Ateísmo
Son ateos aquellos que no reconocen la existencia de Dios.
Se puede ser ateo por ignorancia o por sistema, si bien no trataremos aquí de los hombres que lo son por ignorancia o falta de noción de Dios, los cuales son muy pocos, como demostraremos en el art. Dios, del presente Diccionario.
Los que sistemáticamente niegan la existencia de Dios, son por desgracia cada vez más numerosos en nuestro siglo, porque los hay en las masas populares y entre los filósofos, si bien para unos y otros el ateísmo sistemático, sea la negación formal de la existencia de Dios, no constituye sistema por sí sólo, pues no puede serlo una simple negación. Por eso el ateísmo no se ha desarrollado nunca como el panteísmo, el espiritualismo o las demás doctrinas; y como por multitud de caminos puede llegarse a negar la existencia de Dios, tal negación, más que sistema, es corolario de sistemas diversos.
Nada diremos aquí de los que se empeñan en ser ateos por odio preconcebido a la religión, a la moral o a la sociedad; pues aunque componen la mayoría de los ateos, solo necesitan ser convertidos; el odio no se refuta.
Los filósofos que en nuestros días abrazan el ateísmo como consecuencia de sus teorías, son movidos a ello principalmente por el materialismo; pues este consiste en rechazar cuanto no sea materia, o fuerzas a quienes la materia obedece fatalmente, e implica por tanto negación de la existencia de un Dios distinto del mundo y superior a la naturaleza.
Muy tentados estamos de calificar también de ateos a los idealistas, que convierten a Dios en idea puramente lógica sin realidad fuera de nuestro espíritu; a los panteístas, que lo transforman en principio desconocido e inconsciente, de que es manifestación el mundo mudable; a los escépticos y criticistas, que dudan de su naturaleza y existencia; pero tales filósofos rechazan indignados la acusación de ateísmo.
Para refutar a los ateos, basta establecer la existencia de un Dios distinto del mundo, y esto haremos en el artículo Dios, dando también la solución de algunas objeciones en los artículos Creación y Providencia.