones de la época franquista de 1956 y 1970 (sólo el plural “contemporáneos” pasa a singular en esta última): respecto del marxismo los “académicos del franquismo” nada tuvieron que enmendar a los “académicos de la República”:

1936 décimo sexta edición, pág. 823:
«Marxismo. m. Doctrina de Carlos Marx y sus secuaces, que se funda en la interpretación materialista de la dialéctica de Hégel aplicada al proceso histórico y económico de la humanidad, y es la base teórica del socialismo y del comunismo contemporáneos. || 2. Movimiento político y social que en nombre de esa doctrina pretende imponer en el mundo la dictadura proletaria.
Marxista. adj. Partidario de Carlos Marx o que profesa su doctrina. Ú. t. c. s. || 2. Perteneciente o relativo al marxismo.»

1956 decimoctava edición, pág. 852:
«Marxismo. m. Doctrina de Carlos Marx y sus secuaces, que se funda en la interpretación materialista de la dialéctica de Hegel aplicada al proceso histórico y económico de la humanidad, y es la base teórica del socialismo y del comunismo contemporáneos. || 2. Movimiento político y social que en nombre de esa doctrina pretende imponer en el mundo la dictadura proletaria.
Marxista. adj. Partidario de Carlos Marx o que profesa su doctrina. Ú. t. c. s. || 2. Perteneciente o relativo al marxismo.»

1970 decimonovena edición, pág. 851:
«Marxismo. m. Doctrina de Carlos Marx y sus secuaces, que se funda en la interpretación materialista de la dialéctica de Hegel aplicada al proceso histórico y económico de la humanidad, y es la base teórica del socialismo y del comunismo contemporáneo. || 2. Movimiento político y social que en nombre de esa doctrina pretende imponer en el mundo la dictadura proletaria.
Marxista. adj. Partidario de Carlos Marx o que profesa su doctrina. Ú. t. c. s. || 2. Perteneciente o relativo al marxismo.»

Los académicos redactores sí que modificaron notablemente la entrada marxismo en la primera edición publicada tras la restauración borbónica, en 1984, seis años después de la Constitución de 1978. Presidía desde 1982 el gobierno de España el socialdemócrata Felipe González, quien tras intentarlo infructuosamente en el XXVIII Congreso del Partido Socialista Obrero Español (mayo de 1979) y tener que dimitir temporalmente como secretario general, había logrado en el Congreso Extraordinario de 28-29 de septiembre de 1979 que el PSOE abandonase el marxismo (mediante una fórmula tranquilizadora para hermeneutas añorantes: “El PSOE asume el marxismo como un instrumento teórico, crítico y no dogmático, para el análisis y transformación de la realidad social, recogiendo las distintas aportaciones, marxistas y no marxistas, que han contribuido a hacer del socialismo la gran alternativa emancipadora de nuestro pueblo y respetando plenamente las creencias personales.”).

Así, mantienen los redactores la perspectiva “crítica y distante”, propia de algún profesor de filosofía que se interesase más por las ideas abstractas, al margen de la política, dentro de una “historia del pensamiento” (donde Marx aparece como un epígono de Hegel): Carlos Marx se convierte en un más lejano Karl Marx, y aparece ahora acompañado no por Federico Engels sino de Friedrich Engels; de ambos se ofrece la información enciclopédica de sus fechas de nacimiento y muerte. Se interpreta al marxismo como una doctrina de inspiración hegeliana, pero se obvian las cuestiones políticas sobre las relaciones entre el materialismo histórico y el idealismo hegeliano, o las cuestiones sobre si el marxismo es una praxis o es una ciencia (que por entonces habían sido ampliamente discutidas por Althusser, &c.). Y si el marxismo hasta entonces había sido visto en su segunda acepción como un movimiento político y social único, ahora pasa a designar a varios movimientos políticos «fundados en una interpretación más o menos estricta de este sistema»:

1984 vigésima edición, pág. 881:
«Marxismo. m. Doctrina derivada de las doctrinas de Karl Marx (1818-83) y Friedrich Engels (1820-95) consistente en la interpretación económica (materialismo histórico) de la dialéctica hegeliana, la tesis de que la fuerza fundamental de la historia es la lucha de clases, que conducirá inevitablemente a la destrucción del capitalismo, la dictadura del proletariado y, finalmente, al establecimiento del comunismo y a una sociedad sin clases. || 2. Designación de varios movimientos políticos fundados en una interpretación más o menos estricta de este sistema.
Marxista. adj. Partidario de Carlos Marx o que profesa su doctrina. Ú. t. c. s. || 2. Perteneciente o relativo al marxismo.»

La versión que el diccionario manual ofrece ese mismo año 1984 incluye mínimas pero significativas variantes respecto del texto de la vigésima edición: por una parte una muestra de inconsistencia de criterios, pues se acepta de nuevo el nombre de Marx españolizado, aunque no el de Engels; por otra parte la sustitución del término doctrinas por teorías: el marxismo es una doctrina, pero deriva de teorías y no de doctrinas de Marx (“teoría” era utilizado por el grupo de Althusser y otros para sustituir a “filosofía”). En cualquier caso “teoría” tiene una connotación más neutra y académica que “doctrina” (teoría de la relatividad, teoría de la evolución) y no suele decirse que una teoría tenga secuaces, aunque sí puede tenerlos una doctrina (“doctrina” también se aplica en terrenos más vulgares y mundanos, incluso mitológicos, como en doctrina de la metempsicosis).

