Aberración
(de aberratio, y éste, de aberrare, “desviarse”). Los lexicólogos franceses han comprobado la voz aberración, en su sentido figurado de “desviación del juicio”, a partir del año 1775, y añaden que se extendió rápidamente. Y así, ya la terminología krausista y hegeliana suele designar, impropiamente, como aberración a todo extravío de las facultades sensitiva, estimativa o volitiva. Y en sentido amplio, ha pasado a aplicarse a todo desorden mental.
Más estrictamente, aberración significa error absurdo u olvido en materias que el sujeto conoce o debería conocer bien. En sentido técnico, particularmente biológico, ha recibido el nombre de aberración toda irregularidad o anomalía en la estructura o en la función especial de un organismo que impide a éste el normal desenvolvimiento de la misma. Así se dice: aberración de la vista, aberración del oído, &c.