P. Juan de Mariana
Jesuita español, natural de Talavera, diócesis de Toledo; estudió en Alcalá y tomó la sotana de la Compañía el año de 1554, a los 17 años de edad. Hízose hábil en la inteligencia de las lenguas, en la teología, en el conocimiento de la Historia sagrada y profana, y en las bellas letras, y le enviaron sus superiores el año 1561 a Roma, donde fue ordenado de sacerdote. Pasó después a Sicilia, y en el año 1569 fui a París, donde enseñó por espacio de cinco años teología, con reputación. Fue enviado a España en el año 1574 y pasó el resto de sus días en Toledo, donde compuso las obras que tenemos de su mano. La más considerable de ellas es Historia de rebus Hispaniæ que publicó en el año 1592, en 20 libros, a los cuales se añadieron después 10 con una continuación. Este mismo libro lo dio Mariana poco tiempo después en castellano en Toledo, en dos tomos en folio, y se ha impreso muchas veces en adelante diversas ediciones. En 1733 imprimióse de nuevo en el Haya, en latín, la misma obra de Mariana, con una continuación por el Padre José Manuel Miñana, de la Orden de la Redención de Cautivos, cuya continuación se ha traducido también en castellano, e impreso en cinco volúmenes en dozavo. Se han hecho muchas traducciones francesas de esta historia. La última es del Padre Charenton, jesuita, el año 1725, en París, en cinco volúmenes, en cuarto. Las demás obras de Mariana son: De Rege et Regis institutione libri tres: esta pareció en Maguncia en 1605, con un privilegio del Emperador; está dedicada al Rey Católico Felipe III. De Ponderibus et mensuris, tractatus octo Theologici et Historici; —De adventu Beati Jacobi Apostoli in Hispaniam; —De Spectaculis; —De monetæ institutione; —De die mortis Christi et anno; —De annis Arabum cum annis nostris comparatis; —De morte et immortalitate. Publicó también algunos tratados de Lucas de Tuy (en latin Lucas Tudensis), de San Isidoro, &c. Su tratado de Rege et Regis institutione no agradó a los franceses, y así le mandó quemar públicamente en París el Parlamento. Al mismo tiempo la facultad de Teología de París le censuró, y apareció poco después un libro intitulado, Antimariana, que compuso un tal llamado Miguel Rousell, abogado.
El libro de Mariana se hallaba provisto de buenas aprobaciones. Pedro de Osuna, provincial de los religiosos de la Redención de Cautivos, habiéndole leído y examinado por orden del Rey de España, le alabó y le juzgó digno de ser impreso. El autor obtuvo un privilegio de S. M. Católica por 10 años. Esteban Hojeda, jesuita, visitador de la provincia de Toledo y autorizado por el General de la Compañía, permitió la impresión de la obra, después de haber leído el buen testimonio que de ella hicieron algunos jesuitas doctos y graves. El Padre Cotón confiesa que el Padre Claudio Aquaviva lo aprobó. Hizo Mariana Scholios sobre el Antiguo Testamento, utilísimos para el sentido literal de la Sagrada Escritura. Se publicó como suya después de su muerte una obra, en que se dice trata de los defectos de su Compañía, impresa en español, en italiano y en francés. Dicen los desafectos se intitularía De las enfermedades y dolencias de la Compañía, de sus causas y sus remedios, y para colorear ellos su sistema, aseguran que nunca fue el Padre Mariana de opinión de publicarla, sino que mientras estuvo preso, Francisco de Loza, General del Orden de San Francisco, se la quitó con sus papeles y la imprimió en Burdeos, después de la muerte del dicho, lo que da prueba de la imputación. Véase ahora qué facilidad sería la de un extraño en recoger papeles de tanto interés. A la manía de cuanto siniestramente se ha publicado contra Mariana en el tal libro, respondió Tomás Tamayo de Vargas en una obra española que se imprimió en Toledo en l6l6, en octavo. Goza el Padre Mariana entre los literatos, sin discordancia alguna, el epíteto de docto. Murió este célebre jesuita a 17 de Febrero de 1624, a los 87 años de edad.