Filosofía en español 
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Isla Atlántida

Habla Platón largamente en dos escritos suyos, en el Critias y en el Timeo, de cierta isla llamada Atlántida que, según una tradición egipcia, hubo de existir más allá de las columnas de Hércules, o sea en pleno mar Atlántico, desapareciendo luego de repente bajo las olas. Mayor que Libia y Asia juntas, la Atlántida facilitaba a los navegantes el paso a otras islas, y de éstas a todo el continente situado enfrente y que sirve de orilla a este verdadero mar; porque el que se encuentra más acá del estrecho de que hablamos se parece a un puerto de estrecha entrada, "mientras que aquel mar y la tierra que le rodea pueden, en verdad, y con justísimo título, ser llamados mar y continente." (Timeo.)

El asunto de la Atlántida tiene estrecha relación con el que se refiere al origen de los americanos, pues es evidente que si existió tal isla con las dimensiones que se le atribuyen, habría facilitado de singular manera las comunicaciones entre Africa y "el continente situado enfrente", o sea el Nuevo Mundo. De esta suerte se explicaría, mucho mejor que por las corrientes que desde el litoral africano llegan hasta las costas de la América meridional, la presencia en ésta de pueblos parecidos a los antiguos habitantes de Canarias y de África por sus costumbres e industria. Interesante sería, por tanto, asegurarse de si existió en efecto el continente mencionado por Platón.

¿Será acaso la Atlántida una concepción imaginaria del filósofo griego? Algunos críticos lo suponen, y entre ellos M. de Mortillet observa que si dicho continente hubiera existido, la fauna y la flora del Nuevo Mundo y las del antiguo no ofrecerían tantos y tan notables caracteres diferenciales, porque las plantas y los animales habrían penetrado de uno en otro continente merced a dicho punto de unión.

Importante sería esta objeción si la comunicación que se supone hubiera podido ser directa, porque la tierra actualmente sumergida ocupara sin interrupción el espacio entre África y América; pero no dice Platón semejante cosa. En su concepto, la Atlántida era una isla, vastísima ciertamente, pero cuya comunicación con el continente de más allá sólo podía verificarse pasando por otras islas intermedias. Con tales condiciones es muy explicable la diferencia que existe entre las respectivas faunas, ya que cualquier mar, por estrecho que sea, basta para detener a casi todos los animales terrestres; aunque también se explica que los hombres, sin ser grandes navegantes, pudieran, merced a aquellos jalones del camino, ir de unos en otros hasta el continente americano.

Nótese bien que Platón no es el único escritor antiguo que haya hablado de la Atlántida: Teopompo, que escribía hacia la misma época, o sea en el siglo IV antes de Jesucristo; Aristóteles, Diodoro de Sicilia, Plutarco, Amiano Marcelino y otros muchos, han mencionado igualmente aquella tierra misteriosa, y lo han hecho en términos que permiten creer no ser ellos meros repetidores de Platón.

Después de manifestar que Europa, Asia y Libia o África, son islas a las que rodea el Océano, añade Teopompo que "hay otra isla fuera de este mundo que sólo merece el nombre de continente". Según Aristóteles, hay varios días de navegación desde el mundo entonces conocido hasta una gran isla llamada Antilla, que los cartagineses habían descubierto y colonizado, pero cuya existencia ocultaban cuidadosamente para monopolizar el comercio con ella. Diodoro de Sicilia habla también de una isla lejana y tan extensa que se hallaba regada por ríos navegables. Plutarco dice además que los cartagineses en cierta ocasión trajeron un indígena de ella.

Tan precisas indicaciones no permiten negar, tan rotundamente como se ha negado, la existencia de la Atlántida, aunque después de todo, si con ella se explica una vez más y de modo muy racional la población de América por habitantes del Antiguo Mundo, no es necesaria en manera alguna a los partidarios de esta teoría, ya que hay y siempre hubo otros medios de comunicación relativamente fáciles entre ambos continentes. (Véase el artículo Americanos.)

Hamard