Filosofía en español 
Filosofía en español


Roberto Belarmino

Jesuita, gran teólogo y Cardenal. Nació el 4 de Octubre de 1542 en Monte-Pulciano (Toscana), y murió en Roma el día 17 de Setiembre de 1621, a los 79 años de su edad. Sobrino del Papa Marcelo II se distinguió desde su niñez por su aplicación a los estudios, y por los asombrosos adelantos que en los mismos hacia.

A los 18 años de su edad fue recibido en el noviciado de jesuitas por el P. Lainez, sucesor de San Ignacio. En 1567 emprendió el estudio de la sagrada teología, y dos años después fue enviado a Lovaina por el general San Francisco de Borja, que había sucedido al P. Lainez. En aquella ciudad, Belarmino tomó parte en la controversia contra Bayo, y compuso su Gramática hebraica, y otra obra muy apreciada, De Scriptoribus ecclesiasticis.

Llamado a Italia en 1576, dio sus célebres lecciones de polémica religiosa, que llegaron a formar su obra principal: Disputationes de controversiis christianae fidei adversus hujus temporis haereticos. Es la obra más completa para la defensa de la fe católica contra los ataques del protestantismo. Más tarde publicó otros dos opúsculos, titulado el primero: De translatione imperii Romani a Graecis ad Francos, y el otro De indulgentiis et Jubileo.

Belarmino adquirió gran fama en Roma, mereciendo ser consultado en distintas ocasiones por los Cardenales y por el mismo Papa Sixto V, quien después de haberse servido de él en la edición de la Vulgata, le envió a Francia para ayudar a su legado Cayetano, en la defensa de la Iglesia católica, contra los teólogos hugonotes.

Gregorio XIV lo llamó nuevamente a Roma, y Clemente VIII lo empleó en la corrección de la Vulgata. En 1592 fue nombrado Rector del colegio de jesuitas de Roma, y en 1595 provincial de la orden en el reino de Nápoles. Posteriormente fue nombrado teólogo del Papa, en sustitución del Cardenal Toledo, y a pesar de su repugnancia se vio precisado a aceptar la púrpura cardenalicia, bajo la cual apareció siempre el humilde y obediente jesuita, que practicaba heroicamente la pobreza apostólica y la más santa abnegación.

Más tarde fue creado Arzobispo de Cápua, en donde compuso un catecismo (Christianae doctrinae explicatio), que escrito primero en italiano, fue traducido en muchos idiomas. En 1605, a la muerte de Clemente VIII, faltó poco para ser elegido Papa. Detenido en Roma por el nuevo Pontífice Paulo V, obtuvo de este que se le admitiera la renuncia de su arzobispado.

Habiéndose levantado el gobierno de la república de Venecia contra los fueros de la Iglesia, y hallado defensores de su proceder, Belarmino escribió contra dos de ellos, Marsilli y Sarpí, en su Responsio ad duos libellos in favorem Reipublicae Venetae conscriptos.

Contra Jacobo, Rey de Inglaterra, que exigía a los católicos un juramento ilícito, compuso en diferentes ocasiones los siguientes tratados: Responsio ad librum cui titulus Triplici modo triplex cuneus, sive Apologia pro juramento fidelitalis: –Pro responsione sua ad librum Jacobi Britanniae regis. –De potestate Summi Pontificis in rebus temporalibus, contra Guill. Barclaium.

Compuso también varias obras ascéticas: 1º De ascensione mentis in Deum per scalas rerum creatarum.De aeterna felicitate sanctorum.De gemitu columbae, seu de bono lacrymarum.De septem verbis Domini in cruce prolatis.De arte bene moriendi.

El piadoso Cardenal tenía la santa costumbre de retirarse en santos ejercicios todos los años en el noviciado de Roma, por espacio de cuatro semanas. Solía decir que él se encargaba con gusto de convencer a los herejes, pero que el persuadirlos y convertirlos era propio del apóstol del Chablais, Francisco de Sales. Algunas veces se ha tratado de la canonización de Belarmino, y si no se ha llegado a realizar no ha sido por falta de virtudes, que sabido es cuán grandes eran las que poseía el distinguido Cardenal jesuita.

T. Sucona, Pbro.