1984 diccionario manual, pág. 1386:
«marxismo. m. Doctrina derivada de las teorías de Carlos Marx (1818-83) y Friedrich Engels (1820-95), consistente en la interpretación económica (materialismo histórico) de la dialéctica hegeliana, y sostiene la tesis de que la fuerza fundamental de la historia es la lucha de clases, que conducirá inevitablemente a la destrucción del capitalismo, la dictadura del proletariado y, finalmente, al establecimiento del comunismo y a una sociedad sin clases. || Designación de varios movimientos políticos fundados en una interpretación más o menos estricta de este sistema.
marxista. adj. Partidario de Carlos Marx o que profesa su doctrina, o las derivadas de ella. Ú. t. c. s. com. || Perteneciente o relativo al marxismo.»

La edición de 1992 parece consolidar la españolización académica del nombre de Marx, aunque sus “teorías” vuelven a ser “doctrinas”. Desaparece por otra parte la extensión que del adjetivo marxista había incorporado el diccionario manual de 1984: sólo será marxista quien profese la doctrina de Marx, pero no ya quien sea partidario de “las derivadas de ella”.

1992 vigésima primera edición, pág. 942:
«marxismo. m. Doctrina derivada de las doctrinas de Carlos Marx (1818-83) y Friedrich Engels (1820-95), consistente en la interpretación económica (materialismo histórico) de la dialéctica hegeliana, que sostiene la tesis de que la fuerza fundamental de la historia es la lucha de clases, que conducirá inevitablemente a la destrucción del capitalismo, a la dictadura del proletariado y, finalmente, al establecimiento del comunismo y a una sociedad sin clases. || 2. Designación de varios movimientos políticos fundados en una interpretación más o menos estricta de este sistema.
marxista. adj. Dícese del partidario de Carlos Marx o que profesa su doctrina. Ú. t. c. s. || Perteneciente o relativo al marxismo.»

Diez años después de la caída de la Unión Soviética, en la edición de 2001, los académicos redactores parecen buscar la suavización de cualquier actitud crítica pretérita que hubieran mantenido hacia Marx. Abandonan de nuevo el más mundano y popular Carlos Marx por el más profesoral y distante Karl Marx, se le antepone ahora curiosamente como chivo expiatorio e instigador del marxismo a Friedrich Engels, desaparecen las fechas para ambos, y se precisa por vez primera en este diccionario que fueron “filósofos alemanes”, a los que de nuevo se atribuyen “teorías” y no “doctrinas”. Incluso parece como si ya no pudieran existir marxistas partidarios de Carlos Marx, pues habrían de serlo de Karl Marx (adviértase que incluso en la edición de 1984, donde se vinculaba el marxismo con Karl Marx, a los marxistas se les seguía asociando con Carlos Marx):

2001 vigésimo segunda edición:
«marxismo. m. Doctrina derivada de las teorías de los filósofos alemanes Friedrich Engels y Karl Marx, consistente en interpretar el idealismo dialéctico de Hegel como materialismo dialéctico, y que aspira a conseguir una sociedad sin clases. || 2. Cada uno de los movimientos políticos fundados en una interpretación más o menos estricta de este sistema.
marxista. 1. adj. Partidario de Karl Marx o que profesa su doctrina. Ú. t. c. s. || 2. adj. Perteneciente o relativo al marxismo.»

Habiendo renunciado la RAE a publicar nuevas ediciones impresas de su diccionario y “gracias al compromiso con la cultura” publicitario de una fundación bancaria que escribe su nombre en catalán, la actualización 2021 de la denominada “Edición del Tricentenario” ofrece a los internautas estas nuevas definiciones revisionistas (adviértase que en su acepción 2 el propio término forma parte de la explicación):

2021 actualización 2021 de la “Edición del Tricentenario”:
«marxismo. 1. m. Conjunto de doctrinas filosóficas, económicas y políticas elaboradas por K. Marx y F. Engels que constituyen la base ideológica del materialismo histórico y del dialéctico, así como del comunismo. || 2. m. Cada uno de los movimientos políticos fundados en una interpretación más o menos estricta del marxismo.
marxista. 1. adj. Perteneciente o relativo al marxismo. || 2. adj. Partidario del marxismo. Apl. a pers., u. t. c. s.»

Ni que decir tiene que limitamos nuestros análisis a las definiciones que han ido publicando, se supone que asumidas colectivamente por todos los individuos de número de la Real Academia Española de la Lengua de cada momento. Tendría el mayor interés exhumar, si fuera posible, la génesis de cada enmienda y las discusiones correspondientes, con las posiciones defendidas por los distintos individuos de número intervinientes, bien fortalecidos e inspirados, por supuesto, tras el rezo en latín de la antífona y la oración que siempre inaugura cada una de sus Juntas ordinarias, como dejó establecido el Reglamento de 1861, siendo Pío nono papa de la Iglesia de Roma y mientras Carlos Marx avanzaba en sus manuscritos preparatorios de El Capital.

«Marxista, los marxistas, marxismo»

gbs